La Iglesia Adventista del Séptimo Día


 

“Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios. Porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas. Procuremos, pues, entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia”.

Hebreos 4:9-11

INTRODUCCIÓN

              La Iglesia Adventista del Séptimo Día, a veces llamados adventistas, cuyo nombre proviene de la palabra advenimiento, la cual hace referencia al advenimiento o segunda venida de Cristo, es vista a veces como una denominación evangélica, pero realmente las congregaciones cristianas no la clasifican así, sino más bien la podríamos clasificar como una secta por tener doctrinas fundamentales con interpretación diferente. Una de sus características por las que se conoce este grupo es porque afirman guardar el sábado como un acto de obediencia al cuarto mandamiento, y de allí que a veces se les llama también sabatistas, sin embargo, Hebreos nos dice que ahora esto ya no es necesario, ya que Cristo es nuestro reposo y de allí se nos exhorta a entrar a este reposo, el reposo de todas nuestras obras, de la carga de nuestros pecados: Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios. Porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas. Procuremos, pues, entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia.

ORIGEN


William-Miller
William Miller
De John H. Bufford - Adventist Digital Library, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=129659039

              Durante las primeras décadas del siglo XIX en los Estados Unidos se dio un gran avivamiento que muchos han llamado el Segundo Gran Despertar (1790–1840), época que se caracterizó por la predicación de la palabra de Dios y un tiempo de muchas conversiones, época donde Dios levanto hombres como Charles Finney; sin embargo, durante este momento se nació también una secta que hoy en día se conoce como la Iglesia Adventista del Séptimo Dia. Todo comenzó con un hombre llamado William Miller, un granjero bautista, que después de estudiar por años las profecías del libro de Daniel se atrevió a afirmar que el Señor Jesucristo regresaría el 22 de octubre de 1844. Esto lo hizo basada en el texto: “Y él dijo: Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado”, (Daniel 8:14). Según William Miller, la purificación del santuario la interpreto como el fin del mundo, los dos mil trescientos días los entendió como un periodo de dos mil trescientos años​ que iniciaron en el 457 a.C., fecha en que Artajerjes I emitió un edicto que permitía la reconstrucción de Jerusalén. En el año de 1831 Miller comenzó a predicar sus ideas en iglesias bautistas, metodistas y congregacionalistas en EE. UU., ganando adeptos, y en 1840, Joshua V. Himes, uno de sus seguidores y pastor bautista, inicio la impresión de una revista llamada Signs of the Times, así como otras publicaciones de folletos y libros que anunciaban dichas ideas del regreso de Cristo en el año de 1844, luego, otro de sus seguidores llamado Samuel Snow, a través de un estudio en las fiestas judías, llego a establecer que la segunda venida de Cristo seria el 22 de octubre de 1844. De esta forma se dio lo que se conoce como movimiento millerita atrayendo a muchas personas que creyeron en sus falsas predicciones.

 

profecias-Miller
El cálculo realizado por William Miller De Bald bald - Trabajo propio, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=36813168


            El Gran Chasco.

Después de toda esta propaganda, El 22 de octubre de 1844, alrededor de cincuenta mil y doscientas cincuenta mil personas esperaron ansiosamente la segunda venida de Cristo, sin embargo, como ya sabemos, nada paso ese día. Eso provoco la deserción de muchas personas, sin embargo, un remante continúo tratando de entender qué es lo que había pasado y así, llegaron a la conclusión que los cálculos de Miller estaban correctos, pero había errado al creer que Cristo vendría a la tierra a purificar un santuario terrenal, si no, más bien se refería a un santuario celestial: “Y él dijo: Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado”, (Daniel 8:14). En este sentido afirman que Jesús inicio la purificación del santuario celestial, allá en el cielo donde se encuentra, para dar paso a lo que llamaron el juicio investigador, donde revisaría todos los nombres del libro de la vida y al purificar totalmente el santuario celestial, regresaría a purificar la tierra. De esta forma, de un gran error de interpretación bíblica, saltaron a otra, naciendo el movimiento que se conocería como la Iglesia Adventista del Séptimo Dia.

