El Concepto Bíblico de Pecado



“Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley”.
1 Juan 3:4

INTRODUCCIÓN


                La Biblia es clara al enseñarnos que todos hemos pecado y de alguna manera da su propia definición: Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley. Hasta el momento ha quedado claro que el pecado es real y hemos desmentido muchos conceptos y teorías erróneas en cuanto a él; sin embargo, cual es el verdadero concepto bíblico de pecado. El diccionario Bíblico Nelson lo traduce de la siguiente manera: “Junto con el concepto de la salvación, el concepto del pecado se manifiesta a través de toda la Biblia, y constituye la antítesis del amor redentor de Dios, el cual las Escrituras proponen como su tesis principal. Pecado es aquel poder misterioso primordial que se opone por naturaleza a Dios y a su buena voluntad para con el hombre, así como también todo el conjunto de manifestaciones y consecuencias trágicas del mismo”. Lewis Sperry Chafer lo define así: “el pecado es cualquier falta de conformidad al carácter de Dios, ya sea en obra, disposición o estado”. Charles Ryrie nos dice: “el pecado es errar el blanco, maldad, rebelión, iniquidad, extraviarse, perversidad, andar errante, impiedad, crimen, andar fuera de la ley, transgresión, ignorancia, y ofensa”.  Ahora bien, la palabra pecado y sus derivadas como iniquidad, impiedad, maldad, transgresión, deseos de la carne, entre otros, provienen de una serie de palabras tanto hebreas como griegas que al considerar sus significados etimológicos nos enriquecen aún más la naturaleza de este. En esta sección consideraremos las diferentes palabras, tanto en hebreo como en griego que se traducen en nuestras Biblias como pecado, así como sus significados.

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El Concepto Bíblico de Pecado


PALABRAS DEL ANTIGUO TESTAMENTO TRADUCIDAS COMO PECADO


                El Antiguo Testamento fue escrito en hebreo en su totalidad, con unas pocas excepciones encontramos unas partes en arameo. En este idioma podemos identificar al menos ocho palabras en hebreo que se traducen en nuestras Biblias como pecado o sus palabras sinónimas. Estudiemos el significado etimológico de estas palabras con el fin de comprender la naturaleza del pecado.

Kjatá


              La primera palabra hebrea que consideraremos es kjatá (חָטָא) la cual es la palabra básica que se usa en el Antiguo Testamente y se traduce como pecado apareciendo cerca de 683 veces. Etimológicamente, kjatá puede traducirse como “errar el blanco”, y en este sentido, el pecado es errar el blanco correcto, es decir, tomar un rumbo equivocado que solo nos llevara al fracaso o destrucción. La palabra de Dios es nuestra guía para no perdernos por el camino equivocado que es el pecado, por eso el Señor le dijo a Moisés: “Y Moisés respondió al pueblo: No temáis; porque para probaros vino Dios, y para que su temor esté delante de vosotros, para que no pequéis (kjatá), (Éxodo 20:20). Ese no pequéis es kjatá, y Dios probaba a su pueblo Israel para que aprendieran a temerle y no erraran el blanco yéndose por el camino de la idolatría. Así es el pecado, es todo aquello que nos hace errar el camino de la santidad y nos aleja de Dios conduciéndonos al fracaso y condenación eterna.

