Cuerpo, Alma y Espíritu (Primera Parte)


 

“Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo”.

1 Tesalonicenses 5:23

 

INTRODUCCIÓN

                 Hemos estado estudiando algunos conceptos relacionados con la naturaleza del hombre, se ha considerado las perspectivas que se tiene en cuanto a la dicotomía y tricotomía del hombre, entendiendo que la mejor manera de ver la naturaleza del hombre es considerando su parte corpórea que es el cuerpo humano con todos sus órganos y demás aspectos físicos que lo componen; y la parte incorpórea, donde podemos incluir el alma y el espíritu, ambos partes de un solo ser inmaterial y no vistos como dos partes separadas del mismo. En esta oportunidad vamos a seguir profundizando en estos temas.

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Cuerpo, Alma y Espíritu (Primera Parte)


LA SANTIFICACIÓN DE TODO EL SER

                  Es interesante ver cómo el apóstol Pablo rogaba a Dios que santificara a los miembros de la iglesia de Tesalónica: “Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo”, (1 Tesalonicenses 5:23). En estos versículos se nos habla que el ser del hombre está constituido por espíritu, alma y cuerpo, y esto a su vez se ha desencadenado en temas de discusión referentes a la dicotomía o tricotomía del hombre, no obstante, nosotros entendemos que el hombre solo posee dos naturalezas, una corpórea y otra incorpórea, de tal manera que cuando Pablo habla del espíritu y el alma, habla de dos aspectos de la parte inmaterial del ser humano. En este sentido, Myre Pearlman nos dice en su libro, Teología Bíblica y Sistemática lo siguiente: “El espíritu y el alma representan dos lados o partes de la sustancia no física del hombre; o expresados de otra manera, el espíritu y el alma representan dos modos en los cuales opera la naturaleza espiritual”. Para el apóstol, el hombre redimido por Cristo es santificado totalmente, en todo su ser, espíritu, alma y cuerpo; y no solo en parte de él. La palabra griega que aparece en este texto y que se traduce como “completo” es jolotelés (ὁλοτελής), la cual hace referencia a ir completando algo hasta su fin, hasta alcanzar la perfección, y ciertamente esa es la voluntad de nuestro Dios, nuestra santificación progresiva, no solo de nuestra parte inmaterial, como pensaban los gnósticos, sino de la material, del cuerpo mismo. Para representar la totalidad del hombre, Pablo menciona el cuerpo, alma y espíritu, mostrándonos dos aspectos de a parte incorpórea, sin embargo, no solo existen estas como veremos más adelante. Vamos a estudiar estos tres por el momento.

 

EL ALMA

“Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?”.

Mateo 16:26

                Aquí encontramos las sabias palabras de Jesús cuando nos hace reflexionar en lo inútil que resulta ganar todo el mundo, pero perder el alma. Aquí encontramos que nuestro Señor se refiere al alma, porque esta es la que dará cuentas delante de Dios. ¿pero por qué el alma? ¿Qué es el alma para que esta sea responsable delante de Dios? ¿Cómo podríamos definir el alma? Bueno, consideremos el significado etimologice de esta palabra en el hebreo y griego. Primero, la palabra alma se traduce del hebreo néfesh (נֶֶפֶשׁ), que literalmente hace referencia al alma o ser viviente, esto considerando que fue Dios quien soplo en la nariz del hombre su aliente de vida para que este viviera: “… sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente”, (Génesis 2.7). En este sentido, el alma es el ser viviente del hombre, o sea, es la parte del hombre que lo hace consciente de su vida. Por otro lado, la palabra alma se traduce de la palabra griega psujé o psike (ψυχή), de donde proviene nuestra palabra española psicología, lo cual nos sugiere a su vez de que el alma es la parte racional, la parte pensante del hombre. Por tanto, podríamos decir de que el hombre, su ser existente con toda y sus personalidad es el alma, de allí que es lógico de que esta dará cuentas de sus obras delante de Dios. Charles Ryrie nos dice en su libro, Teología Básica: “El alma puede significar la persona en su totalidad, viva o después de la muerte; puede designar la parte inmaterial de una persona con sus muchos sentimientos y emociones; y es un objeto importante de la redención y el crecimiento espiritual”. Además, Myre Pearlman, en su libro, Teología Bíblica y Sistemática nos agrega que el alma es el ser vivo e inteligente que define al hombre: “El alma es el principio vivificante e inteligente que anima al cuerpo humano”. Por tanto, nosotros podemos afirmar que: El hombre no posee un alma, es el alma en sí, es el ser viviente que razona y expresa emociones, que toma decisiones que convierte en acciones, es la parte inmaterial el hombre que vive consciente de su propia realidad. En la Biblia encontraremos que cuando se hace referencia al alma, se esta hablando del mismo hombre, porque realmente el alma es el ser pensante, consciente de su realidad, con una personalidad única y emotiva. J. Oliver Buswell Jr, en su libro, Teología Sistemática, Tomo II, lo hace notar: “Cuando la palabra «alma» se usa para referirse al ser no material del hombre, generalmente significa el hombre en alguna relación con su cuerpo o con las circunstancias terrenales”. En este sentido podemos ver como en la Biblia en algunas ocasiones las palabras hebreas y griegas que se traducen como alma, se traducen como hombre. Así tenemos: “Todas las personas que le nacieron a Jacob fueron setenta. Y José estaba en Egipto”, (Éxodo 1:5). Aquí la palabra “personas”, se traduce del hebreo néfesh (נֶֶפֶשׁ), por lo que literalmente se está hablando de 70 almas, o sea, 70 personas, porque cada persona es un alma individual. También tenemos el ejemplo en el Nuevo Testamento: “Sométase toda persona a las autoridades superiores…”, (Romanos 13:1). Aquí la palabra “persona” se traduce del griego psujé (ψυχή), que es alma, porque cada alma es una persona en sí.

