“Iré a vosotros, cuando haya pasado por Macedonia, pues por
Macedonia tengo que pasar. Y podrá ser que me quede con vosotros, o aun pase el
invierno, para que vosotros me encaminéis a donde haya de ir. Porque no quiero
veros ahora de paso, pues espero estar con vosotros algún tiempo, si el Señor
lo permite. Pero estaré en Éfeso hasta Pentecostés; porque se me ha abierto
puerta grande y eficaz, y muchos son los adversarios. Y si llega Timoteo, mirad
que esté con vosotros con tranquilidad, porque él hace la obra del Señor así
como yo. Por tanto, nadie le tenga en poco, sino encaminadle en paz, para que
venga a mí, porque le espero con los hermanos. Acerca del hermano Apolos, mucho
le rogué que fuese a vosotros con los hermanos, más de ninguna manera tuvo
voluntad de ir por ahora; pero irá cuando tenga oportunidad”.
1 Corintios 16:5-12
INTRODUCCIÓN
Antes de finalizar su carta el apóstol Pablo decide dar
a conocer sus planes en cuanto al ministerio que el Señor Jesucristo le había
otorgado. Lucas nos relata en el libro de Hechos de los Apóstoles de manera
detallada el ministerio de este hombre santo, y cómo toda su vida giraba
alrededor de ello: “Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida
para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que
recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios”,
(Hechos 20:24). En el libro de los Hechos podemos ver el incansable ministerio
que este hombre realizo, prácticamente su vida estaba enfocada en anunciar el
mensaje del evangelio, salvar almas, instruirlos en la verdad de Jesucristo,
fundar iglesias, constituir ancianos, y velar por ellas ya sea estando presente,
o delegando responsables como Tito, Timoteo u otros hombres de confianza, o por
medio de sus cartas. Ahora bien, después de haber tratado una serie de
problemas, y antes de despedirse, el apóstol da a conocer los planes que tenia
de visitar diferentes iglesias.
Los planes de Pablo para el ministerio |
LOS PLANES DE PABLO PARA VISITAR LAS IGLESIAS
“Iré a vosotros, cuando haya pasado por Macedonia, pues por Macedonia
tengo que pasar. Y podrá ser que me quede con vosotros, o aun pase el invierno,
para que vosotros me encaminéis a donde haya de ir. Porque no quiero veros
ahora de paso, pues espero estar con vosotros algún tiempo, si el Señor lo
permite. Pero estaré en Éfeso hasta Pentecostés; porque se me ha abierto puerta
grande y eficaz, y muchos son los adversarios”.
1 Corintios 16:5-9
Por sus
palabras pareciera que Pablo esta en Éfeso ya que por el momento su ministerio
había estado dando grandes frutos en esta ciudad, aunque no sin oposición: Pero estaré en Éfeso
hasta Pentecostés; porque se me ha abierto puerta grande y eficaz, y muchos son
los adversarios. De hecho, Lucas registra una gran actividad
misionera por parte del apóstol en esta ciudad en su libro inspirado, Hechos de
los Apóstoles, ya que de acuerdo a él estuvo allí para su tercer viaje
misionero por un periodo de tres años, más
tiempo que en cualquier otra ciudad (Hechos 20:31) y fue allí donde sembró la
semilla del evangelio impactando en gran manera esta ciudad: “Y entrando Pablo en
la sinagoga, habló con denuedo por espacio de tres meses, discutiendo y
persuadiendo acerca del reino de Dios. Pero endureciéndose algunos y no
creyendo, maldiciendo el Camino delante de la multitud, se apartó Pablo de
ellos y separó a los discípulos, discutiendo cada día en la escuela de uno
llamado Tiranno. Así continuó por espacio de dos años, de manera que todos los
que habitaban en Asia, judíos y griegos, oyeron la palabra del Señor Jesús. Y
hacía Dios milagros extraordinarios por mano de Pablo, de tal manera que aún se llevaban a los
enfermos los paños o delantales de su cuerpo, y las enfermedades se iban de ellos,
y los espíritus malos salían”, (Hechos 19:8-12). Tanto fue la
influencia del evangelio en este lugar que causo el disgusto de los
comerciantes de templecillos de plata de la diosa Diana ya que sus ganancias se
vinieron abajo por la conversión de los paganos idolatras al evangelio de
Cristo: “Hubo por
aquel tiempo un disturbio no pequeño acerca del Camino. Porque un platero
llamado Demetrio, que hacía de plata templecillos de Diana, daba no poca
ganancia a los artífices; a los cuales, reunidos con los obreros del mismo
oficio, dijo: Varones, sabéis que de este oficio obtenemos nuestra riqueza;
pero veis y oís que este Pablo, no solamente en Éfeso, sino en casi toda Asia,
ha apartado a muchas gentes con persuasión, diciendo que no son dioses los que
se hacen con las manos. Y no solamente hay peligro de que este nuestro negocio
venga a desacreditarse, sino también que el templo de la gran diosa Diana sea
estimado en nada, y comience a ser destruida la majestad de aquella a quien
venera toda Asia, y el mundo entero. Cuando oyeron estas cosas, se llenaron de
ira, y gritaron, diciendo: ¡Grande es Diana de los efesios! Y la ciudad se
llenó de confusión, y a una se lanzaron al teatro, arrebatando a Gayo y a
Aristarco, macedonios, compañeros de Pablo. Y queriendo Pablo salir al pueblo,
los discípulos no le dejaron. También algunas de las autoridades de Asia, que
eran sus amigos, le enviaron recado, rogándole que no se presentase en el
teatro. Unos, pues, gritaban una cosa, y otros otra; porque la concurrencia estaba
confusa, y los más no sabían por qué se habían reunido. Y sacaron de entre la
