“Mas Aarón y sus hijos ofrecían sacrificios sobre el altar del
holocausto, y sobre el altar del perfume quemaban incienso, y ministraban en
toda la obra del lugar santísimo, y hacían las expiaciones por Israel conforme
a todo lo que Moisés siervo de Dios había mandado”.
1 Crónicas 6:49
INTRODUCCIÓN
La
expiación es un tema de suma importancia en la doctrina de la salvación porque
nos habla del sacrificio vicario de Cristo en la cruz del Calvario el cual nos
limpio de todos nuestros pecados, siendo considerado en el cristianismo como el
acontecimiento más importante y trascendental de la historia del mundo. La expiación
nos lleva al tema de los sufrimientos de Cristo por causa de nuestros
pecados y de cómo este sacrificio nos
limpia de todas nuestras iniquidades, tema que se desarrolla plenamente en el
Nuevo Testamento: “En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de
Jesucristo hecha una vez para siempre”, (Hebreos 10:10). En el
Antiguo Testamento se habla mucho de la expiación ya que como parte de la ley
los israelitas tenía que realizar sacrificios de animales para que todos sus
pecados fueran expiados delante de Dios: “Mas Aarón y sus hijos ofrecían
sacrificios sobre el altar del holocausto, y sobre el altar del perfume
quemaban incienso, y ministraban en toda la obra del lugar santísimo, y hacían
las expiaciones por Israel conforme a todo lo que Moisés siervo de Dios había
mandado”, (1 Crónicas 6:49). El
tema de la expiación se deja ver también en los credos y confesiones de fe de
las iglesias, tal vez no con este nombre, pero si a través de tocar los
sufrimientos de Cristo y sus resultados. Por ejemplo, el credo niceno expresaba
la declaración de fe dada por las iglesias en Constantinopla en el 325 d.C. en
cuanto a su salvación gracias a la muerte y resurrección de Cristo: “Y fue
crucificado por nosotros bajo el poder de Poncio Pilatos, padeció, y fue
sepultado; y al tercer día resucitó según las Escrituras”, las
palabras por
nosotros nos indica que Cristo murió por nuestros pecados. El
Catecismo Menor de Westminster pregunta en el numeral 25: “¿Cómo ejecuta Cristo el oficio de
Sacerdote?”, a lo que este mismo responde: “Cristo ejecuta el oficio de Sacerdote en
haberse ofrecido a sí mismo, una sola vez en sacrificio para satisfacer las
demandas de la justicia Divina, reconciliarnos con Dios. y en interceder
continuamente por nosotros”. Vemos como asocian nuestra redención
con el sacrificio de Cristo. La Confesión de Fe de Westminster, capítulo 8,
párrafo 5, declara: “El Señor Jesucristo, por su perfecta obediencia y por el
sacrificio de sí mismo que ofreció una sola vez por el Espíritu eterno de Dios,
ha satisfecho plenamente a la justicia de su Padre, y compró para aquellos que
este le había dado, no solo la reconciliación sino también una herencia eterna
en el reino de los cielos”. Es el sacrificio de Cristo que ha
reconciliado al hombre con Dios y les ha dado herencia eterna. Por esto y más
es importante estudiar el tema de la expiación.
La expiación |
¿QUÉ SIGNIFICA EXPIACIÓN?
El
Diccionario Ilustrado de la Biblia de Nelson traduce expiación de la siguiente
manera: “Acto
por el que se quita el pecado o la contaminación mediante un sacrificio o pago
establecido por Dios”. El Nuevo Diccionario de la Biblia de Alfonso
Lockward dice en cuanto a la expiación: “Acto por el cual, mediante un sacrificio, se busca que
Dios sea propicio, satisfaciendo su justicia, borrando la culpa, purificando el
alma y reconciliándola con él”. El Diccionario Bíblico Certeza
comenta acerca de la expiación: “Denota la obra de Cristo de resolver el problema
planteado por el pecado del hombre, como también la de llevar a los pecadores a
una relación correcta con Dios”. J. Oliver Buswell, Jr, dice: “La doctrina
bíblica de la expiación también se designa como el punto de vista penal. Esto
significa que en la cruz Cristo llevó la pena debida justamente por nosotros a
causa de nuestros pecados. El pensamiento se expresa en muchos pasajes de la
Escritura, como por ejemplo: «Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido
por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él...» (Isaías 53.5).
El punto de vista penal destaca que hay un orden moral en el universo que debe
ser mantenido mediante la imposición de un castigo por la transgresión de la
ley moral”. Charles Ryrie dice: “La expiación por sustitución, o vicaria,
significa simplemente que Cristo sufrió como un sustituto por nosotros, es
decir, en vez de nosotros, lo que redundó en beneficio de nosotros al proveer
un pago por nuestros pecados”. Y Myer Pearlman dice: “El Expiar por el pecado significa
ocultarlo de la vista de Dios, a fin de que pierda el poder de provocar su ira”.
