“No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada. Porque he venido para poner en disensión al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra; y los enemigos del hombre serán los de su casa. El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí. El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará”.
Mateo 10:34-39
Introducción
Casi llegamos al final
del capítulo 10 donde Mateo nos ha presentado la elección de los doce apóstoles
y una serie de enseñanzas prácticas para los mensajeros del Rey que incluyen
instrucciones precisas de cómo realizar la tarea divina de la predicación, la
oposiciones que enfrentaran y las razones por las que no deben temer. Ahora
llegamos a estos versículos donde nuestro Señor Jesucristo expresa de la forma
más sincera el precio que deberán pagar aquellos que decidan aceptar este noble
llamamiento. Si hay algo que nos sigue sorprendiendo de Jesús es su gran
sinceridad. Jesús no quiere que sus discípulos crean que el ministerio es un
concurso de popularidad, donde solo les esperan los aplausos, fama y riquezas;
al contrario, la tarea por momentos se tornara sumamente difícil, y en estos
versículos encontramos el precio de que deberá pagar.
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El Precio de ser un Mensajero del Rey |
El precio de la paz
“No penséis que he venido para traer paz a la tierra;
no he venido para traer paz, sino espada. Porque he venido para poner en
disensión al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera
contra su suegra; y los enemigos del hombre serán los de su casa”.
Mateo
10:34-36
Esta afirmación puede
confundir a sus lectores ya que tradicionalmente se dice que Jesús vino a esta
tierra a traer la paz. En las Escrituras se nos presenta a Jesús como el
Príncipe de Paz (Isaías 9:6), y Él mismo afirma que es el único que trae la
verdadera paz a la vida del hombre: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como
el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”, (Juan 14:27). Incluso, Dios
bendice a los pacificadores: “Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán
llamados hijos de Dios”, (Mateo 5:9). Si evaluamos la misión primaria de Jesús, su objetivo es
traer la paz a los hombres, pero por otro lado, la efectividad de su misión
trae conflicto entre los hombres que aman las tinieblas, y ahora que sus
discípulos tomarían para sí su misión evangelizadora, era de esperarse que
recibiesen el mismo efecto. Por eso nuestro Señor dijo: No penséis que he
venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada. Ahora bien, lo más difícil de
esta advertencia no era tanto que por causa del evangelio se ganarían enemigos,
sino que su propios familiares se volverían en contra de ellos: Porque he venido
para poner en disensión al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y
a la nuera contra su suegra; y los enemigos del hombre serán los de su casa. Lucas lo advierte de una manera
más contundente haciendo referencia a las divisiones entre los miembros de una
misma casa: “¿Pensáis que he venido para dar paz en la tierra? Os
digo: No, sino disensión. Porque de aquí en adelante, cinco en una familia
estarán divididos, tres contra dos, y dos contra tres”, (Lucas 12:51-52). Uno de los
mayores precios que los mensajeros del Rey deben pagar es que están expuestos a
ser traicionados por sus mejores amigos incluyendo sus familiares. Miqueas
advierte que en medio de un mundo impío, uno no puede confiar en nadie: “No creáis en
amigo, ni confiéis en príncipe; de la que duerme a tu lado cuídate, no abras tu
boca”, (Miqueas 7:5).
Muchos justos a lo largo de la historia han sido traicionados por aquellos que
creyeron sus mejores amigos: “Aun el hombre de mi paz, en quien yo confiaba, el que
de mi pan comía, alzó contra mí el calcañar”, (Salmo 41:9), Escritura que se cumplió directamente
en Jesús cuando Judas lo traiciono: “No hablo de todos vosotros; yo sé a quienes he
elegido; más para que se cumpla la Escritura: El que come pan conmigo, levantó
contra mí su calcañar”, (Juan 13:18). También vemos en la Biblia como Caín mato a Abel por
causa de su justicia (Génesis 4:8), los hermanos de José conspiraron contra él
(Génesis 37:28), y Nabal se opuso a su esposa Abigail (1 Samuel 25:2-10) y el
rey Asa tuvo que rechazar la idolatría de su madre Maaca (1 Reyes 15:13). Por
tanto, no será raro encontrar como una familia impía se oponga cuando uno de
sus familiares se convierten al evangelio, y mucho más aquellos predicadores
del evangelio.
