Mateo 12:1-8
Introducción
Una vez más iniciamos
el estudio de un nuevo capítulo del evangelio según Mateo el cual está
constituido por 50 versículos. En esta sección veremos como la oposición entre
Jesús y los fariseos y escribas crece a niveles mayores a tal punto que
comienzan a desear su muerte y uno de los principales puntos de discordia entre
este grupo y Jesús es la observancia del día sábado. Las discusiones y
confrontación contra estos grupos religiosos serán cada vez mayores, pero
nuestro Señor Jesucristo contradecirá todas sus tradiciones religiosas
mostrando el verdadero significado de la devoción espiritual que Dios aprueba.
En esta oportunidad les refutara su reglas religiosas apelando a cuatro fuentes
de autoridad.
Los discípulos recogen espigas en el día de reposo |
La controversia en el día sábado
“En aquel tiempo iba Jesús por los sembrados en un día
de reposo; y sus discípulos tuvieron hambre, y comenzaron a arrancar espigas y
a comer. Viéndolo los fariseos, le dijeron: He aquí tus discípulos hacen lo que
no es lícito hacer en el día de reposo”.
Mateo
12:1-2
El contexto bíblico
nos ubica en un campo de sembrado de cereales los cuales solían estar en
algunos caminos y ocurrían en la época del año de la primavera hasta mediados
del verano, antes de la ciega. Generalmente solo existían dos regiones donde
este tipo de campo sembrado podía estar, el primero, en Palestina, en el cálido
valle del Jordán, la cebada madura durante el mes de abril; el segundo, en
TransJordania y la región oriental del Mar de Galilea el trigo se cosechaba en agosto.
En el texto no se dice exactamente cuando fue que Jesús y sus discípulos
pasaron por los campos sembrados de grano, tampoco podemos saber si se trataba
de trigo o cebada el grano que los discípulos arrancaban. La acusación de los
fariseos en contra de los discípulos de Jesús no era porque los discípulos
estuvieran robando los granos del campo, sino más bien porque estaba violando
una de sus normas religiosas, el trabajar sábado: Viéndolo los fariseos, le dijeron: He aquí
tus discípulos hacen lo que no es lícito hacer en el día de reposo. En la ley mosaica estaba
permitido que los viajeros que tuvieran hambre se acercaran a los campos y
recogieran granos en una cantidad necesaria solo para saciarse y lo que su mano
les permitiera llevar, nunca mayores cantidades porque podría interpretarse como
robo: “Cuando
entres en la mies de tu prójimo, podrás arrancar espigas con tu mano; mas no
aplicarás hoz a la mies de tu prójimo”, (Deuteronomio 23:25). No obstante, la molestia de
los fariseos no era porque los discípulos arrancaban y comían los granos de un
campo ajeno, porque violaban la ley de no trabajar en el día sábado. Definitivamente
el guardar el día de reposo, shabbát (שַׁבָּת) en hebreo era uno de los
mandamientos del decálogo: “Acuérdate del día de reposo para santificarlo”, (Éxodo 20:8), el hecho de
santificar este día estaba relacionado con tratarlo de manera diferente al
resto de los días de la semana, por lo que muchas tarea cotidianas se dejaban
de hacer, entre ellos el trabajar con el fin de acercarse más a Dios. El violar
esta ley significo la muerte de un israelita en tiempos de la peregrinación en
el desierto: “Estando los hijos de Israel en el desierto, hallaron
a un hombre que recogía leña en día de reposo… Y Jehová dijo a Moisés:
Irremisiblemente muera aquel hombre; apedréelo toda la congregación fuera del
campamento”, (Números 15:32,35).
