“Entonces
muchos de los judíos que habían venido para acompañar a María, y vieron lo que
hizo Jesús, creyeron en él. Pero algunos de ellos fueron a los fariseos y les
dijeron lo que Jesús había hecho. Entonces los principales sacerdotes y los
fariseos reunieron el concilio, y dijeron: ¿Qué haremos? Porque este hombre
hace muchas señales. Si le dejamos así, todos creerán en él; y vendrán los
romanos, y destruirán nuestro lugar santo y nuestra nación. Entonces Caifás,
uno de ellos, sumo sacerdote aquel año, les dijo: Vosotros no sabéis nada; ni pensáis que nos conviene que un hombre
muera por el pueblo, y no que toda la nación perezca. Esto no lo dijo por sí
mismo, sino que como era el sumo sacerdote aquel año, profetizó que Jesús había
de morir por la nación; y no solamente por la nación, sino también para
congregar en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos. Así que, desde
aquel día acordaron matarle”.
Juan 11:45-53
INTRODUCCIÓN
En
los siguientes versículos se nos muestran las reacciones que se provocaron en
las personas que presenciaron el milagro de la resurrección de Lázaro. Lázaro
había sido resucita y no cabe duda que semejante señal confirmo la autoridad
divina de la persona de Jesús, trajo gran alegría a la vida de sus dos
hermanas, Marta y María, causo gran asombro, pero también traería oposición
debido a la envidia de aquellos que estaban en desacuerdo con el ministerio de
nuestro Señor Jesucristo. Ahora veremos cómo esta señal provoco diferentes
reacciones en las vidas de aquellas personas que había presenciado la
resurrección de Lázaro.
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La resurrección de Lázaro ha sido hecha |
LA
SEÑAL AYUDO A QUE MUCHOS CREYERAN EN JESÚS
“Entonces
muchos de los judíos que habían venido para acompañar a María, y vieron lo que
hizo Jesús, creyeron en él”.
Juan 11:45
Lázaro
había resucitado después de cuatro días de muerto, y esto por supuesto era un
milagro sorprendente que confirmaba que Jesús tenia autoridad sobre la muerte,
un atributo que es exclusivo de Dios. Por ello muchos de los judíos que estaban
allí creyeron en El: Entonces muchos de los judíos que habían venido para
acompañar a María, y vieron lo que hizo Jesús, creyeron en él. Uno
de los efectos de los milagros es ayudar a las personas a creer en Jesucristo
al considerar su poder y autoridad como Hijo de Dios. Cuando nosotros
experimentamos de parte de Cristo algún tipo de milagro, llámese una sanidad
divina, o la concepción de un niño en una madre estéril, o la liberación de
cualquier situación difícil, generalmente nuestra fe crece y nuestra confianza
en Él se afirma mucho más, al final, los milagros a favor nuestros son una
respuesta de nuestra fe y confianza en Cristo, y ahora Marta y María estaban
felices celebrando que su hermano había resucitado de entre los muertos y
muchos judíos habían creído.
LA SEÑAL PROVOCO QUE OTROS CONSULTARAN A LOS FARISEOS
“Pero
algunos de ellos fueron a los fariseos y les dijeron lo que Jesús había hecho”.
Juan 11:46
Mientras
que muchos habían creído, otros prefirieron buscar a los fariseos, los
representantes de su tradicional religión. Uno esperaría que todos creyeran en Jesús,
especialmente después de haber presenciado semejante milagro que confirmaba
contundentemente quien era Él y a oídos de todos oró al Padre y el Padre le
respondió mostrándoles a todos que realmente tenía su respaldo: “Entonces quitaron
la piedra de donde había sido puesto el muerto. Y Jesús, alzando los ojos a lo
alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme oído. Yo sabía que siempre me
oyes; pero lo dije por causa de la multitud que está alrededor, para que crean
que tú me has enviado”, (Juan 11:41-42). No obstante, en lugar de
creer a las palabras de Jesús y confirmar su fe a través de tal gloriosa señal,
estos no quisieron dejar sus costumbres religiosas y mejor corrieron a sus
líderes para contarles todo lo que el Señor había hecho: Pero algunos de ellos fueron a los fariseos y
les dijeron lo que Jesús había hecho. Muchas personas son así, en lugar
de creer en el evangelio y creer en la obra restauradora de Cristo que es a
través de la fe, esto prefieren ir a sus líderes religiosos que les enseñan a
vivir por las obras de su secta o sus tradiciones religiosas que no les ayudan
en nada, al contrario, los conducen al infierno.
