“Las muchas
aguas no podrán apagar el amor, ni lo ahogarán los ríos. Si diese el hombre
todos los bienes de su casa por este amor, de cierto lo menospreciarían”.
Cantar de los cantares 8:7
INTRODUCCIÓN
El libro de los Cantar de los
cantares es una hermosa pieza poética que exalta la grandeza del verdadero amor
y el versículo 7 del capítulo 8 nos expresa lo invaluable que es que una
persona lo llegue a conocer: Las muchas aguas no
podrán apagar el amor, ni lo ahogarán los ríos. Si diese el hombre todos los bienes
de su casa por este amor, de cierto lo menospreciarían. Sin embargo, cuantos de nosotros podemos decir que conocemos el
verdadero amor. Veamos cómo el hombre busca en este mundo experimentar el
verdadero amor.
El amor que jamas falla |
I.
LOS DIFERENTES LUGARES DONDE EL
HOMBRE BUSCA EL AMOR.
El ser humano busca la forma de
sentirse amado, la mayorías de personas necesitan sentir afecto, sentimientos
de protección y confianza que otros seres humanos le puedan dar, y es en ese
sentido que muchos buscan conocer el verdadero amor. Pero ¿qué es el amor?
Veamos primeramente dónde el hombre busca el amor y no lo encuentra.
1. El amor que se busca en la pasión sexual.
En primer lugar, a veces el hombre
confunde la pasión sexual con el amor. La pasión sexual recibe en griego el
nombre de Eros y es un sentimiento que surge como consecuencia de la atracción
física que alguien siente por el sexo opuesto. Este sentimiento no puede ser
considerado amor porque es egoísta, ya que solo piensa en satisfacer sus
necesidades y nunca piensa en compromiso. En la Biblia encontramos un buen
ejemplo de este sentimiento Eros, y es en Amnón, el hijo de David, el cual se
enamoró físicamente de su media hermana Tamar y al convertirse en una obsesión
enfermiza termino violándola.
“Aconteció
después de esto, que teniendo Absalón hijo de David una hermana hermosa que se
llamaba Tamar, se enamoró de ella Amnón hijo de David. Y estaba Amnón
angustiado hasta enfermarse por Tamar su hermana, pues por ser ella virgen, le
parecía a Amnón que sería difícil hacerle cosa alguna. Y Amnón tenía un amigo
que se llamaba Jonadab, hijo de Simea, hermano de David; y Jonadab era hombre
muy astuto. Y éste le dijo: Hijo del rey, ¿por qué de día en día vas
enflaqueciendo así? ¿No me lo descubrirás a mí? Y Amnón le respondió: Yo amo a
Tamar la hermana de Absalón mi hermano. Y Jonadab le dijo: Acuéstate en tu
cama, y finge que estás enfermo; y cuando tu padre viniere a visitarte, dile:
Te ruego que venga mi hermana Tamar, para que me dé de comer, y prepare delante
de mí alguna vianda, para que al verla yo la coma de su mano. Se acostó, pues,
Amnón, y fingió que estaba enfermo; y vino el rey a visitarle. Y dijo Amnón al
rey: Yo te ruego que venga mi hermana Tamar, y haga delante de mí dos hojuelas,
para que coma yo de su mano. Y David envió a Tamar a su casa, diciendo: Vé
ahora a casa de Amnón tú hermano, y hazle de comer. Y fue Tamar a casa de su
hermano Amnón, el cual estaba acostado; y tomó harina, y amasó, e hizo hojuelas
delante de él y las coció. Tomó luego la sartén, y las sacó delante de él; mas
él no quiso comer. Y dijo Amnón: Echad fuera de aquí a todos. Y todos salieron
de allí. Entonces Amnón dijo a Tamar: Trae la comida a la alcoba, para que yo
coma de tu mano. Y tomando Tamar las hojuelas que había preparado, las llevó a
su hermano Amnón a la alcoba. Y cuando ella se las puso delante para que
comiese, asió de ella, y le dijo: Ven, hermana mía, acuéstate conmigo. Ella
entonces le respondió: No, hermano mío, no me hagas violencia; porque no se
debe hacer así en Israel. No hagas tal vileza. Porque ¿adónde iría yo con mi
deshonra? Y aun tú serías estimado como uno de los perversos en Israel. Te
ruego pues, ahora, que hables al rey, que él no me negará a ti. Más él no la
quiso oír, sino que pudiendo más que ella, la forzó, y se acostó con ella.
Luego la aborreció Amnón con tan gran aborrecimiento, que el odio con que la
aborreció fue mayor que el amor con que la había amado. Y le dijo Amnón:
Levántate, y vete. Y ella le respondió: No hay razón; mayor mal es este de
arrojarme, que el que me has hecho. Mas él no la quiso oír, sino que llamando a
su criado que le servía, le dijo: Echame a ésta fuera de aquí, y cierra tras
ella la puerta”.
2 Samuel 13:1-17
Aquí vemos como aquellos que se
dejan dominar esta enfermiza pasión Eros pueden llegar a dañar a otros ya que
solo les interesa satisfacer sus necesidades y nunca piensan en el bien del
otro, Esto definitivamente no es amor.
