“Pasando de allí, vino a la sinagoga de ellos. Y he
aquí había allí uno que tenía seca una mano; y preguntaron a Jesús, para
poder acusarle: ¿Es lícito sanar en el día de reposo? Él les dijo: ¿Qué
hombre habrá de vosotros, que tenga una oveja, y si ésta cayere en un hoyo en
día de reposo, no le eche mano, y la levante? Pues ¿cuánto más vale un hombre que una oveja? Por consiguiente,
es lícito hacer el bien en los días de reposo. Entonces dijo a aquel hombre:
Extiende tu mano. Y él la extendió, y le fue restaurada sana como la otra. Y
salidos los fariseos, tuvieron consejo contra Jesús para destruirle”.
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Mateo 12:9-14
Introducción
Después de su
confrontación con los fariseos en los sembrados debido a que sus discípulos
recogían espigas el día sábado, lo cual era considerado un trabajo para ellos y
esto lo prohibían, sus confrontaciones comenzaran a agudizarse un poco más y
después de ese incidente los mismos fariseos son los que ahora buscan a Jesús
en una sinagoga con el fin de buscar una ocasión para acusarle. Prácticamente
el problema sigue siendo el mismo, Jesús viola sus leyes religiosas trabajando
en el día de reposo, y en esta ocasión el sanar un enfermo era considerado un
trabajo, pero nuestro Señor les demostrará una vez más que las necesidades
humanas están por encima de cualquier regla religiosa y la religión sin
misericordia está muerta.
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Jesús sana a un hombre con la mano seca |
La intención perversa de los Fariseos
“Pasando de allí, vino a la sinagoga de ellos. Y he
aquí había allí uno que tenía seca una mano; y preguntaron a Jesús, para poder
acusarle: ¿Es lícito sanar en el día de reposo?”.
Mateo
9:9-10
Posiblemente se trata
del mismo día de reposo y después del incidente de los discípulos recogiendo
espigas en el campo, lo cual era considerado un trabajo para los fariseos,
ahora Jesús se mueve a una sinagoga y al parecer los fariseos toman consejo
para ir y buscar una ocasión para acusarlo de sanar en el día sábado ya que
allí había un hombre que tenía la mano seca: “Otra vez entró Jesús en la sinagoga; y
había allí un hombre que tenía seca una mano. Y le acechaban para ver si en el
día de reposo le sanaría, a fin de poder acusarle”, (Marcos 3:1-2). La enemistad y
oposición de estos grupos hacia el ministerio de nuestro Señor sigue creciendo
y ahora ha pasado de tener ciertos encuentros y discusiones ocasionales a
encuentros previamente planeados. Uno puede ver el odio y rivalidad que se está
levantando a tal punto que ellos sabían que allí había un hombre con la mano
derecha seca, según aclara Lucas, cuya necesidad estaban dispuestos a usar: “Aconteció también
en otro día de reposo, que él entró en la sinagoga y enseñaba; y estaba allí un
hombre que tenía seca la mano derecha. Y le acechaban los escribas y los
fariseos, para ver si en el día de reposo lo sanaría, a fin de hallar de qué
acusarle”, (Lucas 6:6-7). Su
pregunta al Maestro era una verdadera trampa: ¿Es lícito sanar en el día de reposo? Es increíble ver lo que había en
el interior de estas personas, aparentaban ser grandes piadosos, con sus
vestuarios llamativos, pero su corazón era negro, tan perverso que estaban
dispuesto a usar a un pobre hombre enfermo para ponerle trampa a Jesús. Esto
nos muestra lo falsa que pueden ser estas religiones con miles de reglas que
excluyen la verdadera esencia del evangelio, la misericordia.
La religión sin misericordia está muerta
“Él les dijo: ¿Qué hombre habrá de vosotros, que tenga
una oveja, y si ésta cayere en un hoyo en día de reposo, no le eche mano, y la
levante? Pues ¿cuánto más vale un hombre que una oveja? Por consiguiente, es
lícito hacer el bien en los días de reposo. Entonces dijo a aquel hombre:
Extiende tu mano. Y él la extendió, y le fue restaurada sana como la otra”.
Mateo
12:11-13
Para los fariseos el
realizar trabajos en el día de reposo constituía una falta gravísima, el
problema era que a veces sus reglas resultaban en un absurdo que iba en contra
del significado de la verdadera ley. Aquí vemos una de ellas ya que si una
persona estaba enferma sus reglas prohibían que se le curara, lo único que se
podía hacer era darle asistencia para estabilizarlo, pero jamás hacer algo para
sanarlo, por considerarse las prácticas de curación un trabajo. Era increíble
ver la rigurosidad de estas leyes humanas que se desviaban completamente del
mismo espíritu de la ley divina del día de reposo. Este día había sido
establecido entre los diez mandamientos con el fin de que el hombre se apartara
de todas sus faenas cotidianas y se dedicara a tener una mayor comunión con Él,
tal y como nosotros hacemos con el día domingo, donde nos desprendemos de todas
nuestras preocupaciones laborales para acudir a la Iglesia y recibir de Él sus
muchas misericordias. Así se espera que fuera el día de reposo, pero en lugar
de eso resultaba un día cargado de muchas normas religiosas que tenían que
cumplir, tal inflexible e implacable ni siquiera los enfermos podían encontrar
el descanso para sus penas.
