“De otro modo, ¿qué harán los que se
bautizan por los muertos, si en ninguna manera los muertos resucitan? ¿Por qué,
pues, se bautizan por los muertos? ¿Y por qué nosotros peligramos a toda hora?
Os aseguro, hermanos, por la gloria que de vosotros tengo en nuestro Señor Jesucristo,
que cada día muero. Si como hombre batallé en Éfeso contra fieras, ¿qué me
aprovecha? Si los muertos no resucitan, comamos y bebamos, porque mañana
moriremos. No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres.
Velad debidamente, y no pequéis; porque algunos no conocen a Dios; para
vergüenza vuestra lo digo”.
1 Corintios 15:29-34
INTRODUCCIÓN
El apóstol Pablo continua sus
argumentos en cuanto a la doctrina de la resurrección de los muerto y hasta
ahora no solo la ha defendido, sino a fundamentado la fe en la misma
resurrección de Cristo la cual es el tema central del evangelio por medio del
cual todo hombre puede ser salvo y resucitar en el día postrero. Hoy Pablo
sigue colocando más argumentos a favor de esta doctrina y nos muestra que
realmente la resurrección es lo que le da sentido a todo el cristianismo, y era
por ello que el apóstol estaba dispuesto a sufrir e incluso morir porque sabía
que era heredero de esta grande promesa. Veamos entonces lo que estos
versículos tienen para nuestro crecimiento espiritual, especialmente porque el
versículo 29 es uno de los más difíciles de interpretar en esta carta.
La resurrección le da sentido a todo el cristianismo |
UN VERSÍCULO MUY CONTROVERSIAL
“De otro modo, ¿qué harán los que se
bautizan por los muertos, si en ninguna manera los muertos resucitan? ¿Por qué,
pues, se bautizan por los muertos?”.
1 Corintios 15:29
El versículo 29 es uno de los
más controversiales en esta carta ya que actualmente sigue siendo motivo de discusión
entre los eruditos bíblicos y con dificultad se le puede encontrar una buena
interpretación. A que se refería Pablo cuando dijo: ¿qué harán los que se bautizan por los muertos,
si en ninguna manera los muertos resucitan? ¿Por qué, pues, se bautizan por los
muertos? Por un lado unos tratan de interpretar este versículo
acudiendo al contexto gramatical griego, especialmente donde dice: bautizan por los
muertos, ya que en griego se lee baptidso
jupér tó nekrós (βαπτίζω ὑπέρ τό νεκρός), y en este caso
la preposición jupér es la que usan
para encontrarle una interpretación a este versículo y se le puede dar al menos
dos sentidos. Cuando se refiere a un lugar, puede querer decir sobre o por encima de, de tal forma que el versículo podría traducirse de
la siguiente manera: ¿qué harán los que se bautizan –ensima de– los muertos, si en ninguna manera los muertos
resucitan?
Algunos opinan que lo que Pablo decía hacía referencia de una costumbre de los
cristianos de bautizarse sobre las tumbas de otros creyentes como teniendo como
testigos aquellos fieles consiervos que ya habían partido con el Señor y ahora
estos se inspiraban recordando a los grandes mártires de la fe. La otra forma
en cómo interpretan este versículo está
basada en la segunda forma de traducir esta proposición ya que jupér también puede traducirse como en vez de o en lugar de, especialmente cuando se usa para referirse a una
persona o cosa, y si esto es así este versículo podría traducirse como: ¿qué
harán los que se bautizan –en lugar de– los muertos, si en ninguna manera los muertos
resucitan?
Esta forma de interpretación es la más usada por algunos interpretes bíblicos y
afirman que lo que Pablo hizo fue hacer referencia a una costumbre que algunas
personas tenían de bautizase en nombre de sus parientes muertos. Si nos damos
cuenta Pablo utiliza aquí la tercera persona para referirse a los que se
bautizan por los muertos, de tal forma que es poco creíble que esta práctica
era exclusiva de la iglesia cristiana, más bien hace referencia a aquellos
paganos o herejes que se bautizaban por sus muertos creyendo que al hacerlo
estos eran exonerados de sus pecados en el mas allá. En el tercer
siglo, Tertuliano comentó sobre este versículo y aseguro que Pablo había condenado
la práctica de bautizarse por los muertos. Cien años después, Crisóstomo
describe los seguidores de Marción, un hereje que torció las Escrituras,
promovían dicha práctica y Crisóstomo también la condenó. Ahora bien, la
pregunta sigue siendo, con todo esto que quiere decir Pablo. Hasta el momento
ha presentado la resurrección como uno de los temas más grandes del evangelio y
ha expuesto lo triste que sería si Cristo no hubiese resucitado, no obstante,
la resurrección de Cristo es un hecho innegable, tanto que sus enemigos se dan
a la tarea de hablar en su contra, y aun había otros que se bautizaban por lo
muertos con el fin de exonerar sus pecados en el más allaya que creían también
en la resurrección de los muertos: ¿qué harán los que se bautizan por los
muertos, si en ninguna manera los muertos resucitan? ¿Por qué, pues, se
bautizan por los muertos? Como sea, esta es solo una
interpretación que algunos le dan y no todos la apoyan, y lo único que podemos
decir es que también nosotros reconocemos lo difícil que es encontrarle una
buena interpretación.
