“Cuando oyó Sanbalat que nosotros edificábamos el
muro, se enojó y se enfureció en gran manera, e hizo escarnio de los judíos. Y
habló delante de sus hermanos y del ejército de Samaria, y dijo: ¿Qué hacen
estos débiles judíos? ¿Se les permitirá volver a ofrecer sus sacrificios?
¿Acabarán en un día? ¿Resucitarán de los montones del polvo las piedras que
fueron quemadas? Y estaba junto a él Tobías amonita, el cual dijo: Lo que ellos
edifican del muro de piedra, si subiere una zorra lo derribará. Oye, oh Dios
nuestro, que somos objeto de su menosprecio, y vuelve el baldón de ellos sobre
su cabeza, y entrégalos por despojo en la tierra de su cautiverio. No cubras su
iniquidad, ni su pecado sea borrado delante de ti, porque se airaron contra los
que edificaban. Edificamos, pues, el muro, y toda la muralla fue terminada
hasta la mitad de su altura, porque el pueblo tuvo ánimo para trabajar”.
Nehemías 4:1-6
INTRODUCCIÓN
En esta oportunidad
iniciamos el estudio del capítulo 4 del libro de Nehemías, uno de los 37 libros
del Antiguo Testamento clasificado como un libro histórico cuyo estudio nos
deja grandes lecciones espirituales y de mucha aplicación en el área del liderazgo.
Hemos visto cómo Nehemías llego a Jerusalén con una visión, la de reconstruir
los muros de Jerusalén, ahora, esta visión está casi materializada, pero cuando
los enemigos de Dios ven el avance de esta, rápidamente se presenta la
oposición. Un dato interesante que podemos mencionar es que los versículos de
Nehemías 4:1-6 que aparecen en nuestras Biblias cristianas, en el Tanaj o
Biblia Hebrea corresponden a Nehemías 3:33-38 y Nehemías 4:1 en la Biblia
Hebrea comenzara hasta Nehemías 4:1.
LA OPOSICIÓN DE LOS ENEMIGOS
“Cuando oyó Sanbalat que nosotros edificábamos el
muro, se enojó y se enfureció en gran manera, e hizo escarnio de los judíos”.
Nehemías 4:1-3
Pudiésemos pensar que si
nos encontramos en la voluntad de Dios haciendo su obra todo marchara sin
ningún problema u oposición; sin embargo, no es así. Desde el principio Satanás
se ha opuesto a que la obra que Dios hace en nuestras vidas y a nuestro progreso
espiritual, usando muchas veces a otras personas para que sirvan de tropiezo y
en el libro de Nehemías encontramos eso. Tan pronto como los judíos captaron a
visión de Nehemías y se organizaron, la reconstrucción de los muros de
Jerusalén avanzo de una manera sorprendente, los ánimos de las personas estaban
elevado, unidos a un bien común y trabajo en equipo; pero esto desagrado a
otras personas: Cuando oyó Sanbalat
que nosotros edificábamos el muro, se enojó y se enfureció en gran manera e
hizo escarnio de los judíos … Al considerar las emociones y reacciones de
Sanbalat podemos comprender el profundo desprecio que este hombre sentía hacia
los judíos y sus planes de prosperar como nación. El texto nos dice que cuando
se enteró, Sanbalat se enojó, se enfureció en gran manera e hizo escarnio de
ellos. La palabra hebrea que se traduce como, “enojó”, es kjará (חָרָה),
palabra que hace referencia a algo que se calienta demasiado, algo que está
