Conociendo el Mundo Bíblico


 

“Acuérdate de los tiempos antiguos, considera los años de muchas generaciones; pregunta a tu padre, y él te declarará; a tus ancianos, y ellos te dirán. Cuando el Altísimo hizo heredar a las naciones, cuando hizo dividir a los hijos de los hombres, estableció los límites de los pueblos según el número de los hijos de Israel”.

Deuteronomio 32:7-8

INTRODUCCIÓN

               Después de tanto tiempo las palabras de Moisés hacen eco en nosotros. Aunque el mensaje está dirigido a los israelitas del tiempo antiguo, también nosotros nos vemos interesados en estudiar los tiempos antiguos que se relatan en la Biblia, porque toda la Escritura es inspirada por Dios y muy útil para nuestro crecimiento espiritual. Así la Biblia nos enseña la historia de la humanidad, sus comienzos, la historia del pueblo israelita y el plan de salvación que Dios tiene para todas las naciones por medio de su Hijo Jesucristo. Por tanto, cuando Moisés dirigió estas palabras, le pedía a Israel que no olvidara los tiempos antiguos, sino que siempre los consultaran y así a lo largo de los tiempos el canon bíblico se preservo hasta nuestros tiempos a tal punto que hoy podemos inquirir en él.  Ahora, para poder comprender de una mejor manera la Biblia no debemos olvidar que fue escrita, no solo en un contexto histórico diferente al nuestro, sino en una cultura diferente y que los lugares que describe poseen en muchas ocasiones una geografía y clima diferentes a muchos de los países donde hoy nosotros habitamos. Esto nos hace pensar en la importancia de conocer a más profundidad la tierra bíblica donde se desarrollaron todos los acontecimientos que hoy por hoy conocemos, especialmente para nosotros los occidentales que poseemos una cultura y aspectos geográficos un poco diferentes, dependiendo de la parte del mundo donde nos haya tocado vivir.


Beduinos

A Bedouin family in the Wadi Mousa, Syrian Desert. Watercolour on paper. 50.1 x 34.9 cm.

De Carl Haag - Christie' s, LotFinder: entry 4515864 (sale 706, lot 43), Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=17794458

A lo largo del tiempo la teología ha desarrollado muchas disciplinas que han ayudado a comprender cada uno de los 66 libros de la Biblia, la misma historia ha encajado con los acontecimientos narrados en los libros del volumen sagrado y a través de muchos concilios y grandes pensadores se han definido las doctrinas bíblicas que establecen el fundamento de nuestra fe cristiana. Muchas disciplinas se han creado para interpretar correctamente las Sagradas Escritura, entender los diferentes periodos históricos que la iglesia ha atravesado y formar a los ministros en la obra para la cual Dios los ha llamado, sin embargo, desde el siglo XVIII han surgido otras ramas de la ciencia que ayudan a comprender mejor los acontecimientos bíblicos, ciencias como la geografía, antropología y estudio de las culturas orientales ayudan en gran manera a complementar nuestro entendimiento del canon bíblico. En la década de los 80´s muchos creyeron que la ciencia ayudaría a desmentir a la Biblia, hombres como Jean Paul Sartre, Sigmund Freud, Carlos Marx, Charles Darwin, Friedrich Nietzsche, entre otros, establecieron sus principios anticristianos que desmentían los valores y veracidad de la Biblia, pero con el tiempo, la misma ciencia a demostrado la infalibilidad de la palabra de Dios. El objetivo de este estudio es explorar algunos temas relacionados con la geografía, la cultura bíblica y la antropología, no con el propósito de demostrar o confirmar nuestra fe, sino para entenderla mejor. Dicho estudio no pretende ser profundo o demasiado técnico, sin embargo, consideraremos los aspectos más importantes y útiles para nuestro entendimiento de las Sagradas Escrituras. Como cristianos, la Biblia nos es suficiente, creemos sin ver y por ello somos bienaventurados: “Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron”, (Juan 20:29). Sin embargo, Agustín de Hipona solía decir: “Creo para entender, entiendo para creer”. Ciertamente estudiar la arqueología bíblica, las costumbres orientales o los aspectos geográficos de tierra santa nos dará una mejor comprensión de su palabra y fortalecerá aún más nuestra fe y, por otro lado, es una herramienta que ayuda en la defensa de nuestra fe, porque a través de ellas aquellos que la contradicen quedan desarmados al considerar como aun la misma ciencia confirma la veracidad del contenido bíblico.