 

El alma, un ser pensante y con las emociones.

En la Biblia podemos ver cómo el alma es un ser pensante que puede considerar y analizar su situación y tomar la decisión que más le conviene: “Así dijo Jehová: Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma. Mas dijeron: No andaremos”, (Jeremías 6:16). El descanso para el alma, es decir, el hombre esta en caminar por las sendas antiguas, pero para eso el alma debe preguntar y considerar las palabras que Dios le dirige y esto solo lo puede hacer un ser pensante y racional. Además, el alma es un ser con emociones que afecta incluso al cuerpo humano. De esto, Myre Pearlman, en su libro, Teología Bíblica y Sistemática nos dice: “El alma satura y habita toda parte del cuerpo y afecta más o menos directamente todas sus partes. Ello explica por qué las Sagradas Escrituras atribuyen sentimientos al corazón, los riñones (Salmos 73:21, Job 16:13, Lamentaciones 3:13, Proverbios 23:16, Salmos 16:7, Jeremías 12:2, Job 38:36), entrañas (Filemón 12, Jeremías 4:19, Lamentaciones 1:20; 2:11, Cantares 5:4; Isaías 16:11), vientre (Habacuc 3:16, Job 20:23, Juan 7:38)”. Hoy al leer algunos de estos pasajes en las versiones modernas o incluso en la Reina Valera versión 1960 pueda que ya no encontremos escritas literalmente las palabras riñones o entrañas, pero si tenemos la oportunidad de encontrar una versión antigua, como la Reina Valera, versión 1909, si pudiéramos encontrar estas palabras, así veamos unos ejemplos: “Desazonóse á la verdad mi corazón, y en mis riñones sentía punzadas”, (Salmos 73:21, RV1909). Aquí la palabra riñón se traduce del hebreo kiliá (כִּלְיָה), que literalmente significa eso, riñón; pero ya en la RV60 ya no se traduce así: “Se llenó de amargura mi alma, y en mi corazón sentía punzadas”, (Salmos 73:21). Tenemos el ejemplo de cómo el vientre de Habacuc se estremeció ante las aflicciones que el profeta sufría, leámoslo en una versión antigua: “Oí, y tembló mi vientre; a la voz se batieron mis labios; pudrición se entró en mis huesos, y en mi asiento me estremecí; si bien estaré quieto en el día de la angustia, cuando suba al pueblo el que lo invadirá con sus tropas”, (Habacuc 3:16, RV1909). La palabra hebrea de donde se traduce vientre es betén (בֶּטֶן) y literalmente significa eso, vientre, sin embargo, en la RV60 esta palabra se traduce como entrenas: “Oí, y se conmovieron mis entrañas; a la voz temblaron mis labios; pudrición entró en mis huesos, y dentro de mí me estremecí; si bien estaré quieto en el día de la angustia, cuando suba al pueblo el que lo invadirá con sus tropas”, (Habacuc 3:16). Por tanto, podemos ver cómo las emociones que el alma experimenta afectan los órganos y al cuerpo en sí. En la Biblia podemos ver cómo el alma experimenta diferentes emociones y sentimientos:

1.     Compasión: “¿No lloré yo al afligido? Y mi alma, ¿no se entristeció sobre el menesteroso?”, (Job 30:25).

2.     Aflicción: “¿Por qué te abates, oh alma mía, y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, salvación mía y Dios mío”, (Salmos 43:5).

