“Yéndose luego David de allí, huyó a la cueva de Adulam; y cuando
sus hermanos y toda la casa de su padre lo supieron, vinieron allí a él. Y se
juntaron con él todos los afligidos, y todo el que estaba endeudado, y todos
los que se hallaban en amargura de espíritu, y fue hecho jefe de ellos; y tuvo
consigo como cuatrocientos hombres”.
1 Samuel 22:1-2
INTRODUCCIÓN
Aquí encontramos una historia bíblica que tiene un gran paralelo con lo
que Cristo puede hacer en nuestras vidas. Estos versículos nos ubican en un
momento de gran tristeza y dificultad para David. David había sido ungido por el
profeta Samuel para ser el próximo rey de Israel y cualquiera hubiese creído
que un gran futuro le esperaba, pero realmente no fue así ya que esto había traído
los celos de Saúl, el actual rey, quien en su furor lo persiguió para matarlo
obligando a David a huir como un delincuente. Durante su huida se refugió en
una cueva y cuando su familia se entero fue allí a consolarlo. No obstante,
estando allí se le unieron 400 hombres entre los cuales habían personas afligidas
y amargas de espíritu, personas endeudadas, y en general todos eran hombres que
habían sufrido el desprecio de su sociedad. Todos estos afligidos lo hicieron
su jefe.
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Esperanza para los afligidos |
I.
LA SITUACIÓN PRECARIA
DE LOS 400 HOMBRES QUE SE LE UNIERON A DAVID.
De alguna forma estos
400 hombres se encontraban en una situación
de gran angustia y habían tenido que salir huyendo de sus comunidades, ya sea
por deudas, o estafas o errores que ellos mismos habían cometido, pero cuando
oyeron que David se encontraba escondido en una cueva decidieron ir y buscar
refugio en él. Con el pasar del tiempo estos hombres se convirtieron en sus
guerreros personales y cuando David fue ascendido al trono después de la muerte
de Saúl, ellos se convirtieron en sus principales generales y funcionarios de
gobierno habiendo quedado atrás toda su amargura. Para este tiempo David era
visto por muchos como un criminal insignificante que era perseguido y
despreciado por muchos, pero mucho tiempo después Dios lo levantaría convirtiéndolo
en el nuevo rey de Israel, y obviamente, aquellos hombres que fueron vistos con
desprecio por los demás y que estaban en gran angustia y amargura se
convirtieron en principales en el reino.
II.
HOY EN DÍA EXISTEN
MUCHOS AFLIGIDOS Y AMARGADOS POR CAUSA DE UN MUNDO INJUSTO.
Hoy en día por causa
de la maldad existen muchas personas afligidas y amargadas de espíritu, muchos
se encuentran lejos de Dios por causa de sus pecados. Vivimos en un mundo donde
el más fuerte se impone sobre el débil, un mundo de injusticia social donde
hasta las autoridades fiscales se encuentran afectadas por la corrupción. Todo
esto puede provocar angustia, odio, tristeza, resentimiento y muchos
sentimientos parecidos que hacen de la persona infeliz. La pregunta seria, ¿cómo
ser felices en un mundo de injusticia y maldad, especialmente si pertenecemos a
la parte de la sociedad que carece de posibilidades económicas y oportunidades?
Bueno pues, esta historia bíblica nos ofrece un buen paralelo con la condición precaria
del hombre y la obra restauradora que Cristo puede hacer en nosotros.
III.
LA ESPERANZA QUE
CRISTO NOS OFRECE.
“El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para
dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de
corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en
libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor”.
Lucas 4:18-19
En aquel entonces
muchos despreciaban a David ignorando que había sido ungido como el nuevo rey
de Israel, de igual forma hoy nuestro Señor Jesús fue ungido por el Padre para
convertirse en el Salvador y futuro Rey, no solo de Israel sino de todo el
mundo, pero como a David, muchos no le dan importancia y hasta lo desprecian: me ha ungido para
dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de
corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en
libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor. Sin
embargo, hoy en día Jesús hace una invitación a todos aquellos que se
encuentran en angustia y promete darles descanso:
“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros,
y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para
vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga”.