El precio del primer lugar
“El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno
de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí”.
Mateo
10:37
Todos los seres
humanos tenemos cosas que amamos, cuyo aprecio es incalculable, ya sea nuestra
familia, nuestro trabajo, nuestros amigos y hasta nuestros propios sueños, pero
aquellos que decidan convertirse en los mensajeros del Rey deberán poner por
encima de todas esas cosas el amor por Jesús. Aquí Jesús no está exhortando a
no amar a nuestros padres o hijos, sino que este amor no tenga la preeminencia
sobre el amor a Dios. Cualquiera que no esté dispuesto a obedecer a Jesús, aun
cuando esto signifique dejar a su familia, ya sea porque ellos no lo apoyan o
porque sencillamente no pueden seguirlo, no es digno de Él: El que ama a padre o madre más que a mí, no
es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí. Habrá momentos donde estas
palabras cobraran significado para nosotros. Recordamos la elección que la
tribu de Levi tuvo que hacer cuando Israel se pervirtió en el monte Sinaí,
pudiendo apoyar a sus tribus hermanas, le dieron la espalda y confirmaron su lealtad
a Dios apoyando a Moisés en el castigo de estos. En Deuteronomio el Señor
elogia esta elección: “Quien dijo de su padre y de su madre: Nunca los he
visto; y no reconoció a sus hermanos, ni a sus hijos conoció; pues ellos
guardaron tus palabras, y cumplieron tu pacto”, (Deuteronomio 33:9). Así
también los mensajeros del Rey deben estar dispuestos a pagar este precio
cuando hasta sus propios familiares se opongan a la voluntad de Dios y llegara
el momento donde se tendrá que escoger entre Jesús y ellos.
El precio de la Cruz
“… y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no
es digno de mí”.
Mateo
10:38
La cruz era un
artefacto de castigo utilizado por los romanos con el cual los israelitas
estaban bien familiarizados. Las rebeliones en contra del imperio romano eran comunes
en Palestina y generalmente estas rebeliones terminaban con sus líderes y
seguidores capturados los cuales eran condenados a muerte por crucifixión. Durante
su peregrinación a la muerte solían seguir una ruta que les permitía a los
judíos ver la caminata de estos de la ciudad al lugar de martirio, cargando
estos reos sus pesados maderos donde iban a ser crucificados. Ahora viene Jesús
y tomando esta drástica figura, convida a sus discípulos a tomar su cruz para
poder seguirlo. La vida cristiana y el servicio a Dios está llena de dificultades
que generalmente tentaran a los creyentes a no seguir adelante, pero es
necesario entender que nuestro caminar cristiano no será siempre fácil. Muchas
veces sentiremos la carga muy pesada, pero esto no significa que debemos
renunciar, sino simplemente debemos seguir esforzándonos cumpliendo la labor de la
predicación. En el evangelio según Lucas se expresa de esta manera: “Y decía a todos:
Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada
día, y sígame”, (Lucas 9:23). Para
poder ser digno de Él es necesario negar nuestra carne de satisfacer las bajas
pasiones, y cada día tomar la cruz, solo así estaremos siguiendo las pisadas de
nuestro gran Maestro y Mesías.
El precio de la vida
“El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su
vida por causa de mí, la hallará”.
Mateo
10:39
Aquí encontramos otra
gran paradoja enseñada por Jesús la cual nos muestra cómo alcanzar la verdadera
salvación del alma. Él dice: El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su
vida por causa de mí, la hallará. Por causa de la persecución, muchas veces las vidas
de los mensajeros estarían en peligro y sus enemigos pedirían que su fe y
mensaje fuera negado para salvar sus vidas. Pero lo cierto es que el mensaje de
la verdadera vida no se puede negar, ya que todo aquel que niega a Cristo no
salva realmente su vida sino la pierde, y no solo eso, sino pierde su alma en el
infierno. Por eso, aunque parezca que los mensajeros del Rey perdieron sus
vidas por causa del mensaje del evangelio, realmente la ganaron, y no solo está,
sino también la eterna.
