El problema de las Sectas a lo largo de la historia


 

“los cuales también saben que yo desde el principio, si quieren testificarlo, conforme a la más rigurosa secta de nuestra religión, viví fariseo”.

Hechos 26:5

INTRODUCCIÓN

                En estudios pasados definimos lo que significa una secta, esto es términos teológico cristiano, y en este sentido, llámanos secta a toda perversión del evangelio puro que introduce herejías que sus seguidores creen y estas mismas los conducen al infierno. Ahora bien, el problema radica aquí, en estas herejías que conducen a las personas a la condenación eterna, de allí que las sectas y herejías han constituido un verdadero problema para la iglesia del Señor desde sus mismos inicios y consideramos oportuno extender un poco más el estudio de este tema ya que desde que la iglesia nació allá en el siglo I d.C. surgieron muchas herejías que dieron paso a movimientos y sectas que tomando principios bíblicos, combinaron sus creencias paganas y filosofías griegas que se alejaban totalmente de la verdad que Dios ha revelado en las Escrituras.

 

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El problema de las Sectas a lo largo de la historia


ORIGEN ETIMOLÓGICO DE LA PALABRA SECTA

                  En el idioma latín, la palabra secta proviene de la palabra sequi que literalmente significa seguir, y en este sentido, una secta agrupa a un grupo de personas que siguen una manera particular de filosofía o manera de pensar. Ahora, en el Nuevo Testamento, la palabra secta se traduce del griego jairesis (αἵρεσις), la cual hace referencia a la acción de elegir, misma palabra que en ocasiones se traduce también como herejía, así que de alguna manera podemos ver que las sectas y las herejías están íntimamente relacionadas. Ahora, ¿cómo eran vistas las sectas en el tiempo de Jesús? Al respecto de esto, el Diccionario Bíblico Wilton M. Nelson nos dice: “Originalmente la voz griega significaba secta, escuela o partido, pero en la época helenística llegó a denotar una escuela o doctrina filosófica de enseñanzas particulares. No tenía todavía el sentido especial de desviación u oposición a la ortodoxia que le da el Nuevo Testamento. Significaba más bien una dirección o tendencia dentro de la ortodoxia, y por tanto los "sectarios" no merecían reprobación”. Así vemos que en el judaísmo existían algunas sectas donde no todas eran vistas como malas, así tenemos que Pablo perteneció a la secta de los fariseos: “los cuales también saben que yo desde el principio, si quieren testificarlo, conforme a la más rigurosa secta de nuestra religión, viví fariseo”, (Hechos 26:5). También, existía la secta de los saduceos: “Entonces levantándose el sumo sacerdote y todos los que estaban con él, esto es, la secta de los saduceos, se llenaron de celos”, (Hechos 5:17). Ambas sectas eran derivadas del judaísmo, sin embargo, se diferenciaban en sí en la forma de como expresaban su religión y definían sus fundamentos teológicos, así los fariseos afirmaban vivir por la ley de Moisés, separados del mundo, creían en la ley, los profetas y los demás Escritos y en los ángeles. Sin embargo, los saduceos era una clase sacerdotal que creía solamente en la ley, negaban la autoridad de los profetas y los demás Escritos, no creían en los ángeles ni la resurrección y abrazaban la idea de un gobierno sacerdotal al estilo de los Asmoneos. Aparte de estos, también estaban los esenios, un grupo sectario más radical que negó las comodidades de la sociedad por considerarla corrupta y se apartaron a vivir en comunidades aisladas en el desierto para conservar su tradición religiosa. Como vemos, dentro del judaísmo, cada uno escogía o elegía la corriente teológica por la cual expresaría su religión y al menos en este tiempo no se consideraban como algo malo. Con forme el cristianismo surgió, algunos lo consideraron también como una secta que derivaba del judaísmo, pero hoy sabemos que era más que eso: “Porque hemos hallado que este hombre es una plaga, y promotor de sediciones entre todos los judíos por todo el mundo, y cabecilla de la secta de los nazarenos”, (Hechos 24:5).

              Ahora, el concepto de secta cambio radicalmente con la llegada del cristianismo, ya que muchas herejías provocaron una separación de la verdadera doctrina y, por consiguiente, estas atentaron con el evangelio puro de Jesucristo. El evangelio es uno solo y aunque no dudamos que hay algunos temas teológicos de donde se pueden desprender más de una interpretación, lo importante es que estas no estén en contra de algunas doctrinas fundamentales de nuestra fe relacionadas con la salvación por medio de la fe en Jesús, sin obras, la deidad y personalidad de las tres personas de la Trinidad Divina, el nacimiento virginal de Jesús o su encarnación, la inspiración de las Escrituras y estas vistas como única fuente de autoridad. Por ello, Pablo les decía: “Mas si aún nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema”, (Gálatas 1:8). Siendo así, las sectas que surgieron en esta época estaban en total oposición al verdadero cristianismo, de allí que algunos teólogos como Roger Mehl dice que: “la secta es básicamente un grupo cerrado en el que se destaca una postura de oposición”, y ciertamente, las sectas se oponen a la verdadera doctrina del evangelio y sus seguidores deciden abrazar sus herejías que los conducen al infierno y en esto radica el peligro que las sectas presentan.