ardiendo, y en este sentido Sanbalat prácticamente ardió de colera al
enterarse de la noticia de que los judíos levantaban los muros. La otra
palabra que aparece aquí y que evidencia los sentimientos de este hombre es,
“enfurecido”, kaás (כַּעַס), la cual describe a
alguien en gran agitación o tormento. Tanto aborrecía Sanbalat a los judíos
que al enterarse de que los judíos levantaban sus muros y de que existía la
posibilidad de que la vida de estos mejorara como nación, lo conmocionó tanto
que entro en tremenda agitación y colera. Como resultado de todo esto,
Sanbalat hizo escarnio de los judíos y esta palabra, “escarnio”, se traduce del
hebreo laág (לָעַג), la cual sugiere hacer
una burla de alguien con el fin de ridiculizarlo. Precisamente todas estas
emociones y acciones de Sanbalat expresaban su gran desprecio por los judíos. Ya
anteriormente Sanbalat había expresado su oposición a la obra que Nehemías
lideraba: “Pero cuando lo
oyeron Sanbalat horonita, Tobías el siervo amonita, y Gesem el árabe, hicieron
escarnio de nosotros, y nos despreciaron, diciendo: ¿Qué es esto que hacéis
vosotros? ¿Os rebeláis contra el rey?”, (Nehemías 2:19). Sanbalat era un líder de
Samaria, una comunidad mestiza entre israelita y gentil que terminaron mezclándose
en lo que fue el reino del norte de Israel, luego, estaba también su siervo
Tobías el amonita, los cuales se oponían a la obra de Nehemías desde el
principio, primero con palabras de desprecio y queriéndolos hacer ver como
rebeldes que se querían rebelarse en contra del imperio persa, no obstante,
estas fuertes amenazas no los detuvieron. No es la primera vez que esto pasaba,
ya en tiempos cuando Zorobabel intentaba reconstruir el templo hubo una
oposición que detuvo la obra: “Pero el pueblo de la tierra intimidó al pueblo de Judá, y lo
atemorizó para que no edificara. Sobornaron además contra ellos a los
consejeros para frustrar sus propósitos, todo el tiempo de Ciro rey de Persia y
hasta el reinado de Darío rey de Persia”, (Esdras 4:4-5), sin embargo, Dios levanto a
sus profetas Hageo y Zacarias quienes exhortaron a Zorobabel y al pueblo a
continuar y terminar la obra. Debemos entender que toda oposición a la obra
de Dios viene de parte de Satanás, cuyo nombre en hebreo significa eso
mismo, “oponente” o “el que se opone”, y en este sentido, se opone al avance de
la obra de Dios y a que los planes del Señor se cumplan en nuestra vida, así,
cualquier persona que se oponga a la obra de Dios debería entender que está
siendo un instrumento de Satanás: “por lo cual quisimos ir a vosotros, yo Pablo ciertamente una y otra
vez; pero Satanás nos estorbó”, (1 Tesalonicenses 2:18).
LAS PALABRAS DESTRUCTIVAS DE LOS ENEMIGOS DE DIOS
“Y habló delante de sus hermanos y del ejército de
Samaria, y dijo: ¿Qué hacen estos débiles judíos? ¿Se les permitirá volver a
ofrecer sus sacrificios? ¿Acabarán en un día? ¿Resucitarán de los montones del
polvo las piedras que fueron quemadas? Y estaba junto a él Tobías amonita, el
cual dijo: Lo que ellos edifican del muro de piedra, si subiere una zorra lo
derribará”.
