“Si con
verdad y con integridad habéis procedido hoy con Jerobaal y con su casa, que
gocéis de Abimelec, y él goce de vosotros. Y si no, fuego salga de Abimelec,
que consuma a los de Siquem y a la casa de Milo, y fuego salga de los de Siquem
y de la casa de Milo, que consuma a Abimelec”.
Jueces 9:19-20
INTRODUCCIÓN
Al Capone fue un reconocido
gánster de Chicago en la época de los 20 y 30 el cual fundo un imperio criminal
que cobro muchas víctimas. Finalmente fue capturado y condenado a prisión por
evasión de impuestos, años mas tardes enfermo mentalmente pasando la mayor
parte de sus últimos días de su condena en la enfermería, luego se retiró muy
enfermo físicamente y debilitado a Palm Island, donde sufrió un infarto y
cuatro días después murió de neumonía. Así termino sus días aquel terrible
gánster que causo mucho daños en su juventud y pensó que nadie lo detendría. Al
final la justicia divina lo alcanzo. Esta historia nos hace pensar en la
advertencia que Dios hace acerca de las consecuencias del pecado. Todo pecado
traerá el juicio de Dios y en estos versículos se nos narra la historia de
Abimelec y los hombres de Siquem los cuales cometieron un terrible crimen por
el que pagarían en el futuro.
Abimelec es golpeado por una rueda de molino |
I.
UNA ADVERTENCIA ACERCA DE LAS
CONSECUENCIAS DEL PECADO.
“Si con
verdad y con integridad habéis procedido hoy con Jerobaal y con su casa, que
gocéis de Abimelec, y él goce de vosotros. Y si no, fuego salga de Abimelec,
que consuma a los de Siquem y a la casa de Milo, y fuego salga de los de Siquem
y de la casa de Milo, que consuma a Abimelec”.
Estas palabras fueron dichas por
Jotam, uno de los 70 hijos de Gedeón en tiempo de los jueces de Israel que
expresa una verdad espiritual absoluta: todo lo que se siembra se cosecha: “No os engañéis;
Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también
segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas
el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna”,
(Gálatas 6:7-8). Prácticamente lo que Jotam dice es que si Abimelec y los
habitantes de Siquem habían actuado con buena intención recibieran el pago por
sus bondades, pero si su actuar había sido de mala fe, que recibieran el
castigo por sus pecados. Todos nosotros debemos estar conscientes de esta
verdad, ya que si perseveramos en nuestra vida de pecado haciendo el mal, tarde
o temprano las consecuencias de nuestros pecados nos alcanzaran.
II.
LA MALDAD DE ABIMELEC Y EL PUEBLO
DE SIQUEM.
“Y
hablaron por él los hermanos de su madre en oídos de todos los de Siquem todas
estas palabras; y el corazón de ellos se inclinó a favor de Abimelec, porque
decían: Nuestro hermano es. Y le dieron setenta siclos de plata del templo de
Baal-berit, con los cuales Abimelec alquiló hombres ociosos y vagabundos, que
le siguieron. Y viniendo a la casa de su padre en Ofra, mató a sus hermanos los
hijos de Jerobaal, setenta varones, sobre una misma piedra; pero quedó Jotam el
hijo menor de Jerobaal, que se escondió”.
Jueces 9:3-5
Gedeón fue un hombre que Dios uso en
este tiempo para liberar a Israel de la opresión de los Madianitas y después de
hacerlo su pueblo quiso nombrarlo rey, pero él se opuso: “Y los israelitas dijeron a Gedeón: Sé nuestro
señor, tú, y tu hijo, y tu nieto; pues que nos has librado de mano de Madián.
Mas Gedeón respondió: No seré señor sobre vosotros, ni mi hijo os señoreará:
Jehová señoreará sobre vosotros”, (Jueces 9:22-23). Este juez de
Israel llego a tener 70 hijos y a su muerte, Abimelec, uno de sus hijos hablo a
los habitantes de Siquem que les permitiera a él y no a sus hermanos
gobernarlos por ser el también descendiente de esta región, por lo que los
convenció y mato a todos sus hermanos sobre una roca, a excepción de Joram
quien logró escapar, faltando así a la memoria y obras que Gedeón un día hizo
por ello.
III.
LA PAGA POR SU PECADO.
“Después
que Abimelec hubo dominado sobre Israel tres años, envió Dios un mal espíritu
entre Abimelec y los hombres de Siquem, y los de Siquem se levantaron contra Abimelec;
para que la violencia hecha a los setenta hijos de Jerobaal, y la sangre de
ellos, recayera sobre Abimelec su hermano que los mató, y sobre los hombres de
Siquem que fortalecieron las manos de él para matar a sus hermanos”.
Jueces 9:22-24
Podemos observar que después de tres
años de este terrible homicidio Dios decidió castigar la maldad de estos
hombres enviando un espíritu malo que puso en pleito a Abimelec contra los de
Siquem. Rápidamente la contienda se agudizo entre ellos lo cual desato una
contienda que termino en la muerte de todos los hombres de Siquem que habían
apoyado a Abimelec en aquel crimen:
“Entonces subió Abimelec al monte de Salmón, él y toda la
gente que con él estaba; y tomó Abimelec un hacha en su mano, y cortó una rama
de los árboles, y levantándola se la puso sobre sus hombros, diciendo al pueblo
que estaba con él: Lo que me habéis visto hacer, apresuraos a hacerlo como yo.
Y todo el pueblo cortó también cada uno su rama, y siguieron a Abimelec, y las
pusieron junto a la fortaleza, y prendieron fuego con ellas a la fortaleza, de
modo que todos los de la torre de Siquem murieron, como unos mil hombres y
mujeres”, (Jueces 9:48-49). Cuando Abimelec pensó que la victoria le
pertenecía, decidió avanzar aún más en contra de Tebes, donde otras personas se
habían escondido en una torre fortificada, y al querer prenderle fuego también,
una mujer dejo caer un rueda de molino que le destruyo el cráneo: “Mas una mujer dejó
caer un pedazo de una rueda de molino sobre la cabeza de Abimelec, y le rompió
el cráneo. Entonces llamó apresuradamente a su escudero, y le dijo: Saca tu
espada y mátame, para que no se diga de mí: Una mujer lo mató. Y su escudero le
atravesó, y murió. Y cuando los israelitas vieron muerto a Abimelec, se fueron
cada uno a su casa. Así pagó Dios a Abimelec el mal que hizo contra su padre,
matando a sus setenta hermanos. Y todo el mal de los hombres de Siquem lo hizo
Dios volver sobre sus cabezas, y vino sobre ellos la maldición de Jotam hijo de
Jerobaal”, (Jueces 9:53-57). Así aquel día se cumplió esta ley de
compensación la cual es una advertencia para cada uno de nosotros sabiendo que
si andamos en el mal, las consecuencias de nuestros pecados nos alcanzaran,
nadie podrá escapara del castigo de Dios.
CONCLUSIÓN.
Todo lo malo que hagamos traerá
serias consecuencias a nuestras vidas ya que como Abimelec nuestro fin será
terrible. Aunque busco tomar ventaja de su astucia para gobernar Israel su
pecado al final lo alcanzo y fue recordado como un Anti-juez a quien humillo
Dios dándole una muerte deshonrosa al morir por una mujer, y aunque intento
disfrazar esa realidad pidiéndole a otro que lo matase, aun en tiempos de rey
David su historia se conocía (2 Samuel 11:21) y ahora nosotros también la
recordamos como una advertencia a aquellos que perseveran en el pecado. El
único camino que a los hombres nos queda para huir de las consecuencias del
pecado es creer en Cristo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario