“En aquel día dirás: Cantaré a ti, oh
Jehová; pues aunque te enojaste contra mí, tu indignación se apartó, y me has
consolado. He aquí Dios es salvación
mía; me aseguraré y no temeré; porque mi fortaleza y mi canción es JAH Jehová,
quien ha sido salvación para mí. Sacaréis con gozo aguas de las fuentes de la
salvación. Y diréis en aquel día: Cantad a Jehová, aclamad su nombre, haced
célebres en los pueblos sus obras, recordad que su nombre es engrandecido. Cantad salmos a Jehová, porque ha hecho cosas
magníficas; sea sabido esto por toda la tierra.
Regocíjate y canta, oh moradora de Sion; porque grande es en medio de ti
el Santo de Israel”.
Isaías 12:1-6
INTRODUCCIÓN
De los 66 capítulos del libro del
profeta Isaías, el capítulo 12 es el más corto de todos. Con tan solo seis versículos este capítulo se
caracteriza por el cántico que el profeta entona exaltando y agradeciendo la
grande salvación que nuestro Señor y Dios nos ofrece. Isaías se ha ganado el
nombre del quinto evangelio, por su carácter mesiánico y la presentación de las
buenas nuevas de salvación, y en este pequeño capítulo vemos por lo menos
cuatro motivos por los cuales debemos agradecerle a Dios por su grande
salvación.
Motivos para agradecer su salvación |
I.
PRIMER
MOTIVO: NO NOS HA TRATADO SEGÚN NUESTRAS OBRAS SINO SU GRAN MISERICORDIA.
“En aquel día dirás: Cantaré a ti, oh
Jehová; pues aunque te enojaste contra mí, tu indignación se apartó, y me has
consolado”.
La
primera razón por la cual debemos agradecer a Dios por su grande salvación es
porque no nos ha pagado conforme a nuestras iniquidades. Como pecadores merecemos pagar por nuestras
maldades, merecemos ser juzgados por Dios y condenados al infierno,
especialmente porque muchos ni siquiera consideramos al Señor en nuestras
vidas, pero en lugar de eso nos considera según su gran misericordia y por eso
Isaías dice: pues
aunque te enojaste contra mí, tu indignación se apartó, y me has consolado.
Muchos dicen que en el Antiguo Testamento solo ven a un Dios terrible que
castiga al pecador y el cual solo provoca terror; pero eso no es así. Aquí
vemos un versículo que nos enseña lo contrario, y de hecho gran parte del
contenido de este libro nos muestra el plan de salvación que proviene de un Dios
de compasión y por esto Pablo lo llama Padre de misericordias y Dios de toda
consolación: “Bendito
sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios
de toda consolación, el cual nos
consuela en todas nuestras tribulaciones…”, (2 Corintios 1:3-4).
II.
SEGUNDO
MOTIVO: NOS HA OTORGADO GRANDE SALVACIÓN.
“He aquí Dios es salvación mía; me aseguraré
y no temeré; porque mi fortaleza y mi canción es JAH Jehová, quien ha sido
salvación para mí”.
La segunda razón por la cual debemos
agradecer a Dios es por la gran salvación que nos ofrece. Esta salvación no
proviene de la promesa de ningún hombre o ángel, sino del Dios Omnipotente: He aquí Dios es
salvación mía. La salvación que Jesucristo nos ofrece no solo
promete perdonar nuestros pecados, sino nos salva de sus terribles
consecuencias y del infierno en la eternidad. En este sentido su salvación es
completa y no hay nadie capaz de ofrecernos algo semejante. Su salvación es tan
grande que nos da seguridad y por ello Isaías dice: me aseguraré y no temeré; porque mi fortaleza y
mi canción es JAH Jehová, quien ha sido salvación para mí. Dios pudo
haber tomado la decisión de hacernos pagar por nuestros pecados, pero en lugar
de eso decidió enviar a su Hijo para que sobre Él recayera el castigo por
nuestras maldades: “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para
que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él”, (2 Corintios
5:21). Lo único que tenemos que hacer es arrepentirnos de nuestros pecados y
recibirlo como el Señor y Salvador de nuestras vidas.