Para hacerlos entender el
problema de la dureza de su corazón y responder a su pregunta de que si era
licito sanar en el día de reposo, le hace otra pregunta que les responderá de
acuerdo a la relación que se puede hacer con otra parte de la Escritura: ¿Qué hombre habrá
de vosotros, que tenga una oveja, y si ésta cayere en un hoyo en día de reposo,
no le eche mano, y la levante? La relación era fácil ya que si la misma ley les
autorizaba salvar a un animal en día sábado, cuanto más no se tendría que hacer
con un ser humano. La ley exhortaba al hombre justo a ser bueno con sus
animales: “El
justo cuida de la vida de su bestia; más el corazón de los impíos es cruel”, (Proverbios 12:10). Por eso las
escuelas rabínicas habían establecido leyes en cuanto a lo referente de
auxiliar a los animales en dichos días, por ejemplo la escuela del rabino
Shamai establecía que lo único que se podía hacer era llevarle comida al animal
que había caído en el hoyo para que sobreviviera hasta el siguiente día para
rescatarlo. La otra escuela de influencia, la de Hillel decía que podía
ayudarse al animal a salir del hoyo procurando hacer el menor esfuerzo. Ahora
si la misma ley hablaba acerca de la compasión a los animales la cual aplicaba
aun en el día de reposo, también por deducción esta misma compasión se extendía
a los seres humanos y si existía la posibilidad de aliviar el sufrimiento de un
hombre en dicho día, la oportunidad no podía desaprovecharse. Por esto Jesús
les dice: ¿cuánto
más vale un hombre que una oveja? Por consiguiente, es lícito hacer el bien en
los días de reposo. Para despertar la
compasión de estos hombres Jesús les pide al hombre de la mano seca que se pare
en medio para que todos vieran su gran necesidad y accedieran a la posibilidad
de su sanidad, pero por su dureza de corazón callaron e ignoraron su condición:
“Entonces
dijo al hombre que tenía la mano seca: Levántate y ponte en medio. Y les dijo:
¿Es lícito en los días de reposo hacer bien, o hacer mal; salvar la vida, o
quitarla? Pero ellos callaban”, (Mateo 3:3-4). Ante su cruel silencio el Señor
decidió sanarlo enseñándoles que el verdadero significado de la ley de Dios
estaba en mostrarle compasión al hombre: Entonces dijo a aquel hombre: Extiende tu
mano. Y él la extendió, y le fue restaurada sana como la otra. Esto nos muestra lo muerta que
estaba la religión de estos fariseos y creyendo que agradaban a Dios eran
verdaderos enemigos de Él.
La hipocresía de los religiosos
“Y salidos los fariseos, tuvieron consejo contra Jesús
para destruirle”.
Mateo
12:14
En este versículo uno
puede ver la hipocresía que hay detrás de una religión que solo aparenta piedad
tratando de cumplir reglas rigurosas que no cumplen el verdadero espíritu de la
ley divina. Estos hombres muestran su hipocresía en tres aspectos que resaltan
en el texto bíblico. Lo primero es ver lo hipócritas que fueron al no reconocer
lo certero que era Jesús en sus palabras, ya que decidieron callar en medio de
la gente que admitir su error en la interpretación de la ley. Si estos hombres
hubieran sido verdaderos líderes espirituales se habrían retractado de su error
en la sinagoga y dado la razón a Jesús, se hubieran gozado al ver la sanidad
del hombre de la mano seca, pero en lugar de eso se decidieron no aceptar su
error. Eso los convierte en hipócritas religiosos. En segundo lugar vemos la
hipocresía religiosa de estos hombres en las intenciones secretas que tenían
para destruir a Jesús. Uno no puede imaginarse a hombres que profesan fe y gran
piedad planeando matar a una persona, pero estos si lo hacían con todo
descaro. Finalmente su hipocresía se
deja ver en el hecho de que estaban dispuestos a unirse con los herodianos para
destruir a Jesús: “Y salidos los fariseos, tomaron consejo con los
herodianos contra él para destruirle”, (Marcos 3:6). Los herodianos eran judíos que
promovían la mezcla de la cultura griega y apoyaban el reinado de Herodes,
mientras que la religión de los fariseos se había creado con el fin de no
permitir que el judaísmo se mezclara con tradiciones y culturas extranjeras,
así como preservar la ley de Dios; pero ahora estaban dispuestos a unirse con
otra secta con valores muy diferentes y traicionando así sus principios
religiosos. Esto también era una verdadera hipocresía. Lo cierto con todo esto
es que una religión sin misericordia está muerta.
Amén
ResponderBorrarAmén. Muy detallado el análisis
ResponderBorrarMe encanta la interpretación que le dan a la escritura por favor sigan poniendo mas reflexiones sobre los evangelios y la escritura en general, quiero darles las gracias por que esto me ha ayudado mucho a entender las escrituras, Dios los bendiga.
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