“Abre mis ojos, y miraré las maravillas de
tu ley”.
Salmo 119:18
INTRODUCCIÓN
La
Biblia es declarada la palabra de Dios y es la forma favorita del Señor de
hablarle al hombre en estos postreros días. Los 39 artículos de fe de la
Iglesia de Inglaterra dice: “La Sagrada Escritura contiene todas las cosas necesarias
para la salvación, de manera que todo lo
que no se dice en ella, ni puede ser demostrado por ella, no debe ser requerido
por ningún hombre, que deba ser creído como artículo de fe, ni ser considerado
preciso ni necesario para la salvación”. Por tanto, en ella es donde
se encuentran escondidos los grandes misterios de nuestro Señor y como el
salmista deberíamos pedirle a Dios el entendimiento para conocerlos: “Abre mis ojos, y
miraré las maravillas de tu ley”, (Salmo 119:18). Sin
embargo, hay cuatro términos que no debemos confundir al momento de su estudio.
Estos son la revelación, la inspiración, la iluminación e interpretación.
Veamos en que consiste cada uno.
La Biblia: Revelada,inspirada,iluminada e interpretada |
LA REVELACIÓN
“Ahora, pues, oh
Israel, oye los estatutos y decretos que yo os enseño, para que los ejecutéis,
y viváis, y entréis y poseáis la tierra que Jehová el Dios de vuestros padres
os da. No añadiréis a la palabra que yo os mando, ni disminuiréis de ella, para
que guardéis los mandamientos de Jehová vuestro Dios que yo os ordeno”.
Deuteronomio 4:1-2
La
palabra revelación es de origen latino que significa develar, y a su vez proviene
del griego apokalupsis (ἀποκάλυψις) que significa
“descubrir o revelar”, es decir, “retirar el velo o cubierta de algo que está
oculto”. La revelación significa la proclamación de la misma palabra de
Dios la cual se encuentra registrada en el canon bíblico. Esta revelación
involucra todo lo concerniente a lo que Dios ha querido mostrarnos respecto a
su misma persona y obras. Respecto a esto J. Oliver Bruswell Jr. dice: “La doctrina de
la revelación, en la teología cristiana, es que Dios se ha dado a conocer al
hombre así como las verdades pertinentes a sí mismo”. Si consideramos
esta definición, podemos concluir que ya no hay más revelación aparte de la
Biblia. Lo que Dios ha dicho a quedado registrado en su palabra por lo que no
se espera que exista otra revelación aparte de esta. En Deuteronomio 4:1-2 el
Señor advierte lo grave que es añadir o disminuir a esta palabra, tal y como
algunas sectas como los mormones o testigos de Jehová han hecho. El libro de
Apocalipsis arroja una maldición para aquellos que se atrevan a quitar o
agregar a las palabras de su profecía: “Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la
profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él
las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quitare de las
palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la
vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro”,
(Apocalipsis 22:18-19).
LA INSPIRACIÓN
“Toda la Escritura es
inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para
instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente
preparado para toda buena obra”.
2 Timoteo 3:16-17
El
segundo término que debemos conocer es la palabra inspiración. La inspiración
de las Sagradas Escrituras no es un término teológico que los eruditos han
creado, más bien es una doctrina que la misma Biblia enseña. Lewis Sperry
Chafer la define de la siguiente manera: “La inspiración de la Biblia se define como una enseñanza
que Dios ha impartido directamente a sus autores y que, sin destruir ni anular
su propia individualidad, su estilo literario o intereses personales, Dios ha
transmitido en la misma su completo e íntimo pensamiento, y así ha quedado
registrado por sus autores humanos”. En este sentido la inspiración
es la influencia del Espíritu Santo sobre los autores humanos para que
escribiesen lo que Dios desea decir, sin anular su estilo literario. Por tanto,
la revelación y la inspiración son dos conceptos completamente diferentes pero
complementarios. La revelación el en si la palabra de Dios, pero la inspiración
es lo que nos garantiza que esa revelación nos llega sin ningún error. Charles
Hodge lo dice de esta forma: “El objeto de la revelación es comunicar conocimiento. El
objeto o designio de la inspiración es asegurar la infalibilidad en la
enseñanza”.
