Origen y Naturaleza de los Ángeles



“¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán grande es la suma de ellos! Si los enumero, se multiplican más que la arena; despierto, y aún estoy contigo”.
Salmo 139:17-18

                Después de haber considerado a la luz de la palabra de Dios y los antecedentes bíblicos referente a la existencia de los ángeles y sus funciones, evaluaremos un poco más en detalle todo lo referente a su creación, naturaleza y morada. Los seres humanos vivimos en un universo inmenso el cual todavía guarda muchos secretos para los que lo estudian. Basta ver el inmenso universo y contemplar las miles de estrellas para darnos cuenta que hay muchas cosas que aun desconocemos, sin embargo, comparado a los misterios que nos guarda el mundo espiritual, este quizás representa apenas la punta del iceberg. Nicolás Camille Flammarion, un prominente astrónomo francés que realizo grandes descubrimientos que enriquecieron la ciencia de los astros celestes se fascino en sus últimos días con la existencia del mundo espiritual diciendo: “Entonces entiendo que todas las estrellas que siempre se han visto en el firmamento, los millones de puntos luminosos que forman parte de la Vía Láctea, los cuerpos celestiales innumerables, los soles de toda magnitud y de todo grado de brillantez, los sistemas solares, los planetas y los satélites que por millones y millones se extienden en el inmenso vacío que nos rodea; que todo lo que los seres humanos han llamado el universo, no representa en lo infinito más que un archipiélago de islas celestiales y nada más que un pueblo de menor importancia en la totalidad de una gran población. En esta ciudad del imperio sin límites, en este pueblo de una tierra sin fronteras, nuestro sol y su sistema representa un puntito, una casita aislada entre los millones de otras habitaciones. ¿Será nuestro sistema un palacio o una chocita en esta gran ciudad? Probablemente una chocita. ¿Y la tierra? La tierra es una cámara en la mansión solar, una habitación miserablemente pequeña”. De alguna manera este científico llego a considerar la grandeza de secretos y misterios que envolvía a un mundo que nuestros ojos son incapaces de percibir, pero solo por ello no lo hacen irreal, y en este universo espiritual se encuentran los ángeles.



La Creación de los Ángeles


“Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él”.
Colosenses 1:16

               Basados en Colosenses 1:16 se nos permite inferir que todos los ángeles fueron creados al mismo tiempo y desde entonces no se ha añadido más al número original. De acuerdo a la evidencia bíblica se estima que fueron creados antes de la creación de la tierra tal y como lo declara el libro de Job: “¿Quién ordenó sus medidas, si lo sabes? ¿O quién extendió sobre ella cordel? ¿Sobre qué están fundadas sus bases? ¿O quién puso su piedra angular, Cuando alababan todas las estrellas del alba, y se regocijaban todos los hijos de Dios?”, (Job 38:5-7). Las palabra hijos de Dios que aparece en estos versículos provienen del griego ben elojin (ן  אֱלֹהִים), donde ben es una palabra con un uso amplio de significados  y generalmente se usa para referirse a los hijos engendrados, pero en este caso se está refiriendo a los seres creados por Dios, que son los ángeles. Esta mismas expresiones ben elojin (ן  אֱלֹהִים), aparecen en Job 1:6 cuando dice que “Un día vinieron a presentarse delante de Jehová los hijos de Dios, entre los cuales vino también Satanás”, y obviamente los hijos de Dios se refiere a los ángeles. Estos seres celestiales no tienen una existencia limitada como los seres humanos en esta tierra, y no puede aumentar ni disminuir su número tal y como nuestro Señor Jesús lo enseño cuando les explicaba a unos saduceos que en la resurrección los humanos no se casaran y se darán  en casamiento: “Porque en la resurrección ni se casarán ni se darán en casamiento, sino serán como los ángeles de Dios en el cielo”, (Mateo 22:30).

