“Pero
esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de
Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción. He aquí, os digo un misterio: No
todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir
y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los
muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque
es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se
vista de inmortalidad. Y cuando esto corruptible se haya vestido de
incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se
cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. ¿Dónde
está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? ya que el
aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley. Más gracias
sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor
Jesucristo. Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo
en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en
vano”.
1 Corintios 15:50-58
INTRODUCCIÓN
Llegamos
al final del capítulo 15 cuya temática ha girado alrededor del gran tema de la
resurrección de los muertos, y para sellar este tema termina su exposición con
el misterio del arrebatamiento de la iglesia y la victoria final que todos los
cristianos hemos ganado sobre la muerte gracias al sacrificio de Cristo Jesús.
Después de haber estudiado los versículos anteriores podemos ver que quizás no
hay otro pasaje o capitulo que explique de manera tan detallada este importante
tema teológico que forma parte de nuestra fe fundamental. Al final del
capítulo, en su último versículo, el apóstol Pablo exhorta a todos sus lectores
a perseverar en la obra del Señor teniendo en cuenta todas estas grandes
promesas de vida eterna.
El arrebatamiento de la iglesia |
EL RAPTO DE LA IGLESIA
“Pero
esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de
Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción. He aquí, os digo un misterio: No
todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir
y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los
muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque
es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se
vista de inmortalidad”.
1 Corintios 15:50-53
Después
de todo lo expuesto, el apóstol afirma que nadie puede entrar en la eternidad
con su cuerpo mortal, el cual está viciado por el pecado de este mundo: Pero esto digo,
hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la
corrupción hereda la incorrupción. Por esto es necesario que los
muertos resuciten con un nuevo cuerpo, completamente incorruptible e inmortal,
preparado para estar delante de la presencia de Dios por toda la eternidad. Para
que nuestros cuerpos sean glorificados es necesario que nuestro cuerpo mortal
muera, pero, ¿qué de aquellos que cuando la resurrección ocurra estén vivos?
Pablo lo explica en los siguientes versículos: He aquí, os digo un misterio: No todos
dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y
cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los
muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque
es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se
vista de inmortalidad. Aquí el apóstol hace referencia al rapto de
la iglesia, y lo presenta como un misterio, es decir, una verdad bíblica que
antes estaba oculta al entendimiento del ser humano, pero que ahora gracias al Espíritu
Santo podemos comprenderla en estos postreros tiempos. Realmente Pablo fue el precursor
de esta doctrina del arrebatamiento y en su primera carta a los tesalonicenses
la presenta por primera vez: “Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que
duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. Porque
si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los
que durmieron en él. Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que
nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no
precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando, con
voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en
Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos
quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al
Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, alentaos los
unos a los otros con estas palabras”, (1 Tesalonicenses 4:13-18). Tanto
en 1 Tesalonicenses como en 1 Corintios el apóstol utiliza el eufemismo dormir
para referirse a la muerte, y nos dice que al sonar la trompeta los muertos en
Cristo resucitarán, y luego los que estemos vivos para ese momento serán transformados
y arrebatados al cielo para reunirnos con el Señor en el cielo. Esta es la
promesa que alienta a los creyentes, el saber que un día seremos resucitados
para estar delante de Dios por toda la eternidad, con un cuerpo completamente
nuevo, y aquellos que aun estemos vivos seremos transformados: … y los muertos
serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es
necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista
de inmortalidad.
LA VICTORIA FINAL SOBRE LA MUERTE
“Y
cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya
vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita:
Sorbida es la muerte en victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde,
oh sepulcro, tu victoria? ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el
poder del pecado, la ley. Más gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria
por medio de nuestro Señor Jesucristo”.
1 Corintios 15:54-57
Conociendo
todas estas grandes promesas gloriosas el apóstol no tiene más que irrumpir con
gran júbilo exclamando: Sorbida es la muerte en victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu
aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? Durante generaciones la
muerte se había enseñoreado sobre todos los seres humanos, incluso el mismo refrán
humano de hoy en día hacía alusión a este hecho: para todo hay solución, menos para la muerte. Pero, qué bueno es
saber que en el cristianismo, aun la muerte tiene solución, y esta solución es
Cristo mismo ya que a través de su victoria en la cruz de Calvario derroto a Satanás
y su imperio de la muerte de tal forma que hoy en día, todos aquellos que por
la fe alcancemos la salvación y perdón de pecados, la muerte ya no tiene más señorío
sobre nosotros. Pablo aclara que el aguijón de la muerte es el pecado, y el
poder del pecado es la ley, ya que esta establece el juicio sobre los
trasgresores, pero hoy en día gracias a Cristo Jesús podemos vencer el pecado y
no estar más condenados a un destino inexorable: ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y
el poder del pecado, la ley. Más gracias sean dadas a Dios, que nos da la
victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo. Considerando todo
esto, bendito sea Dios que nos da la victoria final sobre la muerte gracias a
nuestro Señor Jesucristo.
UNA EXHORTACIÓN FINAL
“Así
que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del
Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano”.
1 Corintios 15:58
Finalmente,
el apóstol Pablo exhorta a todos sus lectores a que no desmayen, sino que se
mantengan firmes y constantes en la vida cristiana ya que estaba consciente de
las diferentes pruebas y dificultades que se presentan en la vida cristiana. Si
hay algo que resulta muy difícil en la vida cristiana es el mantenerse firme y
constante ya que con el paso del tiempo las mismas pruebas y tentaciones pueden
desgastarnos y apartarnos del propósito de Dios; pero cuando las pruebas de la
vida arrecien, Pablo nos pide que no retrocedamos, sino que sigamos avanzando recordando
todas estas promesas de resurrección y la vida eterna, que crezcamos en la obra
del Señor siempre porque jamás nuestro trabajo será en vano: Así que, hermanos
míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre,
sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.
Gracias infinitas a todos los pastores y hermanos que comparten estas explicaciones tan bíblicas de la palabra de nuestro Dios ,son de mucha bendición para estudiar y compartir con otros hermanos .Dios les bendiga.
ResponderBorrarDios gracias sean dadas a ti Padre Santo por tu palabra, gracias hnos
ResponderBorrar