Si consideramos su significado
etimológico, vemos que el Diccionario Bíblico Hebreo-Griego Vine nos dice que
expiar se traduce de la palabra hebrea kapar (כָּפַּר), la cual literalmente
significa cubrir, y de esto comenta lo siguiente: “Esta
raíz se encuentra en todos los períodos de la historia del lenguaje hebreo. Tal
vez lo conocemos mejor por el término Yôm
Kippur , «Día de Expiación». Las modalidades verbales aparecen unas 100
veces en la Biblia hebraica. Kapar se
encuentra primero en Génesis 6:14, donde se usa en su sentido básico de
«cubrir». Dios da a Noé instrucciones, concernientes al arca, entre otras:
«Cúbrela con brea por dentro y por fuera» (RVA;
«la embetunarás» RV;
«calafatearás»)”. Por tanto, podemos decir: “La expiación es el acto mediante
el cual se cubrían los pecados en el Antiguo Testamento a través de ofrecer un
animal en sacrificio a Dios, y en el Nuevo Testamento, Jesús se ofreció como el
Cordero perfecto no solo para cubrir nuestros pecados, sino para quitarlos y
presentarnos limpios delante de su Padre al haber expiado nuestros pecados en
su sacrificio en la cruz del Calvario”.
LA EXPIACIÓN A TRAVÉS DE LA BIBLIA
Vamos a estudiar la expiación como un acto
en el cual el hombre ofrece un sacrificio de un animal a Dios con el fin de
cubrir sus pecados, y como esto se realizó en el Antiguo Testamento y como
encontró su clímax en el Nuevo Testamento.
Alguien podría preguntar: ¿por qué estudiar la expiación en el Antiguo
Testamento? ¿Qué nos dicen los sacrificios de machos cabríos y corderos? Myer
Pearlman nos dice: “¿Por qué vamos a ocupar tiempo y espacio e la
descripción de los sacrificios del Antiguo Testamento? Por la sencilla razón de
que en el vocablo sacrificio tenemos la clave del significado de la muerte de
Cristo”. Comencemos a ver cómo se usa el término de expiación en
ambos testamentos.
La expiación en el Antiguo Testamento
Como
ya hemos visto el termino hebreo expiar significa cubrir, y a través de un
sacrificio de un animal se pretendía quitar de los ojos de Dios las
transgresiones cometidas. La primera indicación de ofrecer el sacrificio de un
animal por los pecados del hombre lo encontramos en Génesis, después de la
caída del hombre: “Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban
desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales… Y
Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió”,
(Génesis 3:7, 21). Podemos ver cómo el hombre sintió vergüenza de su desnudez
después de haber comido del fruto del árbol de la ciencia del bien y el mal, el
cual el Señor se los había prohibido, así con el pecado entra la vergüenza y en
un acto inútil que querer cubrirla se hacen delantales de hojas, pero Dios la
cubre de una mejor manera con túnicas de pieles, lo cual nos sugiere que tuvo
que haber un sacrificio de animales previo a esto. Muchos opinan que aparte de
haber sido el primer sacrificio de animales, quedo establecido que el pecado
quedaría cubierto con sacrificios de animales, de tal forma que si el hombre quería
acercarse a Dios debería antes presentar sus sacrificios con el objetivo de
expiar sus pecados. Para algunos esta es la razón por la cual Dios vio con
agrado el sacrificio de Abel y no la de Caín: “Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo
del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová. Y Abel trajo también de los
primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado
a Abel y a su ofrenda; pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se
ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante”, (Génesis 4:3-5).
Lo más seguro es que en un momento determinado Dios le mostro a Adán que para
adorarlo antes tenían que ofrecer un sacrificio para expiar sus pecados, y Abel
debió haber creído que esta era la mejor manera de hacerlo, y por esta fe
agrado a Dios: “Por
la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual
alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y
muerto, aún habla por ella”, (Hebreos 11:4). De allí en adelante
vemos como los patriarcas ofrecían sacrificios de animales para acercarse en
adoración a Dios, lo vemos en Job el cual ofrecía sacrificios no solo por su
persona sino también por sus hijos: “Y acontecía que habiendo pasado en turno los días del
convite, Job enviaba y los santificaba, y se levantaba de mañana y ofrecía
holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque decía Job: Quizá habrán
pecado mis hijos, y habrán blasfemado contra Dios en sus corazones. De esta
manera hacía todos los días”, (Job 1:5). Noé ofreció sacrificios en
agradecimiento después del diluvio: “Y edificó Noé un altar a Jehová, y tomó de todo animal
limpio y de toda ave limpia, y ofreció holocausto en el altar”,
(Génesis 8:20). Cuando Dios ratifico su pacto con Abraham le pidió sacrificio
de animales: “Y
le dijo: Yo soy Jehová, que te saqué de Ur de los caldeos, para darte a heredar
esta tierra. Y él respondió: Señor Jehová, ¿en qué conoceré que la he de
heredar? Y le dijo: Tráeme una becerra de tres años, y una cabra de tres años,
y un carnero de tres años, una tórtola también, y un palomino”,
(Génesis 15:7-9). En general, podemos ver cómo en los tiempos patriarcales Dios
pedía expiar los pecados a través de un sacrificio para acercarse a Él. Luego
en la dispensación de la ley, el Señor legislo en su palabra la forma de cómo
los israelitas tenían que expiar sus pecados. Existían muchas leyes que
hablaban acerca de la forma de como los israelitas tenían que expiar sus
pecados. Estaba en la ley la celebración del día de la expiación que era un día
al año donde se expiaban los pecados de todo el pueblo: “Y sobre sus cuernos hará Aarón expiación una
vez en el año con la sangre del sacrificio por el pecado para expiación; una
vez en el año hará expiación sobre él por vuestras generaciones; será muy santo
a Jehová”, (Éxodo 30:10). Y así, dependiendo de las fiestas que se
realizaban o de los pecados cometidos, se establecían diferentes sacrificios
con el fin de quitar de los ojos de Dios el pecado cometido. Por tanto, vemos
como aquellos que querían acercarse a Dios en adoración tenían que ofrecer
sacrificios para expiar sus pecados. Myre Pearlman nos dice: “Aunque
desnaturalizado en lo que respecta al patrón original, los sacrificios paganos
se basaban en dos ideas fundamentales: adoración y expiación. (1) El hombre
reconoce que está bajo el poder de una Deidad que tiene ciertos derechos sobre
él. Como reconocimiento de estos derechos, y como señal de rendición personal,
se ofrece un don o sacrificio. (2) Con frecuencia, sin embargo, al tener consciencia
de que el pecado ha perturbado la relación, reconoce instintivamente que el
mismo Dios que lo hizo tiene el derecho de destruirlo, a menos que se haga algo
para reparar la relación rota”. En otras palabras, aunque las
culturas antiguas reconocieron la existencia de una deidad y su culpa por el
pecado los hacia concluir que su relación estaba rota y que debían ofrecer un
sacrificio para apaciguar la ira de los dioses. Fue desde el huerto del Edén,
cuando el hombre cayó en pecado que Dios estableció que para acercarse a Él, el
hombre tenía que expiar sus pecados a través del sacrificio de un animal: “Y casi todo es
purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace
remisión”, (Hebreos 9:22).
