“Y vino palabra de Jehová
a Zacarías, diciendo: Así habló Jehová de los ejércitos, diciendo: Juzgad
conforme a la verdad, y haced misericordia y piedad cada cual con su hermano;
no oprimáis a la viuda, al huérfano, al extranjero ni al pobre; ni ninguno
piense mal en su corazón contra su hermano. Pero no quisieron escuchar, antes
volvieron la espalda, y taparon sus oídos para no oír; y pusieron su corazón
como diamante, para no oír la ley ni las palabras que Jehová de los ejércitos
enviaba por su Espíritu, por medio de los profetas primeros; vino, por tanto,
gran enojo de parte de Jehová de los ejércitos”.
Zacarías 7:8-12
INTRODUCCIÓN
Se dice que una
enfermedad es una alteración leve o grave del funcionamiento normal de un
organismo o del cuerpo lo cual provoca que este no se desempeñe bien y en
ocasiones que sufra. De manera metafórica podríamos decir que este mundo está
enfermo ya que si bien es cierto Dios lo creo perfecto, hoy en día el pecado lo
ha corrompido. Este mundo que habitamos se encuentra enfermo de tanta maldad y agoniza
en espera de su restauración, así lo declaran las Escrituras: “Porque el anhelo
ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios. Porque
la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa
del que la sujetó en esperanza; porque también la creación misma será libertada
de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Porque
sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto
hasta ahora”, (Romanos 8:19-22). Hoy en día vasta volver a ver todas
las injusticias y pecados terribles que se practican para ver como la maldad
corrompe y ensucia la hermosa creación que Dios creo perfecta, como una
terrible enfermedad terminal este mundo padece como un enfermo. En Zacarías
vemos como Israel es exhortado a ser una nación justa y temerosa de Dios porque
fueron sus pecados pasados los que provocaron su ruina. Si vemos detenidamente
podemos encontrar al menos tras enfermedades que hoy en día pueden estar
afectando a nuestro mundo tal y como lo hicieron con Israel.
Un mundo enfermo |
I. UN MUNDO ENFERMO DE INJUSTICIA SOCIAL.
“Y
vino palabra de Jehová a Zacarías, diciendo: Así habló Jehová de los ejércitos,
diciendo: Juzgad conforme a la verdad, y haced misericordia y piedad cada cual
con su hermano; no oprimáis a la viuda, al huérfano, al extranjero ni al pobre;
ni ninguno piense mal en su corazón contra su hermano”.
En primer lugar, este
mundo está enfermo de injusticia social. Una de las razones por las cuales Dios
recrimino a su pueblo Israel fue por la injusticia social que había en su
nación. Por ello en Zacarías Dios le pedía que ejercieran la justicia con
verdad, el hacer misericordia con su prójimo, a no oprimir a los más
necesitados y no pensar en hacerle daño a nadie. Hoy en día vivimos en un mundo
lleno de injusticia, donde los funcionarios y autoridades no ejercen la ley a
favor de los pobres, donde no existe piedad ni misericordia en las calles al
ver tanto homicidios y delitos que día a día se comente, un mundo donde los
pobres no tienen oportunidades y son oprimidos por los fuertes impuestos, un
mundo donde el corazón de las personas está lleno de tanta maldad. Dios
aborrece toda injusticia social y hoy en día nuestra sociedad está contaminada
con este mal: “El
que justifica al impío, y el que condena al justo, ambos son igualmente
abominación a Jehová”, (Proverbios 17:15).
II. UN MUNDO ENFERMO DE SORDERA ESPIRITUAL.
“Pero
no quisieron escuchar, antes volvieron la espalda, y taparon sus oídos para no
oír…”
En segundo lugar, este
mundo está enfermo de sordera espiritual. Hoy en día vivimos en medio de una
sociedad que no atiende la palabra de Dios, consientes muchos de sus pecados
hacen caso omiso de ella para seguir en sus maldades y no convertirse a Dios.