3.     Amargura: “Luego que llegó a donde estaba el varón de Dios en el monte, se asió de sus pies. Y se acercó Giezi para quitarla; pero el varón de Dios le dijo: Déjala, porque su alma está en amargura, y Jehová me ha encubierto el motivo, y no me lo ha revelado”, (2 Reyes 4:27).

4.     Odio: “Y dijo David aquel día: Todo el que hiera a los jebuseos, suba por el canal y hiera a los cojos y ciegos aborrecidos del alma de David. Por esto se dijo: Ciego ni cojo no entrará en la casa”, (2 Samuel 5:8).

5.     Amor: “Hazme saber, oh tú a quien ama mi alma…”, (Cantares 1:7).

 

El alma es eterna desde el momento de su creación.

Lo otro que podemos decir es que el alma del hombre es eterna desde el momento que es creada por Dios: “Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin”, (Eclesiastés 3:11). Esto no significa que el alma sea preexistente, sino que existe desde el momento que Dios le da vida y a partir de aquí es eterna y esto nos lleva a hacer las siguientes afirmaciones de acuerdo con lo que las Escrituras enseñan:

 1.     El alma aun después de la muerte estará consciente de su existencia, nunca dejara de existir, aun después de la muerte: “Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado. Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno”, (Lucas 16:22-23).

2.     El alma dará cuentas por todo lo que hizo en vida, por lo que es un ser responsable por sus acciones: “Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras”, (Apocalipsis 20:12).

 

Teorías en cuanto a la creación del Alma.

            En cuanto a la creación del alma se han definido al menos 3 teorías de las cuales nos habla Charles Hodge, en su libro, Teología Sistemática, Volumen: “TRES son las teorías que se han presentado acerca del origen del alma. Primero, la de la Preexistencia del alma; segundo, la del Traducianismo, o la doctrina de que el alma del niño se deriva del alma de los padres; tercero, la de Creación inmediata, o la doctrina de que el alma no se deriva, como sí el cuerpo, sino que debe su existencia al poder creador de Dios”. La Biblia en el libro de Génesis que Dios soplo en la nariz del hombre aliento de vida y a partir de ese momento fue un ser viviente: “… sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente”, (Génesis 2.7). por tanto, creemos que el alma es producto de la creación de Dios. Al principio creo al hombre del polvo de la tierra y por medio de su aliento divino fue un alma viviente, ahora, por medio de la concepción materna, Dios crea el alma de la criatura que se encuentra en el vientre de su alma: “Tú creaste las delicadas partes internas de mi cuerpo y me entretejiste en el vientre de mi madre. ¡Gracias por hacerme tan maravillosamente complejo! Tu fino trabajo es maravilloso, lo sé muy bien. Tú me observabas mientras iba cobrando forma en secreto, mientras se entretejían mis partes en la oscuridad de la matriz. Me viste antes de que naciera. Cada día de mi vida estaba registrado en tu libro. Cada momento fue diseñado antes de que un solo día pasara”, (Salmos 139:13-16). Si bien es cierto de que los hijos heredan algunas características físicas y hasta rasgos que definen su personalidad y carácter, lo cierto es que el alma es creada por Dios, porque no hay hombre capaz de crear la vida humana la cual es un verdadero privilegio y milagro que solo el Señor crea, pero no podemos negar que el ser humano tiene su participación en el milagro de la concepción de un niño, y en este sentido, Myre Pearlman nos dice en su libro, Teología Bíblica y Sistemática lo siguiente: “El hombre engendra al hombre en cooperación con el Padre de los espíritus”. Dios ha establecido las leyes naturales que provocan la concepción de un niño, pero creemos que el alma es creada por Dios y el niño que nace hereda algunas características de sus padres.

 


4 comentarios:

  1. Dios le bendiga grandemente mi hermano Walter, este tema es muy interesante pero tengo una pregunta que hacerle: Es el alma igual que el espíritu ya que en las sagradas escrituras aparece en algunos versículos que el espíritu y el alma son lo mismo ya que utilizan las palabras de alma y espíritu intercambiablemente ? Muchas gracias

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    1. Dios lo bendiga, en ocasiones se utilizan como términos intercambiables, es decir, para referirse al hombre, sin embargo, son diferentes aspectos o características del hombre incorpóreo. Veremos si en la segunda parte de este estudio analizamos más este tema.

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  2. Es el espíritu que tiene comunión y eternidad con Dios desde antes de la creación del mundo.

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  3. exelente todos estos temas hno.

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