El apóstol Pablo nos dice en 2
Timoteo 3:16-17 que toda la Escritura en si es inspirada por Dios: Toda la Escritura es
inspirada por Dios. La palabra que Pablo utiliza aquí para
inspiración es theopneustos, la cual
se traduce como soplo, o el aliento de Dios, dando a entender que la
Biblia ha sido exhalada por Dios. Esta Escritura tiene como objeto cambiar a su
lector y hacerlo perfecto para toda buena obra: “… útil para enseñar, para redargüir, para
corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea
perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”. También el
apóstol Pedro nos habla de la inspiración de las Escrituras: “Porque nunca la
profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios
hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo”, (2 Pedro 1:21).
Queda claro que no fueron los hombres que hablaron por su propia iniciativa,
sino que fue el Espíritu Santo el cual los inspiro a hacerlo.
Con respecto a la forma de como la
inspiración se dio, se tienen las siguientes teorías:
Inspiración verbal plenaria e inerrable.
Esta postura es la más aceptada entre los teólogos
conservadores que afirman la completa inspiración de la Biblia. Por inspiración
verbal se quiere significar que el Espíritu de Dios fue quien guió la elección de las palabras usadas en los escritos originales, sin llegar a
anular el estilo literario, personalidad y vocabulario del escritor. Por ello
la Biblia, aunque es la palabra inspirada por Dios contiene diferentes estilos
literarios y nos muestra los pensamientos y emociones de sus autores humanos. Sin
embargo, la parte humana no anula la parte divina de la Biblia, de allí que se
hable de inspiración plenaria la cual establece que la
inspiración de parte de Dios es completa, y que sin anular el factor humano, el
Espíritu Santo hablo exactamente lo que quería hablar. Por ello se dice que la
Biblia es un libro divino y humano a la vez. Finalmente, la inspiración de la Biblia es
Inerrable, ya que no comete errores de ninguna índole, no se
contradice, no tiene datos equivocados.
Teoría mecánica o del dictado
Esta teoría supone que la
inspiración de las Sagradas Escrituras se dio por medio del dictado, donde Dios
les dicto palabra por palabra todo lo que Él quería que escribiesen. No
obstante, esta teoría presenta un problema. Si esto fuera así, toda la Biblia
contara con el mismo estilo literario y vocabulario, lo cual no es así.
La teoría del concepto
Esta teoría enseña que Dios
inspiró el concepto, pero no las palabras precisas. Esta opinión, no obstante,
presenta graves problemas ya que si los autores humanos no comprendieron con
precisión el concepto divino pudieron introducir errores al Canon Sagrado,
invalidando así la inspiración del mismo.
Inspiración parcial
Esta teoría supone que la Biblia
es inspirada solo en partes, por lo que existen partes de ella que solo es
historia, cultura o ciencia que no es inspirada por Dios. Al igual que la
teoría anterior, esta contradice la doctrina que toda la Escritura es inspirada
por Dios.
Inspiración naturalista
Esta teoría es la más extrema y
atea de todas. Los que creen en ella dicen que la Biblia no es un libro
inspirado por Dios, sino un tratado de historia, cultura y religión judía, como
lo son el Corán del Islam, el Popol Vuh de los Mayas o los Vedas de los hindúes.
Esta teoría niega que la Biblia sea un libro divinamente inspirado.
LA ILUMINACIÓN
“Pero Dios nos las
reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo
profundo de Dios. Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino
el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de
Dios, sino el Espíritu de Dios. Y nosotros no hemos recibido el espíritu del
mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos
ha concedido, lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría
humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo
espiritual. Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de
Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de
discernir espiritualmente”.
