Génesis 41:38-43(RV60)
Increíblemente
encontramos en el primer libro de la Biblia, el Génesis, una fantástica
historia de cómo un hombre escalo a la cumbre del éxito para convertirse en el
gobernador de la nación más poderosa de su tiempo y ser la clave para la
preservación de su nación. Hablamos de José, uno de los doce patriarcas de
Israel. Definitivamente encontramos la
promoción de José al puesto más alto en Egipto después de Faraón: Dijo además Faraón a
José: He aquí yo te he puesto sobre toda la tierra de Egipto. Cuantas personas anhelan alcanzar
el éxito en el medio en el cual se mueve: llámese los negocios, la industria,
la iglesia, en organizaciones sin fin de lucro, etc.; pero la clave para tener
éxito es el liderazgo.
“Todo surge o se
desploma por liderazgo”
Dr. John C. Maxwell
Las aseveraciones de Faraón al decir: ¿Acaso hallaremos a
otro hombre como éste, en quien esté el espíritu de Dios? denotan a
un hombre de gran influencia y altamente capacitado para desempeñar los cargos
de mayor responsabilidad dentro de una institución. En el caso de José, su
éxito no se dio de la noche a la mañana; realmente fue un proceso de toda su
vida al cual Dios lo sometió. La vida de José nos enseña muchas cosas
provechosas entre las cuales esta una verdad innegable: el liderazgo es el proceso de
toda una vida. Muchas personas piensan que el
liderazgo es para un grupo pequeño y privilegiado con ciertos dones especiales;
sin embargo no es así. El líder no nace, sino que se hace. Se
cuenta de un grupo de turistas que visitaban una aldea pintoresca. Cuando
pasaron cerca de un hombre sentado junto a una valla, uno de los turistas le
preguntó de una manera altiva: « ¿Han nacido hombres notables en esta aldea?»
El viejo respondió: «No, solamente niños».[1] Esta historia nos enseña un principio importante: El
liderazgo se desarrolla y es el proceso de toda una vida, por tanto es una
decisión en cuanto al hecho de decidir cuándo comenzar a desarrollarlo.En la vida de José podemos apreciar algunos puntos
importantes en cuanto a los principios básicos para desarrollar el liderazgo.
EL PUNTO DE PARTIDA: LA VISIÓN
“Y soñó José un sueño,
y lo contó a sus hermanos; y ellos llegaron a aborrecerle más todavía. Y él les
dijo: Oíd ahora este sueño que he soñado: He aquí que atábamos manojos en medio
del campo, y he aquí que mi manojo se levantaba y estaba derecho, y que
vuestros manojos estaban alrededor y se inclinaban al mío. Le respondieron sus
hermanos: ¿Reinarás tú sobre nosotros, o señorearás sobre nosotros? Y le
aborrecieron aún más a causa de sus sueños y sus palabras. Soñó aun otro sueño,
y lo contó a sus hermanos, diciendo: He aquí que he soñado otro sueño, y he
aquí que el sol y la luna y once estrellas se inclinaban a mí. Y lo contó a su
padre y a sus hermanos; y su padre le reprendió, y le dijo: ¿Qué sueño es este
que soñaste? ¿Acaso vendremos yo y tu madre y tus hermanos a postrarnos en
tierra ante ti? Y sus hermanos le tenían envidia, más su padre meditaba en
esto”.
Génesis 37:5-11(RV60)
Mientras
que las personas comunes se preocupan de los problemas que se visualizan en el
futuro y sus vidas son moldeadas de acuerdo a los acontecimientos que los
rodean, los líderes vislumbran el futuro construyendo su propio destino. El camino al éxito para José comenzó con sueños los cuales le mostraban lo que Dios tenía preparado para él. Para un líder los sueños lo son todo, y éstos se conocen con el nombre de la visión del líder. La visión tiene que ser personal, no puede ser comprada o prestada, tiene que salir de lo más profundo de su corazón, alimentada por la pasión de querer llevarla a cabo e inspirada por el Espíritu Santo. Cuando hablamos de visión nos referimos a la capacidad que este tiene de soñar y materializar sus ideales en una realidad tangible la cual es capaz de captar el interés de otras personas. Jeff Caliguire cita en uno de
sus libros a Burt Nanus, autor del libro liderazgo visionario: “Una visión es
un modelo mental de un estado futuro de un proceso, grupo u organización, trata
con un mundo que existe únicamente en la imaginación, edificando sobre
especulaciones razonables, fabricadas a partir de lo que esperamos que sean
presunciones razonables sobre el futuro. Un visionario es alguien que tiene la
imagen de un mundo ficticio que puede ser observado o verificado por
adelantado… un mundo cuya misma existencia requiere un acto de fe”.[2]
La visión del líder comienza en su
cabeza, como un modelo mental, lo cual con el tiempo llega a materializarse. Stephen
Covey lo llama empezar con un fin en
mente: “El hábito de «empezar con un fin en mente»
se basa en el principio de que todas las cosas se crean dos veces. Siempre hay
primero una creación mental, y luego una creación física”[3].
