“Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!”.
Filipenses 4:4
INTRODUCCIÓN
Filipenses es una carta
muy hermosa, edificante en gran manera y una verdadera joya literaria dentro
del canon bíblico. Si hay un versículo que pudiésemos considerar clave en toda
la Carta a los Filipenses, este seria Filipenses 4:4: Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos! La exhortación de Pablo
a regocijarnos en todo momento nos habla del gozo del cristiano y de allí que
uno de los temas principales que resaltan en esta carta es el gozo. Hoy vamos a
iniciar una serie de estudios orientados a comentar y entender esta maravillosa
carta iniciando con las generalidades de esta.
El Trasfondo de Filipenses |
UNA IGLESIA FUNDADA POR PABLO
Filipos era una
prominente ciudad de Macedonia en los tiempos de Pablo, nombrada así en
honor a Felipe II, padre de Alejandro el Grande, dicha ciudad estaba
estratégicamente ubicada en una ruta de primera importancia, en la vía Ignacia,
la cual unía las provincias orientales del Imperio Romano. En el año 42 a.C.,
los romanos declararon a Filipos como una de las ciudades provinciales mas
elevadas de la colonia romana, ya que en ella se podía comprar, poseer o
transferir propiedades, además estaban exentos de impuestos y se les había
concedido la ciudadanía romana por el favor que la ciudad había ganado por su
apoyo al emperador romano. Fue durante su segundo viaje misionero que
Pablo llego a Filipos y uno de sus primeros frutos en esta región fue
Lidia, la vendedora de purpura: “Zarpando, pues, de
Troas, vinimos con rumbo directo a Samotracia, y el día siguiente a Neápolis; y
de allí a Filipos, que es la primera ciudad de la provincia de Macedonia, y una
colonia; y estuvimos en aquella ciudad algunos días. Y un día de reposo salimos
fuera de la puerta, junto al río, donde solía hacerse la oración; y
sentándonos, hablamos a las mujeres que se habían reunido. Entonces una mujer
llamada Lidia, vendedora de púrpura, de la ciudad de Tiatira, que adoraba a
Dios, estaba oyendo; y el Señor abrió el corazón de ella para que estuviese
atenta a lo que Pablo decía. Y cuando fue bautizada, y su familia, nos rogó
diciendo: Si habéis juzgado que yo sea fiel al Señor, entrad en mi casa, y
posad. Y nos obligó a quedarnos”, (Hechos 16:11-15). Fue en esta
ciudad donde ocurrió la expulsión del espíritu de adivinación de la joven que
les anunciaba a Pablo y Silas la tarea de Dios que estos realizaban (Hechos
16:16-18), esto provoco que los echaran a la cárcel (Hechos 16:19-24),
posteriormente vemos a Pablo y Silas cantando himnos en la cárcel y ocurre el
gran terremoto (Hechos 16:25-26), luego la conversión del carcelero de Filipos
(Hechos 16:27-34), luego, los magistrados al darse cuenta de que Pablo era
ciudadano romano, deciden rogarle de que se fuera de Filipo ya que estos habían
cometido un error al tomarlo prisionero sin un previo juicio, lo cual era grave
si se le hacia a un ciudadano romano (Hechos 16:35-40). Al final, el apóstol
partió de Filipos, no sin antes despedirse y dejar fundada la iglesia en esta
ciudad: “Entonces, saliendo de la cárcel, entraron
en casa de Lidia, y habiendo visto a los hermanos, los consolaron, y se fueron”,
(Hechos 16:40).