Este terrible mal realmente es provocado por Satanás: “Pero si nuestro evangelio está aún encubierto,
entre los que se pierden está encubierto; en los cuales el dios de este siglo
cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz
del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios”,
(2 Corintios 4:3-4). Una terrible ceguera espiritual ha sido provista por parte
del diablo para que esta humanidad no vea la realidad de su pecado y escapa de
él y esto realmente es muy grave porque si la persona llega a morir en este
estado su alma partirá directo al infierno. Por esta razón la iglesia del Señor
tiene que seguir realizando su obra evangelizadora especialmente porque en
estos últimos tiempos las personas no toleraran el mensaje de verdad sino que
preferirán un mensaje más positivo que los haga sentir bien pero que los
conducirá a la condenación eterna: “Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina,
sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus
propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las
fábulas”, (2 Timoteo 4:3-4).
III. UN MUNDO ENFERMO DE TODO SU CORAZÓN.
“…
y pusieron su corazón como diamante, para no oír la ley ni las palabras que
Jehová de los ejércitos enviaba por su Espíritu, por medio de los profetas
primeros; vino, por tanto, gran enojo de parte de Jehová de los ejércitos”.
En general, este mundo
está enfermo de todo su corazón. Realmente, el mayor problema del hombre está
en su corazón porque este es malo. Aunque para la ciencia el corazón no es más
que una enorme musculo que bombea la sangre hacia todas las partes del cuerpo,
en la Biblia se nos dice que este es aquella parte del hombre donde nacen todas
las intenciones y sentimientos del hombre, de tal forma que si este es malo,
todas sus acciones también lo serán. Por eso Proverbios dice que dependiendo de
como sea el corazón del hombre así será este en su exterior: “Como en el agua el
rostro corresponde al rostro, así el corazón del hombre al del hombre”,
(Proverbios 27:19). De allí que la Biblia nos pida que cuidemos de él: “Sobre toda cosa
guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida”, (Proverbios
4:23). Ahora bien el problema con tener un mal corazón es que de él manan todas
las obras de la carne: “Porque del corazón salen los malos pensamientos, los
homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios,
las blasfemias”, (Mateo 15:19). Y con el tiempo el corazón del
hombre se vuelve insensible a la palabra de Dios ya que se endurece
completamente: y
pusieron su corazón como diamante, para no oír la ley ni las palabras que
Jehová de los ejércitos enviaba por su Espíritu, por medio de los profetas
primeros; vino, por tanto, gran enojo de parte de Jehová de los ejércitos.
Y este endurecimiento trae la condenación eterna para el hombre: “Esta es, pues, la
parábola: La semilla es la palabra de Dios.
Y los de junto al camino son los que oyen, y luego viene el diablo y
quita de su corazón la palabra, para que no crean y se salven”,
(Lucas 8:11-12). Por tanto, podemos ver como el endurecimiento del corazón es
el mayor de los problemas de ser humano ya que debido a él no obedece la
palabra de Dios, no abandona sus pecados y va rumbo a la condenación eterna.
CONCLUSIÓN.
Si nos damos cuenta
vivimos en un mundo lleno de injusticia social, un mundo que ha cerrado sus
oídos a la palabra de Dios y se deleita en la maldad provocando mucho
sufrimiento y donde el mal corazón del hombre es la causa raíz de todo. Sin
embargo, Dios nos ofrece esperanza y nos promete hacernos resplandecer aun en
medio de tantas tinieblas: Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria
de Jehová ha nacido sobre ti. Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra,
y oscuridad las naciones; mas sobre ti amanecerá Jehová, y sobre ti será vista
su gloria, (Isaías 60:1-2). Solamente Cristo puede transformar
nuestra vida y ayudarnos en este mundo enfermo de tanta maldad, por ello
debemos huir de él y entregar nuestra vida a Cristo Jesús.
Maravilloso mensaje
ResponderBorrarGracias por tan clara verdad bendiciones para ustedes hermanos en Cristo Jesús.
ResponderBorrarBella palabra para estos tiempos
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