Primeramente la visión nacerá en la mente del líder la cual ira madurando
conforme el tiempo pase y luego las figuras mentales se materializaran y
perfeccionaran en el mundo real. Es de suma importancia que la visión del líder
esté inspirada por el Espíritu Santo como en el caso de José y no por fines
egoísta. Cuando esto es así, Dios dispone todas las cosas para bien del líder a
fin de que alcance aquello que ha vislumbrado en sus sueños. La visión
inspirada por el Espíritu Santo mantendrá al líder motivado, le proporcionará
los recursos necesarios y conducirá al beneficio de los demás. “Podemos
formar parte del cumplimiento del propósito de Dios, si tocamos el pincel del
propósito de Dios, lo mojamos con la tinta de la fe y pintamos su propósito en
el cuadro de nuestra imaginación”[4]
ESTÉ DISPUESTO A PAGAR EL PRECIO
“Entonces Judá les
propuso a sus hermanos: — ¿Qué ganamos con matar a nuestro hermano y ocultar su
muerte? En vez de eliminarlo, vendámoslo
a los ismaelitas; al fin de cuentas, es nuestro propio hermano. Sus hermanos
estuvieron de acuerdo con él, así que cuando los mercaderes madianitas se
acercaron, sacaron a José de la cisterna y se lo vendieron a los ismaelitas por
veinte monedas de plata. Fue así como se llevaron a José a Egipto”.
Génesis 37:26-28 (RV60)
Muchas
veces el liderazgo no es un concurso de popularidad y José lo vivió en carne
propia ya que sus hermanos lo despreciaban por el hecho de que era el hijo
favorito de su padre y los sueños que Dios le había otorgado. José fue vendido
como esclavo a un funcionario egipcio, luego fue acusado injustamente de un
delito que no cometió y mandado a la cárcel donde paso mucho tiempo. Tuvo que
sufrir mucho ante de llegar a ser el gobernador de Egipto. De igual manera hay un precio
que todos debemos pagar, hay desiertos espirituales por los que debemos
atravesar antes de llegar a ser las personas que Dios ha dispuesto en su
voluntad. Los grandes hombres y mujeres
que Dios ha utilizado han tenido que atravesar por grandes desiertos. Vemos a
un Moisés en el desierto de Madián por 40 años antes de convertirse en el gran
legislador de Israel (Éxodo 2:15), a una Ruth que negó separarse de su suegra
Nohemí y pasar con ella todas las vicisitudes antes de ser redimida por Booz, a
un Pablo yéndose a Arabia antes de convertirse en el Apóstol de los gentiles, a
nuestro Señor Jesucristo yendo al desierto para ser tentado antes de iniciar su
ministerio, a un David vagando de cueva en cueva en los desierto huyendo de
Saúl cuando éste lo quería matar antes de convertirse en el rey de Israel, y en
general todos los grandes líderes que Dios ha levantado han tenido que
atravesar por este proceso doloroso donde se ha formado su carácter, han
desarrollado nuevas habilidades y adquirido nuevos conocimientos para poder
desempeñar de manera efectiva aquella tarea para la cual el Señor los ha
escogido. “Los
desiertos, figurada o literalmente, presentan desafíos para aquellos de
nosotros que nos gusta controlar nuestras circunstancias y no salir de la
comodidad”.[5] El liderazgo demanda sacrificio
y perseverancia, sin embargo muchos creen que el liderazgo es una escalera
fácil a la fama y poder. Para ser un líder exitoso es necesario pagar el precio
y comenzar desde abajo como lo hizo José, antes de ser el gobernador de Egipto
fue esclavo, pero no por ello su trabajo fue de mala calidad, al contrario,
como esclavo realizo un excelente trabajo sirviendo de la mejor manera y esto
nos lleva al siguiente principio.
EL SERVICIO LO ES TODO
“Cuando José fue
llevado a Egipto, los ismaelitas que lo habían trasladado allá lo vendieron a
Potifar, un egipcio que era funcionario del faraón y capitán de su guardia.
Ahora bien, el SEÑOR estaba con José y las cosas le salían muy bien. Mientras
José vivía en la casa de su patrón egipcio, éste se dio cuenta de que el SEÑOR
estaba con José y lo hacía prosperar en todo.