AUTOR, LUGAR Y FECHA
En cuanto a la autoría de dicha carta, casi es unánime el consenso en cuanto de atribuirle a Pablo la autoría de la misma. Además de esto, existen fuentes externas que afirman que Pablo es el autor de la carta a los Filipenses, entre estas tenemos el testimonio de algunos padres de la iglesia primitiva tales como: Policarpo de Esmirna, Ireneo de Antioquia, Clemente de Alejandría, La Epístola de las iglesias de Lyon y de Viena, Eusebio, Tertuliano y Orígenes. Esta sigue muy de cerca el formato normal de las cartas paulinas: (1) una identificación del autor y los lectores, (2) los deseos de gracia y paz del apóstol, (3) el cuerpo de la carta, (4) saludos del apóstol y deseos de enviarles sus colaboradores para que los visitaran y confirmaran su fe y (5) una bendición final. Ahora, fechar el tiempo en el cual fue escrita la carta y definir el lugar donde fue escrita, esto ha presentado últimamente dificultades. Tradicionalmente la carta se ha clasificado como parte del grupo llamado “Las Cartas de la Prisión”. Se han agrupado cuatro cartas paulinas bajo esta clasificación, esto porque en ellas hay evidencias de que mientras las escribió estaba privado de libertad, estas son: Efesios, “Por esta causa yo Pablo, prisionero de Cristo Jesús por vosotros los gentiles”, (Efesios 3:1); Filipenses, “De tal manera que mis prisiones se han hecho patentes en Cristo en todo el pretorio, y a todos los demás”, (Filipenses 1:13); Colosenses, “La salutación de mi propia mano, de Pablo. Acordaos de mis prisiones. La gracia sea con vosotros. Amén”, (Colosenses 4:18); y por supuesto, Filemón, “más bien te ruego por amor, siendo como soy, Pablo ya anciano, y ahora, además, prisionero de Jesucristo”, (Filemón 9). Ahora, se había sugerido que estas 4 cartas fueron escritas por Pablo durante el tiempo de su encarcelamiento en Roma, ya que como se ve en Hechos, el apóstol paso 2 años con encarcelamiento residencial en Roma, tiempo en el cual pudo haber escrito estas 4 cartas: “Y Pablo permaneció dos años enteros en una casa alquilada, y recibía a todos los que a él venían, predicando el reino de Dios y enseñando acerca del Señor Jesucristo, abiertamente y sin impedimento”, (Hechos 28:30-31). Si esto fue así, estas 4 cartas fueron escritas por Pablo y enviadas a través de Epafrodito, quien llevo la carta a los Filipenses; Epafras, quien llevo la carta a los Colosenses, Onésimo, quien llevo la carta a Filemón y Timoteo, quien posiblemente llevo la carta a los Efesios y llego a ser su obispo. Una evidencia que dan para demostrar que Pablo escribió estas cartas durante el tiempo de su encarcelamiento en Roma es la mención que hace acerca de la presencia de la guardia pretoriana en esa ciudad: “De tal manera que mis prisiones se han hecho patentes en Cristo en todo el pretorio, y a todos los demás”, (Filipenses 1:13). Si esto es así, entonces podríamos fechar la carta durante el tiempo que Pablo estuvo preso en Roma y, por tanto, fue escrita entre el 60 al 62 d.C.
Ahora bien, a parte de esta
posición, han surgido otras que tratan de definir un lugar y fecha diferentes
en la cual Pablo escribió Filipenses. Una razón que ha llevado a algunos a
cuestionar la tradicional fecha y lugar donde se escribió esta carta es lo
difícil que parece creer el hecho de que Pablo hubiese escrito su carta en Roma
y que esta haya sido enviada desde allí hasta Filipos, considerando que la
distancia es bastante larga y pasarían meses para que estas llegasen a su
dirección. Si es así, algunos opinan que la carta tuvo que haberse escrito en
algunas de las ciudades de Asia Menor, Acaya o Macedonia, lo cual hace más
fácil creer que la factibilidad de hacer llegar la carta a Filipos era mas
probable. Entonces, si es así, ¿dónde se escribió Filipenses? Una primera
opinión al respecto afirma que Pablo escribió Filipenses durante su estadía en
Corinto alrededor del año 50 d.C., esto considerando el respaldo que el
Señor le dio al apóstol de predicar allí su palabra y estuvo en esa ciudad
alrededor de un año y medio: “Porque yo estoy
