“Entonces Pablo, puesto en pie en medio del Areópago,
dijo: Varones atenienses, en todo observo que sois muy religiosos; porque
pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba
esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Al que vosotros adoráis, pues, sin
conocerle, es a quien yo os anuncio”.
Hechos 17:22-23
La Introducción del Sermón |
“Se ha dicho que las dos partes más importantes del sermón son la introducción y la conclusión. En la introducción obtenemos la atención de los oyentes. En la conclusión llevamos al auditorio al punto decisivo, que es el objetivo de todo sermón, y lo que bien empieza, bien acaba, por lo menos con cierta probabilidad”.
Samuel Vila
Cuando Pablo llego a Atenas dirigió un gran discurso en
el areópago que se destacó desde su inicio. Observando sus costumbre religiosas
se dio cuenta que eran tan devotos de sus deidades que incluso existía un altar
sin nombre dedicado a algún dios que ellos pudiesen desconocer. Tomando ventaja
de esta situación el apóstol Pablo se introdujo de una manera que capto toda su
atención y así desarrollo uno de sus grandes predicaciones: Varones atenienses,
en todo observo que sois muy religiosos; porque pasando y mirando vuestros
santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS
NO CONOCIDO. Al que vosotros adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os
anuncio. No cabe duda que la introducción es clave en todo sermón
para captar la atención de los oyentes, y en este sencillo, se
llama introducción a las primeras palabras de la homilía que se
dirigen al público con el objetivo de conquistar la atención desde el principio
del mensaje. Aunque la introducción es lo primero que se entrega del
contenido del discurso, es la última que el predicador hace. Antes debe
preparar el tema, el texto, las divisiones y subdivisiones, así como la
conclusión, y después por último, teniendo una idea clara de lo que se va a
exponer, dispone todo su talento y tiempo en preparar la mejor introducción que
capte sin necesidad de decirlo la atención del mensaje.
¿CÓMO ELABORAR LA INTRODUCCIÓN DEL SERMÓN?
La elaboración de una buena introducción es clave para
el existo del sermón, de hecho cada elemento de él es importante dedicarle
tiempo y si lo hemos hecho bien lo menos que podemos hacer es honrar nuestro
esfuerzo encontrando una introducción que esté acorde a lo que vamos a hablar y
atrape desde el principio la atención del auditorio. Nunca debemos iniciar
hablando cualquier historia o ilustración solo como excusa para comenzar el
discurso, nuestra introducción deberá ser cuidadosamente escogida y tener una
autentica relación con el mensaje. Veamos algunas sugerencias en cuanto a la
forma de elaborar una buena introducción para un sermón.
1.
Haciendo referencia a un hecho real. Una de las formas de iniciar un sermón es contando
un hecho o incidente de la vida real que tenga relación con el mensaje que se
quiere predicar.
2.
Explicar el origen mismo del sermón. Una forma de empezar con la predicación es
explicando como Dios lo inspiro para llegar a predicar ese sermón. Es
importante que el predicador no abuse de este método ya que si lo usa
constantemente pudiera parecer pretencioso delante de sus oyentes.
3.
Haciendo referencia al contexto de los versículos que se han leído
previamente. Otra
forma es iniciar el discurso explicando el contexto histórico-gramático-cultural
en el cual los versículos del texto se escribieron.
4.
Formulando al auditorio una pregunta. Iniciar el discurso realizando con voz firme y elocuente
una pregunta que haga captar la atención es en ocasiones apropiado para todo
predicador. Esta pregunta tiene como objetivo crear en la mente del oyente una
inquietud que se responderá la final del sermón. Esto provocara la atención
desde el principio.
5.
Citando un dicho, proverbio, poema o ilustración. Es valedero iniciar el mensaje con una ilustración,
poema o proverbio que este directamente relacionado con lo que vamos a hablar y
si se usa con sabiduría y moderación puede lograr su fin.
CARACTERÍSTICAS DE UNA BUENA INTRODUCCIÓN
Ya hemos visto como la introducción constituye una
parte muy importante en el mensaje del predicador, y por ello debe dedicarse
tiempo y esfuerzo al momento de formularla. Una buena introducción debe reunir
ciertas características especialmente porque de ella depende el captar la
atención de la audiencia desde el inicio del sermón, en primer lugar esta debe
presentar un pensamiento íntimamente relacionado con el tema del mensaje.
Nuestras primeras palabras deben ser cuidadosamente escogidas y deben estar en
completa armonía con la idea central que vamos a desarrollar. En segundo lugar esta
debe ser llamativa. El predicador debe poner todo su esfuerzo y
dedicación en encontrar la introducción más llamativa que se ajuste
perfectamente al mensaje que predicara, debe pedir en oración la guía al
Espíritu Santo para cumplir con este requisito. En tercer lugar, la
introducción no debe ser mejor que el mensaje. Una introducción que supere
al mensaje en si resulta en una decepción para nuestros oyentes, ya que se
promete mucho y se recibe poco, por tanto, una buena introducción no debe
prometer demasiado. En cuarto lugar, debe ser breve. No es recomendable
que la introducción sea muy extensa ya que cansaran los oídos de los oyentes y
robara la atención que se necesita para el mensaje central.
Felicidades y gracias por este estudio
ResponderBorrarGracia meacido de gracia me ácido de mucha ayuda Dios les bendiga saludé
ResponderBorrarmeencata mucno labibia emuiipotate lela aiqueagradecelea dioa
ResponderBorrarexelente informacion homiletico, que Dios les bendiga
ResponderBorrararnulfo guerrero muy bien hermano
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