Arrepentíos y Convertíos (Hechos 3:17-20)


 

“Mas ahora, hermanos, sé que por ignorancia lo habéis hecho, como también vuestros gobernantes. Pero Dios ha cumplido así lo que había antes anunciado por boca de todos sus profetas, que su Cristo había de padecer. Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio, y él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado”.

Hechos 3:17-20

INTRODUCCIÓN

               Aquí nos encontramos con otro fragmento de un sermón que se predicaba en los tiempos de la iglesia primitiva que Lucas registro en su libro, específicamente se trata de la segunda predicación que sabemos que el apóstol Pedro dirigió a los judíos de Jerusalén. Que hermoso es tener la oportunidad de considerar el contenido de los sermones que se predicaron en esta época temprana de la iglesia, así tenemos la defensa de Esteba que constituye un gran sermón, 100% expositivo y Cristocéntrico, además, tenemos el sermón de Pablo en Atenas, así como sus muchas defensas que dio durante el tiempo que estuvo prisionero camino a Roma. Por hoy consideremos este segundo sermón que Pedro predico.

 

Arrepentíos-Convertíos
Arrepentíos y Convertíos


¿PECADORES POR IGNORANCIA?

“Mas ahora, hermanos, sé que por ignorancia lo habéis hecho, como también vuestros gobernantes. Pero Dios ha cumplido así lo que había antes anunciado por boca de todos sus profetas, que su Cristo había de padecer”.

Hechos 3:17-18

             Después de que los judíos vieron al lisiado caminar, su atención quedo prendida para que escuchasen las palabras de los apóstoles, Pedro y Juan, y es así como se les hizo ver que dicho milagro había ocurrido por obra de Cristo, al cual ellos habían crucificado: “Viendo esto Pedro, respondió al pueblo: Varones israelitas, ¿por qué os maravilláis de esto? ¿o por qué ponéis los ojos en nosotros, como si por nuestro poder o piedad hubiésemos hecho andar a éste?... Mas vosotros negasteis al Santo y al Justo, y pedisteis que se os diese un homicida, y matasteis al Autor de la vida, a quien Dios ha resucitado de los muertos, de lo cual nosotros somos testigos”, (Hechos 3:12, 24-15). Es interesante considerar las palabras de Pedro ya que pareciera que les está echando la culpa de haber sido participantes del crimen de matar al Cristo, sin embargo, les dice que a éste que mataron, Dios lo ha resucitado y que todo esto lo hicieron por ignorancia: Mas ahora, hermanos, sé que por ignorancia lo habéis hecho, como también vuestros gobernantes ¿Realmente eran ignorantes de lo que hacían tanto ellos como sus gobernantes? Bueno, cuando Jesús oraba en la cruz le pedía a su Padre de que los perdonara porque no sabían lo que hacían: “Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen…”, (Lucas 23:34). Aunque los lideres religiosos de los judíos conspiraron en contra del Hijo de Dios, realmente estos ignoraban que estaban en contra del Autor de la vida, la dureza de su pecado no les permitió ver esto ya que Satanás los había enceguecido para no ver la verdad, por lo que los condujo a cometer semejante pecado, y de igual manera el resto de judíos, estos ignoraban quien era aquel que llamaban galileo que estaban crucificando, pero todo esto ocurrió para que se cumpliesen las Escrituras respecto a Él: Pero Dios ha cumplido así lo que había antes anunciado por boca de todos sus profetas, que su Cristo había de padecer. Ahora, ¿será que eran totalmente ignorantes en todo lo que hacían? Realmente no, porque al menos los lideres religiosos conspiraron colocando falsos testigos e insistiendo por la muerte de Jesús, de allí, Pilato, aunque sabia que era inocente, prefirió permitir su muerte a entrar en conflicto con los judíos y el resto de judíos que prefirieron a Barrabás y entregaron a la crucifixión a Jesús, solo fueron ciegos guiados por otros ciegos, al final, eran culpables de involucrarse en el terrible pecado de consentir la muerte de Cristo, pero ignorantes de que Aquel que crucificaban eran el Hijo de Dios. Así que, aunque ignorantes de saber que Aquel que crucificaban era Cristo, esto no los volvía inocentes de su pecado, pero ahora, Pedro al predicarles, estos entienden la gravedad de su pecado y tienen una oportunidad de arrepentirse. Hoy en día debemos cuidarnos de no pecar por ignorancia, porque al final, el pecado es pecado, y debemos alejarnos de este, por ello el salmista solía decir: “¿Quién podrá entender sus propios errores? Líbrame de los que me son ocultos”, (Salmos 19:12). Debemos cuidarnos de aquellos pecados que nos son ocultos por ignorancia, de allí que la palabra de Dios nos ayuda a entender nuestra realidad, así como ahora estaba pasando con estos judíos a los que Pedro les aclaraba el asunto, de allí, si aun conociendo perseveramos en nuestros pecados, entonces la gravedad de nuestra culpa es mayor: “Aquel siervo que conociendo la voluntad de su señor, no se preparó, ni hizo conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes. Mas el que sin conocerla hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco; porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará; y al que mucho se le haya confiado, más se le pedirá”, (Lucas 12:47-48).

 

ARREPENTÍOS Y CONVERTÍOS

“Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio, y él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado”.

Hechos 3:19-20

              Inmediatamente después de haberle presentado la realidad de su pecado a los judíos a través de la exposición de la palabra, Pedro procede a decirles cómo pueden alcanzar la misericordia de Dios: Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados. Aquí tenemos un verdadero mensaje evangelístico, donde después de presentarle a la audiencia la realidad de sus pecados, a través de la Biblia, se les presenta el plan de salvación, ya que el verdadero mensaje del evangelio no solo le muestra al ser humano su condición de pecador, sino el camino a la salvación. Pedro les dice dos cosas que tenían que ocurrir en sus vidas para alcanzar la misericordia de Dios: Arrepentimiento y conversión. Hoy en día algunos predicadores han olvidado estos dos temas, el arrepentimiento y la conversión, ya que si estas no ocurren el hombre jamás se salvará. La palabra griega de donde se traduce arrepentíos proviene del griego metanoeo (μετανοέω), una palabra compuesta de otras dos, que son meta (μετά), que es dirigirse a una meta o blanco, o ir más allá de lo esperado; y noiéo (νοιέω) que es comprender o percibir con la mente. Considerando el significado etimológico de la palabra muchos llegan a traducir al arrepentimiento como un cambio de mente que provoca un cambio de vida radical. Además, la palabra convertíos proviene del griego epistrefo (ἐπιστρέφω), que literalmente significa “hacer volver a alguien”, y en este sentido, la conversión consiste en hacer volver a un hombre de sus pecados a Cristo. Estas dos cosas son necesarias en la vida del ser humano, el arrepentirse de sus pecados y convertirse de todo corazón a Cristo, cuando esto es así, entonces el hombre alcanza la misericordia de Dios a través de su Hijo Jesucristo: para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio, y él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado. Por tanto, nuestros mensajes o predicaciones no deben olvidar el tema de la cruz de Cristo, el anunciar la necesidad de arrepentimiento y experimentar una verdadera conversión y la fe en el sacrificio de Cristo que es suficiente para perdonar nuestros pecados.


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