contigo, y ninguno pondrá sobre ti la mano para hacerte mal, porque yo tengo
mucho pueblo en esta ciudad. Y se detuvo allí un año y seis meses, enseñándoles
la palabra de Dios”, (Hechos 18:10-11). El problema con esta
posición es que no hay evidencias de que Pablo haya estado encarcelado en
Corinto y esto lleva a otros a indicar la ciudad de Éfeso como el
lugar en donde Pablo escribió su carta a los Filipenses alrededor de los años
53 al 55 d.C. Lo que favorece esta posición es la proximidad de la
ciudad de Filipos, así como la posibilidad de que haya existido allí una
guardia pretoriana, aunque en Hechos no se nos dice que Pablo fue encarcelado
allí, si paso muchas dificultades y algunos opinan que experimento allí
prisiones durante los 2 años que estuvo en Éfeso en su tercer viaje misionero: “Así continuó por espacio de dos años, de manera que todos
los que habitaban en Asia, judíos y griegos, oyeron la palabra del Señor Jesús”,
(Hechos 19:10). Aunque las Escrituras no especifican de que Pablo haya estado
prisionero en Éfeso, algunos opinan que es probable que si basado en las
dificultades que este experimento allí: “Porque
hermanos, no queremos que ignoréis acerca de nuestra tribulación que nos
sobrevino en Asia; pues fuimos abrumados sobremanera más allá de nuestras
fuerzas, de tal modo que aun perdimos la esperanza de conservar la vida. Pero
tuvimos en nosotros mismos sentencia de muerte, para que no confiásemos en
nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos”, (2
Corintios 1:8-9). Podríamos mencionar también la posición de que Filipenses fue
escrita en Cesarea, durante el tiempo que fue prendido en Jerusalén y luego
llevado a Cesarea antes de ir a Roma como prisionero, sin embargo, es muy poco
probable que durante este periodo Pablo haya escrito algo, al final, hoy por
hoy, estas son algunas opiniones en cuanto al lugar y fechas donde Filipenses
pudo haber sido escrita.
¿DOS O TRES CARTAS EN UNA?
Con el tiempo, los
estudiosos de las Escrituran han llegado a establecer una teoría que afirma que
Filipenses es una obra compuesta de mas de una carta que terminaron
combinándose en un solo volumen. Aquí se han escuchado dos opiniones, la
primera, Filipenses es el resultado de tres cartas individuales que se
unieron en una sola. Los que apoyan esta opinión se basan en el hecho
de que la palabra loipón (λοιπόν)
puede traducirse como “finalmente” y aparece dos veces en Filipenses, y en este
sentido, cada vez que aparece en Filipenses 3:1 y 4:8, marca la diferencia para
identificar las 3 cartas. No obstante, loipón (λοιπόν),
no necesariamente puede traducirse como “finalmente”, sino más bien es un
adjetivo neutro que indica una conclusión de algo que se desprende de lo antes
dicho, de tal forma que podría traducirse: “entonces” o “por lo demás”. La
segunda opinión es que Filipenses son dos cartas combinadas en una.
Los que apoyan esta posición se basan la ruptura del pensamiento que aparecen a
lo largo de la carta, por ejemplo, en Filipenses 4:1-9, pareciera que Pablo
comienza a despedirse, pero del versículo 10 se rompe la línea de pensamiento
que trae para agradecer por la ofrenda que le habían hecho llegar por medio de
Epafrodito: “Así que, hermanos míos amados y
deseados, gozo y corona mía, estad así firmes en el Señor, amados… En gran
manera me gocé en el Señor de que ya al fin habéis revivido vuestro cuidado de
mí; de lo cual también estabais solícitos, pero os faltaba la oportunidad”,
(Filipenses 4:1, 10). Desde el primer versículo hasta el nueve, todo suena a
despedida; pero a partir del 10 del mismo capítulo 4 pareciera que rompe la
despedida para agradecer por la ofrenda que le habían hecho llegar y luego en
el versículo 21 vuelve a despedirse saludando a los creyentes. Otra razón
que ha llevado a pensar que Filipenses es el resultado de la combinación de dos
cartas es el hecho de la situación de Epafrodito que se describe en dos
secciones diferentes, por ejemplo, allá Filipenses 2:25-28, este se encontraba
enfermo y recién se había recuperado de una situación muy grave y por tal razón
