“Y Jehová dijo a Moisés:
Escribe tú estas palabras; porque conforme a estas palabras he hecho pacto
contigo y con Israel”.
Éxodo 34:27
INTRODUCCIÓN
La
Biblia es uno de los libros más antiguos con los cuales cuenta el mundo actual
y sus orígenes se remontan a los inicios de los mismos israelitas como nación.
Con las palabras ordenadas a Moisés: Escribe tú estas palabras (Éxodo 34:27) se inicia un proceso de
elaboración de 66 libros sagrados que tardaría un periodo de 1600 años en
terminar. En esta sección consideraremos los primeros materiales en los cuales
fue elaborada la Biblia, así como sus orígenes y quienes se encargaron de su
fiel reproducción hasta llegar a las actuales traducciones.
La Biblia: Su Origen |
ORIGEN DE SUS LIBROS
Con
la liberación de Israel de Egipto, Dios hace pacto con ellos en el Monte Sinaí
y les da alrededor de 613 leyes las cuales tenían que obedecer y así serian
bendecidos por Dios entre todas las naciones: “Acontecerá que si oyeres atentamente la voz de
Jehová tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te
prescribo hoy, también Jehová tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de
la tierra”, (Deuteronomio 28:1). Estas leyes tendrían que ser
enseñadas por los sacerdotes y levitas a todo el pueblo, incluyendo sus
extranjeros: “Harás
congregar al pueblo, varones y mujeres y niños, y tus extranjeros que
estuvieren en tus ciudades, para que oigan y aprendan, y teman a Jehová vuestro
Dios, y cuiden de cumplir todas las palabras de esta ley”,
(Deuteronomio 31:12). También Dios les pidió a los padres enseñar estas leyes a
sus hijos, repitiéndolas constantemente y escribiéndolas en los postes de sus casas:
“Y estas palabras
que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y
hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte,
y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como
frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus
puertas”, (Deuteronomio 6:6-9). Con todas estas ordenanzas los
israelitas le dieron una gran importancia a la palabra de Dios que comenzaron a
escribirla y conservarla. Por ejemplo, vemos como Moisés labro en piedra los
Diez Mandamientos y los guardo en el Arca del Testimonio: “En aquel tiempo Jehová me dijo: Lábrate dos
tablas de piedra como las primeras, y sube a mí al monte, y hazte un arca de
madera; y escribiré en aquellas tablas las palabras que estaban en las primeras
tablas que quebraste; y las pondrás en el arca”, (Deuteronomio 10:1-2).
Esto aparte de otras ocasiones donde le ordeno escribir las leyes que él le
había ordenado enseñar a Israel: “Y Jehová dijo a Moisés: Escribe tú estas palabras; porque
conforme a estas palabras he hecho pacto contigo y con Israel”, (Éxodo
34:27). Así nacen los cinco libros de la Ley. Es a partir de aquí que la
historia de Israel que esbozaba en forma de sombras la venida del Mesías
comienza a escribirse, y surgen hombres que fueron considerados profetas para
Israel tales como Josué, Samuel y otros de carácter anónimo que documentaron
los acontecimientos que hoy se encuentran registrados en los libros históricos
del Antiguo Testamento. Respecto a los autores de estos libros Edward J. Young
dice: “Los
autores de estos libros, quienes hayan sido, eran hombres que tenían el oficio
de profetas. En el Israel de aquel tiempo, era un oficio especial y único. El
profeta era un israelita que actuaba como mediador entre Dios y el hombre. Así
como el sacerdote representaba al pueblo ante Dios, así el profeta representaba
a Dios ante el pueblo. En un sentido muy especial por lo tanto, era el que
recibía la revelación. Dios implantaba sus palabras de tal manera en la boca
del profeta, que el mensaje que éste entregaba, resultaba ser la misma Palabra
de Dios”. También se llegaron a apreciar como Escritura algunas
obras de carácter poéticas escritas en su mayoría por el rey David y Salomón,
los cuales con el tiempo formaron los libros poéticos que hoy conocemos.
Finalmente, se llegó a incluir en el canon hebreo los libros de los profetas
que Dios levanto para amonestar a la nación de Israel y Judá, tanto antes,
durante y después del exilio para finalizar con Malaquías. A estos, Dios les
ordeno que escribieran las palabras que les daba, tal y como lo vemos en
Jeremías: “Así
habló Jehová Dios de Israel, diciendo: Escríbete en un libro todas las palabras
que te he hablado”, (Jeremías 30:2), o en Habacuc: “Y Jehová me
respondió, y dijo: Escribe la visión, y declárala en tablas, para que corra el
que leyere en ella”, (Habacuc 2:2).