José se ganó la confianza de Potifar, y éste lo nombró mayordomo de toda
su casa y le confió la administración de todos sus bienes. Por causa de José,
el SEÑOR bendijo la casa del egipcio Potifar a partir del momento en que puso a
José a cargo de su casa y de todos sus bienes. La bendición del SEÑOR se
extendió sobre todo lo que tenía el egipcio, tanto en la casa como en el campo.
Por esto Potifar dejó todo a cargo de José, y tan sólo se preocupaba por lo que
tenía que comer. José tenía muy buen físico y era muy atractivo”.
Génesis 39:1-6 (NVI)
La
grandeza del ser humano se encuentra en el servicio a los demás. La vida de
José se caracterizó por su servicio. Todo trabajo que se le delegaba lo hacía
con gran efectividad y lealtad a tal punto de su amo Potifar lo puso a la
cabeza de toda la administración de su casa y sus negocios. Esta calidad de
servicio se ve aun en la cárcel:
“Y mandó que echaran a
José en la cárcel donde estaban los presos del rey. Pero aun en la cárcel el
SEÑOR estaba con él y no dejó de mostrarle su amor. Hizo que se ganara la
confianza del guardia de la cárcel, el cual puso a José a cargo de todos los
prisioneros y de todo lo que allí se hacía. Como el SEÑOR estaba con José y
hacía prosperar todo lo que él hacía, el guardia de la cárcel no se preocupaba
de nada de lo que dejaba en sus manos”.
Génesis 39:20-23(NVI)
Podemos observar que aun en la
cárcel José se caracterizó por su actitud de servicio. Muchos piensan que ser
líder es pasar todo el día ordenando a los demás, sin embargo no es así; el
verdadero liderazgo implica servicio, ayuda a los demás a crecer y beneficiar
sus vidas.
“Todos tienen el
poder de ser grandes, no por la fama, sino por su grandeza, porque su grandeza
se determina por el servicio”.
Martín Luther King
Jr.
Este principio importante
nuestro Señor Jesucristo lo enseñó a sus discípulos.
“Entonces Jesús,
llamándolos, dijo: Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de
ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad. Mas entre vosotros
no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro
servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo;
como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar
su vida en rescate por muchos”.
Mateo 20:25-28(RV60)
El verdadero liderazgo nace del
corazón, del anhelo de querer impactar de manera positiva en la vida de los
demás. “Un
verdadero líder es alguien que les demuestra a los demás que lo que ocupa su
corazón es dar lo mejor para ellos. Un verdadero líder se esforzará para hacer
que los que están a sus alrededor tengan éxito. Su pasión es ayudar a que las
personas que están bajo su liderazgo florezcan. Es por esta razón que el
verdadero líder debe tener el corazón de un siervo”.[6]
“Tienes que amar
más a tu gente que a tu propia posición”.
Dr. John C. Maxwell
LA CLAVE DE NUESTRO ÉXITO: NUESTRA COMUNIÓN CON DIOS
“Y vio su amo que
Jehová estaba con él, y que todo lo que él hacía, Jehová lo hacía prosperar en
su mano… Pero Jehová estaba con José y le extendió su misericordia, y le dio
gracia en los ojos del jefe de la cárcel”.
Génesis 39:3, 21
A lo largo del relato bíblico resalta una
realidad en la vida de José: Jehová estaba con José. La clave de nuestro éxito
está en tener la presencia continua del Espíritu Santo sobre nosotros. “La espiritualidad de un líder determina su
liderazgo, lo cual es el resultado de su intimidad con el Espíritu Santo”.[7]
Entre mayor sea la comunión del líder con el Espíritu Santo mayor será su
efectividad ya que es Él que nos guía y nos da poder para realizar su voluntad
en el nombre de Jesús. El pastor David Yonggi Cho está
convencido que la comunión del líder con el Espíritu Santo es clave, él cita: “Nos encontramos
en la era del Espíritu Santo. Nunca vamos a tener éxito en el ministerio si no
reconocemos su obra”.[8] Basta observar con sumo cuidados la
vida de los grandes líderes que Dios ha levantado para reconocer este hecho. Lo
vemos en las palabras de David cuando enfrento a Goliat:
“Entonces dijo David al
filisteo: Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos,
el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado. Jehová te
entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza, y daré hoy
los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra;
y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel.
Y sabrá toda esta congregación que Jehová
no salva con espada y con lanza; porque de Jehová es la batalla, y él
os entregará en nuestras manos”.
1 Samuel 17:45-47(RV60)
Lo
vemos en la vida de Nehemías cuando
nació en su corazón el anhelo de reconstruir los muros de Jerusalén.