 

Sus principales lideres.

Entre los principales lideres que impulsaron este movimiento podemos mencionar a Joseph Bates, fue un marinero estadounidense que al abrazar las enseñanzas milleritas, uso su fortuna para propagar estas ideas, además de ser uno de los primeros adventistas que comenzó a guardar el sábado. También tenemos a James Springer White, quien fue un teólogo y escritor estadounidense que fundo el primer periódico adventista. Luego, tenemos quizás a la más conocida del movimiento adventista, Ellen Gould White, conocida también como Elena de White y esposa de James Springer White. Su liderazgo fue clave en dicho movimiento, fue autora de muchos libros que propagaron sus ideas y se conoció por sus visiones respecto a la segunda venida de Cristo.

 

ELENA DE WHITE

              Elena de White fue una mujer que influyo bastante en el movimiento adventista. Después del gran chasco, ella fue uno de los pocos que se quedaron buscando la razón del por qué la profecía de Miller había fallado. Al final, como ya vimos, entendieron que la profecía no había fallado, sino que fue mal interpretada ya que Cristo había iniciado la purificación del santuario celestial, antes de venir a purificar la tierra. Ella dijo en su obra, El Conflicto de los Siglos, página 419.: “El asunto del santuario fue la clave que aclaró el misterio del chasco de 1844”. De esta forma, Elena de White promovió estas ideas las cuales fueron confirmadas por sus visiones, las cuales eran manifestadas como una especie de trance donde afirmaba ver cosas que el Señor le revelaba. Una de estas visiones veía a un grupo de milleritas caminando por medio de una senda estrecha rumbo a la Nueva Jerusalén, lo cual usaron para animar a sus seguidores de que se encontraban en el camino adecuado, así Elena de White fue reconocida entre los adventistas como una profeta. Elena de White afirmo tener más visiones proféticas y fue autora de muchas obras literarias.

 

Elena-de-White
Elena de White
De G. W. Loring, New York Gallery, Battle Creek, Michigan - Ellen G. White Estate, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=74530903

ENSEÑANZAS DE LOS ADVENTISTAS DEL SÉPTIMO DÍA

               Los adventistas tienen algunas enseñanzas que de acuerdo a la Biblia no son correctas y aunque a simple vista parecieran ser congregaciones cristianas, realmente no interpretan algunas doctrinas que pudiéramos considerar fundamentales en nuestra valiosísima fe. Vamos a considerar algunas de ellas.

 

Las profecías.

Quizás una de las primeras enseñanzas que están en contra de lo que la Biblia enseña que pudiésemos mencionar son sus profecías en cuanto a la segunda venida de Cristo. Si recordamos William Miller afirmó que el Señor Jesucristo regresaría el 22 de octubre de 1844, y luego, Samuel Snow, declaró que lo haría ese mismo año, solo que el 22 de octubre, lo cual ya sabemos. Uno de los peores errores que una persona puede tener es tratar de fechar el año en el cual Jesucristo regresara, esto es así porque nuestro Señor nos advirtió de que no debíamos hacerlo: “Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre”, (Marcos 13:32). Ante el fracaso de esta profecía, sus seguidores lo solucionaron diciendo de que Miller no se había equivocado en la fecha, sino solo en el lugar, ya que Jesús en lugar de regresar por segunda vez a la tierra para purificarla, lo que había hecho era entrar al santuario celestial, allá en la morada celestial, para purificarlo, tomando en cuenta las últimas palabras de Daniel 8:14: “Y él dijo: Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado”, (Daniel 8:14). Sus seguidores defienden esta última postura basándose en algunos versículos de Hebreos, tales como: “El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas”, (Hebreos 1:3) y además: “Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios”, (Hebreos 9:24). En cuanto a esta interpretación los adventistas afirman:

 1.      Lo que ocurrió en 1844 no fue un chasco, sino un gran acontecimiento histórico que dio paso a la iglesia adventista.

