“Desde la puerta de los Caballos restauraron los
sacerdotes, cada uno enfrente de su casa. Después de ellos restauró Sadoc hijo
de Imer, enfrente de su casa; y después de él restauró Semaías hijo de Secanías,
guarda de la puerta Oriental. Tras él, Hananías hijo de Selemías y Hanún hijo
sexto de Salaf restauraron otro tramo. Después de ellos restauró Mesulam hijo
de Berequías, enfrente de su cámara. Después de él restauró Malquías hijo del
platero, hasta la casa de los sirvientes del templo y de los comerciantes,
enfrente de la puerta del Juicio, y hasta la sala de la esquina. Y entre la
sala de la esquina y la puerta de las Ovejas, restauraron los plateros y los
comerciantes”.
Nehemías 3:28-32
INTRODUCCIÓN
Después de un tiempo hemos
llegado al final del capítulo 3 de este libro de Nehemías donde se ha
considerado con la ayuda del Espíritu Santo los detalles y enseñanzas
espirituales y prácticas que nos deja la reconstrucción de los muros de Jerusalén.
Aunque el nombre de Nehemías no aparece en todo este relato, no debemos dudar
que estuvo involucrado en la planeación y reconstrucción de los muros,
definitivamente es increíble ver como una tarea tan difícil y compleja se llevó
a cabo a través del esfuerzo unido de todas los habitantes de Jerusalén y otras
ciudades cercanas que abrazaron la visión de Nehemías. Ahora finalizaremos este
estudio considerando la reconstrucción de la parte nororiental de los muros.
La reconstrucción del muro nororiental
LA OBRA CONTINUA DESDE LA PUERTA DE LOS CABALLOS HASTA LA PUERTA ORIENTAL
“Desde la puerta de los Caballos restauraron los
sacerdotes, cada uno enfrente de su casa. Después de ellos restauró Sadoc hijo
de Imer, enfrente de su casa; y después de él restauró Semaías hijo de
Secanías, guarda de la puerta Oriental”.
Nehemías 3:28-29
Si recordamos un poco, la
última vez vimos que los esfuerzos de reconstrucción de los muros de Jerusalén
continuaron desde el sur, comenzando desde la puerta de la Fuente,
extendiéndose hacia el oriente hasta llegar a la torre de Ofel: “Salum hijo de Colhoze, gobernador de la región de
Mizpa, restauró la puerta de la Fuente… Después de ellos restauraron los tecoítas
otro tramo, enfrente de la gran torre que sobresale, hasta el muro de Ofel”, (Nehemías 3:15, 27). Ahora, el trabajo sigue
desde la puerta de los Caballos, yendo hacia el norte, hasta la puerta
Oriental. Se cree que la puerta de los Caballos estaba ubicada después del
muro Ofel, no lejos de templo y del palacio real, esta puerta está incluida
en la profecía de Jeremías que anunciaban su reconstrucción: “todo el valle de los cuerpos muertos y de la
ceniza, y todas las llanuras hasta el arroyo de Cedrón, hasta la esquina de la
puerta de los caballos al oriente, será santo a Jehová; no será arrancada ni
destruida más para siempre”, (Jeremías 31:40). Fue en esta puerta de los Caballos donde
Atalía fue muerta por su intento de rebelión: “Ellos, pues, le echaron mano, y luego que ella hubo pasado la
entrada de la puerta de los caballos de la casa del rey, allí la mataron”, (2 Crónicas 23:15). Se cree que se llamaba
la puerta de los Caballos porque por esta puerta entraban los caballos de los
reyes de Judá: “Le abrieron, pues, paso; y en el camino por donde entran los de a
caballo a la casa del rey, allí la mataron”, (2 Reyes 11:16). También se cree que cerca de esta puerta,
algunos reyes de Judá habían edificado algunos caballos con fines idolátricos,
los cuales Josías destruyo: “Quitó también los caballos que los reyes de Judá habían dedicado al
sol a la entrada del templo de Jehová, junto a la cámara de Natán-melec eunuco,
el cual tenía a su cargo los ejidos; y quemó al fuego los carros del sol”, (2 Reyes 23:11). Esta sección de la puerta de
los caballos fue restaurada por los sacerdotes del templo los cuales tenían
cerca de ella sus casas, luego, continuaron la misma obra otras personas que se
extendieron hasta la puerta Oriental: Desde la puerta de los Caballos restauraron los sacerdotes, cada uno
enfrente de su casa. Después de ellos restauró Sadoc hijo de Imer, enfrente de
su casa; y después de él restauró Semaías hijo de Secanías, guarda de la puerta
Oriental. Se cree que la
puerta Oriental es la misma puerta Dorada o la puerta que Lucas llama, la
puerta de la Hermosa (Hechos 3:2), la cual daba acceso inmediato al templo:
“Me hizo volver hacia
la puerta exterior del santuario, la cual mira hacia el oriente; y estaba
cerrada”, (Ezequiel 40:1).