Pablo no había podido enviarlo a Filipos: “Mas tuve
por necesario enviaros a Epafrodito, mi hermano y colaborador y compañero de
milicia, vuestro mensajero, y ministrador de mis necesidades; porque él
tenía gran deseo de veros a todos vosotros, y gravemente se angustió porque
habíais oído que había enfermado. Pues en verdad estuvo enfermo, a punto
de morir; pero Dios tuvo misericordia de él, y no solamente de él, sino también
de mí, para que yo no tuviese tristeza sobre tristeza. Así que le envío
con mayor solicitud, para que al verle de nuevo, os gocéis, y yo esté con menos
tristeza”, (Filipenses 2:25-28). Sin embargo, cuando llegamos casi
al final de la carta, vemos que Pablo dice que estaba feliz de haber recibido
la ofrenda de ellos por conducto de Epafrodito: “Pero
todo lo he recibido, y tengo abundancia; estoy lleno, habiendo recibido de
Epafrodito lo que enviasteis; olor fragante, sacrificio acepto, agradable
a Dios”, (Filipenses 4:18) ¿Cómo fue posible esto? ¿Si en el capítulo
2 el apóstol nos dijo que Epafrodito casi moría y recién se estaba recuperando
de una enfermedad grave, cómo es que ahora al final de su carta dice que acaba
de recibir una ofrenda que ellos le enviaron por medio de Epafrodito? Bueno, la
respuesta que dan es que hubo una adición en este texto. Ahora, pensar en esto
no podría ser una locura, porque puede ser que las iglesias primitivas valoraron
la correspondencia que el apóstol les había enviado y en este sentido
decidieron conservarlas uniéndolas en un solo volumen sin saber que con el
tiempo llegarían a considerarse Escritura inspirada por Dios. por tanto, los que
apoyan esta segunda opinión afirman que Filipenses es la combinación de dos
cartas, las cuales llaman: La carta del agradecimiento, que corresponde
a Filipenses 4:10-20, y la carta de la amistad, que corresponde a
Filipenses 1-4:9, 4:21-23. Si esto es así, lo que se hizo fue una adición de la
carta del agradecimiento justo antes del saludo de la carta de la amistad y así
ambas cartas se convirtieron en un solo volumen.
TEMÁTICA
En cuanto al tema principal
de la carta, la mayoría afirma que este es el gozo del cristiano,
de hecho podemos encontrar muchos consejos a lo largo de la carta para no
perder el gozo y por ello es conocida como la carta del gozo, de allí
que podríamos citar el siguiente versículo como clave en toda la carta: “Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!”,
(Filipenses 4:4). Sin embargo, podemos encontrar otros temas en esta carta, por
ejemplo, la comunión en el evangelio (Filipenses 1:5; 2:1; 3:10), también el apóstol
exhorta a crecer en conocimiento y discernimiento (Filipenses 1:9), y el
agradecimiento (Filipenses 4:10-20). En general, se respira un espíritu de
amistad en toda la carta lo cual muestra la gran hermandad que existía entre el
apóstol y la iglesia de Filipos.
BOSQUEJO DE FILIPENSES
I. SALUTACIÓN (Filipenses 1:1-2).
II. ORACIÓN DE PABLO POR LOS FILIPENSES.
a.
Acción
de gracias por los filipenses (Filipenses 1:3-5).
b.
La
confianza de Pablo en Cristo (Filipenses 1:6-7).
c. Oración por el progreso espiritual de los filipenses (1:8-11).
III. LA
BIOGRAFÍA DE PABLO.
a.
La
seguridad de que sus cadenas han sido bendición para otros (Filipenses 1:12-18).
b.
Cristo,
exaltado en su vida y muerte (Filipenses 1:19-26).
IV. EL
CUERPO DE LA CARTA.
a.
Excelencia
en la conducta cristiana.
i. El privilegio de sufrir
por Cristo (Filipenses 1:27-30).
ii. Debemos someternos a los
demás, la humildad y la unidad (Filipenses 2:1-4).
iii. Buscar la mente de
Cristo, sus sufrimientos y humildad (Filipenses 2:5-11).
iv. La prioridad de sacrificarse
(Filipenses 2:12-18).
b.
Ejemplos
de buena conducta: Timoteo y Epafrodito (Filipenses 2:19-30).
c.
Ejemplos
de entrega: Pablo renuncia a todo para ganar a Cristo (Filipenses 3:1-21).
d.
La
excelencia de entregarse a Cristo (Filipenses 4:1-9).
V. BENDICIONES.
a.
Para
Pablo (Filipenses 4:10-18).
b.
De
Pablo a los filipenses (Filipenses 4:19-20).
VI. BENDICIONES
Y SALUDOS
(Filipenses 4:21-23).
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