      CONOCIENDO EL MEDIO ORIENTE BÍBLICO

                 Ahora bien, alguien podría preguntarse, ¿por qué estudiar la cultura y costumbres bíblicas? ¿Qué tan importante es conocer la geográfica de los tiempos bíblicos? ¿Es importante estudiar la arqueología bíblica? Pues, debemos recordar que la Biblia fue escrita en una cultura oriental, con costumbres muy diferentes a las occidentales modernas, con el uso de hebraísmos que al leerlos literalmente puede ser que no entendamos el significado real de las palabras y definitivamente por esto mismo se hace necesario que tengamos herramientas para comprender de una mejor manera el contenido sagrado que hoy por hoy tenemos en el libro que para nosotros en la palabra de Dios. Por ello, tocaremos algunos temas referentes a la cultura y costumbres de tierras bíblicas, estudiaremos los aspectos geográficos para ubicarnos de mejor manera en los mapas y entender los accidentes geográficos que caracterizaron los lugares bíblicos, las distancias que se recorrían para ir de un lugar a otro, su climatología y desiertos que los rodeaban, su agricultura y ganadería, su cultura alimenticia, así como suplementos arqueológicos que nos confirman la veracidad de la palabra de Dios.

 

CULTURA Y COSTUMBRES BÍBLICAS

               Una cultura se puede definir como el conjunto de costumbres, tradiciones, normas y manera de pensar de un pueblo en específico que se expresa en lo peculiar de su idioma, arte, música, sociedad y política. En este sentido, el estudio de la cultura y costumbres bíblicas tiene como propósito el conocer las tradiciones que caracterizaban a los habitantes del periodo bíblico, sus comidas, sus viviendas, su manera de vestir, su agricultura y ganadería, su dieta alimenticia, su vida social, la familia y todas aquellas características orientales que los definían. Fred H. Wight nos dice en su valiosísimo libro: Usos y Costumbres de las Tierras Bíblicas: “La Biblia fue escrita por orientales. Es fácil que los occidentales pasen por alto el hecho de que las Escrituras tuvieron su origen en el Oriente, y que cada uno de los escritores era en realidad oriental. En vista de esto, se puede afirmar que la Biblia es un libro oriental, en un sentido verdadero. A pesar de esto, muchos leerán las Escrituras con el prejuicio de sus propios usos y costumbres occidentales, en lugar de interpretarlas desde el punto de vista oriental”. Por tanto, podemos entender la importancia de comprender las costumbres bíblica, especialmente para nosotros los occidentales, porque esto nos ayudara a entender mejor algunos relatos bíblicos.

Ahora, la pregunta seria, cómo estudiar la cultura bíblica en nuestros tiempos modernos. Ante esto, Fred H. Wight nos da la respuesta: “A través de los siglos, las costumbres árabes han seguido casi sin cambiar”. De allí que surge una clasificación de los diferentes tipos de árabes que existen. En primer lugar, se tiene a los árabes beduinos, que son nómadas que habitan en tiendas de campaña y no que han cambiado en casi nada sus costumbres y cultura. La palabra beduino proviene del francés bédouin, que a su vez deriva del idioma árabe, badawi, que significa “morador del desierto”. Los beduinos son un pueblo de diez millones de personas repartidas a lo largo de Arabia Saudita, Jordania, Irak, Libia, Egipto, Israel, Siria, Túnez, Argelia y Marruecos. Estos están divididos en clanes y tribus. Es de estos árabes beduinos que se hace posible conocer mucho de las costumbres y cultura de los tiempos bíblicos ya que como hemos dicho, no han cambiado en mucho sus costumbres y cultura. En segundo lugar, se tiene al árabe labriego, que es agricultor y vive en casas campesinas de un solo cuarto. Finalmente, se tiene al árabe moderno, aquel que hoy por hoy vive en las grandes ciudades que se han construido en el Medio Oriente y sus costumbres ya no corresponden tanto a las antiguas.