 

PROLIFERACIÓN DE LAS SECTAS Y HEREJÍAS DURANTE LOS PRIMEROS SIGLOS DE LA IGLESIA CRISTIANA

                 Es increíble pensar cómo Satanás se ha opuesto al avance del evangelio y obviamente no solo lo ha hecho a través de la persecución u ofrecer placeres temporales en los cuales el hombre pudiese perderse, sino que lo hace por medio de las sectas que ofrecen una falsa religión que haga pensar al hombre que se encuentra bien con Dios, sectas que están llenas de herejías. En el Nuevo Testamento podemos encontrar que algunos de sus evangelios y cartas fueron escritos para contrarrestar dichas herejías que estas sectas promovían. Consideramos las principales.

 

              El Gnosticismo.

El gnosticismo nació allá en el siglo I d.C. (algunos se atreven a afirmar que fue antes) como una especie de “ciencia religiosa” o filosofía que buscaba dirigir al hombre a la salvación a través de adquirir el conocimiento supremo que ellos llamaban gnosis. La palabra Gnosticismo proviene del griego Gnostikismós (Γνωστηκισμóς), que significa “tener conocimiento” e influenciaron durante los primeros cuatro siglos el judaísmo y cristianismo, con lo cual surgieron varias herejías. Durante el primer siglo, en su influencia negativa con el evangelio, el gnosticismo presento un problema de sincretismo, es decir, mezclaron los principios bíblicos con creencias de religiones orientales y filosofías, especialmente con las de Platón. Entre las enseñanzas del gnosticismo podemos mencionar:

 

1.      La salvación es lograda sólo a través del conocimiento especial (gnosis).

2.      El Dios desconocido era demasiado puro y perfecto para tener algo que hacer con el universo material el cual era considerado maligno, de allí se desprenderían conceptos como: El espíritu es bueno; el cuerpo, por ser material, es malo.

3.      Dios generó divinidades menores, o emanados, entre ellos estaba Jesús.

4.      Creían que el Demiurgo, un dios malvado que creó el universo. Él, junto con los arcontes (o agentes del Demiurgo), mantenían a los mortales en cautiverio en la materia y trataban de impedir que las almas de los espíritus puros ascendieran de regreso a dios después de la muerte de los cuerpos físicos.

5.      La liberación de la forma material era obtenible solo a través del conocimiento especial revelado por maestros Gnósticos únicos.

Definitivamente el gnosticismo llego a ser un problema al introducir sus creencias heréticas en el evangelio y ofrecer una descripción de Dios y Cristo totalmente errada, pero, consideremos algunos representantes de esta corriente gnóstica con los cuales la iglesia tuvo que lidiar durante los primeros siglos de esta:

 1.      Marción de Sinope (Siglo II d.C.): Aunque no todos opinan que fue un gnóstico, sus enseñanzas eran demasiado parecidas. Afirmaba que existían dos dioses, un dios malo al cual identificaba con el Dios del Antiguo Testamento y llamaba Demiurgo; y un dios bueno al cual lo relacionaba con el Dios del Nuevo Testamento el cual había enviado a Jesús. Además, de todo el canon bíblico, solo acepto el evangelio según Lucas y las cartas Paulinas, el resto fueron rechazadas por él.

2.      Cerinto (Finales del siglo I, principios del siglo II d.C.): Este filósofo y religioso afirmaba que Jesús y Cristo eran dos seres diferentes. De acuerdo con sus heréticas conclusiones, Jesús solo fue un hombre común y corriente el cual recibió el espíritu de Cristo cuando fue bautizado, pero se apartó de él cuando murió en el Calvario. Muchos teólogos cristianos afirman que Juan escribió su evangelio y cartas para desmentir las mentiras que este hombre enseñaba.

3.      Carpócrates de Alejandría (Siglo II d.C.): Fue un maestro gnóstico que combino las enseñanzas cristianas con elementos de la filosofía platónica, este negó la divinidad de Jesús, rechazo el Antiguo Testamento y creían que el mundo había sido creado por ángeles caídos y que la salvación solo se alcanzaba a través de alcanzar la gnosis suprema.

 

El Monarquianismo.

El monarquianismo es una corriente herética del siglo II y III d.C. que afirmaba la existencia de un solo Dios, el Padre, el monarca sobre toda la creación, negando así la Trinidad divina. Algunos de sus principales precursores de este pensamiento fueron: Pablo de Samosata un obispo de Antioquía en Siria y Práxeas, un sacerdote de Asia Menor. Del monarquianismo se desprendieron las siguientes corrientes heréticas que de alguna manera hoy en día prevalecen en los unitarios:

 

1.    Adopcionismo: Herejia del siglo II d.C, que afirmaba que Dios le otorgó poderes a Jesús durante su bautismo, el cual nació siendo humano, pero después lo adoptó como un Hijo. Teódoto de Bizancio fue el partidario principal de esta herejía y revivido más tarde en el siglo VIII en España.