2.      Daniel 8:14 y la doctrina del santuario purificar nos dice que Jesús está realizando ahora mismo el último aspecto de su obra redentora como Sumo Sacerdote en el santuario celestial.

3.      Un juicio investigador que está en proceso en el cielo ahora mismo por parte del Señor Jesús, donde para cada ser humano revisa en el libro de la vida los hechos, sean buenos o malos, de cada uno de ellos. Al terminar esta obra regresara por segunda vez a la tierra a juzgar a cada uno según sus obras. Al respecto de esto, una declaración de fe en una de sus páginas oficiales en la internet dice: “Antes de la Segunda Venida de Jesús, está investigando toda la tierra, todos los que han vivido, cada elección que cada ser humano ha hecho. Dios quiere que quede claro para nosotros, y para el universo que nos observa, que ninguna persona experimentará un destino que no haya elegido”[1].

Lo cierto es que Daniel 8:14 merece otra interpretación y el problema que tenemos con la fecha dada referente a la segunda venida de Cristo y las otras enseñanzas que se desprendieron de ella referente a la purificación del templo y el juicio purificador es que están basadas en un error del cual el Señor nos advirtió no cometer, el querer fechar su segunda venida, según Marcos 13:32.

profecias-millerita
Cartel profético millerita
Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=3137282

La muerte.

Otra enseñanza que no concuerda con lo que la Biblia enseña es la forma de cómo entienden la muerte. Una de sus declaraciones de fe de la iglesia adventista dice textualmente en un sitio de internet: “La paga del pecado es la muerte. Pero Dios, el único que es inmortal, otorgará vida eterna a sus redimidos. Hasta ese día, la muerte constituye un estado de inconsciencia para todos los que han fallecido. Cuando Cristo, que es nuestra vida, aparezca, los justos resucitados y los justos vivos serán glorificados, y todos juntos serán arrebatados para salir al encuentro de su Señor. La segunda resurrección, la resurrección de los impíos, ocurrirá mil años después”[2]. Si nos damos cuenta los adventistas ven la muerte como un estado de inconciencia, donde los que mueren están como un sueño y estos despertaran hasta el día de la resurrección, ya sea para vida eterna o condenación eterna. Bien es cierto de que en algunas partes de las Escrituras se usa el termino, “los que duermen”, para referirse a los que ya murieron, pero realmente este es un eufemismo, es decir, una expresión utilizada para sustituir una palabra que socialmente se considera ofensiva o de mal gusto (1 Corintios 11:30; 15:6; 1 Tesalonicenses_4:13; 5:7). Además, la Biblia es clara al enseñar que después de la muerte, el alma trasciende conscientemente, ya sea al infierno o al paraíso, tal y como Jesús lo enseñó: “Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado. Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno”, (Lucas 16:22-23).


La expiación.

