La doctrina de la Trinidad



“La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén”.

2 Corintios 13:14

 

INTRODUCCIÓN


Con la venida del Espíritu Santo durante la época de la iglesia, la revelación de Dios ha sido más clara, el mismo hecho de poseer hoy en día la Biblia nos ayuda a comprender mejor su gloriosa, santa, poderosa y eterna persona, y si hay algo que llego a entender la iglesia acerca de Dios es que es tres personas, Padre, Hijo y Espíritu Santo, por ello Pablo decía a los corintios: La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén. La Trinidad es un concepto teológico que nos habla acerca de esta verdad bíblica, Dios es uno, pero 3 personas a la misma vez. Esto puede parecer difícil de comprender y hasta contradictoria la aseveración desde la perspectiva de la realidad humana, pero las Escrituras nos dan abundante evidencia de que así es.

 

Trinidad
La doctrina de la Trinidad


LA TRINIDAD DIVINA, UNA DOCTRINA BÍBLICA

 

El tema de la Trinidad divina no es nuevo, desde tiempos de la iglesia primitiva se ha enseñado esta doctrina, basta leer la Biblia para darnos cuenta de que esto así es ya que los autores del Nuevo Testamento dieron fe afirmando la deidad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, aunque nunca usaron el termino técnico, Trinidad. Uno de los primeros en utilizar el concepto de un Dios Trino fue Teófilo de Antioquía, en el siglo II d.C., en sus escritos hablo acerca de la unión en Dios de tres personas divinas utilizando el término “Trías”. Luego, en el siglo III, Tertuliano, en una de sus obras en contra de la herejía del monarquismo, utilizó por primera vez la palabra “Trinitas”, o Trinidad, para referirse a esta doctrina. Luego, en el siglo IV se celebró el Concilio de Nicea, con el propósito de negar la doctrina herética de Arrio que negaba la divinidad de Cristo, en este, se hace una clara declaración de fe en cuanto a la creencia de la iglesia de la divinidad de las tres personas de la Trinidad: Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del PadreCreo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas…”. De allí, la confesión de fe de Westminster, de las iglesias protestantes y calvinistas declararon en 1646 su creencia en la doctrina de la Trinidad: “En la unidad de la Divinidad hay tres personas de una sustancia, poder y eternidad; Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. (1) El Padre no es engendrado ni procede de nadie; el Hijo es eternamente engendrado del Padre, (2) y el Espíritu Santo procede eternamente del Padre y del Hijo”.  De esta forma podemos ver que realmente la doctrina de la Trinidad ha sido uno de las principales creencias de la iglesia desde sus primeros comienzos y no un concepto nuevo que ha sido introducido en estos tiempos.

 

¿Cómo podemos definir la doctrina de la Trinidad?

 

Consideremos cómo algunos teólogos definen el concepto de la Trinidad. Wine Grudem en su libro, Teología Sistemática, nos dice: “Podemos definir la doctrina de la Trinidad como sigue: Dios existe eternamente como tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo, y cada persona es plenamente Dios, y hay sólo un Dios”. Esto no significa de la doctrina de la Trinidad nos hable de 3 dioses diferentes, son 3 personas diferentes, pero comparten la misma esencia como un solo Dios. Oliver Buswell Jr., en su primer volumen de Teología Sistemática nos dice: “Es esencial para la fe cristiana que Dios sea uno solo, y que Dios subsista como tres personas, cada una de las cuales es Dios. Que Dios sea trino y uno por naturaleza es un misterio, y considerado por los incrédulos como una contradicción. Se dice que H. Emerson Fosdick dijo: «La doctrina de la Trinidad es una contradicción en aritmética». Por supuesto, esta declaración no es verdadera. Ningún trinitario sostiene que, al mismo tiempo y en el mismo sentido, uno es igual a tres. Sin embargo, la Biblia enseña que hay un Dios, no tres, y que hay tres personas, cada una de las cuales es Deidad. El Ser de Dios es complejo”. Por tanto, podemos decir que la doctrina de la Trinidad enseña la verdad bíblica de que Dios es tres en persona y uno en esencia, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. El concepto de la Trinidad no hace referencia a tres dioses distintos sino a un mismo Dios en tres personas. El hecho de que cada miembro de la Trinidad sea una persona distinta, no quiere decir que uno sea inferior a otro: los tres son idénticos en atributos.

 

Objeciones y defensa a la doctrina de la Trinidad.