LA SEÑAL PROVOCO QUE LOS LIDERES RELIGIOSOS DECIDIERAN MATAR A JESÚS
“Entonces
los principales sacerdotes y los fariseos reunieron el concilio, y dijeron:
¿Qué haremos? Porque este hombre hace muchas señales. Si le dejamos así, todos
creerán en él; y vendrán los romanos, y destruirán nuestro lugar santo y
nuestra nación. Entonces Caifás, uno de ellos, sumo sacerdote aquel año, les dijo:
Vosotros no sabéis nada; ni pensáis que nos conviene que un hombre muera por el
pueblo, y no que toda la nación perezca. Esto no lo dijo por sí mismo, sino que
como era el sumo sacerdote aquel año, profetizó que Jesús había de morir por la
nación; y no solamente por la nación, sino también para congregar en uno a los
hijos de Dios que estaban dispersos. Así que, desde aquel día acordaron matarle”.
Juan 11:47-53
Finalmente,
vemos como la señal de la resurrección de Lázaro trajo oposición al ministerio
de Jesús a tal punto que decidieron que tenían que matarlo. Cuando los fariseos
recibieron la noticia de la resurrección de Lázaro decidieron reunirse con los
principales sacerdotes en el concilio con el propósito de definir qué harían: Entonces los
principales sacerdotes y los fariseos reunieron el concilio, y dijeron: ¿Qué
haremos? Porque este hombre hace muchas señales. Si le dejamos así, todos
creerán en él; y vendrán los romanos, y destruirán nuestro lugar santo y
nuestra nación. Su preocupación era que Jesús hiciera tantos
discípulos ya que sus señales lo respaldaban, estos hombres no estaban
preocupados por saber si Jesús era o no el verdadero Mesías, sino en mantener
su estatus y nivel de comodidad actual, ya que como religiosos y miembros del
Sanedrín gozaban de ciertos privilegios que los romanos les habían concedido.
Los romanos no eran tan exigentes en cuestiones de religión, ellos permitían
que las naciones conquistadas siguieran con sus cultos y tradiciones
religiosas, pero exigían el orden, de tal forma que cuando estas naciones
sometidas se rebelaban las aplastaban sin ninguna consideración. Estos fariseos
temían que Jesús ganara tantos adeptos que los romanos se inquietaran y
decidieran destruir la nación, llegando así a su fin sus privilegios. Debido a
esta preocupación los fariseos se reunieron de emergencia con los principales
miembros de concilio o el Sanedrín y a parte de estos allí estaban los
principales sacerdotes que eran los saduceos. En este entonces las dos sectas
de mayor importancia eran los fariseos y saduceos; los primeros, los fariseos,
eran la secta mayoritaria, secta rigurosa que afirmaba vivir de acuerdo a la
ley y los profetas. Los saduceos eran
una secta minoritaria que en su mayoría provenían de la aristocracia, no creían
en todas las Escrituras del Antiguo Testamento como los fariseos, sino solo en
los cinco libros de la ley, no creían en ángeles ni en la resurrección, muy contrario
a los fariseos, y soñaban con el día en que Dios estableciera su reino
teocrático donde ellos esperaban gobernar. Sin embargo, estos últimos eran
personas déspotas que no se interesaban por los pobres y veía con desprecio a
los demás. Algunos han comentado que hablar con estos saduceos era desagradable
ya que no eran tan corteses al momento de decir las cosas, y de hecho esto se
ve en la respuestas que le dio uno de ellos, el cual para este momento era el
sumo sacerdote, Caifás: Entonces Caifás, uno de ellos, sumo sacerdote aquel año, les dijo:
Vosotros no sabéis nada… Con las palabras “Vosotros no sabéis nada”,
prácticamente les estaba diciendo a todos los fariseos ignorantes, de hecho la
Versión Castillian NT de la Biblia traduce este versículo de la siguiente
manera: “Entonces
Caifás, uno de ellos, sumo sacerdote de aquel año, dijo: ¡Sois unos
ignorantes!”, (Juan 11:49, CAS), y la versión de la Biblia en
Lenguaje Sencillo dice: “Pero Caifás, que ese año era el jefe de los sacerdotes, les
dijo: —Ustedes sí que son tontos”, (Juan 11:49, BLS). Como vemos,
Caifás no fue en nada cortes ni diplomático, y de hecho los saduceos no
acostumbraban serlo, eran hombres arrogantes que veían de menos a los demás.