            Rah


              La palabra hebrea rah (רַע) se traduce como malo, maligno, malvado o terrible, y en cuanto a su significado etimológico los eruditos no están del todo seguro el origen de su raíz. Algunos creen que esta palabra deriva de otra que es ratsats que significa quebrar o destruir, y de allí que muchos afirmen que rah haga referencia a las consecuencias destructivas de practicar el pecado. En este sentido la maldad o el ser malo es una consecuencia de practicar el pecado, y esta maldad trae dolor, sufrimiento y destrucción, y por ende, el pecado es todo lo malo que se realiza lo cual trae sufrimiento y dolor a la vida de los seres humanos. Uno puede ver como en la Biblia se uso esta palabra para denotar tal cosa: “Entonces todos los malos (rah) y perversos de entre los que habían ido con David, respondieron y dijeron: Porque no fueron con nosotros, no les daremos del botín que hemos quitado, sino a cada uno su mujer y sus hijos; que los tomen y se vayan”, (1 Samuel 30:22). Podemos ver el pecado en estos hombres malos y perversos que se describen con la palabra hebrea rah,  los cuales por su egoísmo y soberbia no querían compartir el botín que Daniel y los otros hombres que le acompañaban habían conquistado al vencer a sus enemigos. Esta actitud pecaminosa era dañina ya que dejaba sin sus bienes a aquellos que por el cansancio no había podido acompañar al resto, y eso es el pecado, algo dañino y destructivo. Otro pasaje donde aparece la palabra hebrea rah es este: “Y Jacob respondió a Faraón: Los días de los años de mi peregrinación son ciento treinta años; pocos y malos  (rah) han sido los días de los años de mi vida, y no han llegado a los días de los años de la vida de mis padres en los días de su peregrinación”, (Genesis 47:9). En este caso Jacob le dice a faraón que los días de sus años han sido pocos y malos (rah), y esta palabra “malo” hace referencia a todas sus amargas experiencias que le han provocado dolor. Si uno considera la vida de Jacob se dará cuenta que el pecado de engañar a su padre le costo caro ya que durante toda su vida sufrió siendo engañado, primero por su suegro Labán, y posteriormente por sus hijos al decirle que su hijo Jose había sido devorado por una fiera salvaje. Como vemos el concepto de rah está asociado con el daño o perjuicio que el pecado provoca y por consecuencia el pecado trae dolor y sufrimiento a la vida del ser humano.

            Pashá


              Otra de las palabras hebreas utilizadas en el contexto de pecado es pashá (פָּשַׁע), la cual generalmente se traduce como rebelarse, y en otras veces se traduce como transgresión. Esta palabra tiene una connotación de revelarse o infringir la ley, y en este sentido el pecado es revelarse en contra de Dios al transgredir sus mandamientos. Por ejemplo, esta palabra es utilizada en el contexto de revelarse en contra de alguien: “Pero muerto Acab, el rey de Moab se rebeló (pashá) contra el rey de Israel”, (2 Reyes 3:5). En Isaías también es utilizada para referirse a la rebelión de Israel hacia Dios: “Oíd, cielos, y escucha tú, tierra; porque habla Jehová: Crie hijos, y los engrandecí, y ellos se rebelaron (pashá) contra mí”, (Isaías 1:3). Por tanto, el pecado es revelarse en contra de Dios.

Áwen


              Otra palabra hebrea utilizada en el Antiguo Testamento es Awen, la cual generalmente se traduce como iniquidad, vanidad o dolor. Etimológicamente áwen (אָוֶן) significa la ausencia de todo lo que tiene valor, y en este sentido el pecado es todo aquello que tiene ausencia de valor en la vida, es iniquidad, es decir, la falta de equidad o justicia en la vida. En Miqueas encontramos esta palabra: “¡Ay de los que en sus camas piensan iniquidad (áwen) y maquinan el mal, y cuando llega la mañana lo ejecutan, porque tienen en su mano el poder!”, (Miqueas 2:1). Aquí vemos como la Biblia condena a aquellos hombres que maquinan iniquidades en su cama, es decir, planean hacer injusticias a los demás, y esto es pecado. Por tanto, el pecado es iniquidad, es decir, falta de equidad, totalmente carente de valor y justicia.

              Shagá


              La palabra hebrea shagá (שָׁגָה) es utilizada en el contexto de señalar el error que hay en el pecado, y en este sentido el pecado lleva a las personas a cometer serios y terribles errores en su vida. En Números aparece esta palabra en el siguiente contexto bíblico: “Y cuando errareis (shagá), y no hiciereis todos estos mandamientos que Jehová ha dicho a Moisés”, (Números 15:22). Por tanto, vemos como el cometer pecado nos hace cometer el error de desobedecer a Dios.