1 Corintios 2:10-14
El
tercer concepto que debemos conocer es la iluminación. Myer Pearlman define la iluminación como “la influencia ejercida por el Espíritu
Santo, el cual es común a todos los creyentes y les faculta comprender las
verdades divinas”. Por tanto, la iluminación es la acción del
Espíritu Santo como Maestro sobre el creyente para que sea capaz de comprender
las verdades espirituales de la palabra de Dios. En 1 Corintios 2:10-14 el
apóstol nos dice que las cosas que se encuentran escritas en la Biblia no
pueden ser comprendidas por la mente humana, sino solo por la acción del
Espíritu Santo quien es el verdadero autor de ellas y las conoce perfectamente.
Mientras el Espíritu no ilumine la vida de los seres humanos, su palabra no
tendrá efecto alguno, y esta no debe confundirse con la inspiración. Charles
Hodge nos explica bien las diferencias entre inspiración e iluminación: “La inspiración,
por ello, no se debe confundir con iluminación espiritual. Difieren, primero,
en cuanto a sus sujetos. Los sujetos de la inspiración fueron unas pocas
personas seleccionadas; los sujetos de la iluminación espiritual son todos los
verdaderos creyentes. Y segundo, difieren en cuanto a su designio. El designio
de la primera es hacer a ciertos hombres infalibles como maestros; el designio
de la segunda es hacer a los hombres santos”.
Podemos ver el efecto de esta iluminación gloriosa
en los dos discípulos que iban camino a Emaús, los cuales no comprendían la
razón por la cual Jesús había sido entregado en manos de pecadores, sin
embargo, sin saberlo, el mismo Jesús se les apareció en el camino y sin
reconocerlo, les explico detalladamente todo lo concerniente a lo que las
Escrituras hablaban acerca de Él: “Entonces él les dijo: ¡Oh insensatos, y tardos de corazón
para creer todo lo que los profetas han dicho! ¿No era necesario que el Cristo
padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria? Y comenzando desde Moisés, y
siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que
de él decían”, (Lucas 24:25-27). Finalmente, antes que lo
reconocieran Jesús se les desapareció, pero fue la acción de la iluminación que
les permitió comprender estas palabras: “Entonces les fueron abiertos los ojos, y le reconocieron;
mas él se desapareció de su vista. Y se decían el uno al otro: ¿No ardía
nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos
abría las Escrituras?”, (Lucas 24:31-32).
También tenemos el ejemplo de
Lidia, la vendedora de purpura de Filipos, la cual, por acción del Espíritu
Santo, fue capaz de estar atenta y comprender las enseñanzas del apóstol Pablo:
“Entonces una
mujer llamada Lidia, vendedora de púrpura, de la ciudad de Tiatira, que adoraba
a Dios, estaba oyendo; y el Señor abrió el corazón de ella para que estuviese
atenta a lo que Pablo decía”, (Hechos 16:14). Por tanto, sin la
iluminación del Espíritu Santo los hombres somos incapaces de comprender las
Sagradas Escrituras, por ello el Dr. J. Vernon McGee dijo: “Sólo el Espíritu de Dios puede abrir los
entendimientos y corazones suyos para que vean y acepten a Cristo, y que
confíen en Él como su Salvador”.
LA INTERPRETACIÓN
“Procura con diligencia
presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que
usa bien la palabra de verdad”.