La Biblia enseña cómo la obra expiatoria de Cristo en la cruz vino a redimir a todo aquel que cree en Él de sus pecados, sin embargo, algunos Adventistas del Séptimo día colocan a Satanás como co-redentor a la par de Cristo, lo cual es un terrible error. De esto, citamos lo que nos dice J. Cabral en su libro, Religiones, Sectas y Herejías: “Según la doctrina sabatista, la expiación es hecha por Jesús y Satanás. En Levítico 16:5-10, 20, 22, entrevén que el macho cabrío sacrificado representa a Cristo y el emisario representa a Satanás que lleva el pecado de los redimidos para el infierno, donde será aniquilado”. En el libro de Levítico encontramos este texto: “Y hará traer Aarón el becerro de la expiación que es suyo, y hará la reconciliación por sí y por su casa. Después tomará los dos machos cabríos y los presentará delante de Jehová, a la puerta del tabernáculo de reunión. Y echará suertes Aarón sobre los dos machos cabríos; una suerte por Jehová, y otra suerte por Azazel. Y hará traer Aarón el macho cabrío sobre el cual cayere la suerte por Jehová, y lo ofrecerá en expiación. Mas el macho cabrío sobre el cual cayere la suerte por Azazel, lo presentará vivo delante de Jehová para hacer la reconciliación sobre él, para enviarlo a Azazel al desierto. Y hará traer Aarón el becerro que era para expiación suya, y hará la reconciliación por sí y por su casa, y degollará en expiación el becerro que es suyo”, (Levítico 16:6-10). Pensar que el macho cabrío que se sacrifica es un símbolo de Cristo que redime a los pecadores y que el macho cabrío que se libera, llamado aquí Azazel es Satanás quien lleva los pecados de los redimidos para ser destruido en el infierno es un error. La palabra hebrea de donde se traduce Azazel es azazel (עֲזָאזֵל), la cual algunos expertos en la lengua hebrea afirman que significa “soltar el chivo”. En este sentido, Casiodoro de Reina tradujo esa palabra, Azazel literalmente, por lo que leemos: “Y echará suertes Aarón sobre los dos machos de cabrío; la una suerte por Jehová, y la otra suerte por Azazel”, (Levítico 16:8), pero, realmente, lo que el autor del libro de Levítico estaba tratando de explicar es el hecho de que el macho cabrío que se eligiera para Dios seria sacrificado por los pecados del que ofrece el sacrificio, mientras que el otro macho cabrío sería “azazel”, o sea, suelto en el desierto, de allí que la Nueva Versión Internacional de la Biblia traduce así este versículo: “Entonces Aarón echará suertes sobre los dos machos cabríos, uno para el SEÑOR y otro para soltarlo en el desierto”, (Levítico 16:8, NVI). Así que Azazel no es Satanás que funge como co-redentor, sino, significa que el macho cabrío que es soltado al desierto para perderse, representa los pecados de aquel que se arrepiente que no son más recordados por Dios, estos se pierden y el hombre es justificado por medio del sacrificio de Cristo. 


Guardar el día sábado.

Otra enseñanza que siguen fielmente los adventistas es el guardar el día sábado. Al respecto, una confesión de fe que se encuentra en una de sus páginas web que son oficiales en su organización dice: “El amable Creador, después de los seis días de la Creación, descansó en el séptimo día e instituyó el sábado para todas las personas como un memorial de la Creación. El cuarto mandamiento de la inmutable ley de Dios requiere la observancia del séptimo día como día de descanso, adoración y ministerio en armonía con la enseñanza y la práctica de Jesús, el Señor del Sábado. El sábado es un día de encantadora comunión con Dios y con los demás. Es un símbolo de nuestra redención en Cristo, un signo de nuestra santificación, una muestra de nuestra lealtad, y un anticipo de nuestro futuro eterno en el reino de Dios. El sábado es la señal perpetua de Dios de su pacto eterno entre Él y su pueblo. La alegre observancia de este santo tiempo de tarde a tarde, de sol a sol, es una celebración de los actos creativos y redentores de Dios”[3]. Uno de los primeros precursores en guardar el día sábado fue Joseph Bates, uno de los primeros fundadores de los adventistas, éste, después de visitar en 1845 un pequeño grupo adventista en Washington que guardaban el sábado, se convenció de que esto era lo correcto que se tenia que hacer y comenzó a predicar y promover la importancia de guardar el día sábado y en 1846 público un libro donde desarrollo este tema bajo el nombre: The Seventh Day Sabbath: A Perpetual Sign from the Beginning to the Entering Into the Gates. Ahora, la iglesia cristiana ya no guarda el sábado basado en las siguientes razones:

1.      El guardar el día de reposo fue un mandamiento dado exclusivamente a Israel para que lo guardase en el tiempo de la ley: “Guardarán, pues, el día de reposo los hijos de Israel, celebrándolo por sus generaciones por pacto perpetuo. Señal es para siempre entre mí y los hijos de Israel; porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, y en el séptimo día cesó y reposó”, (Éxodo 31:16-17).