III.
TERCER
MOTIVO: SACIA NUESTRA ALMA.
“Sacaréis con gozo aguas de las fuentes de
la salvación. Y diréis en aquel día: Cantad a Jehová, aclamad su nombre, haced
célebres en los pueblos sus obras, recordad que su nombre es engrandecido”.
El
tercer motivo por el cual debemos agradecer al Señor es porque una vez nos
salva de nuestros pecados sacia nuestra alma para que no tengamos necesidad de
nada. La vida en Cristo Jesús es satisfactoria. En el mundo el hombre vive con
necesidades, y en su desesperación busca la forma de como saciarla, pero nada
de lo que el mundo ofrece puede saciarla
completamente; pero la vida que Dios ofrece trae gozo a nuestra alma cuidando
de todas nuestras necesidades y ofreciéndonos una vida con propósito y por ello
el profeta alaba al Señor por saciar la sed de su alma con las aguas de su
salvación: Sacaréis
con gozo aguas de las fuentes de la salvación. Y diréis en aquel día: Cantad a
Jehová, aclamad su nombre, haced célebres en los pueblos sus obras, recordad
que su nombre es engrandecido. La satisfacción de las necesidades básicas del hombre como la
seguridad, vivienda, alimentación, educación, afiliación, salud, etc., son indispensables para el desarrollo
humano, y que bueno es saber que Cristo nos ofrece todo esto y mucho más: “El ladrón no viene
más que a robar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y la
tengan en abundancia”, (Juan 10:10).
IV.
CUARTO
MOTIVO: HA HECHO COSAS MAGNIFICAS EN NUESTRA VIDA.
“Cantad salmos a Jehová, porque ha hecho
cosas magníficas; sea sabido esto por toda la tierra. Regocíjate y canta, oh moradora de Sion;
porque grande es en medio de ti el Santo de Israel”.
Finalmente,
la cuarta razón por las cuales agradecerle a Dios por su increíble salvación es
porque también promete glorificarse en nuestras vidas bendiciéndonos y haciendo
cosas grandes y maravillosas. El Señor en su gran bondad solo tiene
pensamientos de bien para cada uno de nosotros y por eso llama constantemente
al hombre a dejar su vida de pecado y convertirse a Él para que goce de todas
sus bondades: “Buscad
a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. Deje
el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová,
el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en
perdonar. Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros
caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra,
así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que
vuestros pensamientos”, (Isaías 55:6-9). Nosotros podemos creer que
sabemos lo que necesitamos, tenemos planes y pensamos que son los mejores, pero
lo cierto es que los planes de Dios para nuestras vidas son los mejores y lo
único que necesitamos es acercarnos a Él y permitir que su voluntad se cumpla
en nuestra vida.
CONCLUSIÓN.
A través del capítulo 12 podemos
llegar a comprender que hay muchos motivos para agradecerlo a Dios por la gran
salvación que nos ofrece a todos los pecadores, especialmente porque no nos
trata según nuestras obras, sino según su gran misericordia y nos salva de las
consecuencias de nuestros pecados a través del sacrificio de su hijo Jesús.
Mi ayuda a entender mejorla palabra de Dios,es de gran ayuda
ResponderBorrarDios los bendiga.
ResponderBorrarBendiciones
ResponderBorrarDios es nuestra salvación, su amor por nosotros no tiene limites .Confiemos en él.
ResponderBorrarhoy el día de gracia le agradezco a Dios por su misericordia en mi vida Dios bendiga mucho al maestro que hizo este explicación de Isaías 12 amén
ResponderBorrarQue gran ayuda para entender el capítulo. Muy claro y de altísima calidad!
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