“Cuando oí estas
palabras me senté y lloré, e hice duelo por algunos días, y ayuné y oré delante
del Dios de los cielos”.
Nehemías 1:4(RV60)
El
apóstol Pablo reconocía que sus armas eran espirituales y no se apoyaba en sus
destrezas humanas.
“Porque las armas de
nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de
fortalezas”.
2 Corintios 10:4 (RV60)
El mismo profeta Zacarías lo
afirmo en su libro:
“Entonces respondió y
me habló diciendo: Esta es palabra de Jehová a Zorobabel, que dice: No con
ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los
ejércitos”.
Zacarías 4:6(RV60)
Por tanto, podemos estar seguros
que la comunión del Espíritu Santo es clave en el liderazgo por lo que es
importante mantener nuestra santidad y ejercitar cada día nuestros sentidos
espirituales.
UNA COSECHA DE 13 AÑOS
La
travesía de José que lo convertiría en un gran líder comenzó a sus 17 años
(Génesis 37:2) y culmino a los 30 años
de edad (Génesis 41:46). Fue un proceso de 13 años antes de poder ver la
primera cosecha, pero antes de eso José tuvo que pagar el precio y probar su
fidelidad a través del servicio, su actitud diligente y su constante comunión
con Dios lo llevaron a la cúspide del éxito. Al final la visión que el Señor le
había dado se hizo realidad y un día sin saberlo sus hermanos se estaban
postrando delante de él suplicándole que les vendiera granos para sobrevivir en
la gran sequía que las nación enfrentaba. José jamás perdió de vista el propósito de Dios en su vida: Preservar a su pueblo, aun después de haber sufrido grandes dificultades, así se los expreso a sus hermanos:
“Ahora, pues, no os entristezcáis ni os pese haberme vendido acá, porque para salvar vidas me envió Dios delante de vosotros”.
Génesis 45:5 (RV95)
La historia de José nos enseña que llegar a la cumbre del éxito no es fácil, es más el liderazgo no es tarea sencilla, hay que estar dispuesto a pagar el precio y estar conscientes de que siempre habrán dificultades pero debemos pelear estando en comunión siempre con Dios no olvidando que el hombre es grande en la medida que sirve a los demás. Muchas veces caeremos en este camino del liderazgo,
pero debemos levantarnos y progresar hasta el final.
“Tal vez no sea tu culpa por estar echado en
el piso, pero es tu culpa si no te levantas”.
Steve Davis
Dios desea levantar líderes que
sean capaces de impactar este mundo con un mensaje que cambie sus vidas, José
lo hizo en su tiempo, impacto al Faraón y grandes funcionarios, a los egipcios
y a su familia, todos ellos reconocieron la mano de Dios en su vida. De igual manera,
el liderazgo que vale es el que viene por llamamiento de Dios, aquel que es
motivado por la visión que el Espíritu Santo da, el que beneficia a otros y no
solo a sí mismo, el que está dispuesto a comenzar desde abajo y pagar el
precio, el que no desiste ante las pruebas y no pierde nunca el horizonte
perfecto que es Cristo.
[1] Dr. John Maxwell. “Desarrolle el
líder que está en usted”. Ed. Caribe,
EEUU. pág. 4.
[2] Jeff Caliguire.”Secretos del
liderazgo de San Pablo”. Ed. Peniel, Buenos Aires, Argentina. Pág. 144.
[3] Stephen Covey. “Los siete hábitos de la gente
altamente efectiva”. Buenos Aires, Paidós, 1ª edición, 2005. Pág. 61.
[5] Jeff Caliguire."Secretos del liderazgo de San
Pablo”. Ed. Peniel, Buenos Aires,
Argentina, 2004. Pág. 36.
[7] David Yonggi Cho y Ariel Kim.
“Liderazgo de la cuarta dimensión”. Ed. Peniel, Buenos Aires, Argentina. Pág.
27.
[8] David
Yonggi Cho.”La cuarta dimensión”. Ed. Peniel, Buenos Aires, Argentina. Pág. 17
ME ENCANTA EL ESTUDIO DE JOSÉ DIOS LOS BENDIGA
ResponderBorrarDios le bendiga.me gusta el estudio,Dios les de más sabiduria
ResponderBorrarGracias por compartir esta hermosa enseñanza ..es una riqueza espíritu para los que no pudimos estudiar ..pero ahora lo puedo aprender con mas profundidad...es una gran bendicion esta enseñanza
ResponderBorrarExcelente
ResponderBorrarHERMOSO ESTUDIO HASHEM LE SIGA BENDICIENDO
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