La expiación en el Nuevo Testamento.
Los sacrificios del Antiguo
Testamento eran buenos, pero lamentablemente el hombre no comprendió que a Dios
no le interesaba tanto el acto externo de ofrecer un buen cordero sobre el
altar, sino que El esperaba un corazón contrito y humillado: “Los sacrificios de
Dios son el espíritu quebrantado; al corazón contrito y humillado no
despreciarás tú, oh Dios”, (Salmo 51:17). Lejos de apegarse a un
requisito religioso el propósito de la ley y las ofrendas era que el hombre
reconociera su estado de pecaminosidad y la necesidad de santificarse delante
del Señor, que el temor a Dios lo guiara a toda obediencia, pero Israel no lo
entendió: “Y
Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en
que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que
los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros”,
(1 Samuel 15:22). A pesar de los repetidos sacrificios de animales, estos eran
incapaces de provocar un cambio en la vida interior de los hombres, al final,
Israel fallo y no respeto el pacto que Dios había hecho con ellos y por eso
fueron desterrados a tierras extranjeras, sin embargo, había una promesa de recogerlos
de todas las tierras a donde hubieran sido deportados y cambiaria el corazón
duro de los hombres y les daría un nuevo espíritu con el fin de que fueran
completamente restaurados: “Di, por tanto: Así ha dicho Jehová el Señor: Yo os recogeré
de los pueblos, y os congregaré de las tierras en las cuales estáis esparcidos,
y os daré la tierra de Israel. Y volverán allá, y quitarán de ella todas sus
idolatrías y todas sus abominaciones. Y les daré un corazón, y un espíritu
nuevo pondré dentro de ellos; y quitaré el corazón de piedra de en medio de su
carne, y les daré un corazón de carne, para que anden en mis ordenanzas, y
guarden mis decretos y los cumplan, y me sean por pueblo, y yo sea a ellos por
Dios”, (Ezequiel 11:17-20). En la mente de Dios estaba este plan, Él
sabia que ni con todos los sacrificios de machos cabríos lograría cambiar el
interior de los hombres, y fue por eso que se proveyó de un Cordero y un
sacrificio perfecto que quitaría para siempre el pecado de los hombres, así lo
enseña Hebreos: “Porque
la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas,
nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año,
hacer perfectos a los que se acercan. De otra manera cesarían de ofrecerse,
pues los que tributan este culto, limpios una vez, no tendrían ya más
conciencia de pecado. Pero en estos sacrificios cada año se hace memoria de los
pecados; porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar
los pecados. Por lo cual, entrando en el mundo dice: Sacrificio y ofrenda no
quisiste; más me preparaste cuerpo. Holocaustos y expiaciones por el pecado no
te agradaron. Entonces dije: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu
voluntad, como en el rollo del libro está escrito de mí. Diciendo primero:
Sacrificio y ofrenda y holocaustos y expiaciones por el pecado no quisiste, ni
te agradaron (las cuales cosas se ofrecen según la ley), y diciendo luego: He
aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad; quita lo primero, para
establecer esto último. En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda
del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre”, (Hebreos
10:1-10). Este pasaje nos deja claro el plan de Dios, el de ofrecer un
sacrificio, un Cordero perfecto a través de cuyo sacrificio el hombre pudiera
ser santificados de una vez para siempre, y este cordero es Jesucristo. Por
ello Juan el bautista lo llamo el Cordero de Dios: “El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a
él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”,
(Juan 1:29). Si nos damos cuenta el sacrificio de Cristo no solo cubre el pecado,
sino su sangre lo quita, algo que los sacrificios de animales no hacían: “pero si andamos en
luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de
Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado”, (1 Juan 1:7), de
igual forma, los sacrificios de animales eran incapaces de cambiar al hombre
interior, pero el de Cristo no solo perdona nuestros pecados sino nos
transforma y nos hace nuevas criaturas: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las
cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”, (2 Corintios
5:17). En este sentido este sacrificio expiatorio es perfecto en todos los
sentidos. Al respecto Myer Pearlman nos comenta: “Era evidente que el sacrificio de un
animal no podía por una parte equipararse al valor de un alma, ni por la otra
podía ejercer poder espiritual en el hombre interior. No había elemento alguno
en la sangre de un ser irracional que pudiera realizar la redención espiritual
del alma. Ello podía obtenerse solo mediante la ofrenda de una vida humana
perfecta”. Esa vida humana perfecta es Cristo, y su sacrificio hoy
en día es suficiente para quitar los pecados y dar vida eterna.