Nehemías 4:2-3
En los siguientes dos
versículos podemos leer las palabras malignas y maliciosas que estos enemigos
del pueblo de Dios dirigieron a los judíos que estaban reconstruyendo los muros
de Jerusalén, todo con el objetivo de intimidarlos y hacerles desistirá de su
obra. En primer lugar, Sambalat dijo: ¿Qué hacen estos débiles judíos?, haciéndolos ver como personas inferiores a ellos,
subestimando así lo que Dios podía hacer a través de ellos. Muchas veces
las personas tienden a subestimar a alguien, probablemente porque a sus ojos lo
ven débiles, pero la verdad es que, si Dios está con él, esta persona puede
lograr alcanzar grandes logros en su vida, También sus palabras revelaban
oposición violenta: ¿Se les permitirá volver a ofrecer sus sacrificios? Con estas palabras Sanbalat exhortaba a todos
sus aliados de impedirles de manera violenta a los judíos que volviesen a
ofrecer sacrificios en su tierra, recordemos que Sanbalat era dirigente de
Samaria y como tal podía organizar un ejército de hombres para atacar a los
judíos, además, sus cómplices, Tobías el amonita, era descendiente de aquella
antigua tribu de Amón que vivía al oriente de Israel, mientras que Gesem tenía
influencia con los árabes de tal manera que una unión de samaritanos, amonitas
y árabes podía representar una fuerza considerable en contra de los judíos que
reconstruían los muros. En ocasiones el hacer la obra de Dios puede volverse
difícil y hasta amenazante ya que la oposición puede surgir de varios lugares e
intentaran intimidarnos, pero debemos confiar en Dios quien nos ayudara a
superar cualquier obstáculo. Luego, Sanbalat expreso palabra de
incredulidad ante la obra que los judíos estaban haciendo: ¿Acabarán en un día? ¿Resucitarán de los montones
del polvo las piedras que fueron quemadas? La verdad es que Dios es grande y hace grandes cosas en las vidas
de aquellos que creen en Él, por muy insignificantes que podemos parecer a los
ojos de los hombres, pero si Dios está con nosotros, no habrá nada que pueda
impedir que sus planes se cumplan en nuestras vidas. Para Sanbalat y sus
cómplices, los judíos solo era un pobre pueblo que había regresado del exilio y
sus ideas de reconstruir los muros y volver a ser una nación independiente les
causaba mofa y desprecio, pero ignoraban que la mano del Señor estaba con
ellos. Finalmente, Tobías, el amonita, hace una burla menospreciando la
calidad de trabajo que los judíos hacían: Y estaba junto a él Tobías amonita, el cual dijo: Lo que ellos
edifican del muro de piedra, si subiere una zorra lo derribará. De esta manera, estos perversos expresaban su
desprecio y malas intenciones hacia el pueblo de Dios.
¿CÓMO RESPONDER A LA OPOSICIÓN Y CRÍTICAS DE LOS ENEMIGOS?
“Oye, oh Dios nuestro, que
somos objeto de su menosprecio, y vuelve el baldón de ellos sobre su cabeza, y
entrégalos por despojo en la tierra de su cautiverio. No cubras su iniquidad,
ni su pecado sea borrado delante de ti, porque se airaron contra los que
edificaban. Edificamos, pues, el muro, y toda la muralla fue terminada
hasta la mitad de su altura, porque el pueblo tuvo ánimo para trabajar”.
Nehemías 4:4-6
Conociendo las artimañas
del enemigo, el líder cristiano debe prepararse para contrarrestar los ataques
y criticas destructivas de los enemigos, ya que, de lo contrario, todo esto
puede desanimar a muchos y hacerlos retroceder, lo cual es lo que el enemigo
pretende. Nehemías había sido dura e injustamente criticado, sus enemigos
hacían burlas de él, aún, amenazaban invadir para evitar que los muros se
reconstruyeran; pero Nehemías nos enseña cómo responder en estas situaciones.
Nehemías oró a Dios pidiendo justicia.
