“Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos. Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas”.
Mateo 6:25-3
Introducción
Hasta el momento Jesús
ha desarrollado una serie de temas relacionados con los tesoros celestiales
versus los terrenales. En primer lugar enfatizo que más importante que hacer
tesoros en la tierra lo es hacerlos en los cielos, aunque esto no significa que
condene el hacer posesiones en este mundo. También advirtió la importancia de
cuidar nuestro ojo, es decir nuestro corazón, asegurándonos que nuestro corazón
no este cautivado por las riquezas y posesiones que este mundo ofrece ya que
eso lo llevara a la esclavitud de la posesión material, saltando así al tema: Nadie
puede servir a dos señores, cuyo énfasis está en que Dios debe ser nuestro
único Señor. Ahora va a tratar con otro problema que generalmente trae el tema
de las posesiones terrenales: El afán o ansiedad.
Por nada estéis ansiosos
“Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida,
qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de
vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?”.
Mateo
6:25
La palabra griega que
se traduce en la Reina Valera 1960 como afán es merimnáo (μεριμνάω) la cual también puede traducirse
como ansiedad o preocupación. Como seres humanos la vida nos demanda de ciertos
recursos básicos para poder subsistir tales como el vestuario, la alimentación,
vivienda, etc., y estos a su vez demandan de nosotros cierta capacidad
económica que nos lleva a trabajar y devengar un salario. Todo esto nos puede
llevar al afán con tal de pagar todas estas cosas y posiblemente a preocuparnos
por el mañana. No obstante, Jesús nos enseña a no preocuparnos por estas cosas
diciendo: No
os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por
vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el
cuerpo más que el vestido? Si Dios es el creador de nuestra
vida, ¿acaso Él no tendrá cuidado de darnos lo que necesitamos para mantenerla?
En este sentido nuestro Señor nos alienta a no estar ansiosos por tres cosas
elementales:
1.
Porque somos más
valiosos que la misma creación a la cual Él también cuida.
2.
Porque la ansiedad es
inútil.
3.
Porque nuestra
esperanza esté depositada en Dios y no en el mundo.
Más valiosos que toda la creación
“Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan,
ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis
vosotros mucho más que ellas? ¿Y quién de
vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? Y por el
vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no
trabajan ni hilan; pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se
vistió así como uno de ellos. Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se
echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de
poca fe?”
Mateo
6:26-30
Realmente nos hemos detenido a pensar en las aves del cielo. Es un hecho que existen millones de aves alrededor del mundo, y si pensáramos lo que se necesita para alimentarlas día a día, posiblemente necesitaríamos una gran cantidad de graneros. Pero parece que este no es un problema para Dios. Todos los días estas aves reciben de parte de su Creador el alimento diario, no tiene necesidad de sembrar ni de recoger en graneros, pero aun así reciben su alimento. Ahora bien, si Dios tiene este cuidado con las aves del cielo las cuales son animales muy sencillos, Jesús pregunta: ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? La respuesta es ¡sí! Nosotros somos imagen y semejanza de Dios, por lo que el tendrá cuidado de la corona de su creación. Jesús nos invita a confiar en la provisión divina de Dios ya que aunque nos preocupemos cada día, eso jamás cambiara nada, o como él dice: ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo?
Más valiosos que los pájaros del cielo |
Más valiosos que la hierva del campo |
Por tanto, si Dios tiene cuidado de alimentar a seres
tan insignificantes como las aves del cielo, y se preocupa de vestir tan
espléndidamente a los lirios del campo cuya vida solo dura un día y que va a parar
al horno, cuanto mas no tendrá cuidado de sus hijos amados que valen más que
toda la creación.
La ansiedad es inútil
“¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane,
añadir a su estatura un codo?”
Mateo
6:27
En segundo lugar,
nuestro Señor Jesucristo nos da otra razón por la cual no debemos entrar en
ansiedad, y es porque la tal es inútil. El preocuparnos no puede cambiar en
nada, ni el pasado, ni el futuro, y en el presente solo sirve para enfermarnos.
Jesús dice que nadie puede agregar a su estatura un codo más por afanarse. Un
codo era una unidad de medida de longitud que los judíos utilizaban y que
equivale aproximadamente a 45 centímetros. Por lo tal la ansiedad es
completamente inútil y no nos ayuda a nada.
La verdadera esperanza
“No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o
qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro
Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas”.
Mateo 6:31-32
En tercer lugar, no
debemos angustiarnos porque no somos como los paganos que no tienen esperanza.
Jesús cierra esta sección diciendo que no debemos afanarnos ni por la comida,
ni por la bebida, ni por el vestuario, o cualquier otra cosa que necesitemos
para vivir, ya que debemos estar conscientes que tenemos un Padre celestial que
tiene cuidado de cada uno de nosotros; contrario a los paganos del mundo, los
cuales no tiene la esperanza de gloria que se nos ha otorgado a los cristianos.
“Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento
en ti persevera; porque en ti ha confiado”.
Isaías
26:3
Excelente bendito sea mi Dios y Señor que da sabiduría abundante
ResponderBorrarDios nos Ama
ResponderBorrar