“Porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz
y gozo en el Espíritu Santo”.
Romanos 14:17
INTRODUCCIÓN
En estos versículos uno
podría encontrar de manera resumida en que consiste el evangelio: Porque el reino de
Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.
Muchos piensan que el evangelio es una religión más que establece una serie de
prohibiciones y reglas a seguir. Que es algo que evita que el ser humano
disfrute la vida. Pero todos se equivocan porque ofrece lo que el hombre tanto
busca en el mundo: justicia, paz y gozo. Veamos pues como el evangelio nos
ofrece todo esto.
Lo que el Evangelio nos ofrece |
I.
EL EVANGELIO NOS
OFRECE JUSTICIA.
“Porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia…”
En primer lugar lo que
el evangelio nos ofrece es justicia. La justicia de la cual habla Pablo aquí es
la obra de justificación que Dios realiza en el hombre con el fin de declararlo
justo y librarlo de la condenación eterna. Muchas personas buscan ser halladas
justas delante de Dios y por eso se esfuerzan en sus religiones por hacer
buenas obras, o penitencias por sus pecados, o buscan en otras comprar con su
dinero cosas supersticiosas que creen le ayudaran a ganar el favor divino,
cuando realmente por muchos que sean sus intentos jamás se justificaran delante
de Dios por medio de estas cosas. Sin embargo, el evangelio nos ofrece a través
de Jesucristo la justicia que el hombre tanto busca: “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos
de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante
la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por
medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber
pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados”, (Romanos
3:23-25). Por eso el evangelio son buenas nuevas porque nos anuncia a todos los
pecadores que tenemos esperanza ya que por medio de la fe en Cristo podemos
llegar a ser salvos.
II.
EL EVANGELIO NOS
OFRECE PAZ.
“Porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino… paz…”
En
segundo lugar el evangelio nos ofrece paz. La paz es algo que todas las
personas buscan. Buscan vivir en tranquilidad, sin preocupaciones excesivas y cómodamente;
pero lamentablemente en este mundo es imposible alcanzarla. Los gobiernos se
esfuerzan por mantener la paz, pero las guerras, la delincuencia y en general,
la misma maldad del hombre hace imposible esto. Algunos piensan que la paz se
encuentra en tener mucho dinero ya que esto les dará seguridad en su vida, pero
se equivocan, esto trae más preocupaciones: “Porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual
codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores”,
(1 Timoteo 6:10). Otros buscan olvidar sus penas en el alcohol o en las drogas
pero esto empeora aún más sus vidas: “¿Para quién será el ay? ¿Para quién el dolor? ¿Para quién
las rencillas? ¿Para quién las quejas? ¿Para quién las heridas en balde? ¿Para
quién lo amoratado de los ojos? Para los que se detienen mucho en el vino, para
los que van buscando la mistura”, (Proverbios 23:29-30). Y en fin
muchos buscan la paz en diferentes formas, pero sin Dios sus caminos los conducirán
al sufrimiento y fracaso: “Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es
camino de muerte”, (Proverbios 14:12). Sin embargo, el evangelio nos
ofrece a través de Jesús el experimentar la verdadera paz: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy
como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”,
(Juan 14:27). Esta paz que Cristo trae a nuestra vida no depende de nuestras
posibilidades o fortalezas, como en el mundo, sino en lo que El ya hizo en la
cruz del Calvario: “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el
mundo tendréis aflicción; pero confiad,
yo he vencido al mundo”, (Juan 16:33). Nuestra paz se encuentra
fundamentada en nuestra confianza en Jesucristo, algo que el mundo jamás podrá ofrecernos
y por ello decimos que solamente en el evangelio experimentamos la verdadera
paz.
III.
EL EVANGELIO NOS
OFRECE GOZO.
“Porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino… gozo en el
Espíritu Santo”.
Finalmente,
el evangelio de Cristo nos ofrece gozo. El ser humano busca alegrar su vida en
los placeres y entretenimientos que este mundo ofrece, pero esto provoca que
cuando estos desaparecen la alegría del hombre también desaparece ya que son
temporales. Creer que en el mundo encontraremos la alegría y felicidad de
nuestra vida es un gran error, porque esta jamás llenara de satisfacción
nuestra alma. El mundo solo nos ofrece pecado y el pecado solo lleva a la destrucción
de nuestra vida, por tanto es imposible encontrar la felicidad en él. Jesús lo
dijo así: “El ladrón
no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan
vida, y para que la tengan en abundancia”, (Juan 10:10). La vida que
Cristo nos ofrece es de gran satisfacción y de verdadera comunión con el Padre,
lejos de las consecuencias del pecado, y en esto consiste el gozo del
cristiano, en saber que sus pecados le han sido perdonados y en experimentar
una vida de plena bendición y comunión con Él.
CONCLUSIÓN.
El
evangelio va más allá que cualquier religión que obliga a sus miembros a buscar
la justificación de sus almas a través de sus buenas obras o reglas, sino más
bien ofrece el perdón de pecados a través de la fe en Jesús, fe que justifica
delante del Padre a todos los que creen. También el evangelio nos ofrece la paz
y el gozo a través de una verdadera comunión con el Espíritu Santo, algo que no
podemos encontrar en el pecado ya que este conduce a la desilusión y destrucción
de nuestra vida. Por eso decimos que el evangelio consiste en justicia, paz y
gozo, lo cual lo recibimos a través de Cristo.
Excelente estudio, Dios les bendiga grandemente
ResponderBorrarMuy gratificante leer una explicación GRACIAS A DIOS por ustedes
ResponderBorrarMuy cierto
Borrargracias: hermanos por este hermoso mnsaje de la palabra de dios
ResponderBorrarhola buen dia hermanos;muy bien explicado,me da gusto,pero me gustaria que explicaran mas citas biblicas;referente alas condisiones humanas.
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