“Aclamad a Jehová, porque él es bueno; porque su misericordia es
eterna”.
1 Crónicas 16:34
INTRODUCCIÓN
Las palabras de este versículo
constituye un salmo de agradecimiento que el rey David dedico a Dios y entre
las cosas por las cuales lo alababa estaba su eterna bondad. La bondad es una característica
personal que denota a una persona que es inclinada a hacer el bien a su prójimo
y si hay alguien que es bueno ese es nuestro Dios. Al considerar su bondad
podemos encontrar un motivo más para agradecerle y esta bondad se refleja al
menos en tres aspectos.
I.
POR SU CONSTANTE
PROVISIÓN A NUESTRO HOGAR.
“Joven fui, y he envejecido, y no he visto justo desamparado, ni su
descendencia que mendigue pan”.
Salmo 37:25
En primer lugar su
eterna bondad se refleja en su constante provisión a nuestro hogar. El Señor es
nuestro gran proveedor y su deseo es que nuestra confianza este puesta en su
promesa de darnos lo necesario para nuestra vida. Quizás no se tengan grandes
riquezas, pero de una cosa podemos estar seguros, Dios provee con fidelidad
cada día todo lo necesario. Desde el
Antiguo Testamento Dios se ha conocido por este atributo, de hecho, uno de sus
nombres, Jehová Jireh (Génesis 22:13-14), que significa, Jehová es nuestro
proveedor. También durante el periodo que estuvo el tabernáculo de reunión y
posteriormente en el Templo judío se acostumbraba colocar en el lugar santo la
mesa de los panes de la proposición, los cuales eran un símbolo de la continua
presencia de Dios que garantizaba la provisión a todas sus necesidades. El
mismo Señor Jesús exhorto a sus discípulos a no estar afanados o preocupados
por sus necesidades básicas porque Dios se las proveería:
“Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de
comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No
es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni
siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No
valéis vosotros mucho más que ellas? ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que
se afane, añadir a su estatura un codo? Y por el vestido, ¿por qué os afanáis?
Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; pero os digo, que ni aun Salomón con toda su
gloria se vistió así como uno de ellos. Y si la hierba del campo que hoy es, y
mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres
de poca fe? No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué
vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre
celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad
primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán
añadidas”.
Mateo 6:25-33
Es a través de su
continua provisión que decimos que su bondad es grande para nuestra vida.
II.
POR SU PROTECCIÓN
DIVINA.
“El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del
Omnipotente. Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; mi Dios, en quien
confiaré. Él te librará del lazo del cazador, de la peste destructora. Con sus
plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro; escudo y adarga es su
verdad. No temerás el terror nocturno, ni saeta que vuele de día”.
Salmo 91:1-5
La
segunda razón por la cual podemos decir que Dios es grande en bondad es porque
nos ha dado su protección divina. Todos vivimos en un mundo plagado de
violencia, accidentes, enfermedades, gente perversa que puede llegar a
aborrecernos y desear nuestro mal, incluso nuestra misma naturaleza humana es
vulnerable, pero que bueno es saber que nuestra vida está en manos de Dios. El
Salmo 91 dice que Dios promete darnos su completa cobertura a tal punto que ni
amenazas humanas, ni enfermedades, ni tragedias o cualquier temor nos sobrevendrá
porque viviremos confiados en El.
III.
POR LA GRANDE
SALVACIÓN QUE NOS HA DADO.
“En aquel día dirás: Cantaré a ti, oh Jehová; pues aunque te
enojaste contra mí, tu indignación se apartó, y me has consolado. He aquí Dios
es salvación mía; me aseguraré y no temeré; porque mi fortaleza y mi canción es
JAH Jehová, quien ha sido salvación para mí. Sacaréis con gozo aguas de las
fuentes de la salvación”.
Isaías 12:1-3
En tercer lugar, la
eterna bondad de Dios se refleja en la salvación que nos ha provisto. Si uno
piensa detenidamente en la salvación que Dios nos ofrece nos daremos cuenta que
es un motivo para nuestro agradecimiento por algunas razones que debemos
considerar:
1.
Porque
nos perdonó aun cuando no lo merecíamos: En aquel día dirás: Cantaré a ti, oh Jehová; pues aunque te
enojaste contra mí, tu indignación se apartó, y me has consolado.
2.
Porque
su salvación es completa y no requiere participación nuestra: He aquí Dios es
salvación mía; me aseguraré y no temeré; porque mi fortaleza y mi canción es
JAH Jehová, quien ha sido salvación para mí.
3.
Porque
su salvación sacia todo nuestro ser espiritual y físico: Sacaréis con gozo aguas de las fuentes de la
salvación.
El solo hecho de
nuestra salvación representa un acto de verdadera bondad ya que ninguno de
nosotros la merecíamos y éramos incapaces de alcanzarla, pero por su
misericordia decidió hacerlo por medio de nuestro Señor Jesucristo.
CONCLUSIÓN.
Si hay una característica
de distingue a Dios es su gran bondad hacia nuestra vida y esto se refleja a través
de:
1.
Su
constante provisión a nuestro hogar.
2.
Su
protección divina a nuestra vida.
3.
Su
grande salvación que nos da la vida eterna.
Exactamente Dios es así, pero El es JUSTO. Por lo tanto No hay ni una tan sola promesa que El no pida una condición. Porque no es en automático ni todo como.unq Varita mágica. Sino todo lo que ofrece es por OBEDIENCIA.
ResponderBorrarDios es fiel y nunca nos desampara, aunque no somos merecedores de su grande amor y misericordia, Él siempre cumplirá sus promesas.
ResponderBorrar