              Ashám


              Otra palabra hebrea utilizada para designar al pecado es ashám (אָשָׁם), la cual está relacionada con la culpa que el practicar el pecado trae a los seres humanos. En este sentido, pecado son todas aquellas acciones malas que el hombre practica y que trae culpabilidad a su alma. Encontramos ashém en este pasaje: “Y Abimelec dijo: ¿Por qué nos has hecho esto? Por poco hubiera dormido alguno del pueblo con tu mujer, y hubieras traído sobre nosotros el pecado (ashém), (Génesis 26:10). En este sentido el pecado que Abimelec iba a cometer iba a traer gran culpabilidad sobre todos ellos. en Levítico aparece esta palabra haciendo referencia a la culpabilidad que Israel pudiese tener por haber violado los mandamientos de Dios: “Si toda la congregación de Israel hubiere errado (shagá), y el yerro estuviere oculto a los ojos del pueblo, y hubieren hecho algo contra alguno de los mandamientos de Jehová en cosas que no se han de hacer, y fueren culpables (ashém); luego que llegue a ser conocido el pecado (kjatá) que cometieren, la congregación ofrecerá un becerro por expiación, y lo traerán delante del tabernáculo de reunión”, (Levíticos 4:13-14). Vemos aquí como el cometer pecado no solo los desvía de la voluntad de Dios sino los hace culpables delante de Él y por tanto, su pecado debe ser expiado.

              Rashá


            Otra de las palabras hebreas que aparecen en el Antiguo Testamento para hacer referencia al pecado es rashá (רָשָׁע), la cual se traduce como impía y etimológicamente significa hacer todo lo malo y opuesta a la voluntad de Dios, y en este sentido, pecado seria hacer todo lo opuesto a la voluntad de Dios. En Proverbios se nos dice: “Abominación es a Jehová el camino del impío (rashá); más él ama al que sigue justicia”, (Proverbios 15:9). Aquí el impío es alguien que ha torcido su camino para seguir una vida completamente alejada de Dios y esto es abominación a los ojos del Señor.

              Taá


Finalmente, tenemos a taá, la cual es una palabra hebrea cuyo significado etimológico nos sugiere a una persona que se ha apartado o descarriado del camino correcto. Por tanto, el pecado es estar descarriado de los caminos de Dios. En el libro de los Salmos tenemos un ejemplo donde aparece esta palabra: “Se apartaron los impíos (rashá) desde la matriz; se descarriaron (taá) hablando mentira desde que nacieron”, (Salmo 58:3). Vemos como aquí la Biblia hace referencia a que los impíos están totalmente descarriados de la voluntad de Dios.

PALABRAS DEL NUEVO TESTAMENTO TRADUCIDAS COMO PECADO


                   El Nuevo Testamento está constituido por 27 libros los cuales fueron escritos en griego. al igual que en el Antiguo Testamento aquí se usan más de una palabra para referirse al pecado o sus variantes las cuales al ser consideradas desde su significado etimológico nos ayudan a comprender mejor su naturaleza. Estudiemos entonces estas palabras.

              Jamartía


La palabra griega que se usa con mayor frecuencia y que se traduce como pecado es jamartía (ἁμαρτία), y literalmente significa errar el blanco, mismo significado que se le da a su equivalente en su palabra hebrea en el Antiguo Testamento. Myer Pearlman nos dice: “el vocablo empleado con más frecuencia para describir el pecado significa errar el blanco, transmite o comunica las siguientes ideas: (1) Errar el blanco, como un arquero errático que arroja la flecha, pero yerra. De igual manera el pecado yerra el verdadero blanco u objetivo de la existencia. (2) Errar el camino, como el viajero que se ha desviado de la senda o carretera. (3) Ha sido hallado falto cuando ha sido pesado en la balanza de Dios”. Esta palabra jamartía es la que generalmente se traduce como pecado en el Nuevo Testamento: “¿Qué, pues? ¿Somos nosotros mejores que ellos? En ninguna manera; pues ya hemos acusado a judíos y a gentiles, que todos están bajo pecado (jamartía), (Romanos 3:9). Como su significado en el Antiguo Testamento, jamartía nos enseña que el pecado es errar el blanco perfecto, es desviarse del camino correcto e ir rumbo a la destrucción y fracaso.