 

A lo largo del tiempo algunas personas han criticado y objetado en contra de la doctrina de la Trinidad, sin embargo, la doctrina es clara y se encuentra presente en la Biblia. Consideremos algunas objeciones que se presentan en contra de esta doctrina. En primer lugar, dicen, es ilógico pensar que exista un ser que sea tres personas diferentes, pero un mismos Dios a la misma vez. Aritméticamente es cierto, pero la verdad es que no existe un ser que se pueda comparar a Dios, nuestra mente y capacidad de entendimiento es limitado, incapaz de comprender de forma matemática o científica esta verdad; ahora, el hecho de que no lo podamos comprender desde nuestra realidad sensorial y práctica, no significa que no existe. Algunos han intentado explicar la Trinidad usando ejemplos de nuestra realidad, así, por ejemplo, se pone el ejemplo del agua, H2O, se dice que el agua se puede presentar en tres estados diferentes, solido, líquido y gaseoso, pero al final, es la misma agua, H2O. Otros han usado el ejemplo de un objete que posee tres dimensiones diferentes, ancho, largo y profundidad, pero al final es el mismo objeto, el hombre puede llegar a ser a la vez, esposo, padre e hijo, pero el mismo hombre, o el ejemplo del huevo, que es cascaron, yema y clara, pero es el mismo huevo. La verdad que todos estos ejemplos no se acercan a describir con precisión lo que significa la Trinidad divina, muchos podrían creer que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son tres modos diferentes en las cuales Dios se manifiesta y esto es Modismo, una herejía, porque realmente no lo son, no son tres modos en los cuales Dios se manifiesta, son 3 personas diferentes que comparten la misma sustancia, son un solo Dios Tri Uno. De esto, Lewis Sperry Chafer, en su libro de Teología Sistemática, tomo I, nos añade: “Aunque la doctrina de la Trinidad es un hecho central, el núcleo de la fe cristiana está más allá de la comprensión humana y no tiene paralelo en la experiencia del hombre. La mejor definición es el sostener que, aunque Dios es uno, El existe en tres personas. Estas personas son iguales, tienen los mismos atributos y son igualmente dignas de adoración, culto y fe. Con todo, la doctrina de la unidad de la Divinidad está clara en el sentido de que no hay tres dioses separados, como tres seres humanos separados, tales como Pedro, Santiago y Juan. De acuerdo con esto, la verdadera fe cristiana no es un triteísmo, como creencia en tres dioses. Por otra parte, la Trinidad no tiene que ser explicada como tres modalidades de existencia, es decir, que un solo Dios se manifiesta a sí mismo en tres formas. La Trinidad es esencial para el ser de Dios y es más que una forma de la revelación divina”.

 

A parte de esta objeción, algunos dicen que la creencia de la Trinidad es de origen pagano; pero esto es falso ya que no conocemos ninguna religión pagana donde se haya presentado este concepto. En las religiones paganas podemos ver triadas de dioses, como en el caso del hinduismo que presenta su triada divina, Shiva, Visnú y Brahmá, pero no el concepto de tres personas diferentes y un mismo Dios a la vez. J. Oliver Buswell Jr. En su primer tomo de Teología Sistemática nos dice: “El concepto del Dios trino se encuentra solamente en la tradición judeo-cristiana. Tal como hay solo un monoteísmo, una sola doctrina de la creación de la nada, una sola doctrina de la omnipotencia, así hay un solo Dios Trino y Uno entre todas las religiones del mundo”.

 

Otra objeción que presentan a la doctrina de la Trinidad es que esta palabra, “Trinidad”, no aparece en la Biblia y, por tanto, no es bíblica. Bueno, el hecho de que no aparezca en la Biblia no la hace menos bíblica, de hecho, la palabra Biblia no aparece como tal para referirse a las Sagradas Escrituras y la usamos, tampoco aparece el termino, el rapto de la iglesia, y la consideramos parte de nuestras doctrinas, así que, el hecho de que literalmente no aparezca la palabra, “Trinidad”, en la Biblia, no la hace menos bíblica. Las verdades bíblicas en cuanto a la doctrina de la Trinidad se encuentran plasmadas a lo largo de diferentes pasajes de la Biblia, su estudio en conjunto nos lleva a la revelación de esta gran verdad. Charles Hodge, en su libro, Teología Sistemática, tomo I, nos dice: “Ninguna doctrina como la de la Trinidad puede ser demostrada de manera adecuada mediante ninguna cita de pasajes escriturarios. Sus elementos constitutivos son expuestos, unos en un lugar, otros en otro. La unidad del Ser Divino; la verdadera e igual divinidad del Padre, Hijo y Espíritu; su distinta personalidad; la relación que tienen uno con otro, y con la Iglesia y el mundo, no se presentan en una fórmula doctrinal en la Palabra de Dios, sino que los varios elementos constitutivos de la doctrina son declarados, o supuestos, una y otra vez, desde el principio hasta el fin de la Biblia”.

