“y
conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. Le respondieron: Linaje de
Abraham somos, y jamás hemos sido esclavos de nadie ¿Cómo dices tú: Seréis
libres? Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que
hace pecado, esclavo es del pecado. Y el esclavo no queda en la casa para
siempre; el hijo sí queda para siempre. Así que, si el Hijo os libertare,
seréis verdaderamente libres”.
Juan 8:32-36
INTRODUCCIÓN
El presidente Lincoln escribió la
Proclamación de la Emancipación, la cual entro en vigor en enero de 1863. La
misma declaraba “Libres para siempre”
a todos los residentes de los Estados Unidos, sin embargo, muchos esclavos
permanecieron con sus amos, incluso después de la guerra de secesión. Hoy en
día vivimos igual, ya que hace más de 2000 años Cristo murió y resucito al
tercer día para darnos la libertad, pero muchas personas han decidido no
disfrutar de esta libertad y siguen bajo la esclavitud del pecado. En estos
versículos nuestro Señor les ensenaba a los fariseos, quienes se creían libres,
el significado de la verdadera libertad, la cual solo se puede tener
obedeciendo la palabra de Dios. Veamos en que consiste.
La verdadera libertad para el hombre |
I.
LIBRES DE LA IGNORANCIA.
“y
conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres…”
Aunque el hombre se jacta de poseer
la sabiduría, lo cierto es que la única verdad se encuentra en el santo
Evangelio. La Biblia declara que la sabiduría está oculta a los ojos humanos y
solamente se encuentra en Dios: “¿De dónde, pues, vendrá la sabiduría? ¿Y dónde está el lugar
de la inteligencia? Porque encubierta está a los ojos de todo viviente, y a
toda ave del cielo es oculta… Dios entiende el camino de ella y conoce su
lugar”, (Job 28:20-21, 23). Sin la verdad del evangelio el hombre está
en tinieblas, siguiendo una vida que lo destruye poco a poco ya que el deseo
del diablo es ocultarlas de los hombre para que estos no crean y se salven: “Pero si nuestro
evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto; en los
cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que
no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la
imagen de Dios”, (2 Corintios 4:3-4).
Por eso Jesús les dijo que al
conocer la verdad serian libres, porque la verdad del evangelio quita toda
creencia errada de la vida eterna, nos advierte del infierno y nos conduce a la
vida eterna por medio de Jesucristo.
II.
LIBRES DEL PECADO.
“Le
respondieron: Linaje de Abraham somos, y jamás hemos sido esclavos de nadie ¿Cómo
dices tú: Seréis libres? Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que
todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado…”
En nuestra condición original los
humanos somos esclavos del pecado. Gobernados por nuestros bajos instintos lo
único que nos interesa es satisfacer nuestra naturaleza pecaminosa, somos
incapaces de agradar a Dios y buscar lo bueno y así lo declara la Escritura: “¿Qué cosa es el
hombre para que sea limpio, y para que se justifique el nacido de mujer? He
aquí, en sus santos no confía, Y ni aun los cielos son limpios delante de sus
ojos; ¿Cuánto menos el hombre abominable y vil, que bebe la iniquidad como
agua?”, (Job 15:14-16). Como pecadores estamos muertos
espiritualmente y alejados de las promesas de Dios, sin embargo Jesús promete
otorgarnos la libertad del pecado: “Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la
incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos
todos los pecados, anulando el acta de los decretos que había contra nosotros,
que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz”,
(Colosenses 2:13-14).
III.
LIBRES DE LA CONDENACIÓN ETERNA.
“Y el
esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre. Así
que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres”.
En tercer lugar, Jesús hace la
diferencia entre el esclavo y el hijo, donde este último es el que hereda todas
las cosas. De la misma manera solamente los hijos de Dios heredaran la vida
eterna y para poder ser parte de la familia de Dios es necesario nacer de
nuevo: “Mas a
todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser
hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad
de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios”, (Juan 1:12-13).
Como hijos de Dios somos salvos del castigo eterno en el infierno y en este
sentido obtenemos la verdadera libertad de nuestra alma.
CONCLUSIÓN.
Al llegar a Cristo obtenemos la
verdadera libertad porque:
1. Somos libres de nuestra
ignorancia.
2.
Somos
libres del pecado.
3. Somos libres de la condenación
eterna al convertirnos en hijos de Dios.
Gracias señor por haberme perdonado y bendecido con está apreciable FAMILIA lavada con su PODEROSA SANGRE AMÉN
ResponderBorrarMe alegro estar en la familia de Dios
BorrarSOMOS LIBRES DE NUESTRA IGNORANCIA, DEL PECADO, DE LA CONDENACIÓN ETERNA AL CONVERTIRNOS EN HIJOS DE DIOS♡♡♡☆🔱🔊👑👼❤❤❤💕🎓👼
ResponderBorrarGracias Señor
ResponderBorrarsomos libre por su muerte de nuestro Señor Jesús
ResponderBorrarGracias Señor por el hermoso plan de redención,tu sangre nos ha hecho libres!!
ResponderBorrarSoy libre en la libertad que cristo me hizo libre, GLORIA a DIOS! YA NO SOMOS MÁS ESCLAVOS DEL PECADO, SOY SALVA COMPRADA EN ALTO PRECIO.
ResponderBorrarYo era una eclava en otro tiempo y está verda de Cristo me iso libre
ResponderBorrar