Por tanto, era prohibido trabajar ese día y su desobediencia se pagaba con la
muerte: “Seis
días se trabajará, más el día séptimo es día de reposo consagrado a Jehová;
cualquiera que trabaje en el día de reposo, ciertamente morirá”, (Éxodo 31:15). Ahora bien, el
problema con esta ley estaba en la interpretación que los fariseos tenían en
cuanto a realizar un trabajo, y así llegaron a establecer un catálogo con
treinta y nueve trabajos principales subdivididos en muchas categorías menores,
de modo que, por ejemplo, arrancar espigas se consideraba cosechar, y el
restregarlas para sacar el grano se consideraba trillar, y ambas acciones se
consideraban como un trabajo: “Aconteció en un día de reposo, que pasando Jesús por
los sembrados, sus discípulos arrancaban espigas y comían, restregándolas con
las manos”, (Lucas 6:1). Sin
embargo, a pesar de esto Jesús está dispuesto a contradecir una vez más sus
tradiciones religiosas y mala interpretación de la escritura por lo que les
hará ver que la necesidad humana está por encima de cualquiera de ellas.
Si bien es cierto era día de
reposo y la ley mandaba guardarlo, pero jamás la ley fue promulgada para estar
por encima de las necesidades y bienestar humano. Allí estaban los discípulos
hambrientos y Jesús les permitió arrancar el grano de las espigas y consumir
nada más que el necesario para solventar su necesidad, pero esto molestó mucho
a los fariseos que solo se preocupaban por cumplir muchas de sus tradiciones
religiosas que le habían agregado a la verdadera ley de Dios y por eso Jesús
les muestra su error apelando a cuatro fuentes de autoridad. Veámoslas.
Los Escritos inspirados aprueban la prioridad humana ante las reglas religiosas
“Pero él les dijo: ¿No habéis leído lo que hizo David,
cuando él y los que con él estaban tuvieron hambre; cómo entró en la casa de Dios, y comió los
panes de la proposición, que no les era lícito comer ni a él ni a los que con
él estaban, sino solamente a los sacerdotes?”.
Mateo
12:3-4
E
|
n primer lugar Jesús
les hace ver a estos fariseos que la necesidad y bienestar humano está por
encima de cualquier tradición religiosa apelando a una historia de las mismas
Escrituras. Una vez más queda evidenciado el increíble dominio y aplicación que
Jesús tenia de las Sagradas Escrituras y les refuta a aquellos que se jactaban
de dominarlas. Este ejemplo es muy bueno. Entre los utensilios sagrados del
Tabernáculo de reunión estaba la mesa de los panes de la proposición los cuales
eran doce porciones de pan colocadas en dos hileras de seis cada una: “Y tomarás flor de
harina, y cocerás de ella doce tortas; cada torta será de dos décimas de efa. Y
las pondrás en dos hileras, seis en cada hilera, sobre la mesa limpia delante
de Jehová. Pondrás también sobre cada hilera incienso puro, y será para el pan
como perfume, ofrenda encendida a Jehová. Cada día de reposo lo pondrá
continuamente en orden delante de Jehová, en nombre de los hijos de Israel,
como pacto perpetuo. Y será de Aarón y de sus hijos, los cuales lo comerán en
lugar santo; porque es cosa muy santa para él, de las ofrendas encendidas a
Jehová, por derecho perpetuo”, (Levítico 24:5-9).
Este pan era renovado cada día y solo podía ser comido por los
sacerdotes, pero un día llego David huyendo de Saúl y tenía necesidad de
alimento y lo único que había era el pan de la propiciación y el sacerdote
Ahimelec se lo permitió porque ante cualquier rito la necesidad humana tiene
prioridad: “Así
el sacerdote le dio el pan sagrado, porque allí no había otro pan sino los
panes de la proposición, los cuales habían sido quitados de la presencia de
Jehová, para poner panes calientes el día que aquéllos fueron quitados”, (1 Samuel 21:6).
La excepción a la regla aplica cuando la necesidad humana está presente
“¿O no habéis leído en la ley, cómo en el día de
reposo los sacerdotes en el templo profanan el día de reposo, y son sin culpa?
Pues os digo que
uno mayor que el templo está aquí”.
