“Y Noemí dijo: He aquí tu
cuñada se ha vuelto a su pueblo y a sus dioses; vuélvete tú tras ella. Respondió
Rut: No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú
fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y
tu Dios mi Dios. Donde tú murieres, moriré yo, y allí seré sepultada; así me
haga Jehová, y aun me añada, que sólo la muerte hará separación entre nosotras
dos. Y viendo Noemí que estaba tan resuelta a ir con ella, no dijo más”.
Rut 1:15-18
INTRODUCCIÓN
A veces podemos tomar una mala decisión que
afecte nuestra vida, algunas decisiones son trascendentales de tal forma que
afecte considerablemente nuestra vida y esto fue lo que le paso a Noemí. Lamentablemente
su familia tomó una mala decisión lo cual trajo la muerte a todos ellos y Noemí
termino viuda y sin hijos, no obstante, ante la mala decisión que ya había traído
las consecuencias duras a su vida, decidió tomar una buena decisión, volverse a
su Dios y regresar a su tierra; pero no solo esto, sino que en estos versículos,
en medio de estas duras circunstancias, vemos a una mujer tomar una buena decisión,
la mejor decisión que alguien puede tomar, convertirse a Dios y seguir sus
caminos.
Una decisión acertada después de una mala decisión
UNA EXHORTACIÓN A VOLVER ATRÁS
“Y Noemí dijo: He aquí tu
cuñada se ha vuelto a su pueblo y a sus dioses; vuélvete tú tras ella”.
Rut 1:15
Curiosamente podríamos decir que
aquí encontramos una exhortación a volverse atrás: Y
Noemí dijo: He aquí tu cuñada se ha vuelto a su pueblo y a sus dioses; vuélvete
tú tras ella. En este caso es Noemí quien está hablando con Rut y le
dice que siga el ejemplo de Orfa, la cual había decidido no seguirla a Israel y
mejor volvió a su pueblo pagano y dioses, de hecho, diríamos que las palabras: “vuélvete tú tras ella”, describen muy bien esta acción,
porque de manera figurada diríamos que se volvió atrás, es decir, un símbolo
de retroceder a algo no tan bueno en la vida, mientras que Rut desea proseguir
hacia adelante, hacia el lugar donde habitaba el pueblo de Dios. Algunos
ven en este episodio del libro de Rut un simbolismo entre aquellos que deciden
elegir este mundo y se vuelven hacia atrás; mientras que hay otros que
prosiguen con dificultad el camino que conduce a la vida eterna.
RUT SE ENTREGA TOTALMENTE A DIOS
“No me ruegues que te
deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y
dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios. Donde
tú murieres, moriré yo, y allí seré sepultada; así me haga Jehová, y aun me
añada, que sólo la muerte hará separación entre nosotras dos”.
Rut 1:16-17
Rut tenía la oportunidad de volverse a su pueblo y dioses con la probabilidad de encontrar otro hombre con el cual casarse y tener hijos; pero en lugar de eso, decidió no desamparar a su suegra que ya estaba vieja, de cargar con la responsabilidad de su cuidado, volviendo a una nación que no conocía y posiblemente la vería como una extraña, pero ante todo, decide convertirse de todo corazón a este Dios: No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios. Donde tú murieres, moriré yo, y allí seré sepultada; así me haga Jehová, y aun me añada, que sólo la muerte hará separación entre nosotras dos. Aquí encontramos unas palabras sublimes que el Espíritu Santo vio a bien quedasen registradas para el resto de la historia de la humanidad, una mujer que teniendo todo en su contra decide convertirse de todo su corazón a Dios. Ella era una moabitas y lo sabía, sabía que las relaciones políticas entre ambas naciones no eran nada buenas, sus costumbres y practicas eran abominables al Dios de Israel, además que existía la posibilidad de que fuere repudiada en Israel, de que nunca encontrase un esposo que le diese hijos y encima de todo, debía cargar con su suegra ya anciana, con todo esto no le importo, antes se atrevió a tener fe, fe de que este Dios maravilloso de Israel pudiese ser su Dios y bendecirla también y así hizo. Hoy en día existen personas que prefieren rechazar a Cristo, por considerarlo una religión de demandas difíciles, o quizás lo ven una religión anticuada o simplemente no quieren abandonar su vida de pecado; pero cuán equivocados están, porque si viniesen a Él encontrarían a su Redentor y la vida eterna.
Este
libro capta el deseo redentor de Dios hacia toda la humanidad, sin acepción de
personas, no hacia una nación en específico como lo era Israel, o a una
elite o grupo privilegiado, sino vemos la oportunidad de vida eterna para todo
aquel que venga a Él. La Biblia es clara al enseñarnos de que Dios no hace acepción
de personas: “Porque no hay acepción de personas
para con Dios”, (Romanos 2:11). Esta salvación
está al alcance de todas las personas, pues es gratuita y no necesita completar
ningún mérito propio o condición, solamente el arrepentimiento y la fe: “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria
de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención
que es en Cristo Jesús”, (Romanos 3:23-24). Aquel día Rut sin
conocer todos estos conceptos teológicos referentes a la salvación, simplemente
por fe, decidió entregar su vida al Dios de Israel, confiando en su misericordia.
Recordemos que la familia de Noemí había habitado en Moab por espacio de diez
años, tiempo en el cual es probable que Rut escuchase las historias del Dios de
Israel, conociese las promesas para su pueblo y su gran poder, por ello, debió aprender
a confiar en este mismo Dios y desear convertirse a Él y abandonar los dioses
de sus padres.
UNA DECISIÓN ACERTADA DESPUÉS DE UNA MALA
“Y viendo Noemí que
estaba tan resuelta a ir con ella, no dijo más”.
Rut 1:18
Al final, Noemí decide ya no decirle
nada a Rut porque la ve convencida de seguirla: Y
viendo Noemí que estaba tan resuelta a ir con ella, no dijo más. Es increíble
ver como después una mala decisión que estaba provocando el sufrimiento en ese
momento, una mujer toma una decisión acertada que traería una gran bendición a
su vida.
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