 

GEOGRÁFICA BÍBLICA

                   Otra disciplina científica que ayuda a comprender el mundo bíblico es la geográfica bíblica. La palabra geografía proviene dos palabras compuestas en griego que son, geo (γεω), que es tierra, y grafía (γραφία), que es escritura, y literalmente podría traducirse como la descripción de la tierra. Laura Saá, en su libro, Geografía Bíblica, nos define este concepto: “La geografía es una ciencia que estudia la distribución y disposición de elementos físicos, biológicos y humanos en la superficie terrestre”. En este sentido, geografía bíblica es el estudio que nos permite conocer cómo era o es la superficie terrestre de los diferentes lugares que se mencionan en la Biblia, sus valles, colinas, montañas, mesetas, su hidrología, el clima, su organización social, económica y política a lo largo del mapa territorial donde se extienden la nación. En este sentido el estudio de la geografía bíblica ayuda a entender cómo era la forma o geología de los territorios que se mencionan en la Biblia. Un estudio de la geografía bíblica ayuda mucho a entender las distancias que recorría Jesús al trasladarse de un lugar a otro en la tierra de Israel de sus tiempos durante su ministerio, también muestra la ubicación en el mapa de las diferentes ciudades y lugares que el apóstol Pablo visito durante sus viajes misioneros, nos muestra la geografía de los lugares por donde Abraham y los demás patriarcas realizaron sus peregrinaciones, se logra apreciar la cercanía de otros pueblos y naciones que rodearon a Israel o incluso la distribución de tierras vistas en un mapa de las doce tribus de Israel. Por tanto, vamos a aprovechar este tema para conocer un poco más la geografía de las tierras bíblicas.

 

ARQUEOLOGÍA BÍBLICA

               Otra parte de la ciencia que nos puede ayudar a comprender de una mejor manera la Biblia es la arqueología bíblica. La palabra arqueología es una palabra griega compuesta de dos partes, arjaios (ἀρχαίος), que significa antiguo, y logos (λόγος), que es estudio. En este sentido, la arqueología es una ciencia que estudia los cambios que las diferentes culturas han experimentado a lo largo del tiempo. G. Ernest Wright nos comenta al respecto en su libro Arqueología Bíblica las siguientes palabras: “La arqueología bíblica es una parte especial de la arqueología general. El arqueólogo bíblico, sea o no excavador, estudia los descubrimientos de las excavaciones a fin de entresacar de ellos todos los hechos que puedan arrojar una luz directa, indirecta o incluso difusa sobre la Biblia”. De esta forma, la arqueología bíblica ha ayudado a entender de una mejor manera la cultura y acontecimientos bíblicos y en este sentido, ha demostrado la veracidad de las Sagradas Escrituras. Pedro C. Morales nos dice más acerca de la Arqueología Bíblica: “La arqueología nació en el siglo XIX y se desarrolló a lo largo del siglo XX convirtiéndose en una disciplina madura, científica en toda regla, con sus propios métodos de investigación y marco teórico. Su misión es estudiar diversos aspectos de las sociedades antiguas a partir de las huellas o los restos materiales que dejaron, así como localizar antiguos asentamientos y poblaciones. La arqueología, por tanto, recupera y sistematiza la cultura material de un lugar dotando de significado histórico esa cultura”. Hoy en día se han realizado grandes descubrimientos arqueológicos de lugares que arrojan increíble información de lugares y civilizaciones que incluso se mencionan solo en la Biblia, uno de estos es el famoso descubrimiento arqueológico de la nación hitita realizada en 1906. Hasta esta fecha, muchos consideraban que la nación hitita que la Biblia menciona (Génesis 15:20, 1 Reyes 10:29) jamás había existido, porque solo es mencionada en las páginas de la Biblia, sin embargo, Hugo Winckler fue un arqueólogo, estudioso de la Biblia e historiador alemán, cuyas excavaciones en Boğazköy, en Turquía, revelaron la capital del imperio hitita. De esta forma, podemos llegar a ver el valor que realmente la arqueología tiene para el estudioso bíblico y por ello Nelson Glueck, un rabino, académico y arqueólogo estadounidense dijo: “Ningún descubrimiento arqueológico ha negado alguna vez una referencia bíblica”. Además de todo esto, la arqueología bíblica también tiene un carácter apologético, es decir, es una herramienta que ayuda a demostrar ante los incrédulos la veracidad del relato bíblico, de allí que James Hoffmeir nos comenta en su libro, Arqueología de la Biblia: “Ha sido una tendencia común entre muchos cristianos el utilizar la arqueología principalmente como herramienta apologética, para «probar la Biblia»”.

 

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