EL SACRIFICIO PERFECTO DE CRISTO
Con el sacrificio de Cristo la expiación
toma un significado completamente descollante para nosotros, ya que a través de
él, todo aquel que cree será salvo. El plan de Dios era ofrecer a su Hijo como
sacrificio por todos nuestros pecados y desde el Antiguo Testamento habían
profecías que hablaban de esto: “¿Quién ha creído a nuestro anuncio? ¿y sobre quién se ha
manifestado el brazo de Jehová? Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz
de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin
atractivo para que le deseemos. Despreciado y desechado entre los hombres,
varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el
rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. Ciertamente llevó él nuestras
enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por
herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por
nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos
nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se
apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.
Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al
matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su
boca. Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará?
Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi
pueblo fue herido. Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos
fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca”,
(Isaías 53:1-9). Este pasaje de Isaías es muy descriptivo en cuanto a los
padecimientos de Cristo, ahora bien para que todo se cumpliera de la mejor
manera Jesús tenía que cumplir al pie de la letra todas las condiciones y
profecías del Antiguo Testamento. En primer lugar, tenía que ser un cordero sin
defecto, perfecto, tal y como la ley lo exigía desde el mismo cordero
pascual: “El
animal será sin defecto, macho de un año; lo tomaréis de las ovejas o de las
cabras”, (Éxodo 12:5). En este sentido, Cristo representa al cordero
perfecto e inocente que fue sacrificado por nuestros pecados. Esta perfección e
inocencia radica en que nació no por la concepción de la unión sexual entre un
hombre y una mujer, porque de lo contrario hubiese nacido con la herencia
adánica del pecado, sino nació inmaculado, es decir, sin pecado concebido ya
que su encarnación fue producto de la obra del Espíritu Santo que hizo sombra
en María: “Entonces
el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios. Y
ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre
JESÚS. Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le
dará el trono de David su padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre,
y su reino no tendrá fin. Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues
no conozco varón. Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá
sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también
el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios”, (Lucas
1:30-35). En segundo lugar, Cristo tenía que ser el cumplimiento de
todas las figuras del Antiguo Testamento. Todos los sacrificios que se
ofrecían de acuerdo a la ley, todas sus fiestas, el mismo Tabernáculo y
utensilios del mismo eran una figura de Él: “Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros,
no la imagen misma de las cosas…”, (Hebreos 10:1). El autor de la
carta a los Hebreos nos enseña perfectamente como todas estas cosas eran una
sombra de los que sería en el futuro, así, los sacrificios de animales eran un
anuncio del sacrificio final que Cristo realizaría: “Porque si la sangre de los toros y de los
machos cabríos, y las cenizas de la becerra rociadas a los inmundos, santifican
para la purificación de la carne, ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante
el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras
conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?”,
(Hebreos 9:13-14). Y al mismo tiempo el oficio sacerdotal según el orden de
Aarón era un símbolo del sacerdocio eterno que nuestro Señor Jesús realizaría a
favor de nuestras almas: “Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin
mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos; que no
tiene necesidad cada día, como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero
sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo; porque esto lo
hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo. Porque la ley constituye
sumos sacerdotes a débiles hombres; pero la palabra del juramento, posterior a
la ley, al Hijo, hecho perfecto para siempre”, (Hebreos 7:26-28).
Este sacerdocio que Jesús ofrece es según el orden de Melquisedec, porque no
tiene principio ni fin, sino eterno: “Porque este Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios
Altísimo, que salió a recibir a Abraham que volvía de la derrota de los reyes,
y le bendijo, a quien asimismo dio Abraham los diezmos de todo; cuyo nombre
significa primeramente Rey de justicia, y también Rey de Salem, esto es, Rey de
paz; sin padre, sin madre, sin genealogía; que ni tiene principio de días, ni
fin de vida, sino hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para
siempre”, (Hebreos 7:1.3). Y este nuevo sumo sacerdote se hizo
fiador de un nuevo pacto: “Por tanto, Jesús es hecho fiador de un mejor pacto. Y los
otros sacerdotes llegaron a ser muchos, debido a que por la muerte no podían
continuar; mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio
inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan
a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos”, (Hebreos
7:22-25). Es increíble considerar como Jesús es el Cordero de Dios y al mismo
tiempo se constituye como nuestro Sumo Sacerdote: “Por tanto, hermanos santos, participantes del
llamamiento celestial, considerad al apóstol y sumo sacerdote de nuestra
profesión, Cristo Jesús”, (Hebreos 3:1). Así todos los rituales,
sacrificios y fiestas establecidas en la ley eran una sombra que anunciaba el
oficio de Cristo como Cordero y Sumo Sacerdote. Finalmente, Cristo
es el cumplimiento profético de todo el Antiguo Testamento que culmina con su
muerte expiatoria en la Cruz del Calvario. Todo lo que se profetizo
acerca de Él en la ley, los profetas y los Escritos se cumplió, tal y como lo
vemos en la siguiente tabla:
Profecía
|
Comentario
|
Cumplimiento
|
Y pondré enemistad
entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá
en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.
Génesis 3:15
|
Sería la simiente de la mujer
|
Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo,
Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley.
Gálatas 4:4
|
Y Jehová dijo:
¿Encubriré yo a Abraham lo que voy a hacer, habiendo de ser Abraham una
nación grande y fuerte, y habiendo de ser benditas en él todas las naciones
de la tierra?
