“En cuanto a lo sacrificado a
los ídolos, sabemos que todos tenemos conocimiento. El conocimiento envanece,
pero el amor edifica. Y si alguno se imagina que sabe algo, aún no sabe nada
como debe saberlo. Pero si alguno ama a Dios, es conocido por él. Acerca, pues,
de las viandas que se sacrifican a los ídolos, sabemos que un ídolo nada es en
el mundo, y que no hay más que un Dios. Pues aunque haya algunos que se llamen
dioses, sea en el cielo, o en la tierra (como hay muchos dioses y muchos
señores), para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual
proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, por
medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él”.
1 Corintios 8:1-6
INTRODUCCIÓN
En el
capítulo 8 el apóstol inicia una nueva temática que terminara en 1 Corintios
11:1 y es referente a comer de lo sacrificado a los ídolos. Esta sección de 74
versículos (1 Corintios 8-11:1) encierra una serie de subtemas que giran
alrededor del principal, así el capítulo 8 tiene que ver con las cuestiones del
conocimiento, el amor, los ídolos y el hermano más débil. El capítulo 9 trata
de la libertad cristiana, derechos y responsabilidades. El capítulo 10 aborda
la libertad cristiana y su relación con la obediencia moral y la comunión
alrededor de la mesa. Al parecer todo esto es resultado de otra de las
preguntas que ellos le habían hecho por medio de una carta ya que comienza con
las palabras: En
cuanto a lo sacrificado a los ídolos. Su énfasis gira alrededor del
problema social y religioso que rodeaba a los creyentes en Corinto y el apóstol
da una serie de instrucciones que tienen como fin instruirlos en su conducción
como hijos de Dios en un mundo de idolatría.
Lo Sacrificado a los Ídolos |
EL CONOCIMIENTO SIN AMOR NO VALE NADA
“En cuanto a lo sacrificado a los ídolos, sabemos que
todos tenemos conocimiento. El conocimiento envanece, pero el amor edifica. Y
si alguno se imagina que sabe algo, aún no sabe nada como debe saberlo. Pero si
alguno ama a Dios, es conocido por él”.
1
Corintios 8:1-3
Aquí
el apóstol aborda la problemática de comer de lo sacrificado a los ídolos. La
iglesia de Corinto vivía en una sociedad politeísta la cual llevaba animales
como ofrendas a los diferentes templos de sus dioses donde era sacrificado y
una parte se quemaba en el altar, otra en era para los sacerdotes y otra era
destinada a los mercados donde se comerciaba con ella y se vendía. Obviamente
esta carne era de la mejor calidad ya que generalmente se sacrificaban los
mejores animales. Podemos imaginarnos el problema que esta comunidad cristiana
pasaba. Por un lado estaba la influencia judía que prohibía rotundamente el
comer carne de animales ofrecidos a los ídolos. Las Escrituras nos describen
como Dios se airó con Israel cuando ellos se contaminaron con las mujeres de
Moab y comieron de lo sacrificado a su dios: “Moraba Israel en Sitim; y el pueblo empezó a
fornicar con las hijas de Moab, las cuales invitaban al pueblo a los
sacrificios de sus dioses; y el pueblo comió, y se inclinó a sus dioses. Así
acudió el pueblo a Baal-peor; y el furor de Jehová se encendió contra Israel”,
(Números 25:1-3). Uno de los Salmos describe también esta indignación divina: “Se unieron asimismo
a Baal-peor, y comieron los sacrificios de los muertos. Provocaron la ira de
Dios con sus obras, y se desarrolló la mortandad entre ellos”,
(Salmo 106:28-29). También existía una condición que la iglesia en Jerusalén
había establecido para la iglesia gentil: “Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no
imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias: que os abstengáis de lo
sacrificado a ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación; de las cuales
cosas si os guardareis, bien haréis. Pasadlo bien”, (Hechos
15:28-29). Por tanto, es posible que los corintios cristianos se vieran en