Mateo
12:5-6
En segundo lugar Jesús
apela a la segunda fuente de autoridad en defensa de sus discípulos: la
excepción de la ley del día sábado. Entre las cosas que los fariseos
consideraban trabajo esta lo que se hacía en el templo cuando la gente llevaba
sus carneros como ofrenda al Señor. La preparación, matanza de animales y
coserlas en el fuego era considerado como un trabajo y si había un día en el
cual los sacerdotes trabajaban el doble era precisamente el sábado: “Mas el día de
reposo, dos corderos de un año sin defecto, y dos décimas de flor de harina
amasada con aceite, como ofrenda, con su libación”, (Números 28:9). Obviamente los
sacerdotes que no cumplen el hecho de trabajar el día de reposo son perdonados
porque la ley aquí tiene una excepción debido a que los ritos y ministración
del pueblo está por encima de ello y por ello Jesús les dice: ¿O no habéis leído
en la ley, cómo en el día de reposo los sacerdotes en el templo profanan el día
de reposo, y son sin culpa? Por tanto, así como esta ley tiene su excepción por la preeminencia que
el culto tiene, así la excepción podría aplicarse en este caso donde los
discípulos necesitaban alimentarse. Con sus palabras: Pues os digo que
uno mayor que el templo está aquí, posiblemente se refiere a la certeza y autoridad que
su aseveración tiene porque el reino de los cielos finalmente se había acercado
a los hombres por medio de Cristo.
La misericordia aprueba la prioridad de la necesidad humana ante cualquier regla religiosa
“Y si supieseis qué significa: Misericordia quiero, y
no sacrificio, no condenaríais a los inocentes…”
Mateo
12:7
Una vez más el Señor
ratifica sus palabra al usar las Sagradas Escrituras citándoles al profeta
Oseas: “Porque
misericordia quiero, y no sacrificio, y conocimiento de Dios más que
holocaustos”, (Oseas 6:6). Allí
estaban los fariseos que se jactaban de guardar todas sus leyes, pero habían
olvidado lo más importante de la ley, la misericordia hacia sus semejantes. La
indiferencia hacia la necesidad del hombre era exagerada, y de nada les servía
sus sacrificios y todas sus costumbres religiosas si el amor y piedad no los
acompañaba, y por ello Jesús le aclara que sería mejor que indagaran el
significado de esas palabras.
Jesús mismo pone la necesidad humana por encima de las reglas religiosas
“… porque el Hijo del Hombre es Señor del día de
reposo”.
Mateo
12:8
Finalmente, sus
palabras tienen que tomarse como verdaderas porque él es el Mesías, Dios mismo,
el dueño del día de reposo: porque el Hijo del Hombre es Señor del día de reposo. Allí enfrente de ellos estaba
no el mejor erudito y versado comentarista de las Sagradas Escrituras, sino el
autor mismo de ellas, y por tanto, conocía la verdadera interpretación y
aplicación de la ley. La ley había sido establecida como un medio de
consagrarse a Dios en aquel tiempo, pero jamás su aplicación iría en contra del
mismo bienestar del hombre, bastaba tener misericordia para verlo, pero estos
fariseos solo se preocupaban por sus tradiciones y eran indiferentes a la
necesidad de la gente, pero la verdadera religión, la que Dios aprueba debe
preocuparse no solo por su propia santificación, sino también por la necesidad
y bienestar de sus semejantes: “La religión pura y sin mácula delante de Dios el
Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y
guardarse sin mancha del mundo”, (Santiago 1:27).
Sus comentarios me han ayudado a interpretar mejor la biblia, muchas gracias, también soy de El Salvador.
ResponderBorrara la verdad es impotante el dia de Reposo para adorar a Dios.o sea el sabado y omitir el dia domingo. como un culto pagano. quiero ingertar mi adoracion a la raiz judia del linaje de david. gracias espero una respuesta gracias bendiciones
ResponderBorrarSus estudios siempre me aclaran cosas que no había visto así.
ResponderBorrar!!Adelante!!
gracias por el articulo
ResponderBorrarExcelente estudio. Gracias por compartirlo. El Señor siga poniendo sabiduría y entendimiento en ti. Bencidiciones
ResponderBorrarmuy buena enseñanza
ResponderBorrarGracias a Dios por sus enseñanzas, me ayudan mucho. Amelia de Perú
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