Génesis 18:17-18
|
Sería descendiente de Abraham
|
Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de
David, hijo de Abraham.
Mateo 1:1
|
Respondió Dios:
Ciertamente Sara tu mujer te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Isaac,
y confirmaré mi pacto con él como pacto perpetuo para sus descendientes
después de él.
Génesis 17:19
|
Sería descendiente de Isaac
|
Abraham engendró a Isaac, Isaac a Jacob, y
Jacob a Judá y a sus hermanos
Mateo 1:2
|
Lo veré, mas no
ahora; Lo miraré, mas no de cerca; Saldrá ESTRELLA de Jacob, Y se levantará
cetro de Israel, Y herirá las sienes de Moab,
Y destruirá a todos
los hijos de Set.
Números 24:17
|
Sería descendiente de Jacob
|
hijo de Jacob, hijo de Isaac, hijo de
Abraham, hijo de Taré, hijo de Nacor,
Lucas 3:34
|
No será quitado el
cetro de Judá, Ni el legislador de entre sus pies, Hasta que venga Siloh; y a
él se congregarán los pueblos.
Génesis 49:10
|
Descendería de la tribu de Judá
|
hijo de Aminadab, hijo de Aram, hijo de
Esrom, hijo de Fares, hijo de Judá,
Lucas 3:33
|
Lo dilatado de su
imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino,
disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para
siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.
Isaías 9:7
|
Sería el heredero del trono de David
|
Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de
David, hijo de Abraham.
Mateo 1:1
|
Pero tú, Belén
Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que
será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de
la eternidad.
Miqueas 5:2
|
Su lugar de nacimiento
|
Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días
del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos,
Mateo 2:1
|
Sabe, pues, y
entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén
hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se
volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos.
Daniel 9:25
|
El tiempo de su nacimiento
|
Aconteció en aquellos días, que se promulgó
un edicto de parte de Augusto César, que todo el mundo fuese empadronado.
Este primer censo se hizo siendo Cirenio
gobernador de Siria.
Lucas 2:1-2
|
Por tanto, el Señor
mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y
llamará su nombre Emanuel.
Isaías 7:14
|
Nacería de una virgen
|
El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando
desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló
que había concebido del Espíritu Santo.
Mateo 1.18
|
Así ha dicho
Jehová: Voz fue oída en Ramá, llanto y lloro amargo; Raquel que lamenta por
sus hijos, y no quiso ser consolada acerca de sus hijos, porque perecieron.
Jeremías 31:15
|
La matanza de los niños
|
Herodes entonces, cuando se vio burlado por
los magos, se enojó mucho, y mandó matar a todos los niños menores de dos
años que había en Belén y en todos sus alrededores, conforme al tiempo que
había inquirido de los magos.
Mateo 2:16
|
Cuando Israel era
muchacho, yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo
Oseas 11:1
|
La huida a Egipto
|
Y él, despertando, tomó de noche al niño y a
su madre, y se fue a Egipto
Mateo 2:14
|
Mas no habrá
siempre oscuridad para la que está ahora en angustia, tal como la aflicción
que le vino en el tiempo que livianamente tocaron la primera vez a la tierra
de Zabulón y a la tierra de Neftalí; pues al fin llenará de gloria el camino
del mar, de aquel lado del Jordán, en Galilea de los gentiles. El pueblo que andaba en tinieblas vio gran
luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos.
Isaías 9:1-2
|
Su ministerio en Galilea
|
Cuando Jesús oyó que Juan estaba preso,
volvió a Galilea; y dejando a Nazaret,
vino y habitó en Capernaum ciudad marítima, en la región de Zabulón y de
Neftalí, para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí,
Camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles; El
pueblo asentado en tinieblas vio gran luz; Y a los asentados en región de
sombra de muerte, Luz les resplandeció.
Mateo
4:12-16
|
Profeta de en medio
de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios; a él oiréis
Deuteronomio 18:15
|
Como profeta
|
Aquellos hombres entonces, viendo la señal
que Jesús había hecho, dijeron: Este verdaderamente es el profeta que había
de venir al mundo.
Juan 6:14
|
Juró Jehová, y no
se arrepentirá: Tú eres sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec.
Salmo 110:4
|
Sería sacerdote para siempre
|
Donde Jesús entró por nosotros como
precursor, hecho sumo sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec.
Hebreos 6:20
|
Despreciado y
desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y
como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos.
Isaías 53:3
|
Su rechazo por los judíos
|
A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron.
Juan 1:11
|
Y reposará sobre él
el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de
consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová.
Isaías 11:2
|
Algunas de sus características
|
Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y
en gracia para con Dios y los hombres.
Lucas 2:52
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Alégrate mucho,
hija de Sion; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu rey vendrá a
ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino
hijo de asna.
Zacarías 9:9
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Su entrada triunfal
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Tomaron ramas de palmera y salieron a
recibirle, y clamaban: ¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del
Señor, el Rey de Israel! Y halló Jesús un asnillo, y montó sobre él, como
está escrito: No temas, hija de Sion; He aquí tu Rey viene,
Montado
sobre un pollino de asna
Juan
12:13-4
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Aun el hombre de mi
paz, en quien yo confiaba, el que de mi pan comía,
Alzó contra mí el
calcañar.
Salmo 41:9
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Sería traicionado por un amigo
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Entonces uno de los doce, que se llamaba
Judas Iscariote, fue a los principales sacerdotes, y les dijo: ¿Qué me queréis dar, y yo os lo
entregaré? Y ellos le asignaron treinta piezas de plata. Y desde entonces buscaba oportunidad para
entregarle.