Es increíble ver como las
criticas burlonas y desafiantes de estos impíos no provoco en Nehemías el deseo
de iniciar una disputa o querer encargarse él mismo del asunto para aclarar las
cosas, realmente no hizo más que orar a Dios para que cada uno recibiese lo
que merecía: Oye, oh, Dios
nuestro, que somos objeto de su menosprecio, y vuelve el baldón de ellos sobre
su cabeza, y entrégalos por despojo en la tierra de su cautiverio. No cubras su
iniquidad, ni su pecado sea borrado delante de ti, porque se airaron contra los
que edificaban. Cuando las críticas
vienen de afuera, es decir, las personas que critican y se oponen no pertenecen
a la congregación de los santos, lo mejor es hacer lo que Nehemías hizo, orar a
Dios y presentarle el caso para que juzgue nuestra causa y pelee nuestras
batallas. La petición de Nehemías es especifica, de manera muy precisa
presenta su indignación ante Dios pidiéndole que escuche la forma de cómo se
burlaban con gran menosprecio de su pueblo. Ciertamente la oración es clave
ante la oposición, antes de reaccionar o hacer cualquier otra cosa
debemos pedirle a Dios en oración la dirección para actuar y dejar de que Dios
obre a favor de nuestra vida. En la Biblia vemos cómo Dios siembre a
respaldado la oración de auxilio de su pueblo, ayudó a Josafat cuando este oró
pidiendo su ayuda en contra de Moab y Amón: “Pasadas estas cosas, aconteció que los hijos de Moab y de Amón, y
con ellos otros de los amonitas, vinieron contra Josafat a la guerra… Y se
reunieron los de Judá para pedir socorro a Jehová; y también de todas las
ciudades de Judá vinieron a pedir ayuda a Jehová… Y cuando comenzaron a entonar
cantos de alabanza, Jehová puso contra los hijos de Amón, de Moab y del monte
de Seir, las emboscadas de ellos mismos que venían contra Judá, y se mataron
los unos a los otros”, (2 Crónicas 20:1, 4, 22). Cuando Senaquerib, rey de Asiria se
burlo de Jerusalén y blasfemó en contra del nombre de Dios, Ezequías se humilló
delante de Dios pidiendo su auxilio en contra del terrible ejercito asirio que
venían en contra de ellos y el Señor respondió defendiendo a su pueblo: “Aconteció, pues, que cuando el rey Ezequías oyó
esto, rasgó sus vestidos, y cubierto de cilicio vino a la casa de Jehová… Y tomó Ezequías las cartas de mano de los
embajadores, y las leyó; y subió a la casa de Jehová, y las extendió delante de
Jehová… Y salió el ángel de Jehová y mató a ciento ochenta y cinco mil en el
campamento de los asirios; y cuando se levantaron por la mañana, he aquí que
todo era cuerpos de muertos”, (Isaías 37:1, 14, 36). De igual manera, en la oración modelo que
algunos llaman, “el Padre nuestro”, se nos enseña a orar para que nos libre del
mal: “Y no nos metas en
tentación, más líbranos del mal…”, (Mateo 6:13). Por tanto, no abandonemos la oración, perseveremos
siempre en ella porque el Señor es fiel y defenderá nuestra causa.
Nehemías no permitió que las críticas lo desviaran de su trabajo, antes se ocupó en la obra del Señor.
Lo
segundo que Nehemías hizo ante la crítica y oposición fue ocuparse de la obra. Nada
desvió la atención de este hombre de su principal objetivo, finalizar con la
reconstrucción de los muros, por ello, no estaba dispuesto a perder el tiempo
buscando una audiencia con Sanbalat y sus secuaces, tampoco perdió tiempo
tratando de defenderse de las mentiras que estos hombres pudiesen inventar de
él, sino que, busco a Dios en oración y continuo ocupado en la obra que el
Señor le había encomendado: Edificamos, pues, el muro, y toda la muralla fue terminada hasta la
mitad de su altura, porque el pueblo tuvo ánimo para trabajar. El enfoque y ánimo del líder es clave para
mantener al equipo motivado en el trabajo de la obra de Dios y definitivamente Nehemías
nos da ese ejemplo, a pesar de la oposición, nunca de desanimo ni permitió que
le quitasen tiempo desviándolo de su objetivo principal y esto es algo que
debemos imitar. Cuando los apóstoles fueron amenazados por parte de los lideres
religiosos de Jerusalén para que no predicasen más el evangelio, ellos hicieron
lo mismo que Nehemías, presentaron las amenazas de estos malvados a Dios y le
pidieron la fortaleza para continuar anunciando la palabra de Dios: “Y puestos en libertad, vinieron a los suyos y
contaron todo lo que los principales sacerdotes y los ancianos les habían
dicho. Y ellos, habiéndolo oído, alzaron unánimes la voz a Dios… Cuando hubieron
orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del
Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios”, (Hechos 4:23-24, 31). Así que no debemos dejar
que la oposición y criticas nos desanimen, antes, oremos a Dios presentando
nuestra causa delante de Él, pidamos sabiduría para saber que debemos hacer,
evaluar cuando es apropiado confrontar a los que se oponen y pedir fortaleza
para continuar avanzando en la obra que el Señor nos ha encomendado.
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