“Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido
en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello
va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo. También el reino de los
cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas, que habiendo hallado
una perla preciosa, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró”.
Mateo 13:44-46
INTRODUCCIÓN
Nuestro Señor Jesús
nos enseña varios principios bíblicos para entrar al reino de los cielos. Desde
que Jesús inicio su ministerio predico acerca del arrepentimiento porque el
reino de los cielos se había acercado. Este mundo vive hundido en un reino
espiritual de tinieblas donde el hombre es esclavo del pecado, pero Jesús
ofrece un reino diferente, un reino de justicia y libertad y compara el reino
de los cielos con dos cosas: un tesoro escondido y una perla de gran precio.
Veamos las lecciones que aprendemos.
I.
LA VIDA DEL HOMBRE SE
PIERDE TRABAJANDO DURO Y BUSCANDO LLENAR SU ALMA DE COSAS EFÍMERAS.
“Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en
un campo… También el reino de los cielos es semejante a un mercader que
busca buenas perlas…”
La primera parábola
compara el reino de Dios con algo de gran valor que está oculto. Aquí vemos a
un hombre que trabaja duro en un campo si saber que hay un tesoro escondido.
Muchas personas hoy en día viven afanadas trabajando por sus sueños y proyectos
personales, viviendo en la ignorancia de sus pecados sin saber la riqueza que
el evangelio les ofrece a través de Cristo.
En segundo lugar el
reino de los cielos es semejante a un hombre que busca buenas perlas. Las
perlas eran consideradas un gran tesoro en los tiempos de Jesús y aquí hay un
mercader que busca buenas perlas, pero encuentra una que es superior a todas
las perlas que había encontrado. Muchas personas son como este mercader, van
por todo el mundo en busca de lo mejor para su vida, riquezas, placeres, éxito,
etc., pero no saben que la vida que el evangelio les ofrece a través de Jesús
es superior a todas las cosas “buenas” que el mundo le ofrece: “Ciertamente como
una sombra es el hombre; ciertamente en vano se afana; amontona riquezas, y no
sabe quién las recogerá”, (Salmo 39:6).
II.
EL VERDADERO TESORO ES
CRISTO.
“Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido
en un campo, el cual un hombre halla… También el reino de los cielos es
semejante a un mercader que busca buenas perlas, que habiendo hallado una
perla preciosa…”
En
segundo lugar estas parábolas nos enseñan que el hombre se esfuerza trabajando
y buscando cosas buenas sin saber que Cristo es el mayor tesoro que pueden
encontrar en la vida. Esto es así porque solo Él nos ofrece:
1.
El
perdón de pecados y libertad de sus consecuencias: “Así también vosotros consideraos muertos al
pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro”,
(Romanos 6:11).
2.
Una
vida de verdadera bienaventuranza: “Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es
Jehová. Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la
corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja
estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto.”,
(Jeremías 17:7-8).
3.
La
vida eterna: “De
cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene
vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida”,
(Juan 5:24).
Por todo esto y mucho
más, Cristo es lo más grandioso y magnifico que existe en este mundo, no
obstante, para muchos está oculto, escondido en medio de tanto afanes y
placeres que este mundo ofrece, pero a través del mensaje del evangelio se
anuncia a todos los hombres para que crean en El.
III.
HAY QUE RENUNCIAR A
TODO PARA GANARLO TODO.
“… el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por
ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo… que habiendo hallado una perla preciosa, fue
y vendió todo lo que tenía, y la compró”.
En
ambas parábolas estos hombres fueron, vendieron todo lo que tenían para
comprar, ya sea el terreno o la perla de gran precio. Aparentemente se
despojaron de todos sus bienes para adquirir lo otro, pero lo cierto es que lo
ganaron todo porque el valor de su nueva posición excedía a lo que antes
tenían. Así es el evangelio, le pide al hombre renunciar a su vida de pecado, y
muchos lo consideran una perdida por lo que deciden no aceptar, sin saber que
esa vida los destruirá. Pero los que aceptan, renunciando a sus pecados y
sometiéndose a Cristo, lo ganan todo, perdón de pecado, libertad de las
consecuencias del pecado, heredan todas las promesas de Dios y hasta la vida
eterna.
CONCLUSIÓN.
Por tanto, hay que
renunciar a todo nuestro pecado, someternos a Cristo para ganar todas las
promesas de salvación y bendición que Dios ofrece a sus hijos. El mundo tratara
de engañarnos haciéndonos ver la perdida que hay al recibir a Cristo, pero todo
es un engaño, porque en Cristo Jesús se encuentra el verdadero tesoro de la
vida.
Excelente, muchas gracias por ese análisis
ResponderBorrarAmén gracias a Dios, que me mostró qué la perla más preciosa es su evangelio. Hermano que el señor lo siga bendiciendo para que puede seguir impartiendo la palabra del Señor y hacer caer las vendas de los ojos de muchos qué aun vagan en el mundo.
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