De esta forma se concibieron los
libros del Antiguo Testamento los cuales fueron fielmente copiados por un grupo
especial que los judíos llamaron escribas. Estos eran tan meticulosos con la
transcripción de los libros inspirados que al finalizar con ellos contaban una
por una las letras para asegurarse que tuviesen el número correcto y evitar
errores. Este grupo cobro mayor importancia después del exilio, con el
sacerdote Esdras el cual era un escriba diligente el cual, según la tradición,
es el autor de algunos libros como Esdras, 1 y 2 Crónicas y el Salmo 119: “Este Esdras subió
de Babilonia. Era escriba diligente en la ley de Moisés…”, (Esdras
7:6). A este Esdras se le atribuye el haber recopilado todos los libros del
Antiguo Testamento y ordenarlos en un solo volumen, cobrando a partir de él una
inmensa importancia la conservación y enseñanza del mismo. Fue durante su
ministerio que la enseñanza de la palabra de Dios se vio relacionada con los
escribas: “El
escriba Esdras estaba sobre un púlpito de madera que habían hecho para ello, y
junto a él estaban Matatías, Sema, Anías, Urías, Hilcías y Maasías a su mano
derecha; y a su mano izquierda, Pedaías, Misael, Malquías, Hasum, Hasbadana,
Zacarías y Mesulam. Abrió, pues, Esdras el libro a ojos de todo el pueblo,
porque estaba más alto que todo el pueblo; y cuando lo abrió, todo el pueblo
estuvo atento”, (Nehemías 8:4-5). Y así fue hasta los tiempos de
Jesús, donde junto con la secta de los fariseos y saduceos, los escribas tenían
un protagonismo muy especial como doctores de la ley.
Con el primer advenimiento de
Cristo a la tierra y la fundación de la iglesia el Nuevo Testamento se abre
paso en tiempos del imperio romano. Sus autores fueron los apóstoles del
Cordero, como Mateo, Pedro y Juan, y otros discípulos que gozaron del buen
testimonio y respaldo apostólico, como Marcos que escribió supervisado por
Pedro, Santiago y Judas, hermanos de Jesús, Lucas y Pablo. Entre los primeros
escritos tenemos la carta de Santiago que data aproximadamente del 40 d.C. y
las cartas a los Tesalonicenses que se fecha alrededor del 51 d.C. La mayorías
de cartas se escribieron entre el año 51 d.C. al 67 d.C., siendo el ultimo
Apocalipsis que se escribió por el año 96 d.C. Paradójicamente los Evangelios
fueron los últimos en ser escritos, siendo el Evangelio según Juan el más
tardío con una fecha aproximada del 85 d.C. La mayoría de los escritos del
Nuevo Testamento fueron el resultado de la defensa contra la fe que estos
padres apostólicos tuvieron que hacer en contra de doctrinas erradas
relacionadas con la divinidad de Jesús y el tema de la salvación sin obras. En
ellas también los autores abordaron temas de instrucción doctrinal, la vida
cristiana cotidiana y recomendaciones orientadas a resolver problemas dentro de
la misma iglesia.
De esta forma, los escritos del
Nuevo Testamento se unieron con los del Antiguo para formar lo que hoy
conocemos como la santa Biblia.
MATERIALES UTILIZADOS
En
el mundo antiguo existían ciertos materiales que se utilizaban para la escritura
de los documentos, y muchos de ellos fueron utilizados para la elaboración de
la Biblia. Estudiarlos nos ayuda a comprender un poco el origen de los libros
de las Sagradas Escrituras. Hoy en día son muy pocos los manuscritos antiguos
que se tienen del Antiguo Testamento ya que los escribas judíos solían enterrar
las copias antiguas y no las conservaban. Contrario a los documentos antiguos
del Nuevo Testamento, existen muchas copias en la actualidad. Veamos cuales
eran estos materiales.
Papiro.