LA RESTAURACIÓN DE LOS MUROS DESDE LA PUERTA ORIENTAL HASTA LA PUERTA DEL JUICIO
“Tras él, Hananías hijo de Selemías y Hanún hijo
sexto de Salaf restauraron otro tramo. Después de ellos restauró Mesulam hijo
de Berequías, enfrente de su cámara. Después de él restauró Malquías hijo del
platero, hasta la casa de los sirvientes del templo y de los comerciantes,
enfrente de la puerta del Juicio, y hasta la sala de la esquina”.
Nehemías 3:30-31
Las palabras con las cuales
inicia el versículo 30, “Tras él”, nos sugiere un trabajo que continua
después del anterior, así que podemos entender que el trabajo de
reconstrucción del muro en la parte de la puerta Oriental continuo a través de
estos hombres: Tras él, Hananías
hijo de Selemías y Hanún hijo sexto de Salaf restauraron otro tramo. Después de ellos restauró Mesulam hijo de Berequías,
enfrente de su cámara. Respecto a los nombres que aparecen aquí nada
sabemos, sin embargo, Mesulam, hijo de Berequías, ya había sido mencionado
anteriormente: “… la puerta del
Pescado … y al lado de ellos restauró Mesulam hijo de Berequías… Después de
ellos restauró Mesulam hijo de Berequías, enfrente de su cámara… “, (Nehemías 3:3, 5, 30). Es interesante considerar
el detalle de que al inicio de este capítulo vemos a Mesulam, hijo de
Berequías, involucrado en los trabajos de reconstrucción del muro en la parte
noroccidental, en la sección de la puerta del Pescado, luego, en la sección
nororiental del muro, después de la puerta Oriental, volvemos a encontrar su
nombre. Algunos creen que no se trata del mismo hombre, pero no es difícil
creer que después de haber terminado la obra en la sección noroccidental, se
halla pasado a la nororiental, para continuar colaborando en esta magna obra.
Si esto es así, nos enseña la importancia de estar totalmente comprometidos,
entregados e involucrados en la obra del Señor, el ser aquellas personas con
las cuales se puede contar al momento que se requiera. Hoy en día se
necesita que los cristianos tengamos esta actitud de servicio y entera
disposición para apoyar el trabajo que se realiza en la expansión del reino de
Dios en esta tierra, no podemos ser indiferentes y mantenernos distantes del
trabajo que se realiza en la obra del Señor. Un buen ejemplo de compromiso y
entrega a la obra de Dios es nuestro Señor Jesucristo, quien cuando se les
perdió a sus padres, Él confirmó que su principal prioridad era hacer la tarea
para la cual el Padre lo había enviado: “Cuando le vieron, se sorprendieron; y le dijo su madre: Hijo, ¿por
qué nos has hecho así? He aquí, tu padre y yo te hemos buscado con angustia.
Entonces él les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios de
mi Padre me es necesario estar?”, (Lucas 3:48-49). Durante toda su vida su compromiso fue
completar la misión que su Padre le había encomendado y durante su ministerio,
su involucramiento y entrega fue total: “Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo”, (Juan 5:17). Hoy en día la iglesia tiene
muchos ministerios y áreas donde podemos servir, de allí que se necesita
nuestro compromiso, entrega e involucramiento para que, como miembros de un
mismo cuerpo en Cristo, contribuyamos al avance de la obra de Dios a través de
los diferentes dones y habilidades que tenemos, siempre con el respaldo del
Espíritu Santo.