2. El amor que surge entre familiares.
En segundo lugar, el hombre puede
llegar a buscar el amor entre sus mismos familiares, y en griego se le conoce
con la palabra storge, y se refiere a un cariño que las personas desarrollan
hacia sus familias. Realmente este cariño se desarrolla de manera natural,
especialmente entre padres e hijos; pero aun este tipo de afecto no es perfecto
ya que puede fallar. En la Biblia encontramos un buen ejemplo de eso, y es en
la familia de Isaac: “Y crecieron los niños, y Esaú fue diestro en la caza, hombre
del campo; pero Jacob era varón quieto, que habitaba en tiendas. Y amó Isaac a
Esaú, porque comía de su caza; mas Rebeca amaba a Jacob”; (Génesis
25:27). Si nos damos cuenta esta familia tenía serios problemas ya que por un
lado el padre amaba más al hijo que era cazador porque comía de su caza,
mientras que la madre amaba más al otro porque era quieto y le ayudaba con lo
quehaceres de la casa. Aunque también uno puede encontrar buenos ejemplos de
este tipo de amor, pero aun así este puede fallar, tal y como hoy en día les
pasan a muchas personas que les han fallado a sus familiares.
3. El amor que surge entre amigos.
Otro lugar donde la gente busca el
amor es entre los amigos, y en griego se conoce con la palabra fileo, de aquí
viene el famoso amor filial, y se refiere a un afecto que se desarrolla entre
personas debido a sus buenas relaciones. Quizás hoy en día el mejor ejemplo de
amor entre amigos sea el de David y Jonatán: “Aconteció que cuando él hubo acabado de hablar
con Saúl, el alma de Jonatán quedó ligada con la de David, y lo amó Jonatán
como a sí mismo. Y Saúl le tomó aquel día, y no le dejó volver a casa de su
padre. E hicieron pacto Jonatán y David, porque él le amaba como a sí mismo”,
(1 Samuel 18:1-3). Todas las personas que conocen esta historia puede ver el
enorme afecto que estos dos hombres llegaron a desarrollar convirtiéndose en
grandes amigos que nunca se fallaron, aun muerto Jonatán, David procuro
honrarlo buscando si tenía un descendiente y así encontró a Mefi-boset a quien
le hizo misericordia por amor a Jonatán.(2 Samuel 19:1-13). Lamentablemente hoy
en día vivimos en un mundo donde no se cree en la amistad, un mundo
acostumbrado a la hipocresía y el interés propio. Aunque podemos llegar a
experimentar la verdadera amistad, lo cierto es que este afecto o amor es
imperfecto, ya que puede fallar, y de hecho las mismas Escrituras dicen que
estos pueden dañar: “Fieles son las heridas del que ama; pero importunos los
besos del que aborrece”, (Proverbios 27:6).
4. Todos los tipos de amor que el hombre ofrecen son limitados y propensos a fallar.
Si consideramos todos estos tipos
de amores, todos son limitados y propensos a fallar. Por ejemplo, la pasión
sexual es egoísta y solo busca su satisfacción, jamás se compromete y no es
sacrificado. Por otro lado el cariño entre familiares y el afecto entre amigos
es limitado ya que no ama a aquellos que los han lastimado, es reservado
únicamente para aquellos que les han hecho el bien, jamás hacia sus enemigos, y
puede llegar a fallar. Por tanto, todos estos amores son imperfectos.
II.
EL ÚNICO AMOR QUE SOBRE PASA A LOS
DEMÁS.
No obstante, la Biblia nos habla de
un amor que sobrepasa a todos los demás, y este es el amor de Dios el cual es
superior ya que posee características que los demás no tienen, y en griego se
le conoce con el nombre de ágape. Veamos sus características.
1. El amor de Dios se demuestra a
través de entregarnos lo más preciosos que tenía para nuestra salvación, la
muerte de su Hijo amado: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su
Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga
vida eterna”, (Juan 3:16).
2.
El
amor de Dios ofrece completa seguridad: “Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni
ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo
alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de
Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro”, (Romanos 8:38-39).
3.
El
amor de Dios jamás nos falla: “¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de
compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré
de ti”, (Isaías 49:15).
4.
El
amor de Dios no se gana por méritos humanos, sino en su gran misericordia Él
decide amarnos: “No
por ser vosotros más que todos los pueblos os ha querido Jehová y os ha
escogido, pues vosotros erais el más insignificante de todos los pueblos; sino
por cuanto Jehová os amó, y quiso guardar el juramento que juró a vuestros
padres, os ha sacado Jehová con mano poderosa, y os ha rescatado de
servidumbre, de la mano de Faraón rey de Egipto”, (Deuteronomio
7:7-8).
5.
Finalmente,
todo esto nos enseña que el amor de Dios consiste en la decisión que él ha
tomado de amarnos, no en que nosotros le hayamos amado antes, sino que Él lo
hizo primero: “En
esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros y envió a
su Hijo en propiciación por nuestros pecados”, (1 Juan 4:10).
CONCLUSIÓN.
Por tanto, el único amor que es
perfecto es el amor de Dios, el amor ágape, este es un amor que trae la
salvación a través de la fe en Cristo Jesús, un amor eterno que nos asegura
nuestra eternidad. Ningún otro amor de esta tierra se compara a este.
amen lo acepto ese amor que no cambia que es unico y verdadero en mi vida
ResponderBorrarYo también lo acepto. Gracias Dios por tu amor
BorrarEl amor de Dios lo llena todo en nuestras vidas no hay otro amor como el que nos da Dios el amor de Dios viví día a día dentro de nosotros
ResponderBorrar