Mateo 26:14-16
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Y les dije: Si os
parece bien, dadme mi salario; y si no, dejadlo. Y pesaron por mi salario
treinta piezas de plata.
Zacarías 11:12
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Sería vendido por 30 piezas de plata
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Entonces Judas, el que le había entregado,
viendo que era condenado, devolvió arrepentido las treinta piezas de plata a
los principales sacerdotes y a los ancianos,
Mateo 27:3
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Y me dijo Jehová:
Échalo al tesoro; ¡hermoso precio con que me han apreciado! Y tomé las
treinta piezas de plata, y las eché en la casa de Jehová al tesoro
Zacarías 11:13
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El dinero sería devuelto
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Los principales sacerdotes, tomando las
piezas de plata, dijeron: No es lícito echarlas en el tesoro de las ofrendas,
porque es precio de sangre. Y después de consultar, compraron con ellas el
campo del alfarero, para sepultura de los extranjeros.
Mateo 27:6-7
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Cuando fuere
juzgado, salga culpable; Y su oración sea para pecado. Sean sus días pocos; Tome otro su oficio.
Salmo 109:7-8
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El que lo traicionará seria culpable y pocos
sus días y otro tomaría su oficio.
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Este, pues, con el salario de su iniquidad
adquirió un campo, y cayendo de cabeza, se reventó por la mitad, y todas sus
entrañas se derramaron. Y fue notorio
a todos los habitantes de Jerusalén, de tal manera que aquel campo se llama
en su propia lengua, Acéldama, que quiere decir, Campo de sangre. Porque está
escrito en el libro de los Salmos: Sea
hecha desierta su habitación, Y no haya quien more en ella; y: Tome otro su oficio .Es
necesario, pues, que de estos hombres que han estado juntos con nosotros todo
el tiempo que el Señor Jesús entraba y salía entre nosotros, comenzando desde
el bautismo de Juan hasta el día en que de entre nosotros fue recibido
arriba, uno sea hecho testigo con nosotros, de su resurrección.
Hechos 1:18-22
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No me entregues a
la voluntad de mis enemigos; Porque se han levantado contra mí testigos
falsos, y los que respiran crueldad.
Salmo 27:12
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Testigos falsos lo acusarían
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Y los principales sacerdotes y los ancianos y
todo el concilio, buscaban falso testimonio contra Jesús, para entregarle a
la muerte, y no lo hallaron, aunque
muchos testigos falsos se presentaban. Pero al fin vinieron dos testigos
falsos, que dijeron: Este dijo: Puedo
derribar el templo de Dios, y en tres días reedificarlo.
Mateo 26:59-61
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Angustiado él, y
afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja
delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.
Isaías 53:7
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Permanecería en silencio cuando fuera acusado
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Pilato entonces le dijo: ¿No oyes cuántas
cosas testifican contra ti? Pero Jesús
no le respondió ni una palabra; de tal manera que el gobernador se
maravillaba mucho.
Mateo 27:13-14
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Di mi cuerpo a los
heridores, y mis mejillas a los que me mesaban la barba; no escondí mi rostro
de injurias y de esputos.
Isaías 50:6
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Sería golpeado y escupido
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Y algunos comenzaron a escupirle, y a cubrirle
el rostro y a darle de puñetazos, y a decirle: Profetiza. Y los alguaciles le
daban de bofetadas.
Marcos 14:65
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Se han aumentado
más que los cabellos de mi cabeza los que me aborrecen sin causa.
Salmo 69:4
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Sería odiado sin causa
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El que me aborrece a mí, también a mi Padre
aborrece. Si yo no hubiese hecho entre
ellos obras que ningún otro ha hecho, no tendrían pecado; pero ahora han
visto y han aborrecido a mí y a mi Padre. Pero esto es para que se cumpla la
palabra que está escrita en su ley: Sin causa me aborrecieron.
Juan 15:23-25
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Ciertamente llevó
él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos
por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras
rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre
él, y por su llaga fuimos nosotros curados.
Isaías 53:4-5
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Sufriría en sustitución por nosotros
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Y
cuando llegó la noche, trajeron a él muchos endemoniados; y con la palabra
echó fuera a los demonios, y sanó a todos los enfermos; para que se cumpliese lo dicho por el
profeta Isaías, cuando dijo: El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó
nuestras dolencias
Mateo 8:16-17
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Por tanto, yo le
daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto
derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él
llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores.
Isaías 53:12
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Sería crucificado con pecadores
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Entonces crucificaron con él a dos ladrones,
uno a la derecha, y otro a la izquierda.
Mateo 27:38
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Porque perros me
han rodeado;
Me ha cercado
cuadrilla de malignos;
Horadaron mis manos
y mis pies.
Salmo 22:16
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Sus manos y pies serían horadados
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Le dijeron, pues, los otros discípulos: Al
Señor hemos visto. Él les dijo: Si no viere en sus manos la señal de los
clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su
costado, no creeré. Ocho días después,
estaban otra vez sus discípulos dentro, y con ellos Tomás. Llegó Jesús,
estando las puertas cerradas, y se puso en medio y les dijo: Paz a
vosotros. Luego dijo a Tomás: Pon aquí
tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no
seas incrédulo, sino creyente.
Juan 20:25-27
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Mas yo soy gusano,
y no hombre; Oprobio de los hombres, y despreciado del pueblo. Todos los que me ven me escarnecen; estiran
la boca, menean la cabeza, diciendo: Se encomendó a Jehová; líbrele él;
Sálvele, puesto que en él se complacía.
