Un libro que todos debemos conocer (Salmo 119:18)




“Abre mis ojos, y miraré las maravillas de tu ley”.
Salmo 119:18

INTRODUCCIÓN


            La Biblia hoy por hoy es uno de los libros más famosos alrededor del mundo, su mismo nombre deriva de la palabra griega biblios, que significa libritos, y en este sentido es una colección de 66 libros enmarcados en un solo volumen que guardan una unidad increíble. Amada y odiada, la Biblia se ha convertido en un libro que le ha dado la vuelta al mundo transformando miles de vidas a lo largo de la historia y despertando todo tipo de comentarios. Por ejemplo, el gran predicador Juan Crisóstomo dijo: “Os amonesto continuamente y no me canso de amonestaros, que no solamente estéis atentos a lo que se os dice, sino que también os ocupéis en vuestras casas cuidadosa y diligentemente en la lectura de la Sagrada Escritura”, Orígenes, un padre de la iglesia asevero: “Nuestras aseveraciones y discursos no tienen ningún peso; las Escrituras son los testigos que no podemos rehusar”. Abraham Lincoln declaro: “Creo que la Biblia es el mejor don que Dios jamás haya dado a los hombres. Todo el bien que emana del Salvador del mundo se nos comunica a través de este libro”. Michael Faraday, uno de los más grandes científicos del siglo XIX dijo: “¿Por qué se extraviarán los hombres cuando tienen este bendito libro de Dios para guiarlos?”. John Quincy Adams el sexto presidente de Estados Unidos, dijo, “Hablo como un hombre del mundo a los hombres del mundo, y les digo: Escudriñad las Escrituras. La Biblia es un libro sobre todos los otros para ser leído en todas las edades y en todas las condiciones de la vida humana; no para ser leído una o dos veces y luego ser puesto a un lado, mas es de ser leído en porciones pequeñas de uno o dos capítulos cada día”. Tomás Jefferson dijo lo siguiente en cuanto a la Biblia, “Siempre he dicho, y seguiré diciendo, que la lectura cuidadosa del Sagrado Volumen nos hará ciudadanos, esposos y padres de los mejores”. Sir Isaac Newton comento: “Hay más señales de autenticidad en la Biblia que en la historia profana alguna. Reconocemos en las escrituras de Dios la más sublime filosofía”. Todos estos comentarios realizados por eminentes personajes de la historia, y muchos otros más son un contundente testimonio de lo impactante que este libro sagrado ha sido alrededor del mundo y de allí la importancia que nosotros como cristianos pidamos a Dios que habrá nuestros ojos para comprender sus verdades espirituales, tal y como lo pedía el salmista: Abre mis ojos, y miraré las maravillas de tu ley. Ahora bien, ¿por qué debemos leer la Biblia? Veamos al menos cuatro razones.

Biblia
La Biblia es un libro que todos debemos conocer


                                I.            PORQUE NOS AYUDA A CONOCER A CRISTO.


“Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí”.
Juan 5:39

Una de las mayores razones por las cuales los cristianos debemos estudiar la palabra de Dios la encontramos en boca de nuestro mismo Señor Jesucristo ya que dijo: Escudriñad las Escrituras. Si nos damos cuenta sus palabras no sugieren una alternativa, sino es un imperativo, es decir, una orden la cual es escudriñar la palabra de Dios. El termino escudriñar nos habla de una acción de estudiar diligentemente las Escrituras de tal forma que nuestro aprendizaje del mismo sea eficaz. Con esto se pretende que los hijos de Dios lleguen a conocer el plan de salvación que Dios ha preparado a través de Jesucristo: porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí. Desde Génesis hasta Apocalipsis la Biblia habla acerca de Cristo y que la fe en su persona es la única que puede ayudarnos a heredar la vida eterna.

                             II.            PORQUE NOS AYUDA A CRECER ESPIRITUALMENTE.


“Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación”.
1 Pedro 2:2

Para Dios el estudio de su palabra es tan importante ya que es considerado como el alimento principal del creyente, aun si este es un recién convertido: “desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación”, (1 Pedro 2:2). Satanás esta consiente de esta verdad y por ello mete el desánimo y falta de interés entre los cristianos para que lean y estudien la Biblia, y cuando esto es así se convierten en cristianos carnales tal y como lo dice Pablo a los corintios: “De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo. Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía, porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres?”, (1 Corintios 3:1-3). Nuestro nivel de madurez así como crecimiento espiritual está directamente relacionado con el estudio de la palabra de Dios, la cual no solo alimenta nuestra alma, sino nos hace crecer y tener un discernimiento más acertado de las cosas espirituales, algo que les falto a los corintios por lo que se vieron en pleitos, divisiones, fornicación, entre otros pecados. El autor de la carta a los Hebreos lo dice de esta forma: “Acerca de esto tenemos mucho que decir, y difícil de explicar, por cuanto os habéis hecho tardos para oír. Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido. Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño; pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal”, (Hebreos 5:11-14). Por tanto, conocer la palabra de Dios es indispensable para nuestra madurez y crecimiento como hijos de Dios.

                          III.            PORQUE NOS AYUDA A PREPARARNOS PARA TODA BUENAS OBRA.


“Y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”.
2 Timoteo 3:15-17

En estos versículos Pablo confirma lo antes dicho: Las Escrituras nos ayudan a tener sabiduría para alcanzar por fe la salvación que es en Cristo Jesús. Sin embargo, una vez salvos es importante comenzar a vivir como tales por lo que el Estudio de su palabra nos ayuda a conocer cuál es el tipo de vida que Dios espera de nosotros y nos redarguye, corrige e instruye para toda buena obra: y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra. Al estudiar la palabra de Dios el cristiano llega a tener un conocimiento más exacto de su propia naturaleza, de los dones espirituales que Dios le ofrece, de la importancia del fruto del Espíritu, de cómo estar firme vistiendo la armadura del cristiano, a conocer nuestros alcances bajo el respaldo de Dios y en general a desechar toda maldad y sustituirla por buenas obras.

                          IV.            PORQUE TRAE UNA PROMESA DE BENDICIÓN A AQUELLOS QUE LA ESCUDRIÑAN Y OBEDECEN.


“Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien”.
Josué 1:8

Finalmente podemos decir que el estudio de la palabra de Dios trae bendición sobre aquellos que perseveran en ella con toda diligencia. Cuando Dios llamo a Josué a su servicio le exhorto a ser esforzado y valiente para guardar y hacer conforme a su palabra, además le insistió que tenía que meditar en ella de día y de noche, lo cual nos habla del tiempo de estudio que tenía que dedicarle a su palabra, y si lo hacía de esta forma prosperaría su camino: porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien. Dios promete bendecir a su pueblo si este se aleja de todo pecado y hace de su palabra una prioridad y el estudio bíblico nos puede ayudar para este fin: “Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado, sino que en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará”, (Salmo 1:1-3).

CONCLUSIÓN


Por tanto, la Biblia es un libro sinigual digno de ser escudriñado por cada uno de nosotros y como el salmista debemos pedirle al Espíritu Santo que abra nuestros ojos para comprender y poner en práctica todo lo que nos enseña, especialmente porque: 

1.       Nos da testimonio de Jesucristo.
2.       Nos alimenta espiritualmente.
3.       Nos ayuda a prepararnos para toda buena obra.
4.       Nos ofrece una palabra de bendición a todos aquellos que mediten en ella.



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