problemas al momento de ir al mercado y comprar la carne, ya que si había sido
sacrificada a los ídolos se veían en un problema de consciencia. En medio de
ellos existía un influencia gnóstica la cual se enfocaba en el aprendizaje del
conocimiento, ellos creían que en la medida que adquirían mayor conocimiento en
cuanto a su divinidad mayor era el grado de consagración y respeto que podían
tener entre la comunidad. Seguramente esta influencia gnóstica había entrado en
la iglesia haciendo gran énfasis en el conocimiento profundo de las doctrinas
bíblicas por lo que el apóstol les dice: En cuanto a lo sacrificado a los ídolos,
sabemos que todos tenemos conocimiento. Pablo se
incluye entre los que conocen lo referente a lo sacrificado a los ídolos y destaca
el problema central del asunto El conocimiento envanece, pero el amor edifica. Lo
malo con todo este conocimiento adquirido era que provocaba que algunos de
ellos se envanecieran o como lo dice el griego original se hincharan o
inflaran, ya que esta palabra envanecer proviene de fusióo (φυσιόω) la cual tiene esa connotación. Algunos de ellos
comprendían que un ídolo no era malo y que por tanto podían comer de lo
sacrificado a los ídolos, pero esto provocaba un problema de consciencia en sus
hermanos que no comprendían esto tan bien haciéndoles tropezar en la fe: “Pero si por causa
de la comida tu hermano es contristado, ya no andas conforme al amor. No hagas
que por la comida tuya se pierda aquel por quien Cristo murió”,
(Romanos 14:15).
Todo el
conocimiento adquirido no vale nada si solo sirve para envanecernos, este debe
ser regulado por el amor. Por eso es mejor que cada uno reconsidere bien que es
lo que sabe: Y si alguno se imagina que sabe (eido, εἴδω) algo, aún no sabe (ginosko,
γινώσκω) nada como debe saberlo. En este versículo aparecen dos
palabras interesantes. La primera palabra griega eido (εἴδω) trata del
conocimiento que se adquiere por percepción o lo que la mente ve y se considera
como de conocimiento completo que ya no sigue aprendiendo más, mientras que la
segunda palabra ginosko (γινώσκω) indica llegar a
conocer algo por medio de la experiencia
o instrucción, y es de un conocimiento creciente. Como creyentes no debemos
pensar que ya lo sabemos todo, sino debemos seguir aprendiendo, creciendo en el
conocimiento de su palabra: “Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro
Señor y Salvador Jesucristo”, (2 Pedro 3:18). Este conocimiento
creciente debe ser capaz de edificar a los demás, su aplicación debe girar
siempre en función del bien del prójimo, tiene que centrarse en uno mismo y
debe estar regulado por el amor: pero el amor edifica. Solamente los que hemos
experimentado la salvación de Dios somos capaces de adquirir el verdadero
conocimiento que edifique ya que su amor nos nutre de esta gloriosa sabiduría: Pero si alguno ama a
Dios, es conocido por él. El apóstol Juan lo dice de otra forma: “Amados, amémonos
unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios,
y conoce a Dios”, (1 Juan 4:7). La conclusión a la que nos quiere
hacer llegar el apóstol es que nunca debemos creer que ya lo sabemos todo, y
que si este conocimiento no edifica al hermano no vale para nada, sin embargo,
el amor debe ayudarnos a este fin ya que si amamos a Dios sabemos que le
conocemos y por tanto debemos amar a los demás. Si esto es así, nuestro
conocimiento nunca hará tropezar a nadie.
LOS ÍDOLOS NO SON NADA
“Acerca, pues, de las viandas
que se sacrifican a los ídolos, sabemos que un ídolo nada es en el mundo, y que
no hay más que un Dios. Pues aunque haya algunos que se llamen dioses, sea en
el cielo, o en la tierra (como hay muchos dioses y muchos señores), para
nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las
cosas, y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son
todas las cosas, y nosotros por medio de él”.