Salmo 22:6-8
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Sería escarnecido e insultado
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Y los que pasaban le injuriaban, meneando la
cabeza, y diciendo: Tú que
derribas el templo, y en tres días lo reedificas, sálvate a ti mismo; si eres
Hijo de Dios, desciende de la cruz. De
esta manera también los principales sacerdotes, escarneciéndole con los
escribas y los fariseos y los ancianos, decían: A otros salvó, a sí mismo no
se puede salvar; si es el Rey de Israel, descienda ahora de la cruz, y
creeremos en él. Confió en Dios;
líbrele ahora si le quiere; porque ha dicho: Soy Hijo de Dios. Lo mismo le injuriaban también los ladrones
que estaban crucificados con él.
Mateo 27:39-44
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Me pusieron además
hiel por comida,
Y en mi sed me
dieron a beber vinagre.
Salmo 69:21
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Le darían hiel y vinagre
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Le dieron a beber vinagre mezclado con hiel;
pero después de haberlo probado, no quiso beberlo.
Mateo 27:34
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Y derramaré sobre
la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de
oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por
hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito.
Zacarías 12:10
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Su costado sería traspasado
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Pero uno de los soldados le abrió el costado
con una lanza, y al instante salió sangre y agua.
Juan 19:34
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Repartieron entre
sí mis vestidos,
Y sobre mi ropa
echaron suertes.
Salmo 22:18
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Soldados echarían suertes sobre sus ropas
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Cuando le hubieron crucificado, repartieron
entre sí sus vestidos, echando suertes sobre ellos para ver qué se llevaría
cada uno.
Marcos 15:24
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El guarda todos sus
huesos;
Ni uno de ellos
será quebrantado.
Salmo 34:20
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Sus huesos no serían quebrados
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Más cuando llegaron a Jesús, como le vieron
ya muerto, no le quebraron las piernas.
Juan 19:33
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Y se dispuso con
los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca
hizo maldad, ni hubo engaño en su boca.
Isaías 53:9
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Sería sepultado con los impíos
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Cuando llegó la noche, vino un hombre rico de
Arimatea, llamado José, que también había sido discípulo de Jesús. Este fue a
Pilato y pidió el cuerpo de Jesús. Entonces Pilato mandó que se le diese el
cuerpo. Y tomando José el cuerpo, lo
envolvió en una sábana limpia, y lo puso en su sepulcro nuevo, que había
labrado en la peña; y después de hacer rodar una gran piedra a la entrada del
sepulcro, se fue.
Mateo 27:57-60
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Porque no dejarás
mi alma en el Seol,
Ni permitirás que
tu santo vea corrupción.
Salmo 16:10
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Su resurrección
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Mas el ángel, respondiendo, dijo a las
mujeres: No temáis vosotras; porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue
crucificado. No está aquí, pues ha
resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor.
Mateo 28:5-6
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Subiste a lo alto,
cautivaste la cautividad,
Tomaste dones para
los hombres, Y también para los rebeldes, para que habite entre ellos JAH
Dios.
Salmo 68:18
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Su ascensión
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Y los sacó fuera hasta Betania, y alzando sus
manos, los bendijo. Y aconteció que
bendiciéndolos, se separó de ellos, y fue llevado arriba al cielo
Lucas 21:50-51
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Es increíble todas las profecías
que se cumplieron en la vida de Jesús, todo porque su muerte expiatoria en la
cruz del Calvario seria la consumación de todo esto, por ello antes de morir
Jesús dijo:
“Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado
la cabeza, entregó el espíritu”, (Juan 19:30). Estas dos palabras, Consumado es,
se traducen de una sola en griego que es teléo
(τελέω), y
literalmente significa algo que ha sido finalizado con todos los requerimientos
satisfechos. Así Cristo cumplió a satisfacción su misión expiatoria y es
gracias a esa victoria que hoy podemos heredar por la fe la vida eterna.
LOS TÉRMINOS RELACIONADOS CON LA EXPIACIÓN
Hasta el momento hemos considerado lo que
implica el tema de la expiación en el Nuevo Testamento ya que está relacionada
con el sacrificio de Cristo en la cruz del Calvario a través del cual consumo
el plan de salvación que Dios había provisto desde antes de la fundación de
mundo, y de allí que en Apocalipsis se le reconozca como el Cordero que fue
inmolado desde el principio de los tiempos: “Y la adoraron todos los moradores de la tierra cuyos nombres
no estaban escritos en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado desde
el principio del mundo”, (Apocalipsis 13:8). Con el tema de la
expiación hay algunos términos que están asociados y que en ocasiones se
presentan en la Biblia por lo que es importante que los consideremos. Veamos.
Propiciación.