Luego se nos dice que la
obra de restauración continuo hasta la casa de los sirvientes del templo y de
los comerciantes, que estaba en frente de la puerta del Juicio: Después de él restauró Malquías hijo del platero,
hasta la casa de los sirvientes del templo y de los comerciantes, enfrente de
la puerta del Juicio, y hasta la sala de la esquina. En cuanto a la identificación de la puerta del
Juicio se han dado algunas opiniones. Lo primero es que la palabra hebrea que
se traduce como, “Juicio”, es mifcád (מִפְקָד), la cual sugiere el acto de hacer algún tipo
de nombramiento, dar un mandato o inspeccionar el detalle de una ley, de allí
que, en otras versiones de la Biblia, la puerta del Juicio se traduzca como la
puerta de la Inspección: “Malquías, uno de los orfebres, reparó la muralla hasta las viviendas
para los sirvientes del templo y los comerciantes, frente a la puerta de la
Inspección. Luego él siguió hasta la habitación de la planta alta de la
esquina”, (Nehemías 3:31,
NTV). Algunos creen que esta puerta es la misma puerta de Benjamín que se
menciona en Jeremías 37:13; 38:7, así como en Zacarias: “Toda la tierra se volverá como llanura desde Geba
hasta Rimón al sur de Jerusalén; y esta será enaltecida, y habitada en su lugar
desde la puerta de Benjamín hasta el lugar de la puerta primera, hasta la
puerta del Ángulo, y desde la torre de Hananeel hasta los lagares del rey”, (Zacarias 14:10).
LA OBRA DE RECONSTRUCCIÓN TERMINA DONDE SE COMENZÓ, EN LA PUERTA DE LAS OVEJAS
“Y entre la sala de la esquina y la puerta de las
Ovejas, restauraron los plateros y los comerciantes”.
Nehemías 3:32
Hemos llegado al final de
este capítulo y es increíble considerar toda la enseñanza espiritual y práctica
que este capítulo posee, probablemente alguien pudiera pensar que lo único que
Nehemías 3 pudiera aportarnos son detalles aburridos de la reconstrucción de
los muros, pero realmente no es así. Toda la Biblia es inspirada por el
Espíritu Santo, su palabra es vida y nos ofrecen grandes principios de vida. Si
recordamos la obra de reconstrucción inicio desde la puerta de las Ovejas:
“… y edificaron la
puerta de las Ovejas…”, (Nehemías 3:1), y ahora, finaliza en la puerta de las Ovejas:
Y entre la sala de la
esquina y la puerta de las Ovejas, restauraron los plateros y los comerciantes. Todos los detalles de la reconstrucción de los
muros de Jerusalén los encontramos en este capítulo 3, un capítulo que nos
enseña cómo una visión que cautiva la atención de las personas puede
materializase. A lo largo del capítulo hemos visto algunos principios de
liderazgo que son muy útiles tales como la importancia del ejemplo de los
líderes de la congregación en el trabajo de la obra de Dios (Nehemías 3:1), la
realidad de que no siempre todo el pueblo se va a involucrar (Nehemías 3:5), o
el hecho de que la obra no excluyo a las mujeres de participar en este trabajo
(Nehemías 3:12), el gran crecimiento personal que el involucramiento en la obra
de Dios potencia en cada uno de nosotros (Nehemías 3:13-14), la clave del
trabajo en equipo con asignaciones especificas (Nehemías 3:13-14), la realidad
de que el éxito no descansa en un solo hombre, sino en el trabajo coordinado de
un equipo (Nehemías 3:16-19), la importancia de realizar nuestro servicio a
Dios con fervor y entusiasmo (Nehemías 3:20), y así, aprendimos muchas cosas en
este capítulo 3.
LA VISIÓN DE NEHEMÍAS SE MATERIALIZO
Si quisiéramos cuantificar
cuánto tiempo se llevó la reconstrucción de los muros en el tiempo de Nehemías,
algunos datan su finalización en el 430 a.C. Si la orden para reconstruirlos
Nehemías la recibió de parte del rey persa en el 445 a.C., podríamos decir que
transcurrieron alrededor de 15 años. Como podemos ver, muchas veces ver
materializada la visión que Dios nos da lleva tiempo y trabajo, no es algo que
de la noche a la mañana se logre completar, pero la clave es la perseverancia y
el trabajo constante, para que con la ayuda del Señor alcancemos todas nuestras
metas. Aunque Nehemías no se menciona en el capitulo 3, no dudamos que este
hombre se encontró al frente de esta maravillosa obra.
Excelente investigación de los acontecimientos pasados y nos da mucha enseñanza para nuestros días
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