Ahora bien, estos hombres perversos no estaban interesados en descubrir si
Jesús era o no el Mesías, tampoco les importaba hacer voluntad de Dios, solo
querían mantener su estatus quo, su vida cómoda y segura, y por ello estaban
dispuestos a matar a Jesús: … ni pensáis que nos conviene que un hombre muera por el
pueblo, y no que toda la nación perezca. La Nueva Versión de la
Biblia traduce este versículo: “No entienden que les conviene más que muera un solo hombre
por el pueblo, y no que perezca toda la nación”, (Juan 11:50, NVI). Estos
hombres trataban de justificar su pecado de homicidio con pensar que era mejor
matar a Jesús y no que toda la nación muriese, no obstante, Jesús no estaba
allí para levantar una rebelión ni para establecer un reino político-militar en
Israel, sino para traer la liberación de los pecados de la nación, su reino no
era de esta tierra y de hecho no lo reconocieron cuando el llego a Jerusalén: “Y cuando llegó
cerca de la ciudad, al verla, lloró sobre ella, diciendo: ¡Oh, si también tú
conocieses, a lo menos en este tu día, lo que es para tu paz! Mas ahora está
encubierto de tus ojos. Porque vendrán días sobre ti, cuando tus enemigos te
rodearán con vallado, y te sitiarán, y por todas partes te estrecharán, y te
derribarán a tierra, y a tus hijos dentro de ti, y no dejarán en ti piedra
sobre piedra, por cuanto no conociste el tiempo de tu visitación”,
(Lucas 19:41-44). Aquí Jesús lloró sobre Jerusalén porque ellos no fueron
capaces de reconocer el día de su visitación porque estaba encubierto a sus
ojos, ellos no fueron capaces de reconocer a Jesús como su Mesías y que triste
que no lo hicieron porque a lo mejor la historia de la nación judía hubiese
sido otra; pero lo rechazaron y aquí estos hombres perversos están planeando
matarlo, sin saber que llegaría el día donde su tan preciosa ciudad y aun el
templo serian destruido por los romanos en el año 70 d.C., por eso Jesús lloró
al saber lo que les esperaba: Porque vendrán días sobre ti, cuando tus enemigos te rodearán
con vallado, y te sitiarán, y por todas partes te estrecharán, y te derribarán
a tierra, y a tus hijos dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra,
por cuanto no conociste el tiempo de tu visitación. Caifás aquel día
conspiro para matar al Hijo de Dios sin saber que de alguna manera este impío
que era el sumo sacerdote de la nación estaba profetizando: Esto no lo dijo por
sí mismo, sino que como era el sumo sacerdote aquel año, profetizó que Jesús
había de morir por la nación; y no solamente por la nación, sino también para
congregar en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos. Es
increíble ver como Dios uso este hombre para profetizar algo glorioso que iba a
pasar, la muerte de Jesús que salvaría a la nación de Israel, y no solo a
ellos, sino a todo aquel que crea en Él y así llamar a tanto como fuera
posible, su iglesia la cual se dispersaría por todo el mundo. No es la primera
vez que uno ve a un impío profetizando, uno puede recordar al codicioso Balaam,
que aunque quería maldecir a Israel por dinero, Dios no se lo permitió y termino
profetizando a favor de él: “Y él tomó su parábola, y dijo: De Aram me trajo Balac, rey
de Moab, de los montes del oriente; ven, maldíceme a Jacob, y ven, execra a
Israel. ¿Por qué maldeciré yo al que Dios no maldijo? ¿Y por qué he de execrar
al que Jehová no ha execrado? Porque de
la cumbre de las peñas lo veré, y desde los collados lo miraré; he aquí un
pueblo que habitará confiado, y no será contado entre las naciones. ¿Quién
contará el polvo de Jacob, o el número de la cuarta parte de Israel? Muera yo
la muerte de los rectos, y mi postrimería sea como la suya”,
(Números 23:7-10).
En resumen, podemos ver como este
tan glorioso milagro, la resurrección de Lázaro, causo diferentes reacciones en
las personas, Marta y María vieron la recompensa de su fe y con alegría
celebraron la resurrección de su hermano Lázaro, muchos judíos creyeron en
Jesús gracias a ese milagro y a lo mejor ganaron la vida eterna, otros no
quisieron permitir que la señal les mostrara que Jesús era el Mesías e
influenciados por sus prejuicios religiosos corrieron a sus antiguos maestros
religiosos, los fariseos, otros, como estos fariseos y saduceos, al ser
incapaces de negar las señales decidieron convertirse en instrumentos de
Satanás al planear su muerte, y así todo esto finalmente desencadenaría aquello
por lo cual nuestro Señor Jesús había venido a la tierra, a morir por nuestros
pecados.
Muchas gracias hnos, muchas bendiciones.
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