1 Corintios 8:4-6
En el
versículo 4 de este capítulo Pablo retoma una vez más el tema principal que
está desarrollado: comer de lo sacrificado a los ídolos: Acerca, pues, de las viandas que se sacrifican
a los ídolos. Deja muy claro su posición en cuanto a su creencia
respecto a los ídolos: sabemos que un ídolo nada es en el mundo, y que no hay más
que un Dios. Desde tiempos antiguos las Sagradas Escrituras han
testificado la nulidad de los ídolos que los mismos hombres se construyen: “Los ídolos de ellos
son plata y oro, obra de manos de hombres. Tienen boca, mas no hablan; tienen
ojos, mas no ven; orejas tienen, mas no oyen; tienen narices, mas no huelen;
manos tienen, mas no palpan; tienen pies, mas no andan; no hablan con su
garganta. Semejantes a ellos son los que los hacen, y cualquiera que confía en
ellos”, (Salmo 115:4-8). Al parecer este conocimiento referente a la
nulidad de los ídolos era aceptado entre la iglesia corintia ya que las
palabras “sabemos
que un ídolo nada es en el mundo”, incluyen un conocimiento que
todos tenían y que posiblemente se lo habían compartido en una carta previa.
Así como sabían que un ídolo no es nada más que la obra muerta de un artesano,
también Pablo recalca que saben que existe un solo Dios y fuera de Él no hay
otro igual: y que
no hay más que un Dios. Estas palabras del apóstol nos recuerda el shamá o credo judío basado en
Deuteronomio 6:4: “Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es”.
El versículo 5 pareciera
contradecir su afirmación anterior pero no es así: Pues aunque haya algunos que se llamen dioses,
sea en el cielo, o en la tierra (como hay muchos dioses y muchos señores).
De manera sarcástica dice que estos ídolos se llaman dioses ya sea en el cielo,
como los dioses de la luna, el sol y los astros, o en la tierra, como los
títulos que los faraones o emperadores romanos se pusieron; sin embargo, aunque
a estos se les llamen dioses o señores, no son nada y lo enfatiza con el
siguiente versículo: para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del
cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor,
Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él.
Estas palabras encierran un verdadero compendio teológico de fe, muy
característico en las cartas paulinas. Él dice que definitivamente solo existe
un solo Dios y lo llama Padre, y de Él proceden todas las cosas tal y como lo
testifica Génesis 1 y nuestras vidas le pertenecen. También ratifica que sobre
todo dios o señor hay un solo Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas
cosas creadas y nosotros le pertenecemos. Esto es un verdadero paralelismo que
nos dice que Dios el Padre y Jesucristo es el mismo Dios, dos personas
diferentes, pero la misma divinidad.
El texto dice q un ídolo es un dios , lo explica,en la afirmación , sólo hay un Dios,v 4.Una estatua , no es un ídolo,una estatua es la representación de un ídolo,o sea un Dios.Como Baal,q tenían sus estatua.
ResponderBorrarY LO QUE SE COME EN EL FESTEJO DE COMUNIONES DE NIÑOS. ES SACRIFICADO A LOS ÍDOLOS?? PORQUE ESO DICEN LOS EVANGELICOS
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ResponderBorrarCon toda la explicación que se da aquí y que podemos entender simplemente al leer el capitulo 8, podemos ver que de alguna manera deja la puerta abierta a la posibilidad de comer de lo sacrificado a los ídolos. Esto contradice completamente al acuerdo de Hechos 15 donde vemos que de las primeras cosas que se indican para un creyente es no comer de lo sacrificado a los ídolos. Esto es sin excepción, no se deja a consideración de nadie pues es algo que ratifico en el concilio y fue aprobado por el Espíritu Santo.
Es interesante comparar la carta de Pablo a los corintios con el mensaje de Jesús a través de Juan a las Iglesias de Pérgamo y Tiatira (Apoc. 2) A estas dos iglesias el Señor los llama al arrepentimiento por "comer de lo sacrificado a los ídolos". Entiendo que la clave está en discernir el compromiso e implicancia espiritual de "todo" lo que se come, dice o hace (Col. 3:17).
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