Era uno de los materiales más
utilizados en el antiguo mundo y al mismo tiempo el más frágil ya que no era
muy resistente en las partes desérticas de palestina. Era elaborado de las
cañas de una arbusto acuático llamada papiro que creía en lagos y ríos pocos
profundos en las partes de Egipto y Siria, especialmente en el delta del Nilo: “El lugar seco se
convertirá en estanque, y el sequedal en manaderos de aguas; en la morada de
chacales, en su guarida, será lugar de cañas y juncos”, (Isaías
35:7). Su caña gruesa y triangular de 6 cm de largo produce flores largas
abiertas en forma de sombrilla. La palabra generalmente se traduce por "juncos" en la versión Reina
Valera. Su extremo superior en forma de abanico aparece en diseños egipcios y
es un símbolo del Bajo Egipto. Sus tallos, atados en manojos se usaban para
hacer botes: “¡Ay
de la tierra que hace sombra con las alas, que está tras los ríos de Etiopía;
que envía mensajeros por el mar, y en naves de junco sobre las aguas! Andad,
mensajeros veloces, a la nación de elevada estatura y tez brillante, al pueblo
temible desde su principio y después, gente fuerte y conquistadora, cuya tierra
es surcada por ríos”, (Isaías 18:1-2). Además, de la fibra se
elaboraban sandalias, vestidos y arquillas. Para producir el papiro se
desprendían tiras de 32 a 36 cm de largo de la corteza de la planta las cuales
eran golpeadas y prensadas sobre la superficie de madera. Este material se
embargaba en grandes cargamentos desde el puerto Biblos, de donde se piensa que
proviene el término griego para libros, biblos.
Entre los documentos bíblicos
encontrados se tienen fragmentos de Deuteronomio 5 y 6 que datan del siglo II
a.C. De la Septuaginta han sobrevivido muchos fragmentos que datan del siglo II
a.C. Los escritos originales del Nuevo Testamento no lograron conservarse, pero
existen copias fragmentarias de las mismas en papiro que datan del siglo II
d.C. y copias completas que datan del Concilio de Nicea del 325 d.C. Posteriormente,
Eusebio de Cesarea recibió la orden de Constantino emperador romano de proveer
en el mismo material un texto completo del Nuevo Testamento. Actualmente se
contabilizan cerca de 241 manuscritos antiguos del Nuevo Testamento escritos en
papiro.
Pergamino.
El pergamino era otro material
antiguo sobre el que se solía escribir. Su nombre proviene del griego que
significa membrana y a veces se traduce como piel. Era un material muy durable
contrario al papiro ya que era elaborado de la piel de animales como ovejas,
cabras, antílopes y otros. Las pieles eran sometidas a un baño de cal que
facilitaba descarnarlas para posteriormente ser lavadas, raspadas y estiradas
siendo cubiertas con capas de albayalde. Su color final era blanco, pero podía
ser teñida con azafrán o tintura purpura. Una tradición antigua afirma que el
proceso de preparar pergaminos se inventó en Pérgamo, de donde deriva su
nombre, durante el reinado de Eumenes II, cuando el rey Tolomeo V de Egipto
prohibió la exportación de papiros, el material de escribir más común de la
antigüedad. Sin embargo, documentos
fechados sobre pergaminos de comienzos del s II a.C. descubiertos en Dura
Europos, sobre el Éufrates, demuestran que el pergamino también se producía en
otros países desde una fecha muy temprana.
Josefo menciona que en su tiempo existían escrituras hebreas sobre ese
material. Pablo hace una referencia a este material cuando le pide a Timoteo
que le traiga los libros, especialmente los rollos, que eran pergaminos: “Trae, cuando
vengas, el capote que dejé en Troas en casa de Carpo, y los libros, mayormente
los pergaminos”, (2 Timoteo 4:13).
Fue en el siglo IV d.C. que la
iglesia elaboro varias copias de la Biblia en pergamino, de los cuales los más
los famosos son los Códices Sinaítico, Vaticano y Alejandrino. También entre
los manuscritos antiguos encontrados en el Mar Rojo es encontraron algunos
elaborados de pergamino.
Vitela.
La vitela era un material elaborado
de piel de ternero generalmente teñida de purpura. En la actualidad se
conservan manuscritos bíblicos antiguos escritos de este material, entre los
cuales hay algunos fechados del 1500 a.C.
DIVISIONES EN CAPÍTULOS Y VERSÍCULOS
Originalmente
cada libro de la Biblia se escribió sin ninguna división en capítulos y
versículos; sin embargo, con los años estos surgieron. Entre las primeras
divisiones tenemos las realizadas al Pentateuco por el Sanedrín judío alrededor
del 586 a.C. En total se realizaron 154 agrupaciones y 50 años más tardes
concluyeron en 54 secciones mayores divididas a su vez en 669 más pequeñas para
facilitar su aprendizaje y lectura en un año. Fue Jerónimo en el siglo III d.C.
que introdujo capítulos y versículos en su traducción de los idiomas originales
al latín conocida como la Vulgata Latina. La También los griegos realizaron
divisiones, los más antiguos datan del 350 d.C. que se encuentran en el Códice
Vaticano. También a partir del 900 d.C. comienzan a aparecer las primeras
divisiones en versículos, y se le atribuye al arzobispo Esteban Langton en el
siglo 13 que dividió la Biblia en capítulos y versículo como la conocemos hoy.