 

PASAJES BÍBLICOS QUE CONFIRMAN LA DOCTRINA DE LA TRINIDAD EN EL ANTIGUO TESTAMENTO

 

Nuestra fuente de autoridad, la Biblia, presenta evidencias que confirman la doctrina de la Trinidad divina, sin embargo, no hay que olvidar que no estamos hablando de tres dioses, Dios es solo uno y no hay otro a parte de Él, tal y como las Escrituras lo testifican: “Vosotros sois mis testigos, dice Jehová, y mi siervo que yo escogí, para que me conozcáis y creáis, y entendáis que yo mismo soy; antes de mí no fue formado dios, ni lo será después de mí”, (Isaías 43:10). En este sentido el cristianismo es monoteísta, pero también se entiende que es un solo Dios que existe en tres personas diferentes que conforman la misma divinidad y en el Antiguo Testamento podemos ver algunos versículos que desde la antigüedad nos decían la pluralidad de personas en Dios.

En primer lugar, la palabra Elohim, es uno de los nombres usados para Dios en el Antiguo Testamento, pero Elohim es una palabra en plural: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra”, (Génesis 1:1). Aquí la palabra Dios se traduce del hebreo Elohim (אֱלֹהִים), el plural de Eloah (אלוח). Es interesante que a través de esta palabra que es uno de los nombres que recibe Dios en el Antiguo Testamento, el Señor anunciaba la pluralidad de personas. En segundo lugar, tenemos otros pasajes en el Antiguo Testamento donde vemos a la divinidad hablando entre las personas que lo conforman, así por ejemplo lo vemos en el día de la creación del ser humano, a esto se le conoce como el uso de un plural mayestático, o plural de majestad: “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza…”, (Genesis 1:26), también cuando confundió las lenguas en la Torre de Babel: “Y dijo Jehová: He aquí el pueblo es uno, y todos éstos tienen un solo lenguaje; y han comenzado la obra, y nada les hará desistir ahora de lo que han pensado hacer. Ahora, pues, descendamos, y confundamos allí su lengua, para que ninguno entienda el habla de su compañero”, (Génesis 11:6-7). O podemos citar también el versículo donde le hace el llamamiento a Isaías para que sea su profeta: “Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? ...”, (Isaías 6:8). El uso de plural mayestático en las conversaciones que Dios tienen consigo mismo en el Antiguo Testamento o el uso de la forma plural de uno de sus nombres no indica que se traten de varios dioses, sino, por un lado, el plural mayestático se usa para indica superioridad en el ser que lo usa, así Dios al utilizarlo, ya sea en su nombre o conversaciones, se presentaba como un ser superior a cualquier otro dios pagano; y por otro lado, el uso del plural mayestático ya nos sugería la pluralidad de personas en el ser divino.

 

PASAJES BÍBLICOS QUE CONFIRMAN LA DOCTRINA DE LA TRINIDAD EN EL NUEVO TESTAMENTO

 

Fue a los autores del Nuevo Testamento que Dios reveló cada una de las personas de la Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Así tenemos algunos versículos que nos enseñan esto y los vamos a considerar.

 

1.         Tenemos las indicaciones de Jesús en cuanto a nombre de quién deben bautizarse los cristianos, en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo Trinidad: “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”, (Mateo 28:19).

2.        En 1 Corintios, el apóstol Pablo nos enseña como la Trinidad participa en la repartición de dones espirituales, ministerios y privilegios en la iglesia: “Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo”, (1 Corintios 12:4-6).

3.        Pablo se despide de sus lectores en 2 Corintios deseándoles que la gracias y comunión de la Trinidad sea con ellos: “La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén”, (2 Corintios 13:14).

4.        1 Juan 5:7 confirma de unidad de las tres personas de la Trinidad divina: “Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno”, (1 Juan 5:7).

5.        También en el libro de Apocalipsis encontramos el saludo de la Trinidad a sus lectores: “Juan, a las siete iglesias que están en Asia: Gracia y paz a vosotros, del que es y que era y que ha de venir, y de los siete espíritus que están delante de su trono; y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra…”, (Apocalipsis 1:4-5). En este caso, el que es y que era y que ha de venir es una referencia al Gran Yo Soy, el auto existente y eterno, el Padre, nombre con el cual Dios se le revelo a Moisés: “Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY…”, (Éxodo 3:14). Los siete espíritus hacen referencia al Espíritu Santo y finalmente saluda Jesucristo, el Hijo.

 

Por medio de estos versículos del Nuevo Testamento la Biblia demuestra la existencia de las tres personas de la Trinidad divina.

 

LA DEIDAD DE LA TRINIDAD.