2.    Modalismo: Este fue un término popularizado en el Siglo XIX entre los unitarios y por medio de la cual establecen que Dios es una sola persona quien a través de la historia bíblica se ha revelado a Sí Mismo en tres modalidades o formas: El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, de tal forma que estos tres nombres no sugieren que sean personas diferentes, sino el mismo Dios, presentado con diferente nombre o diferente manifestación.

 

El Montanismo.

              El montanismo fue corriente herética fundada por Montano, un teólogo de Frigia, en Asia Menor, alrededor de los años 160 al 170 d.C., el cual, junto con sus profetizas Prisca y Maximila, afirmaba haber tenido revelaciones proféticas respecto al fin del mundo. Según Montano, las revelaciones que recibió en forma de éxtasis suplantaban la revelación que los apóstoles recibieron y promovían el ascetismo.

 

El Docetismo.

La palabra docetista viene del griego dokein (δοκεῖν) que significa parecer o semejarse. Esta fue una herejía del siglo II d.C. que negaba la encarnación de Jesús, es decir, que Jesús no se hizo Hombre, sino que solamente sus apariciones corporales fueron un mero ilusionismo y, por tanto, sus sufrimientos en la cruz del Calvario fueron fingidos.

 

El Apolinarianismo.

              El apolinarianismo fue una herejía promovida por Apolinar el Joven, obispo de Laodisea en el siglo IV d.C. la cual negaba la naturaleza humana de Jesús y afirmo que el cuerpo que uso era un cuerpo sin alma, ya que consideraba que todo cuerpo con espíritu humano lo volvía pecador, de tal forma que el Logos se apodero del cuerpo de Cristo sustituyendo así su alma y lo uso como una especie de marioneta para hacer su obra.

 

El Arrianismo.

El arrianismo fue una herejía del siglo IV d.C. promovida por Arrio, obispo de Alejandría el cual afirmaba: (1) Sólo Dios el Padre era eterno y demasiado puro e infinito para aparecer en la tierra. (2) Por lo tanto, Dios produjo a Cristo el Hijo de la nada como la primera y la más grande creación. (3) El Hijo a su vez creó el universo. (4) El Hijo es adoptado por Dios. (5) Aunque Cristo era una creación tenía una gran posición y autoridad, él estaba para ser adorado y aún para ser mirado como a Dios. Si nos damos cuenta, los Testigos de Jehová tienen una influencia muy fuerte en su manera de ver a Cristo.

 

El Donatismo.

El donatismo fue un movimiento que surgió en el siglo IV d.C. y cuyo precursor fue Donato, quien llego a ser obispo de Cartago, al norte de África y tuvo un gran auge con la clase rural. Su historia se rastrea desde tiempos del emperador Diocleciano, el último emperador que persiguió al cristianismo. Durante este periodo de persecución, algunos cristianos de Cartago negaron su fe ante la presión romana, lo cual molesto al grupo que se mantuvo firme, luego, con la llegada de Constantino y la legalización del cristianismo como religión oficial de Roma, estos quisieron elegir un obispo lo cual provoco el rechazo de aquellos que se habían mantenido fieles durante el tiempo de la persecución y terminaron separándose y eligiendo a Donato como obispo de Cartago. De allí hay mucho que hablar en cuanto a los antecedentes históricos de los donatistas, esto sufrieron exilio por parte del Constantino, aunque con el tiempo lograron regresar a sus casas, hubo conflictos teológicos con lo que ya muchos consideran la naciente Iglesia Católica, disputas con teólogos como Agustín de Hipona, entre otras cosas. En general, podemos citar sus posiciones teológicas:

 1.      Rechazaban a muchos obispos por su corrupción moral y los calificaban indignos de ejercer su sacerdocio.

 2.      La efectividad de los sacramentos dependía del carácter moral del ministro.

3.      Exigían también a los cristianos un alto grado de perfección para ser admitidos en la iglesia.

4.      Promovían la idea de sufrir martirio por causa de la fe.

5.      Practicaron el rebautizo de sus seguidores por considerar que debía existir una conciencia de arrepentimiento al momento de tomar dicha decisión.

6.      Apatía a la idea de que el Estado o Gobierno se involucrara en asuntos eclesiásticos, especialmente porque en esta época Constantino se había constituido a si mismo como sumo pontífice.

EL TRABAJO DE CONTRARRESTAR LAS HEREJÍAS

               Ya hemos visto algunas herejías que proliferaron en los primeros cuatro siglos de la historia cristiana y hoy en día la iglesia se enfrenta a la realidad de las sectas, sectas que atraen hacia si a muchas personas las cuales se pierden en sus herejías, ahora, es importante que como cristianos nos preparemos para poder presentar una defensa respetuosa de las verdades de la palabra de Dios para que a través de la convicción del Espíritu Santo estas personas puedan ser libres de la mentira que el diablo los ha hecho vivir: “Sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros”, (1 Pedro 3:15).


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