2.      Con el surgimiento de la iglesia gentil y los aportes del apóstol Pablo a la teología de la salvación por gracia se dieron cuenta que no era necesario seguir cumpliendo la ley para ser salvo, por tanto, en el Concilio de Jerusalén declararon: “Entonces toda la multitud calló, y oyeron a Bernabé y a Pablo, que contaban cuán grandes señales y maravillas había hecho Dios por medio de ellos entre los gentiles. Y cuando ellos callaron, Jacobo respondió diciendo: Varones hermanos, oídme. Simón ha contado cómo Dios. visitó por primera vez a los gentiles, para tomar de ellos pueblo para su nombre. Y con esto concuerdan las palabras de los profetas, como está escrito: Después de esto volveré y reedificaré el tabernáculo de David, que está caído; y repararé sus ruinas, y lo volveré a levantar, Para que el resto de los hombres busque al Señor, y todos los gentiles, sobre los cuales es invocado mi nombre, dice el Señor, que hace conocer todo esto desde tiempos antiguos. Por lo cual yo juzgo que no se inquiete a los gentiles que se convierten a Dios, sino que se les escriba que se aparten de las contaminaciones de los ídolos, de fornicación, de ahogado y de sangre”, (Hechos 15:12-20).

3.      La iglesia cristiana ha reconocido que ya no está obligada a guardar el sábado, pero si cumplir la ley moral: “Porque: No adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo”, (Romanos 13:9).

4.      El concepto de apartar un día para Dios ha pasado al domingo: “En cuanto a la ofrenda para los santos, haced vosotros también de la manera que ordené en las iglesias de Galacia. Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas”, (1 Corintios 16:1-2). Esto fue así porque Jesús resucito de entre los muertos el primer día de la semana. (Juan 20:1-10), además, la Didajé, o la Doctrina de los Doce Apóstoles dice: “El Día del Señor nos reunimos y partimos el pan”, y también, Ignacio de Antioquía, un padre de la iglesia primitiva escribió en su carta a los magnesios de la siguiente forma: “ya no viven para el sábado, sino para el Día del Señor” (Epístola a los Magnesios, 9:1). Otro escritor antiguo llamado Melitón de Sardes escribió un tratado Acerca del Día del Señor. Así vemos cómo de alguna manera el concepto de apartar un día para dedicarlo a las cosas del Señor ha prevalecido en la iglesia cristiana solo que ya no es el sábado, sino el domingo, y no se hace como mandamiento y ni porque guardándolo vamos a ser salvos.

5.      Para los cristianos, ya no es necesario guardar el sábado para descansar de nuestras obras, pues Cristo es nuestro reposo: “Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios. Porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas. Procuremos, pues, entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia”, (Hebreos 4:9-11).

  

Otras doctrinas de los adventistas.

Generalmente, el resto de doctrinas de los adventistas están alineadas con las declaraciones de fe de la iglesia cristiana, a excepción de las antes ya discutidas, así pudiésemos consultar en sus sitios web oficiales o libros y veremos que las doctrinas de la salvación a través de la fe en Jesús, o la Trinidad divina, o la cena del Señor, el bautismo y la inspiración y autoridad de las Sagradas Escrituras no presentan diferencias, sin embargo, también es cierto que encontramos escritos y afirmaciones de otros adventistas que ocasionalmente niegan dichas doctrinas. Por ejemplo, leamos lo que dijo Merritt E. Cornell (1827-1893), en su obra titulada: Facts For the Times, página 76: “Protestantes y católicos están tan unidos en el sentimiento, que no es difícil concebir cómo los protestantes puede hacer una imagen a la Bestia. La masa de protestantes cree con los católicos en la Trinidad, la inmortalidad del alma, conciencia de los muertos, recompensas y castigos en la muerte, la tortura interminable de los malvados, la herencia de los santos más allá de los cielos, rociando para el bautismo, y el DOMINGO PAGANO para el sábado; todo lo cual es contrario al espíritu y la letra del Nuevo Testamento”. De acuerdo a sus afirmaciones, doctrinas como la Trinidad están erradas, de allí que existen algunos grupos adventistas que no creen en esto.



[1] https://es.adventist.org/creencias/#8-la-gran-controversia

[2] https://www.adventistas.org/es/institucional/creencias/

[3] https://es.adventist.org/creencias/#8-la-gran-controversia


No hay comentarios.:

Publicar un comentario