ORIGEN DE LAS VERSIONES ANTIGUAS
En
la actualidad no se cuenta con algún manuscrito que se pueda aseverar que es el
original que se escribió, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, pero se
cuentan con algunas copias y versiones antiguas que se creen que fueron
copiadas o traducidas de estos originales. Veamos algunas de ellas.
La Septuaginta.
La Peshita o Texto Siríaco.
La Vulgata Latina.
Esta es la tercera traducción
que se realizó de la Biblia completa de los originales hebreos y griegos al
latín. Su traductor fue Jerónimo, un erudito en idiomas que se fue a Belén en
el siglo IV d.C. donde termino su obra. La Vulgata no solo contiene los 66
libros de la Biblia, sino también incluye 11 libros apócrifos. En la actualidad
es la versión autorizada por la Iglesia Apostólica, Católica y Romana, sin
embargo, el protestantismo no acepta los 11 libros apócrifo como inspirados por
Dios.
El Textus Receptus.
El Textus Receptus es un término en latín
que significa Texto Recibido, y es una copia del Nuevo Testamento al idioma griego realizado por Erasmo de Rotterdam en el siglo XVI. Erasmo utilizo textos griegos
no tan antiguos y parte del apocaliosis de la Vulgata Latina para realizar su obra de traducción, los cuales estaban muy
dañados y hoy en día no son tan fidedignos como los más tempranos que se han
descubiertos. Muchas traducciones que se realizaron de la Biblia se apoyaron en
el Textus Receptus, tales como la Biblia en alemán de Lutero, la Biblia en
Frances de Pierre Robert Olivétan, la Biblia del Oso de Casiodoro de Valera, la
Biblia en inglés, la King James Version, entre otras más.
El Códice Sinaítico.
El Códice Alejandrino.
Se cree que probablemente se
escribió en el siglo V d.C. y es una copia antigua de toda la Biblia en griego
a excepción de 40 hojas que se perdieron. Actualmente se encuentra en el Museo
Británico.
Códice Vaticano.
Es una copia antigua de la
Biblia en griego que originalmente contenía todos los libros de la Biblia, pero
en la actualidad no se conservan partes de ellos. Escrito probablemente en el
siglo IV d.C. se conserva en la Biblioteca del Vaticano.
ORIGEN DE LAS VERSIONES ESPAÑOLAS
Las
primeras traducciones de la Biblia al español datan del periodo Medieval en
España a finales del siglo XII y principios del XIII, pero lamentablemente no
se conservan ninguna de ellas. Sin embargo, se conservan otras más tardías como
la Biblia Alfonsina que es una traducción del Antiguo Testamento de la Vulgata del
año1260, La Biblia de Alba traducida por el rabino Moisés Arragel en 1430 y que
se encuentra en la biblioteca de Alba, y otras traducciones parciales como los
Evangelios y Epístolas en 1450 por Martin A. Lucena y el Pentateuco por un
grupo de judíos desterrados de España por la Inquisición romana. No obstante,
fue durante el periodo de la Reforma que la traducción de la Biblia tuvo mayor
auge, entre las más destacadas podemos mencionar las siguientes.
Los Salmos, los Evangelios y las Epístolas.
Juan de Valdés, uno de los
primeros reformadores españoles, tradujo en 1534 una versión de los Salmos, los
Evangelios y las Epístolas al español, la cual resulto ser una hermosa pieza del
lenguaje castellano.
El Nuevo Testamento de Enzinas.
Esta fue probablemente la
primera traducción que se hizo del Nuevo Testamento de los textos griegos
originales. Esta obra fue hecha en 1543 por Francisco de Enzina.
La Biblia de Ferrera.
Fue en tiempos de la inquisición
romana que un grupo de judíos que escaparon de España y Portugal y se establecieron en Ferrera, Italia,
tradujeron el Antiguo Testamento en 1553. Esta traducción fue literalista a tal
punto que está llena de hebraísmos haciendo su comprensión difícil.
El Nuevo Testamento de Pérez.
Juan Pérez de Pineda, quien
murió quemado por la inquisición, realizo en 1556 una versión corregida del
Nuevo Testamento y los Salmos que se publicó en Ginebra basándose de las
traducciones de Juan de Valdés y Francisco de Enzinas.
La Biblia del Oso.
