“El hombre nacido de
mujer, corto de días, y hastiado de sinsabores, sale como una flor y es
cortado, y huye como la sombra y no permanece”.
Job 14:1-2
INTRODUCCIÓN
No cabe duda de que duda que las palabras de Job nos hacen pensar en una
realidad: el hombre es corto de días y lleno de sinsabores. En esta oportunidad
veremos cómo podemos hacer para enfrentar a un mundo que esta llego de
calamidades, sufrimientos, injusticias y tanta maldad.
¿Cómo enfrentar un mundo de sinsabores? |
I. LA REALIDAD DEL SUFRIMIENTO EN LA VIDA DEL SER HUMANO.
Al leer Job 14:1-2 nos
damos cuenta de que el hombre nace y se expone a una vida corta llena de
sufrimientos e injusticias, pero ¿por qué es esto? ¿Por qué hay tanto dolor y
sufrimiento en el mundo? ¿Por qué Dios permite tanto dolor? Estas preguntas difíciles
han sido realizadas a lo largo del tiempo y difícilmente encuentran una
respuesta satisfactoria, pero lo cierto es que Dios no es el causante de todo
el mal, aunque en su voluntad lo permite, sino que es el pecado del hombre. Cuando
Dios creo al ser humano lo hizo perfecto, sin enfermedades y en mundo perfecto,
pero lamentablemente no obedeció al mandato de Dios y por su desobediencia el
pecado entro al mundo y por medio de él la muerte y sufrimiento: “Por tanto, como el
pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte
pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron”, (Romanos 5:12).
El pecado endurece el corazón del hombre y hace que la maldad crezca
desmedidamente eso trae una serie de calamidades como sufrimientos,
injusticias, destrucción y muchas cosas malas. Esto es la causa raíz de los
males del ser humanos.
Ahora bien, ante esta
realidad debemos preguntarnos que hacer para enfrentar a este mundo de sin
sabores. Es importante saber que si bien es cierto la paga del pecado es
muerte, la dádiva de Dios es vida eterna por lo que la mejor forma de enfrentar
el dolor es a través de la ayuda de Cristo.
II. EL REMEDIO PARA ENFRENTAR EL DOLOR.
“Porque
la paga del pecado es muerte, más la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo
Jesús Señor nuestro”.
Romanos 6:23
Definitivamente el
pecado solo nos conducirá a una vida de sinsabores; pero Dios nos ofrece una
vida diferente y aquí hay algunas recomendaciones de enfrentar el sufrimiento
que este mundo produce.
1.
Reconocer
que somos seres vulnerables.
Lo primero que debemos
hacer es reconocer nuestra vulnerabilidad y que sin Dios jamás podremos salir
victoriosos en este mundo de tinieblas. Como Job debemos reconocer nuestra vulnerabilidad:
El hombre nacido
de mujer, corto de días, y hastiado de sinsabores, sale como una flor y es
cortado, y huye como la sombra y no permanece. Muchas personas
sufren en este mundo y se niega a someterse a Cristo, así lamentablemente
siempre estarán expuestos al sufrimiento sin esperanza que este mundo produce.
2.
Hacer
a Cristo el Señor de nuestras vidas y vivir de acuerdo a su voluntad.
En segundo lugar,
debemos estar dispuestos a renunciar a nuestros pecados y entregar nuestra vida
en manos de Cristo. Pablo lo dice de esta forma: “Que, si confesares con tu boca que Jesús es el
Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo”,
(Romanos 10:9). Dos cosas hay que hacer: Uno es confesar a Jesús como nuestro
Señor, es decir, volverlo el dueño de nuestra vida sometiéndonos a una vida de
obediencia a su palabra, y dos creer que por su sacrificio seremos salvos, sin
obras, sino por la fe en lo que hizo en la cruz del Calvario. Cuando esto es
así podemos estar seguros de que le pertenecemos a Dios y que todo lo que pase estará
de acuerdo a su voluntad.
3.
Acudir
al Dios de toda consolación en momentos de dificultad.
Tercero, sabiendo que
somos de Cristo, acudir en nuestros momentos de dificultad al Dios de toda consolación:
“Bendito sea el
Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda
consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que
podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por
medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios”,
(2 Corintios 1:3-4). Aunque seamos cristianos debemos saber que estaremos
expuestos a dificultades: “Y después de anunciar el evangelio a aquella ciudad y de
hacer muchos discípulos, volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía, confirmando
los ánimos de los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la fe, y
diciéndoles: Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el
reino de Dios”, (Hechos 14:21-22). Por ello debemos aferrarnos a
nuestra esperanza que es Cristo conscientes que todo nos ayuda a bien.
4. Confiar siempre en Él.
“Cuando
pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán.
Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti”.
Isaías 43:2
Finalmente, debemos
desarrollar nuestra confianza plena en Cristo, ya que Dios no nos promete que
no habrá problemas, pero si que con su ayuda venceremos, sin embargo, para eso debemos
luchar por mantener nuestra relación con Él y no separarnos de la fuente de
agua viva.
CONCLUSIÓN.
En este mundo que
vivimos el ser humano tiene que enfrentar un sinfín de sinsabores y
sufrimientos por causa del pecado, pero la Biblia nos enseña cómo enfrentar
cualquier problema o tragedia que venga a nuestra vida:
1.
Reconocer
que somos seres vulnerables.
2.
Hacer
a Cristo el Señor de nuestras vidas y vivir de acuerdo a su voluntad.
3.
Acudir
al Dios de toda consolación en momentos de dificultad.
4.
Confiar
siempre en Él.
Hermosa enseñanza
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