“Conforme a la gracia de Dios
que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro
edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica. Porque nadie puede poner
otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. Y si sobre este
fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno,
hojarasca, la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará,
pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la
probará. Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá
recompensa. Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él
mismo será salvo, aunque así como por fuego”.
1 Corintios 3:10-15
INTRODUCCIÓN
Después
de haber tratado con el tema de los cristianos carnales que buscaban la
división de la iglesia y hacerles comprender que todos son colaboradores de
Dios y ninguno tiene la preeminencia ni la gloria por el crecimiento que da
Dios y usar la metáfora de la agricultura donde uno siembra y otro riega, pero
el crecimiento lo da Dios, el apóstol ahora aborda el tema de la importancia de
saber edificar en la obra de Dios valiéndose de una nueva metáfora, la de la
construcción de un edificio. Como servidores del Señor todos debemos estar conscientes
de la calidad de nuestro trabajo en su bendita obra y de la forma de cómo lo
estamos haciendo ya que no estamos edificando cualquier edificio terrenal, sino
una casa espiritual, la iglesia del Señor.
Edificadores de una Casa Espiritual |
LA IGLESIA ES EL EDIFICIO DE DIOS
“Conforme a la gracia de Dios
que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro
edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica”.
1 Corintios 3:10
Antes
de continuar con su argumentación, el apóstol abandona todo sentimiento de
arrogancia diciendo que la autoridad A que tiene para fundar iglesias como la de
los corintios le ha sido dada por gracia divina: Conforme a la gracia de Dios que me ha sido
dada. Pablo estaba consciente que el trabajo que realizaba de fundar
iglesias era importantísimo ya que no estaba fundando cualquier movimiento de
hombres, sino algo espiritual y divino a lo que él compara con un edificio
espiritual donde , según el apóstol Pedro, los creyentes somos los ladrillos de
dicha casa espiritual: “vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como
casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables
a Dios por medio de Jesucristo”, (1 Pedro 2:5). En este sentido
edificio de Dios que se está edificando está constituido por todos los
creyentes y su crecimiento espiritual es la forma de cómo se edifica dicha casa
espiritual. En el caso de la iglesia de Corinto, Pablo había sido quien la
había fundado y por eso se comparaba como el perito arquitecto que había puesto
el fundamento, pero otros como Apolos, habían llegado a edificar encima de este
fundamento. De esta forma funciona el trabajo en la bendita obra del Señor, uno
es el que pone el fundamento, y otros son los que contribuyen a edificar sobre
esta mismo con el fin de construir para Dios una verdadera casa espiritual,
conscientes que las piedras o materia prima para esta son los mismo creyentes.
¿CUÁL ES EL FUNDAMENTO DE ESTA CASA?
“Porque nadie puede poner otro
fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo”.
1 Corintios 3:11
Ahora
bien, cada uno que edifica el edificio de Dios debe saber que solo hay un único
fundamento sobre el cual se construye, y este es Jesucristo. Este fundamento
fue anunciado por el mismo Jesús, cuando preguntándoles lo que la gente decía
acerca de quién era Él y lo que ellos, sus discípulos, decían, Pedro exclamó: “Respondiendo Simón
Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente, (Mateo
16:16), y es en función de esa declaración, en la creencia en su propio nombre,
el Cristo que alude a su sacrificio salvífico, el Hijo del Dios viviente, que
su iglesia iba a ser edificada: “Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré
mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella”,
(Mateo 16:18). Es en este fundamento que todos los obreros cristianos edifican
la casa de Dios: “edificados
sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del
ángulo Jesucristo mismo, en quien todo el edificio, bien coordinado, va
creciendo para ser un templo santo en el Señor”, (Efesios 2:20-21).
CADA UNO VIGILE CÓMO EDIFICA
Y si sobre este fundamento
alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, la
obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el
fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará. Si
permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. Si la
obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo,
aunque así como por fuego”.
1 Corintios 3:12-15
Considerando
la importante obra que realizamos, la de edificar una casa espiritual que es la
misma iglesia de Cristo, el apóstol Pablo les pide a todos los obreros
incluyéndose a sí mismo que vigilen la forma de cómo lo hacen. El apóstol
ilustra la buena manera de trabajar en la obra de Dios comparándola con alguien
quien construye la casa utilizando los mejores materiales para ello, y en
contraste, presenta aquel que utiliza los peores materiales para ilustrar a
quienes realizan la obra del Señor de manera negligente: Y si sobre este fundamento alguno edificare
oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca. En esto el
apóstol mira más allá de lo terrenal, a lo eterno, a un acontecimiento
escatológico conocido como el Tribunal de Cristo, donde Dios manifestara la
obra de cada uno y allí se verá si está fue de calidad: la obra de cada uno se hará manifiesta; porque
el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno
cuál sea, el fuego la probará. Aquel día, en la eternidad, todos
estaremos delante de Cristo, no para ser juzgados por nuestros pecados, porque
ya somos salvos, sino por la forma de cómo vivimos nuestra salvación y
realizamos su bendita obra. Los que hicieron con responsabilidad y de la mejor
manera su obra recibirán recompensa: Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá
recompensa; pero si fueron irresponsables, no perderán su salvación,
pero no recibirán recompensa a tal punto que será para ellos perdida: Si la obra de alguno
se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como
por fuego. Por ello Pablo nos exhorta en otra de sus cartas a
vigilar nuestra manera de conducirnos en este mundo porque aquel día en la
eternidad compadeceremos delante de Dios en el Tribunal de Cristo: “Porque es necesario
que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno
reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea
malo”, (2 Corintios 5:10).
Excelente h bendiciones
ResponderBorrarHermosa enseñanza ,gracias por compartir
ResponderBorrarMuy clara la explicación. Gracias!
BorrarMuy buen discernimiento.
ResponderBorrarcuales seran las recompensa?
ResponderBorrarMe encanta hermano como Dios lo utiliza para edificar nuestras vidas
ResponderBorrarLe rogaria hermano que nos ayude con los demas libros de la biblia
ResponderBorrarExcelente explicación! Dios lo siga usando para sus propósitos perfectos y eternos
ResponderBorrarDios te añada AUN MAS !MUCHAS GRACIAS X TU TIEMPO
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