2 Timoteo 2:15
La
interpretación tiene que ver con la explicación que como seres humanos le damos
a las diferentes doctrinas y partes de las Sagradas Escrituras. Ahora bien, por
ser seres diferentes en cuanto a nuestro raciocinio, existen diferentes
interpretaciones que le podemos dar a algunas partes de la Biblia y esa es la
razón por la cual existen presbiterianos, metodista, bautistas, pentecostales,
etc. En teología existe una disciplina que nos ayuda a interpretar
correctamente las Sangradas Escrituras, esta es la Hermenéutica la cual analiza
el contexto histórico, cultural, tiempo y características literarias del texto
para poder dar la mejor interpretación del texto. Charles S. Chafer lo dice de
esta manera: “Al
recibir la revelación que proviene a través del Espíritu Santo, en la forma en
que El enseña la Palabra de Dios a un creyente en Cristo, los problemas de interpretación
de la Biblia se hacen evidentes. Son necesarias ciertas reglas básicas si se
tiene que comprender la ciencia de la interpretación, llamada hermenéutica”. Aun con todo eso, algunas doctrinas presentan
diferentes puntos de interpretación, como el calvinismo que asegura que la
salvación no se pierde y el arminianismo que dice que si se pierde la
salvación. Los pentecostales creen en el bautismo del Espíritu Santo, y lo
diferencia de la morada del Espíritu Santo, mientras que los bautistas afirman
que las dos cosas son las mismas. Algunos creen que la iglesia pasara por la
gran tribulación, otros aseguran que no. Unos creen que el milenio tendrá lugar
después de la gran tribulación, otros opinan que no habrá milenio. Y en
general, para una doctrina específica podemos encontrar diferentes puntos de
vista y esto vuelve a la teología polémica en algunos temas.
Ahora bien, todo esto no debe de
extrañarnos ya que aún desde los comienzos de la iglesia han existido
conflictos de interpretación. Quizás el mejor ejemplo lo vemos en la posición
de la salvación que sostenía Pablo y la iglesia en Jerusalén. Por ejemplo,
Pablo siempre enseño que el hombre era salvo sin las obras de la ley: “Concluimos, pues,
que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley”,
(Romanos 3:28). Sin embargo, la iglesia en Jerusalén consideraba importante que
el creyente en Cristo continuara practicando fielmente la ley: “Cuando ellos lo
oyeron, glorificaron a Dios, y le dijeron: Ya ves, hermano, cuántos millares de
judíos hay que han creído; y todos son celosos por la ley. Pero se les ha
informado en cuanto a ti, que enseñas a todos los judíos que están entre los
gentiles a apostatar de Moisés, diciéndoles que no circunciden a sus hijos, ni
observen las costumbres. ¿Qué hay, pues? La multitud se reunirá de cierto,
porque oirán que has venido. Haz, pues, esto que te decimos: Hay entre nosotros
cuatro hombres que tienen obligación de cumplir voto. Tómalos contigo,
purifícate con ellos, y paga sus gastos para que se rasuren la cabeza; y todos
comprenderán que no hay nada de lo que se les informó acerca de ti, sino que tú
también andas ordenadamente, guardando la ley”, (Hechos 21:20-24).
En cuanto a todo esto, siempre
abran diferencias en cuanto a la forma de interpretar algunas doctrinas o
partes de la Biblia, sin embargo, debemos ser cuidadosos que estas no vayan en
contra de las doctrinas fundamentales relacionadas con la salvación por gracia
o la divinidad de cualquier persona de la Trinidad ya que a partir de allí
estaríamos desviando en una herejía. Por ello, debemos pedirle a Dios que nos
ilumine y de la sabiduría para poder interpretar correctamente las Sagradas
Escrituras: Procura
con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué
avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad”, (2 Timoteo 2:15).
Gracias bendiciones por este valioso aporte que Dios los Ilumine siempre
ResponderBorrarGracias, por este aporte breve, resumido y claro. Muy importante e interesante las diferencias establecidas allí. Yo las estaba necesitando para fortalecer una enseñanza en la denominación de iglesias evangélicas Misioneros Unidos de Colombia, donde pastoreo.
ResponderBorrarUn fraternal abrazo.
Pastor, Aroldo Contreras Olivares.
Excelente me fue mucha utilidad y comprensión
ResponderBorrarDios le bendiga hermano. Estoy leyendo detenidamente cada enseñanza. Gracias por dejar este estudio. Ha sido de mucha bendición para mi vida.
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