“Después
de la muerte de Acab, se rebeló Moab contra Israel. Y Ocozías cayó por la
ventana de una sala de la casa que tenía en Samaria; y estando enfermo, envió
mensajeros, y les dijo: Id y consultad a Baal-zebub dios de Ecrón, si he de
sanar de esta mi enfermedad. Entonces el
ángel de Jehová habló a Elías tisbita, diciendo: Levántate, y sube a
encontrarte con los mensajeros del rey de Samaria, y diles: ¿No hay Dios en
Israel, que vais a consultar a Baal-zebub dios de Ecrón? Por tanto, así ha dicho Jehová: Del lecho en
que estás no te levantarás, sino que ciertamente morirás. Y Elías se fue”.
2 Reyes 1:1-4
INTRODUCCIÓN
Si hay algo de lo que podemos estar
seguros es de los problemas. Nuestra sola existencia es garantía de ello ya que
solo los muertos están privados de ello. Ante la presencia de problemas los
seres humanos tendemos a buscar la solución en diferentes lugares, sin embargo,
muchos pueden buscarlos en los lugares equivocados. La historia de Ocozías nos
brinda un maravilloso ejemplo de lo que pasa cuando buscamos las respuestas en
los lugares equivocados.
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Ocozías enferma de muerte |
I.
NUESTRA PRESENTE PROSPERIDAD NO
ES GARANTÍA DE NADA.
“Después
de la muerte de Acab, se rebeló Moab contra Israel. Y Ocozías cayó por la
ventana de una sala de la casa que tenía en Samaria…”
El texto sagrado nos habla acerca
de Ocozías el cual acababa de heredar el reino de Israel tras la muerte de su
padre Acab. Como rey lo tenía todo: propiedades, riquezas, placeres, seguridad,
una vida de lujos, todo aquello que muchas personas pueden anhelar y basar su
felicidad. Algunos creen que el tener una vida de prosperidad es garantía de su
felicidad, pero se equivocan, ya que sin importar sus posesiones, amistades o
riquezas, siempre hay problemas que pueden llegar a golpearlos y destruirlos
terriblemente.
Ocozías, como su padre, se inclinó a
buscar el mal en lugar de Dios y poco a poco los problemas comenzaron a llegar
a su vida, primero con la rebelión de Moab, una nación que durante los días de
su padre se mantuvo sujeta a Israel y luego vino una terrible tragedia: Y Ocozías cayó por
la ventana de una sala de la casa que tenía en Samaria. Al parecer
la caída fue tan terrible que Ocozías cayó en cama extremadamente enfermo y ni
sus riquezas, ni sus posesiones o sus súbditos pudieron ayudarlo para que
sanara. Muchas personas hoy en día pueden considerarse afortunadas porque
tienen un buen trabajo, un buen salario, un buen negocio, por el apoyo de su
familia o amigos o porque confían demasiado en su astucia y capacidades
personales. A lo mejor son buenos administradores y creen tener su futuro
asegurado ignorando como Ocozías que pueden ser víctimas de una terrible
tragedia y todo en lo que confiaban se vuelve completamente inútil.
II.
LA TENDENCIA DEL HOMBRE EN BUSCAR
LA RESPUESTA A SUS PROBLEMAS EN EL LUGAR EQUIVOCADO.