Thank you for your time to help us understand the Bible scripts. May God bless you in every way!!!
ResponderBorrarAhora entiendo cual es el camino y la vida hermosa reflexión
BorrarMuy bonita explicación Dios les bendiga me sirve de mucha bendición, continúen apoyando al pueblo de Dios y el los premiará
ResponderBorrarUna palabra que fortalece a los hijos de Dios que puedan atravezar una prueba, anima a no desistir y santificarse para Dios.
ResponderBorrarMuy bella explicación, nos anima a seguir y saber cuál es el verdadero presió.
ResponderBorrarHermano doy gracias a Dios por poner a nuestro alcance la sabiduría que Dios por medio de su Espíritu Santo pone en el corazón y la mente de hermanos y poder comer de esta sabiduría, gloria a Dios, y no dejemos nunca de alimentarnos de la Palabra de Dios...
ResponderBorrarMuy buena explicación bendiciones
ResponderBorrarBuenisima reflexion edificante para hoy lunes
ResponderBorrarGloria a Dios me ayudó mucho Dios le bendiga
ResponderBorrarGracias estas reflexiones.son de mucha ayuda. Bendiciones
ResponderBorrarGracias hermano, Dios te bendiga mucho más. Con su enseñanza puedo entender más claramente la verdad de la palabra de Dios.
ResponderBorrarGracias por esta explicacion tan perfecta de la palabra de Dios.
ResponderBorrarAhora si puedo entender mejor la palabra de Dios.
Gracias bendiciones.
Buenos día,aclaró mis dudas y un tema delicado,fácil de sacar de contexto.gracias por la explicación.
ResponderBorrarGracias. Bendiciones por este estudio biblico es de mucha ayuda.
ResponderBorrarMaravillosa explicación. Gloria a Dios por enviar a su hijo Jesús y con su palabra nos edifica y nos orienta cada día para ser un mejor discípulo. Gracias. Dios les bendiga.
ResponderBorrarGracias hermano por su explicación no entendía Mateo 10:34 35 porque tengo conflicto con mi hija y familia y no entendía porqué aunque trAtaba de estar bien con todo y siempre teminaba mal porque no apoyaba sus maneras de vivir la vida pero ahora entiendo por qué
ResponderBorrarExcelente explicación, Realmente fue muy edificantes, Dios continue bendiciendo!
ResponderBorrarBendiciones muy amad@s del Señor, muchas gracias por la exposición clara y precisa,y sobre todo;bajo la revelación del Espíritu.
ResponderBorrarMi oración a que sigan adelante cómo mensajeros de la buenas nuevas de Salvación.
Bendiciones atte: Pr. Juan Carlos Estrada desde Genéve Suiza.
Dios es poseroso, excelente el desayuno espiritual que acabo de comer Bendiciones a todos.
ResponderBorrarExcelente mensaje
ResponderBorrarUna buena enseñanza para el pueblo de Dios, a sí el pueblo se fortalece atra ves de las palabras y enseñanza que recive
ResponderBorrarAmen
ResponderBorrarGracias por esa explicación ha sido de ayuda porque este pasaje tiende a confundir muchas bendiciones
ResponderBorrarGloria sea al señor siempre🙌
ResponderBorrarExcelente explicación
ResponderBorrarWTF!!! is insane.:.
ResponderBorrarMuy bonita explication muchas bendiciones
ResponderBorrarSoy Francisco, de Montería-Colombia. Ahora entendí lo que Jesús estaba diciendo con respecto que él no vino a traer paz sino espada. Pero me gustaría que alguien me escriba en qué contexto estaba diciendo Jesús esas afirmaciones. Gracias
ResponderBorrarGracias por todo, la explicación me es de mucha importancia para mí Fe en Dios, ya que estoy ocupándome en enseñarles la palabra de Dios a los míos, hijos, nietos, bisnieta, hermanos y sus descendientes Bendito sea Dios Omnipotente y misericordioso.
ResponderBorrarGracias, ha sido de mucha edificación para mi vida 🌸
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