Sarx


            Otra palabra usada en el griego original es sarx (σάρξ), la cual se traduce en la Versión Reina Valera como los deseos de la carne. Realmente la palabra carne aquí no se refiere al cuerpo humano, ya que para ello se utiliza la palabra es sóma (σῶμα), pero aquí los deseos de la carne nos hablan de los deseos de una naturaleza pecaminosa. El pecado se manifiesta en la naturaleza mala del ser humano el cual lo impulsa a hacer lo malo. La Biblia nos ordena no obedecer a los deseos de nuestra carne: “sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne (sarx), (Romanos 13.14). y todo aquel que busca satisfacer los deseos de la carne termina pecando: “Y manifiestas son las obras de la carne (sarx), que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios”, (Gálatas 5:19-21).

            Asébeia


              Otra palabra que aparece en el Nuevo Testamento y que está relacionada con el pecado es asébeia (ἀσέβεια), y literalmente significa impiedad. La impiedad es en sí pecado, y se usa para referirse a toda aquella actitud que está en contra de la voluntad de Dios. En la Biblia Dios está en contra de toda impiedad: “Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad (asébeia) e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad”, (Romanos 1:18).


              Anomía


            Otra palabra que aparece en el Nuevo Testamento es anomía (ἀνομία) la cual se traduce como iniquidad. Literalmente anomía significa sin ley, y en este sentido el pecado es actuar  sin considerar la ley de Dios. Esta palabra se utiliza para referirse al misterio de maldad que el anticristo ejercerá sobre esta tierra: “Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad (anomía); sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio”, (2 Tesalonicenses 2:7).


            Parábasis



            Otra palabra usada en el griego original es parábasis (παράβασις), la cual se traduce como transgresión. En Romanos se utiliza bastante esta palabra para referirse a la infracción que Adán cometió al violar el único mandamiento que Dios le había establecido: “No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron (jamartía) a la manera de la transgresión (parábasis) de Adán, el cual es figura del que había de venir”, (Romanos 5:14). En este sentido el pecado es transgredir la ley de Dios.

  LA DEFINICIÓN DE PECADO


                Considerando todas estas palabras, tanto hebreas como griegas, podemos decir que el pecado es la transgresión a sus mandamientos la cual nos desvía del camino que nos conduce a la vida eterna, nos convierte en adversarios de Dios y trae castigo a nuestra vida. De forma más sencilla y basándonos en la etimología de la palabra, pecado es errar el blanco, y en su forma más sencilla, pecado es infracción de los mandamientos de Dios: “Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley”, (1 Juan 3:4). Sabemos también que hay una serie de palabras asociadas con el pecado, como lo son: impiedad, iniquidad, maldad, transgresión, deseos de la carne, rebelión o vanidad. El pecado nos aleja de la voluntad de Dios y trae condenación eterna por lo que es menester en la vida del ser humano busca su redención a los pies de Jesucristo: “Porque la paga del pecado es muerte, más la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro”, (Romanos 6:23).


6 comentarios:

  1. Es muy valioso y edificante, tener estas divisiones en idiomas hebreo y griego para poder diferenciar de lo que se está hablando. Dios les bendiga

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  2. Gracias por compartir información valiosa

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  3. muchas gracias muy precisa la infoi

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  4. Bendiciones y Muchísimas Gracias. Justo lo que buscaba! Qué trabajo tan detallado y claro. :))

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  5. que bendicion tan grande que Dios me ha dado. he aprendido muchisimo. Dios lo bendiga.

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