multitud a Alejandro, empujándole los judíos. Entonces Alejandro, pedido
silencio con la mano, quería hablar en su defensa ante el pueblo”,
(.Hechos 19:23-33). La predicación del evangelio no solo afecto el comercio
pagano de la venta de templecillos de plata de la diosa Diana, sino también
muchos que practicaban la brujería se convirtieron trayendo sus libros para ser
quemados: “Asimismo
muchos de los que habían practicado la magia trajeron los libros y los quemaron
delante de todos; y hecha la cuenta de su precio, hallaron que era cincuenta
mil piezas de plata. Así crecía y prevalecía poderosamente la palabra del
Señor”, (Hechos 19:19-20). Así de esta forma el evangelio llego a
influir poderosamente en Éfeso gracias al ministerio de Pablo, y ahora mientras
escribe esta carta todo parece que se encuentra en esta ciudad y que
permanecerá en ella al menos hasta la fiesta del pentecostés ya que puerta
amplia y eficaz se le había abierto allí. Sin embargo, pensaba ir a ver a los
corintios, pasando a pie por la región de Macedonia, donde fundo iglesias
durante su segundo viaje misiones, iglesias como la de Tesalónica y la de
Filipos, y su objetivo era ver como estaba el estado espiritual de estas antes
de dirigirse a Corinto. Luego se dirigiría a Corinto para pasar con ellos un
buen tiempo, de preferencia durante todo el invierno: Iré a vosotros, cuando haya
pasado por Macedonia, pues por Macedonia tengo que pasar. Y podrá ser que me
quede con vosotros, o aun pase el invierno, para que vosotros me encaminéis a
donde haya de ir. Porque no quiero veros ahora de paso, pues espero estar con
vosotros algún tiempo, si el Señor lo permite.
Así era la vida de Pablo, siempre preocupado por todas las iglesias que había
fundado, y enfocado en seguir ganando almas para Cristo.
EL CUIDADO DE PABLO A LAS IGLESIAS A TRAVÉS DE ENVIARLES OTROS OBREROS
“Y si llega Timoteo, mirad que esté con vosotros con tranquilidad,
porque él hace la obra del Señor así como yo. Por tanto, nadie le tenga en
poco, sino encaminadle en paz, para que venga a mí, porque le espero con los
hermanos. Acerca del hermano Apolos, mucho le rogué que fuese a vosotros con
los hermanos, más de ninguna manera tuvo voluntad de ir por ahora; pero irá
cuando tenga oportunidad”.
1 Corintios 16:10-12
Si hay algo que
Pablo sabia en cuanto a la obra del Señor es que esta no era exclusivamente de
Él, sino de Dios, y que no era el único obrero en la viña del Señor, sino que
habían otros, tal y como lo dijo al principio de la carta: “Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo
ha dado Dios”, (1 Corintios 3:6). Por ello Pablo sabia auxiliarse de
otros hombres para contribuir con el avance del evangelio. Debido a que él
estaba ocupado en Éfeso, decidió enviar por adelantado a unos de sus fieles
colaboradores, Timoteo con el fin de que este diera el apoyo necesario en su
ausencia: Y si
llega Timoteo, mirad que esté con vosotros con tranquilidad, porque él hace la
obra del Señor así como yo. Por tanto, nadie le tenga en poco, sino encaminadle
en paz, para que venga a mí, porque le espero con los hermanos.
Por otras cartas sabemos que Timoteo era una persona tímida: “Porque no nos ha
dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. Por
tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso
suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de
Dios”, (2 Timoteo 1:7-8). Y aparte de esto era una persona enferma: “Ya no bebas agua,
sino usa de un poco de vino por causa de tu estómago y de tus frecuentes
enfermedades”, (1 Timoteo 5:23). Sin embargo, a pesar de sus
limitaciones de timidez, enfermedad y edad, Pablo supo prepararlo para la obra
del ministerio. Así, lo circuncido para que no tuviera problemas con los judíos,
ya que tenía su madre era hebrea: “Después llegó a Derbe y a Listra; y he aquí, había allí
cierto discípulo llamado Timoteo, hijo de una mujer judía creyente, pero de
padre griego; y daban buen testimonio de él los hermanos que estaban en Listra
y en Iconio. Quiso Pablo que éste fuese con él; y tomándole, le circuncidó por
causa de los judíos que había en aquellos lugares; porque todos sabían que su
padre era griego”, (Hechos 16:1-3). Lo exhorto a ser ejemplo en todo
para que nadie lo menospreciara por su edad: “Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé
ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza”,
(1 Timoteo 4:12). Le aconsejo en cuanto a cómo relacionarse con los demás, sin
importar sus edades: “No reprendas al anciano, sino exhórtale como a padre; a los
más jóvenes, como a hermanos; a las ancianas, como a madres; a las jovencitas,
como a hermanas, con toda pureza. Honra a las viudas que en verdad lo son”,
(1 Timoteo 5:1-3). Y en general, le enseño cómo ser un buen ministro del Señor
a través de una serie de consejos que quedaron registradas en 1 y 2 Timoteo, y
con el tiempo llego a convertirse en el obispo de la iglesia en Éfeso, todo
gracias a la instrucción del Pablo. Por eso ahora estaba confiándole una tarea
más, y era que fuese a visitar a los corintios para que viese como estaban
espiritualmente y para que en su ausencia él pudiese ministrarlos delante del
Señor, no obstante, también les pide a los corintios que salga a recibirlo para
que este se sintiera cómodo con ellos.
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