“He aquí que yo hago
cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en
el desierto, y ríos en la soledad”.
Isaías 43:19
INTRODUCCIÓN
La sensación de adquirir nuevas
cosas es siempre un sentimiento de mucha alegría, especialmente porque somos
seres humanos que les gusta probar y experimentar cosas nuevas. En la Biblia
hay una profecía que habla acerca de lo que Dios deseaba hacer en el futuro,
hacer algo nuevo en nuestras vidas: He aquí que
yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré
camino en el desierto, y ríos en la soledad. Si hay alguien que puede hacer nuevas todas las cosas en nuestra vida
es Cristo Jesús y en esta ocasión veremos cómo y qué es lo que Él hace nuevo.
En Cristo todo es nuevo |
I.
EN CRISTO JESÚS SOMOS
NUEVA CRIATURA.
“De modo que si alguno
está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son
hechas nuevas”.
2 Corintios
5:17
En
primer lugar, la primera obra que Cristo hace en nuestra vida es hacernos nueva
criatura, tal y como Pablo lo dice en su segunda carta a los corintios: De modo que si
alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí
todas son hechas nuevas. El ser hecho nueva criatura es el mayor
milagro que Dios puede obrar en un ser humano ya que literalmente lo convierte
en un ser con una nueva naturaleza. El ser humano lucha con vencer vicios,
cambiar su carácter o incuso cambiar toda su vida, pero no lo logra. Muchos
buscan ayuda en instituciones con el objetivo de cambiar, instituciones como
alcalices anónimos, neuróticos anónimos, o en la psiquiatría o psicología; pero
nada de esto puede cambiarlo totalmente, ya que el problema es interno, del
corazón, y la vieja naturaleza impide que abandonemos el pecado; pero es allí
donde Dios obra a favor de los que creen: “Y les daré un corazón, y un espíritu nuevo pondré dentro de
ellos; y quitaré el corazón de piedra de en medio de su carne, y les daré un
corazón de carne, para que anden en mis ordenanzas, y guarden mis decretos y
los cumplan, y me sean por pueblo, y yo sea a ellos por Dios”,
(Ezequiel 11:19-20). Solo el poder de Dios a través del Espíritu Santo hace que
el hombre cambie su corazón duro, y crea en él un nuevo espíritu, es decir, una
nueva naturaleza convirtiéndole en hijo de Dios: “Mas a todos los que le recibieron, a los que
creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios”,
(Juan 1:12). Es a partir de este glorioso milagro que el hombre es salvo y
literalmente se convierte en nueva criatura.
II.
EN CRISTO JESÚS
TENEMOS UN NUEVO PACTO.
“He aquí que vienen
días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con
la casa de Judá. No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su
mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto,
aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová”.
Jeremías
31:31-32
En
segundo lugar, en Cristo Jesús hay un nuevo pacto. Cuando Dios hizo el primer
pacto con Israel, estos eran responsables de cumplir toda la ley, pero
lamentablemente ellos no lograron cumplirlo, y realmente no hay nadie que
pudiera vivir por la ley, y esto invalida el primer pacto: “Porque todos los que dependen de las obras
de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no
permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas”,
(Gálatas 3:10). En este sentido el pacto
era difícil y hasta imposible guardarlo porque no hay nadie que pudiera
cumplir toda la ley, por ello Dios decidió hacer un nuevo pacto: He aquí que vienen
días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con
la casa de Judá. No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su
mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto,
aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová. Este nuevo pacto se
cumple en Cristo ya que gracias a su sacrificio se inició un nuevo pacto, no
basado en la ley, sino en la gracia: “Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio,
diciendo: Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que
por muchos es derramada para remisión de los pecados”, (Mateo
26:27-28). Antes de Cristo el pacto era muy riguroso ya que a través de guardar
la ley se vivía, pero hoy en el nuevo pacto, por medio de la gracia podemos ser
salvos de todos nuestros pecados.
III.
EN CRISTO JESÚS HEREDAREMOS
CIELO NUEVO Y TIERRA NUEVA.
“Porque he aquí que yo
crearé nuevos cielos y nueva tierra; y de lo primero no habrá memoria, ni más
vendrá al pensamiento”.
Isaías 65:17
Finalmente,
en Cristo tendremos nuevos cielos y nueva tierra, y esto fue profetizado desde
el Antiguo Testamento: Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva tierra; y
de lo primero no habrá memoria, ni más vendrá al pensamiento. El
apóstol Juan tuvo el privilegio de ver en visión el cumplimiento de esta
profecía y darse cuenta de lo glorioso que es el lugar que Dios tiene preparado
para nosotros: “Vi
un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra
pasaron, y el mar ya no existía más. Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva
Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada
para su marido. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo
de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios
mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de
ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque
las primeras cosas pasaron. Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí,
yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son
fieles y verdaderas. Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el
principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente
del agua de la vida. El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su
Dios, y él será mi hijo. Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y
homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos
tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte
segunda”, (Apocalipsis 21:1-8). Gracias a Cristo Jesús hoy en día
podemos llegar a heredar este glorioso lugar.
CONCLUSIÓN.
Por
tanto, en Cristo Jesús podemos lograr hacer nuevas todas las cosas, algo que en
el mundo jamás lograremos, ni con la religión, ni con la psicología o cualquier
tipo de terapia humana. No obstante, gracias a Cristo podemos llegar a ser:
1.
Nuevas
criaturas, lo cual nos convierte en hijos de Dios.
2. Herederos de un nuevo
pacto, no basado en el cumplimiento de la ley, sino en la gracia.
3.
Herederos
de cielos nuevos y tierra nueva.
Muy buena explicación. Dios los bendiga.
ResponderBorrarDios te Bendiga,te siga dando Sabiduría para la Meditación y Explicación de los diferentes pasajes de la Biblia, muchas gracias me sirve para mí Catequesis de adultos. Felicitaciones 🙏😘🇻🇪
ResponderBorrarBendiciones
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