Para
entender el significado de la propiciación es importante entender lo que era el
propiciatorio en el Antiguo Testamento. En palabras sencillas el propiciatorio
era la tapadera que cubría el arca del testimonio, y sobre este propiciatorio o
plancha se sostenían dos querubines, y de hecho en el hebreo la palabra
propiciatorio es kapóret (כַּפֹּרֶת), que literalmente
significa cubierta: “Y pondrás el propiciatorio encima del arca, y en el arca
pondrás el testimonio que yo te daré”, (Éxodo 25:21). El Diccionario
Ilustrado de la Biblia Nelson explica cómo era el ritual de expiación que el
sumo sacerdote tenía que hacer por los pecados del pueblo: “El ritual del gran DÍA DE EXPIACIÓN
prescribía que Aarón pusiera perfume sobre el fuego delante de Jehová; la nube
del perfume cubriría el propiciatorio que estaba sobre el testimonio. Esto
evitaba que Aarón muriera y probaba la presencia de Dios sobre el
propiciatorio. Luego Aarón debía tomar sangre del becerro y rociar siete veces
el propiciatorio, para purificar el santuario de las impurezas de Israel
(Levítico 16.14)”. De esta forma la sangre era esparcida sobre el
propiciatorio con el fin de que Dios fuese propicio con su pueblo, es decir,
favorable, misericordioso y benéfico. De aquí que podemos entender mejor el
significado de la propiciación. Myre Pearlman la define de la siguiente manera:
“El vocablo
propiciación procede, según se cree, de la palabra latina prope que significa
cerca. De ahí que el vocablo significar reunir, crear un ambiente favorable
para la reconciliación, lograr con éxito la reconciliación… Propiciar significa
apaciguar la justa ira de un Dios santo mediante el ofrecimiento de un
sacrificio expiatorio”. De allí que a través de la fe en el
sacrificio expiatorio de Cristo esperamos que Dios sea propicio a nosotros
perdonando nuestras maldades, donde el propiciatorio es el mismo cuerpo de
Jesucristo: “siendo
justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en
Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su
sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su
paciencia, los pecados pasados”, (Romanos 3:24-25).
Sustitución.
La
sustitución es otro concepto asociado con el tema de la expiación. En el
Antiguo Testamento existían tres personajes involucrados en la expiación de sus
pecados. Primero estaba el pecador que no podía acercarse a Dios, segundo
estaba el sacerdote que intercedía por él y ofrecía el sacrificio por sus
pecados, y finalmente estaba el animal a sacrificar, que era el sustituto, es
decir, la victima que pagaría por sus pecados. Ahora bien, Cristo Jesús es
nuestro sustituto, ya que como Cordero de Dios, tomo nuestro lugar al morir por
nuestros pecados para que ahora nosotros podamos ser salvos. Myre Pearlman nos
dice: “De
igual manera el Señor Jesucristo efectuó en la cruz del Calvario lo que
nosotros no podríamos haber realizado por nosotros mismo, y cualquiera sea
nuestra necesidad, somos aceptados por causa de él, o en consideración a él. Ya
ofrezcamos a Dios el arrepentimiento, o las gracias o la consagración, lo
hacemos en su nombre, pues Él es el sacrificio porque nos acercamos a Dios el
Padre”. de esta forma, es en función de lo que Él ya hizo en la cruz
del Calvario que nosotros somos salvo, y de allí que Cristo es nuestro
sustituto perfecto: “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para
que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él”, (2 Corintios
5:21).
Redención.
Otro
concepto utilizado en la Biblia y que esta relacionado con el tema de la
expiación es la redención. Myre Pearlman nos dice en cuanto a la redención: “El vocablo
redimir, tanto en el Nuevo como en el Antiguo Testamento, significa comprar
algo de nuevo, mediante el pago de un precio, liberar de la esclavitud mediante
el pago de un precio; comprar en el mercado y sacar del mercado”. El
termino redención tiene su aplicación especial en el Antiguo Testamento y se
aplicaba a la acción de pagar el precio por el rescate de un pariente que haya
caído en esclavitud por cuestiones de deudas: “Si el forastero o el extranjero que está
contigo se enriqueciere, y tu hermano que está junto a él empobreciere, y se
vendiere al forastero o extranjero que está contigo, o a alguno de la familia
del extranjero; después que se hubiere vendido, podrá ser rescatado; uno de sus
hermanos lo rescatará. O su tío o el hijo de su tío lo rescatará, o un pariente
cercano de su familia lo rescatará; o si sus medios alcanzaren, él mismo se
rescatará”, (Levíticos 25:47-49). Si nos damos cuenta para poder
redimir a alguien se necesitaban los siguientes requisitos:
1. Ser
un pariente cercano al que se deseaba redimir.
2. Que
el pariente estuviera interesado en redimirlo.
3. Tener
suficiente dinero para poder pagar el justo precio de su rescate.
En un sentido espiritual, la
redención es el acto soberano por medio del cual Cristo nos rescata de la
esclavitud del pecado y de la condenación eterna, habiéndose ofrecido el mismo
en pago por todos nuestros pecados. Cristo es nuestro pariente cercano, porque
al encarnarse y nacer se hizo hombre perfecto, y en este sentido es nuestro
pariente cercano y esta en todo su derecho de pagar por nosotros el precio de
nuestro rescate: “Como
el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su
vida en rescate por muchos”, (Mateo 20:28).
Hola me encantaría tener este estudio en Word posibilidad que me lo embiaran se los agradecería muchísimo mi correo es hectormarcelo1024@gmail.com gracias
ResponderBorrarDios lo bendiga, gracias por estudiar la palabra de Dios, permítanos un par de dias para poder enviarle este estudio en especifico en formato Word.
BorrarPrecioso estudio, no quiero bajarlo o imprimirlo aunque me sirve, prefiero si es posible que me lo envíen por correo electrónico si es posible. Es una verdadera bendicion el estudio, (mario2736@gmail.com)
ResponderBorrarDios lo bendiga
BorrarGracias por estudiar la palabra de Dios, hemos enviado el estudio en Word al correo que nos detallo
muchas gracias por ese precioso estudio si me lo pueden enviar a mi correo cabrera253rodriguez@gmail.com
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