“Como yo he visto, los que aran iniquidad y siembran injuria, la
siegan”.
Job 4:8
INTRODUCCIÓN
En el libro de Job se nos dice que
la misma maldad que el hombre siembra esa misma siega, y esto es una realidad.
El pecado es un tema del cual la Biblia habla bastamente ya que sus efectos son
destructivos para la vida del hombre. Aunque el pecado nos ofrece satisfacer
nuestros deseos carnales, debemos estar conscientes que su fin es de muerte y
en esta oportunidad vamos a considerar al menos tres frutos que el pecado
produce.
El fruto del pecado |
I.
EL FRUTO DEL PECADO ES
ESCLAVITUD.
“Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel
que hace pecado, esclavo es del pecado”.
Juan 8:34
El primer fruto que el
pecado produce en nuestra vida es el de la esclavitud. El pecado tiene un poder
sobrenatural en nuestra vida a tal punto que nos convierte en personas adictas
a él, a tal punto que aquellos que lo practican quedan sometidos en plena
dependencia de él. Por eso Jesús les decía a los judíos: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel
que hace pecado, esclavo es del pecado. Como un duro capataz viene y
esclaviza al hombre con fuertes cadenas espirituales subordinando su voluntad a
las pasiones bajas de la naturaleza pecaminosa. Por eso Pablo nos decía que en
esta vida podemos ser esclavos de Cristo para justicia o del pecado para
muerte: “¿No
sabéis que, si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois
esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la
obediencia para justicia?”, (Romanos 6:16). Pecados como la
pornografía, el homosexualismo, la codicia, el odio, las borracheras, la
hechicería, la idolatría, la soberbia, entre otros tiene esclavizada a esta
sociedad. Esta afirmación espiritual no es difícil de creer ya que uno puede
verlo en personas que no pueden abandonar su antigua vida de pecado, ya que,
aunque los destruye, ellos son incapaces de abandonarlo porque fuertes cadenas
espirituales los hunde en esta terrible situación.
II.
EL FRUTO DEL PECADO ES
SUFRIMIENTO.
“¡Ay del impío! Mal le irá, porque según las obras de sus manos le
será pagado”.
Isaías 3:11
El segundo fruto que
el pecado produce es sufrimiento. Es cierto que al principio produce placer,
pero después este se vuelve como un aguijón que trastorna la vida del pecador y
por eso Isaías dice: ¡Ay del impío! Mal le irá, porque según las obras de sus manos
le será pagado. Vasta revisar las páginas de la Biblia para darnos
cuenta que ningún pecador que no se arrepiente ha tenido un final feliz. Uno ve
el trágico final de Caín tuvo debido a su soberbia y espíritu homicida, o el
triste final de Sansón el cual abandono sus botos de nazareo para entregarse al
vino y las rameras de su tiempo, o la ruina que cayó en la vida de Salomón al
dividírsele su reino por entregarse a la lujuria con mujeres extranjeras las
cuales lo obligaron a adorar a dioses extraños, o el juicio de Dios que vino
sobre todos los reyes de Israel que adoraron a dioses falsos y perseveraron en
el pecado de Jeroboam, o la condenación que vino sobre Judas por causa de su
codicia, y así podemos ver que todo aquel que persevere en el pecado tendrá un
triste final y solo le esperara un camino de dolores. Por eso decimos que el
fruto del pecado es el sufrimiento.
III.
EL FRUTO DEL PECADO ES
CASTIGO ETERNO.
“Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio,
fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades,
pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios,
borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os
amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no
heredarán el reino de Dios”.
Gálatas 5:19-21
Finalmente, el fruto
que el pecado produce es condenación eterna. En Gálatas Pablo nos dice que
nadie que practique esos pecados y otros semejantes a ellos heredará la vida
eterna. En esta vida tenemos que estar conscientes que la paga por una vida de
pecado es la condenación eterna en el infierno, y por esta causa la Biblia nos
advierte a huir de la maldad y no satisfacer los deseos de la carne ya que una
vida de pecado solo nos conduce al infierno.
IV.
LA DADIVA DE DIOS.
“Porque la paga del pecado es muerte, más la dádiva de Dios es vida
eterna en Cristo Jesús Señor nuestro”.
Romanos 6:23
Como ya hemos visto,
el pecado solo produce esclavitud, sufrimiento y condenación eterna; en contraste,
Dios nos ofrece a través de Cristo libertad del pecado, bendiciones y vida
eterna. Este claro contraste se deja ver en las palabras de Pablo: Porque la paga del
pecado es muerte, más la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor
nuestro. Realmente en esto consiste el evangelio, en la vida
restaurada que Jesús nos ofrece, la cual es una vida donde nuestros pecados han
sido perdonados: “En
quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados”,
(Colosenses 1:14); donde se nos ofrece una vida de abundancia: “El ladrón no viene
sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para
que la tengan en abundancia”, (Juan 10:10); y donde hemos escapado
de la condenación eterna: “Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo”,
(Juan 10:9).
CONCLUSIÓN.
El fruto que el pecado
produce es esclavitud, sufrimiento y condenación eterna, pero Cristo nos ofrece
una vida libre de las consecuencias del pecado, una vida de abundancia y
grandes bendiciones, y sobre todo la salvación de nuestra alma.
gracias por estas predicas de edificion a nuestra vida.
ResponderBorrarexcelente que dios nuestro señor te siga llenando de sabiduria
ResponderBorrarExcelente reflexión
ResponderBorrar