“Y
Ocozías cayó por la ventana de una sala de la casa que tenía en Samaria; y
estando enfermo, envió mensajeros, y les dijo: Id y consultad a Baal-zebub dios
de Ecrón, si he de sanar de esta mi enfermedad…”
Generalmente las personas como
Ocozías viven confiadas creyendo que nada malo podrá venir a sus vidas y jamás
se preocupan por buscar a Dios. Cuando Ocozías considero la gravedad de su
condición debió haber llamado a los mejores médicos de Israel pero ellos no
pudieron hacer nada. Muchas veces ante los problemas tendemos a pensar la forma
de cómo solucionarlos sin considerar primeramente a Dios, esto es una mala
costumbre. Ocozías sabía que su relación con Dios estaba mal por causa de sus
pecados, pero lejos de humillarse y buscar la ayuda de Dios decide enviar a sus
siervos a consultarle a un ídolo llamado Baal-zebub. De acuerdo a la historia
Baal-zebub literalmente significa “señor
de las moscas”, y era un ídolo famoso en Ecrón ya que se le atribuía
milagros de sanidades por lo que era común las peregrinaciones de varias naciones
a esta ciudad en busca de la sanidad. Por ello el Señor condena a Ecrón la cual
era considerada esperanza entre las demás naciones: “Verá Ascalón, y temerá; Gaza también, y se
dolerá en gran manera; asimismo Ecrón, porque su esperanza será confundida; y
perecerá el rey de Gaza, y Ascalón no será habitada”, (Zacarías
9:5).
Muchas personas hoy en día se ganan
la desaprobación de Dios al acudir a la brujería, o a lugares específicos en
busca de algún ídolo que ellos consideran que los puede sanar. El Señor envió a
su ángel al profeta Elías para reprender duramente esta decisión: Entonces el ángel de
Jehová habló a Elías tisbita, diciendo: Levántate, y sube a encontrarte con los
mensajeros del rey de Samaria, y diles: ¿No hay Dios en Israel, que vais a consultar
a Baal-zebub dios de Ecrón? Dios se muestra molesto al ver la dureza
en el corazón de Ocozías que al estar tan enfermo decide mejor busca a un ídolo
muerto para que lo ayude en lugar de buscar la misericordia del Señor: ¿No hay Dios en
Israel, que vais a consultar a Baal-zebub dios de Ecrón? Es triste
ver como el hombre insiste en revelarse en contra de Dios aun estando en la
peor situación al buscar la ayuda en el lugar equivocado. Cuando esto ocurre
así solo le espera lo peor: Por tanto, así ha dicho Jehová: Del lecho en que estás no te
levantarás, sino que ciertamente morirás. Y Elías se fue.
III.
EN DIOS SE ENCUENTRA LA VERDADERA
SOLUCIÓN.
“Busqué a
Jehová, y él me oyó, y me libró de todos mis temores. Los que miraron a él fueron alumbrados, y sus rostros no fueron avergonzados. Este pobre clamó, y le oyó Jehová, y lo libró
de todas sus angustias. El ángel de
Jehová acampa alrededor de los que le temen, y los defiende. Gustad, y ved que
es bueno Jehová; dichoso el hombre que confía en él”.
Salmo 34:4-8
Este Salmo de David expresa
perfectamente la dicha de aquellos que confían plenamente en Dios. Solamente en
Dios se encuentra la respuesta a todas nuestras necesidades y su deseo es que
dependamos en todo tiempo de Él, sea en tiempos de paz como en tiempos de
angustia, en la salud como en la enfermedad, en pobreza como en riqueza, en
todo momento y para todo nuestra confianza debe estar únicamente en Dios.
Por esto mismo es necesario que
el hombre se arrepienta de sus pecados y se convierta a Dios ya que lo más
seguro en esta vida son los problemas, pero si mantenemos una vida de comunión
y confianza en el Señor, cualquier dificultad que venga tendrá su solución. El
profeta Isaías es claro al decirle a Israel que si se arrepienten y confían en
el Señor sus vidas serán restauradas, pero si no, la calamidad los alcanzará.
“Venid
luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la
grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí,
vendrán a ser como blanca lana. Si quisiereis y oyereis, comeréis el bien de la
tierra; si no quisiereis y fuereis rebeldes, seréis consumidos a espada; porque
la boca de Jehová lo ha dicho”.
Isaías 1:18-20
CONCLUSIÓN
Nuestra actual prosperidad no
garantiza nuestro bienestar futuro. Cuando decidimos buscar la respuesta a
nuestros problemas en otros lugares que no son Dios, las consecuencia son
terribles y solo nos arrastran a la condenación eterna. Cuando nuestra
confianza esta puesta en Dios cualquier problema tiene su dichoso resolución.
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