Es
considerada la primera traducción completa que se tuvo al idioma castellano y prácticamente
se tradujo de dos fuentes, en el caso del Antiguo Testamento, de lo que se
conoce hoy como la Biblia de Bomberg (1524-1525), una obra traducida del hebreo
al español por el judío Jacob ben Hayim ibn Adonijah, y en el caso del Nuevo
Testamento, del Textus Receptus de Erasmo. Fue traducida por Casiodoro de
Reina, notable oriundo de Sevilla, España, el cual fue criado en un monasterio
desde pequeño hasta destacar como un excelente orador. Por abrazar la reforma
huyo de la persecución de la inquisición romana a Basilea, Suiza, en donde
realizo su traducción en 1569. Es popularmente conocida con el nombre de la
Biblia del Oso ya que en su portada aparece un oso comiendo de la miel de una
colmena, simbolizando el deleite que encuentra el cristiano en la palabra de
Dios. La Biblia del Oso consta de 3 partes, amonestaciones al lector, el
Antiguo Testamento incluyendo libros apócrifos y el Nuevo Testamento.
Versión Reina Valera.
Versiones Católicas.
También los católicos han
realizado sus traducciones de la Biblia, especialmente de la Vulgata y el
Códice Vaticano. Entre las versiones más destacadas publicadas en España
tenemos la de Felipe Scío de San Miguel, en 1793, la Versión Torres Amat
publicada en 1825 por Félix Torres Amat, la Nacar-Colunga de 1944 elaborada por
Eloino Nacar Fuster y Alberto Colunga, la versión Palabra de Dios publicada por
la editorial Verbo Divino en 1964, la Biblia Jerusalén, de 1967, entre otras
versiones.
Otras Versiones.
ORIGEN DE LAS VERSIONES INGLESAS
También
la Biblia fue traducida al idioma de los anglosajones, específicamente en
Inglaterra. Se hicieron muchos intentos por traducir la Biblia al inglés, entre
estos están algunos pasajes del libro de Génesis que fueron parafraseados al
inglés en un monasterio de Whitby por Caedmon en el año 670 d.C. También en el
año 735 d.C. el erudito distinguido Beda completo su traducción del Evangelio
según Juan. Más tarde el rey Alfredo (849-901 d.C.) realizo una traducción de
los Salmos y el Decálogo.
Entre los primeros traductores
de la Biblia completa está John Wiclyffe, un erudito de Oxford y predicador de
parroquia, mejor conocido como la estrella matutina de la reforma. Wiclyffe
completo su obra en el año 1384 traduciéndola directamente de la Vulgata Latina,
sin embargo, ahora solo sobreviven 170 ejemplares ya que no sobrevivieron
muchos volúmenes ya que se hicieron las copias a mano. Guillermo Tyndale fue un
prominente erudito bíblico cuyo anhelo era hacer llegar la palabra de Dios al
campesino ignorante en su propio idioma ya que era prohibido por la iglesia
Católica difundirla en cualquier otro idioma que no fuera el latín. Para
cumplir sus objetivo decidió traducir la Biblia completa, no de la Vulgata,
sino de los originales textos en hebreo y griego. Completo su obra en 1530, sin
embargo, años después fue capturado y acusado de herejía por los jerarcas
católico y condenado a muerte. Después de su muerte su obra se volvió popular a
tal punto que le realizaron algunas revisiones y la imprimieron con muy pocas
correcciones en tiempos del rey Enrique VIII.
En 1604 el rey Jacob I de Inglaterra dio su
autorización para que se hiciera una nueva versión de la Biblia para lo cual
comisiono a 54 eruditos para este trabajo, aunque solo se conocen los nombre de
47. Estos trabajaron en 6 grupos, dos en
Wetsminster, dos en Cambridge y dos en Oxford, examinando exhaustivamente la
versión de Tyndele y revisaron los textos originales del hebreo y griego para
obtener una obra lingüística hermosa la cual fue publicada en 1611. En Estados
Unidos se conoce como la versión del rey Jacob, o James King Version, mientras
que en Inglaterra se conoce como la versión Autorizada, o Autorized Version.
Como La Reina Valera, la James King Version se ha convertido en la versión
favorita de este pueblo. Otras versiones se han creado en el idioma inglés,
tratando de proporcionar la Biblia en un idioma más contemporáneo ya que
algunas palabras han cambiado de significado o caído en desuso, de allí que
existan otras versiones como la English Standard Version (Version Estandar en
Ingles) y la New International Version (Nueva Version Internacional); pero aun
con todo esto la James King Version no ha perdido su preferencia entre el
pueblo de habla inglesa.
NO HAY UNA VERSION DIGNA DE CONFIANZA ECEPTO LA REINA VALERA
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