Mateo 11:28-29
Como
aquellos hombres afligidos que buscaron a David para hallar su descanso, así nosotros
podemos hoy buscar a Jesús y Él nos dará el perdón de nuestros pecados y el
descanso que nuestra alma tanto anhela encontrar.
IV.
UN DÍA LOS
DESPRECIADOS DE ESTE MUNDO REINAREMOS CON CRISTO.
De igual forma, así
como un día estos hombres depreciados se convirtieron en los principales del
reino de Israel, así también nosotros, los que creamos en Jesús, seremos
recompensados con la vida eterna y el reino venidero. Un día los que lloran serán
consolado, los afligidos serán alegrados, los que tienen hambre y sed de
justicia serán saciados y todos aquellos soberbios que hoy lo tienen todo serán
desposeídos de todas sus cosas y enfrentaran el juicio eterno.
“Y alzando los ojos hacia sus discípulos, decía: Bienaventurados
vosotros los pobres, porque vuestro es el reino de Dios. Bienaventurados los
que ahora tenéis hambre, porque seréis saciados. Bienaventurados los que ahora lloráis,
porque reiréis. Bienaventurados seréis cuando los hombres os aborrezcan, y
cuando os aparten de sí, y os vituperen, y desechen vuestro nombre como malo,
por causa del Hijo del Hombre. Gozaos en aquel día, y alegraos, porque he aquí
vuestro galardón es grande en los cielos; porque así hacían sus padres con los
profetas. Mas ¡ay de vosotros, ricos!
porque ya tenéis vuestro consuelo. ¡Ay de vosotros, los que ahora estáis
saciados! porque tendréis hambre. ¡Ay de vosotros, los que ahora reís! porque
lamentaréis y lloraréis. ¡Ay de vosotros, cuando todos los hombres hablen bien
de vosotros! porque así hacían sus padres con los falsos profetas.
Lucas 6:20-26
Ahora
el mundo no nos conoce y a lo mejor somos despreciados, pero un día se
manifestara lo que realmente seremos y reinaremos con Cristo para siempre.
“Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados
hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él. Amados,
ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero
sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos
tal como él es. Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí
mismo, así como él es puro”.
1 Juan 3:1-3
CONCLUSIÓN.
Un día David fue
despreciado por muchas personas sin saber que él era el hombre quien había sido
ungido como el próximo rey de Israel, y 400 hombres afligidos de espíritu se le
unieron buscando consuelo sin saber que años más adelante se convertirían en
los principales generales y funcionarios del reino al convertirse David en el
nuevo rey. De igual forma hoy el Padre ha ungido a Jesús como el Salvador del
mundo y futuro rey de este mundo y todos aquellos que en esta vida lo buscan
encuentran no solo el perdón de sus pecados sino también el descanso de su alma
y en la eternidad heredaran el reino de Dios.
Hermoso mensaje es de gran bendición
ResponderBorrarmuy buen mensaje
ResponderBorrarExcelente explicación, gracias por nuestro Rey JESUS
ResponderBorrarmuy buen mensaje de mucha bendicion ,y gran ayuda para seguir en este camino ,manteniendo la mirada en cristo .
ResponderBorrar¿por que? los afligidos y endeudados iban a la ciudad de gat
ResponderBorrar¿que era esa ciudad?
¿a todos los afligidos y endeudados de todas las ciudades se las enviaban a gat?
¿era una ciudad de recapacitacion? estas son mis preguntas
Dios lo bendiga, según encontramos en la Biblia fue en el capítulo 27 de 1 Samuel donde vemos que David se fue a Gat, una de las 5 ciudades estados de los filisteos con el fin de huir de las persecuciones de Samuel
BorrarExcelente explicación , así cómo esos cuatrocientos hombres se identificaron con David, así el verdadero pueblo de Dios hoy se identifica con el despreciado mesías jesucristo y estamos con el
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