“Otra
parábola les refirió, diciendo: El reino de los cielos es semejante al grano de
mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo; el cual a la verdad es la más
pequeña de todas las semillas; pero cuando ha crecido, es la mayor de las
hortalizas, y se hace árbol, de tal manera que vienen las aves del cielo y
hacen nidos en sus ramas”.
Mateo 13:31-32
Introducción
La tercera y cuarta parábola que nuestro Señor Jesús narra tiene relación
entre si ya que tocan el tema del crecimiento del reino de los cielos. A
excepción de las parábolas del sembrador y el trigo y la cizaña, las restantes
no presentan explicación por parte de nuestro Señor Jesucristo. No olvidemos
que cada una de estas parábolas nos revela un principio muy importante acerca
del reino de Dios de tal forma que en la parábola del sembrador vimos como el
reino de los cielos avanza a través de la predicación de la palabra de Dios que
convierte al hombre pecador en un súbdito de este reino. En la parábola del
trigo y la cizaña vimos como los súbditos del reino de Dios han sido plantados
en este mundo y crecen en medio de servidores de Satanás que se fingen hijos de
Dios y los cuales son reconocidos únicamente por sus frutos, pero un día estos se
enfrentaran al juicio divino. Ahora veremos en estas dos parábolas, la de la
semilla de mostaza y la de la levadura, el crecimiento que el reino de Dios
experimenta, en la primera nos presentara el aspecto externo del crecimiento
que el reino de los cielos tiene a los ojos de todo el mundo, y la segunda
parábola muestra el aspecto del crecimiento interno, es decir, el espiritual
que el reino de los cielos tiene en la vida de sus ciudadanos.
Un glorioso reino con humildes comienzos |
Un Reino glorioso que tiene un origen humilde
“Otra parábola les refirió, diciendo: El
reino de los cielos es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó y
sembró en su campo; el cual a la verdad es la más pequeña de todas las
semillas; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace
árbol, de tal manera que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas”.
Mateo
13:31-32
En este caso nuestro Señor Jesús compara el reino de los cielos con una
semilla de mostaza, la cual al principio es pequeña e insignificante pero
después se convierte en uno de los arboles más grandes y frondosos. No debemos
pensar que Jesús está aseverando aquí que la semilla de mostaza es la más
pequeña del mundo, porque no lo es ya que existen otras más pequeñas, incluso
en palestina. Sin embargo, en su tiempo y específicamente en Israel era una de
las semillas más pequeñas que ellos conocían, e incluso, era tomada como un
dicho proverbial para referirse a algo pequeño. Por ejemplo, alguien decía: “es
tan pequeño como una semilla de mostaza”, o “tan insignificante como una
semilla de mostaza”. Por eso, cuando Jesús utilizaba la figura de la semilla de
mostaza, estaba usando un símbolo proverbial de su tiempo. Ahora bien, esta
semilla es muy pequeña, pero increíblemente de ella nace un gran árbol que
llega a crecer hasta 5 metros de altos, es muy frondoso y generalmente las aves
anidan en entre sus ramas.
Así es el
crecimiento del reino de Dios, al principio su origen es pequeño, todo inicia
como algo insignificante y hasta despreciable para los hombres, pero con el
tiempo crece y se extiende con toda majestad a tal punto que muchos encuentran
refugio para sus cansadas almas en él. Siempre Dios ha comparado la obra que
realizara con algo pequeño y sencillo al principio, pero que crece hasta
convertirse en algo glorioso: “En el monte alto de Israel lo plantaré, y
alzará ramas, y dará fruto, y se hará magnífico cedro; y habitarán debajo de él
todas las aves de toda especie; a la sombra de sus ramas habitarán”, (Ezequiel 17:23).
Si uno estudia la historia de la iglesia puede ver como esta parábola se ha
cumplido con gran precisión, ya que esta tuvo un comienzo humilde con apenas
120 hombres y mujeres (Hechos 1:15) pero rápidamente creció, primero con 3, 000
conversiones (Hechos 2:41), luego con 5,000 (Hechos 4:4) y así creció la
iglesia del Señor en toda Jerusalén: “Y crecía la palabra del Señor, y el número
de los discípulos se multiplicaba grandemente en Jerusalén; también muchos de
los sacerdotes obedecían a la fe”, (Hechos 6:7) y se extendió por todo el mundo hasta
la actualidad que cuenta con millones de miembros. Así la iglesia del Señor
tuvo un humilde comienzo, a penas con 120 personas, pero con el tiempo comenzó
a crecer aún en medio de las más crueles persecuciones hasta convertirse en una
de las instituciones más grande en este mundo.
hola. y las aves que hacen nidos en el árbol que significa?
ResponderBorraral igual como las aves buscan un buen lugar para construir un refugio, las almas solas y sin esperanza buscan un lugar donde sentirse seguras y refugiadas.
BorrarGracias Dios les bendiga
ResponderBorrarbenciciones!
ResponderBorrarBendiones
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