LA RESURRECCIÓN DE LOS MUERTOS LE DA SENTIDO A LAS PENURIAS DE LA VIDA CRISTIANA
“¿Y
por qué nosotros peligramos a toda hora? Os aseguro, hermanos, por la gloria
que de vosotros tengo en nuestro Señor Jesucristo, que cada día muero. Si como
hombre batallé en Éfeso contra fieras, ¿qué me aprovecha? Si los muertos no
resucitan, comamos y bebamos, porque mañana moriremos”.
1
Corintios 15:30-32
El
saber que todos los cristianos resucitaremos en el día postrero nos da un
sentido de mayor esperanza y gozo, y con esto en mente todas nuestras pruebas y
tribulaciones no se comparan en nada con la gloria venidera. Por eso Pablo
decía que con todo gozo ponía su vida en peligro ya que sabía que un día
resucitaría de entre los muertos: “¿Y por qué nosotros peligramos a toda hora?
Os aseguro, hermanos, por la gloria que de vosotros tengo en nuestro Señor
Jesucristo, que cada día muero. Pablo afirmaba por el mismo orgullo
que le provocaban los corintios los cuales se habían convertido gracias a su
ministerio, que por la promesa de la resurrección de los muertos el arriesgaba
su vida sabiendo que su sacrificio no era en vano. En este pasaje el apóstol
relata una de sus tantas vicisitudes a lo largo de su ministerio y dice que estuvo
a punto de ser comido por fieras salvajes: Si como hombre batallé en Éfeso contra
fieras.
De acuerdo al libro de Hechos, Pablo estuvo tres años en Éfeso durante su
tercer viaje misionero (Hechos 19:1–20:1), y fue allí donde sufrió muchas
dificultades, aunque no se nos relata que haya estado en peligro de fieras
aparte de lo que aquí el mismo nos confirma. Lo cierto es que la vida del
apóstol estuvo llena de dificultades tal y como se los declara a los corintios
en su segunda carta: “No damos a nadie ninguna ocasión de tropiezo, para que
nuestro ministerio no sea vituperado; antes bien, nos recomendamos en todo como
ministros de Dios, en mucha paciencia, en tribulaciones, en necesidades, en
angustias; en azotes, en cárceles, en tumultos, en trabajos, en desvelos, en
ayunos; en pureza, en ciencia, en
longanimidad, en bondad, en el Espíritu Santo, en amor sincero”, (2
corintios 6:3-6). Y más adelante describe un poco mejor sus sufrimientos como
ministro del Señor: “¿Son ministros de Cristo? (Como si estuviera loco hablo.) Yo
más; en trabajos más abundante; en azotes sin número; en cárceles más; en
peligros de muerte muchas veces. De los judíos cinco veces he recibido cuarenta
azotes menos uno. Tres veces he sido azotado con varas; una vez apedreado; tres
veces he padecido naufragio; una noche y un día he estado como náufrago en alta
mar; en caminos muchas veces; en peligros de ríos, peligros de ladrones,
peligros de los de mi nación, peligros de los gentiles, peligros en la ciudad,
peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos; en
trabajo y fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en
frío y en desnudez; y además de otras cosas, lo que sobre mí se agolpa cada día,
la preocupación por todas las iglesias”, (2 Corintios 11:23-28). Lo
cierto es que todos estos padecimiento no eran nada para Pablo ya que su
corazón albergaba la esperanza de que un día moriría pero su Señor lo
resucitaría para estar en gloria delante de su presencia y por eso decía: ¿qué
me aprovecha? Si los muertos no resucitan, comamos y bebamos, porque mañana
moriremos.
Si la resurrección no fuese una promesa real todo este esfuerzo seria en vano y
mejor sería disfrutar la vida antes de morir, pero lo cierto es que no es así,
pues Cristo ha resucitado.
LA RESURRECCIÓN DE LOS MUERTOS LE DA SENTIDO AL CRISTIANISMO
“No erréis; las malas conversaciones
corrompen las buenas costumbres. Velad debidamente, y no pequéis; porque
algunos no conocen a Dios; para vergüenza vuestra lo digo”.
1 Corintios 15:33-34
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