Los campos están Listos para la cosecha (Juan 4:35-38)



“¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega. Y el que siega recibe salario, y recoge fruto para vida eterna, para que el que siembra goce juntamente con el que siega. Porque en esto es verdadero el dicho: Uno es el que siembra, y otro es el que siega. Yo os he enviado a segar lo que vosotros no labrasteis; otros labraron, y vosotros habéis entrado en sus labores”.
Juan 4:35-38

INTRODUCCIÓN


                   Las palabras de nuestro Señor Jesucristo en estos versículos son una conclusión de las experiencias vividas en este capítulo 4 referente a su encuentro con la mujer samaritana. Su propósito es mostrarles a sus discípulos que el reino de los cielos se había acercado y no solo a los judíos, sino también a los samaritanos y gentiles. Ya explico que su principal preocupación es hacer la voluntad de su Padre y terminar la obra que le encomendó. Esta obra consiste en la salvación de las almas, y definitivamente, un día sus discípulos continuarían con ella.

campos-blancos
Los campos ya están blancos

LOS CAMPOS YA ESTÁN BLANCOS


“¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega”.
Juan 4:35

                   Algunos creen que con las palabras ¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega?, Jesús se está refiriendo a la época del año en el que se encontraba Samaria, lo cual correspondería al tiempo de la cosecha, sin embargo, esto es muy poco probable, ya que de acuerdo al texto anterior se encontraban en la época de excesivo calor lo cual se denota por la necesidad de la mujer de ir hasta el pozo a traer agua, ya que en tiempos lluviosos el agua era más abundante. Más bien muchos creen que lo que está citando es un dicho popular de Israel que significa: ¡Ya no hay necesidad de seguir esperando, ya todo está listo! Los judíos solían dividir el año agrícola en seis partes, cada una de las cuales duraba dos meses: siembra, invierno, primavera, cosecha, verano y calor extremo. Después de la siembra, tenían que esperar 4 meses para la cosecha la cual se caracterizaba por los campos blancos que anunciaban que estaban listos para la ciega: He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega. De manera figura, Jesús les dice, ¡miren! Ya no hay nada que esperar, ya todo está listo para propagar el reino de Dios en esta tierra.

LAS LABORES HAN INICIADO


“Y el que siega recibe salario, y recoge fruto para vida eterna, para que el que siembra goce juntamente con el que siega. Porque en esto es verdadero el dicho: Uno es el que siembra, y otro es el que siega. Yo os he enviado a segar lo que vosotros no labrasteis; otros labraron, y vosotros habéis entrado en sus labores”.
Juan 4:36-38

                Nuestro Señor utiliza esta metáfora para comparar las labores de la siembra y la cosecha con la obra de propagar el reino de Dios en esta tierra. Jesús tenía claro su misión en esta tierra, él sabía que tenía que morir en la cruz del Calvario para perdón de pecados, y que fundaría su iglesia la cual sería propagada por sus discípulos a lo largo de todo el tiempo. Como en el campo los agricultores reciben un salario y recogen fruto, también el trabajo en la obra de Dios trae gran gozo y recompensas de parte de Dios para sus obreros que se dedican a salvar almas: Y el que siega recibe salario, y recoge fruto para vida eterna, para que el que siembra goce juntamente con el que siega. La agricultura no es un trabajo fácil. Requiere esfuerzo y mucha paciencia para esperar que el fruto esté listo, la misma Biblia lo declara de la siguiente manera: “Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán. Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas”, (Salmo 126:5-6). La obra del Señor es igual. Requiere mucho trabajo duro, y los resultados generalmente no se ven de inmediato. Nuestro mismo Señor nos enseñó que el reino de los cielos es semejante a un grano de mostaza, al principio la obra parece insignificante, pero con el tiempo prospera y el servidor ve el fruto de su trabajo y lágrimas: “Otra parábola les refirió, diciendo: El reino de los cielos es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo; el cual a la verdad es la más pequeña de todas las semillas; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de tal manera que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas”, (Mateo 13:31-32).

                A parte de esto, en agricultura, unos son los que siembra, pero también otros pueden ser los que siegan, pero al final todos disfrutan de su fruto: … para que el que siembra goce juntamente con el que siega. Porque en esto es verdadero el dicho: Uno es el que siembra, y otro es el que siega.  Así es precisamente en el reino de Dios. Unos son los que siembran la semilla de la palabra de Dios, pero otros los que recogen el fruto de las almas convertidas. El mismo apóstol Pablo estaba convencido de esto,  tal punto que sabía que la salvación de las almas no era el trabajo exclusivo de un hombre, pero al final, todos eran instrumentos de Dios para completar este fin: “Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios”, (1 Corintios 3:6). Hoy estaba ahí el Cristo, iniciando su obra redentora, no solo en Israel, sino también en Samaria, y posteriormente a todo el mundo por medio de su iglesia, pero para ese momento, muchos habían entrado en las labores divinas al creerle a Dios y preservar la línea de Abraham y David, y hoy los apóstoles entrarían en el periodo de la Gracia y gozarían del respaldo del Espíritu Santo para su obra misionera, pero para eso, muchos otros antes que ellos habían servido a Dios, patriarcas, sacerdotes, profetas, reyes, entre otros habían creído que su fe no era en vano, y todo esto preparo el camino para la venida del Mesías: Yo os he enviado a segar lo que vosotros no labrasteis; otros labraron, y vosotros habéis entrado en sus labores.


14 comentarios:

  1. Pastor , Dios lo bendiga en sobreabundancia por dar en gracia lo que por gracia ha recibido. Muchas gracias por todas las enseñanzas y revelacion de la palabra de Dios que comparte con todos aquellos que tienen hambre por seguir creciendo en semejanza a la estatura del varon perfecto Jesucristo.

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  2. Reciban Bendiciones del único Dios y verdadero Jesucristo.. gracias doy a Dios por varones como uds q enseñanza en Espíritu y verdad

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  3. Es tiempo de acción, los campos están blancos.... No hay que esperar..... Vamos por esa cosecha 🌾 de almas...... Hoy es el día de proclamar a Jesús. Bendiciones de gozo para todos los que obedecemos el llamado

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  4. Es tiempo de llegar a muchos corazones que necesitan saber de DIOS ya es tiempo no Esperemos más

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  5. Es tiempo de llegar a muchos corazones que necesitan saber de DIOS ya es tiempo no Esperemos más

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  6. Gracias, Dios le bendiga y guarde Pastor. Dios siga usandolo esta enseñanza sacio mi alma

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  7. Dios lo bendiga siervo, hermosa palabra.

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  8. Dios lo bendiga. Ha. Sido de mucha de enseñanza. Dios bendiga su ministerio.

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  9. Dios le bendiga varón de Díos , me ha Sido muy útil , al leer esta hermosa enseñanza de la palabra de Dios , el señor nos ayude a cumplir con el ministerio que se nos ha encomendado de predicar su palabras los nesecitados .

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  10. El señor tiene un propósito para cada uno de nosotros escudriñar su palabra para que la encontremos y de ahí comenzar a recoger sus cosecha que a producido en nuestros corazones, ver los campos y verán que tenemos que cosechar para el.

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  11. Dios lo bendiga siervo de Dios,tremenda palabra y es de mucha edificación,este estudio es como ese río de agua viva que mi alma necesita, que proviene de toda palabra de Dios, Dios lo bendiga..

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