 

En el Nuevo Testamento podemos encontrar versículos que afirman que cada una de las personas de la Trinidad es Dios. Así tenemos que el Padre es Dios: “Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo”, (Filipenses 1:2). También tenemos versículos que afirman que el Hijo es Dios: Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre”, (Juan 20:31). Finalmente, la Biblia enseña que el Espíritu Santo es Dios: “Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad? Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios”, (Hechos 5:3-4) Aquí Pedro está amonestando a Ananías por haberle mentido al Espíritu Santo acerca del precio con el que vendió una de sus propiedades, afirmándoles que no le había mentido a hombre alguno, sino a Dios, es decir, el Espíritu Santo.

 

CADA MIEMBRO DE LA TRINIDAD ES UNA PERSONA.

 

Cada miembro de la Trinidad, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo es un mismo Dios, pero cada miembro de la Trinidad es una persona diferente que están unidos y existen al mismo tiempo. En la Biblia podemos encontrar versículos que nos muestran que cada miembro de la Trinidad es una persona porque poseen características de una persona, como inteligencia, emociones, voluntad, etc.

 

En la Biblia podemos ver que tanto el Padre como el Hijo tienen voluntad propia e independiente: “Diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya”, (Lucas 22:42). De igual forma, el Espíritu Santo tiene voluntad como cualquier persona: “Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere”, (1 Corintios 12:11). Como vemos, el Espíritu Santo reparte los dones del Espíritu a cada creyente como a Él le parece, de acuerdo a su voluntad. Otras características de una persona son sus emociones e inteligencia, así vemos al Padre expresar amor por su Hijo: “Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia”, (Mateo 3:17). También el Padre experimenta agrado: “Sí, Padre, porque así te agradó”, (Mateo 11:26), posee inteligencia para revelar verdades espirituales: “Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos”, (Mateo 16:17). De igual forma, no hay duda a través de los evangelios, que Jesús es una persona ya que sintió enojo: “Entonces, mirándolos alrededor con enojo, entristecido por la dureza de sus corazones, dijo al hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y la mano le fue restaurada sana”, (Marcos 3:5). También sintió regocijo: “En aquella misma hora Jesús se regocijó en el Espíritu, y dijo: Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó”, (Lucas 10:21). Sintió compasión: “Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor”, (Mateo 9:36). Experimento la aflicción de espíritu: “Ahora está turbada mi alma; ¿y qué diré? ¿Padre, sálvame de esta hora? Mas para esto he llegado a esta hora”, (Juan 12:27), Y hasta lloró: “Jesús lloró”, (Juan 11:35). Además, el Espíritu Santo tiene características que solo una persona puede tener, así, como ser inteligente el Espíritu Santo posee una mente que lo conoce todo y sabe interceder por los creyentes como mejor conviene: “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos”, (Romanos 8:26-27). De igual forma el Espíritu Santo es capaz de escudriñar los corazones de los creyentes, algo que solo hace un ser inteligente: “Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios”, (1 Corintios 2:10). También es capaz de enseñar: “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho”, (Juan 14:26). Además, vemos que el Espíritu Santo se enoja: “Mas ellos fueron rebeldes, e hicieron enojar su santo espíritu; por lo cual se les volvió enemigo, y él mismo peleó contra ellos”, (Isaías 63:10). También puede ser contristado por el pecado del creyente: “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención”, (Efesios 4:30). De esta forma queda demostrado que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son tres personas diferentes, con su propia voluntad, inteligentes y que poseen emociones y sentimientos.

 

LA PARTICIPACIÓN DE LA TRINIDAD EN EL PLAN DE SALVACIÓN

 

Cada una de las personas de la Trinidad juega un papel fundamental, pero diferente en el plan de salvación. Así, en el Padre la salvación del creyente se origina desde el momento en el que nos predestinó para que por medio de la fe en su Hijo amado fuésemos hechos sus hijos: “según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad”, (Efesios 1:4-5). De igual manera, el Hijo participa en nuestra salvación en ofrecerle a su padre como el sacrificio por nuestros pecados: “Porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados. Por lo cual, entrando en el mundo dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste; más me preparaste cuerpo. Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron. Entonces dije: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad, Como en el rollo del libro está escrito de mí. Diciendo primero: Sacrificio y ofrenda y holocaustos y expiaciones por el pecado no quisiste, ni te agradaron (las cuales cosas se ofrecen según la ley), y diciendo luego: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad; quita lo primero, para establecer esto último. En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre”, (Hebreos 10:4-10). De igual forma, el Espíritu Santo, la tercera persona de la Trinidad divina participa en nuestra salvación operando en nosotros que creemos el nuevo nacimiento y la regeneración de nuestro ser: “nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo”, (Tito 3:5).



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