En cuanto a su número es incalculable tal y como lo declara Hebreos 12:22: “sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles”, o en Apocalipsis 5:11: “Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los seres vivientes, y de los ancianos; y su número era millones de millones”. A lo largo de la historia mucho se ha especulado referente a su número real. Clemente de Alejandría llego  a comparar la cantidad de ángeles con la cantidad de estrellas en el firmamento basados en el Salmo 148:1-2: “Alabad a Jehová desde los cielos; alabadle en las alturas. Alabadle, vosotros todos sus ángeles; alabadle, vosotros todos sus ejércitos”. En la Edad Media el teólogo y filósofo Alberto Magno llego a especular en su número diciendo que existían 399, 920,004 de ángeles, cifra muy parecida que se manejaba en la comunidad judía. Tomas de Aquino no dio un número pero en su obra Suma Teológica llego a decir que existían tantos ángeles como humanos han existido en la tierra, hipótesis similar a aquellos que basándose en Mateo 18:10 creen en los ángeles que cuidan a los niños, hay tanto ángeles como personas. Respecto a esto, el Dr. Guillermo Cooke dice: “Óigase lo que dice Micaías: 'yo vi a Jehová sentado en su trono, y todo el ejército de los cielos estaba junto a él, a su derecha y a su izquierda' (1 Reyes 22: 19). Óigase a David en Salmo 68:17, 'Los carros de Dios se cuentan por veintenas de millares de millares.' Eliseo vio a un destacamento de estos seres celestiales enviados para guardarle y la Escritura dice que 'el monte estaba lleno de gente de a caballo y carros de fuego alrededor de él' (2 Reyes 6: 17). Veamos lo que dice Daniel, 'millares de millares le servían, y millones de millones asistían delante de él' (Daniel  6: 1 O). He aquí lo que los pastores de Belén vieron y oyeron la noche del nacimiento del Divino Redentor: 'Una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían: Gloria a Dios en las alturas' (Lucas 2: 13). Fíjense en lo que Jesús mismo dice en Mateo 26:53, '¿Acaso piensas que no puedo ahora orar a mi Padre, y que él no me daría más de doce legiones de ángeles? ‘Échese una mirada al magnífico espectáculo que Juan el apóstol vio cuando contemplaba aquel mundo celestial y dijo: 'Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los seres vivientes, y de los ancianos; y su número era millones de millones' (Apocalipsis 5: 11). Sí tomamos esta cifra literalmente alcanza a un billón, pero representa sólo una parte de las huestes celestiales. Es probable, sin embargo, que este número no debe tomarse en su significado preciso, sino que nos es dado para indicar que hay una multitud inmensa superior a lo que generalmente los seres humanos calculan. Por lo tanto leemos en Hebreos 12:22 no de un cierto número limitado de ángeles, sino nos habla de la compañía de muchos millares de ángeles”.

Naturaleza de los Ángeles


           Al estudiar la Biblia podemos darnos cuenta de algunos aspectos que nos dice algunas cosas respecto a la naturaleza y personalidad de los ángeles. Hebreos 1:14 nos dice que estos seres son espíritus, y otras partes de las escrituras nos sugieren que tienen forma masculina los cuales también puede materializarse tal y como los vio Abraham en Génesis 18:2-3:  “Y alzó sus ojos y miró, y he aquí tres varones que estaban junto a él; y cuando los vio, salió corriendo de la puerta de su tienda a recibirlos, y se postró en tierra, y dijo: Señor, si ahora he hallado gracia en tus ojos, te ruego que no pases de tu siervo”. En esta ocasión no solo descansaron en la tienda de Abraham, sino también comieron de lo que les sirvió: “Tomó también mantequilla y leche, y el becerro que había preparado, y lo puso delante de ellos; y él se estuvo con ellos debajo del árbol, y comieron”, (Génesis 18:8). Después de posar en la tienda de Abraham, los ángeles se dirigieron a las ciudades de Sodoma y Gomorra a ejecutar un juicio de parte de Dios por sus pecados donde fueron recibidos por Lot y los obligos a reposar en su casa. Su aspecto debió haber sido hermoso para que despertara la lascivia de los hombres de Sodoma: “Pero antes que se acostasen, rodearon la casa los hombres de la ciudad, los varones de Sodoma, todo el pueblo junto, desde el más joven hasta el más viejo. Y llamaron a Lot, y le dijeron: ¿Dónde están los varones que vinieron a ti esta noche? Sácalos, para que los conozcamos”, (Génesis 18:4-5). Podemos ver también en este pasaje que la forma de estos ángeles era completamente física ya que fueron capaces de agarrar a Lot y meterlo en la casa: “Entonces los varones alargaron la mano, y metieron a Lot en casa con ellos, y cerraron la puerta”, (Génesis 18:10). Si consideramos la evidencia bíblica podemos darnos cuenta que los ángeles poseen características que definen su personalidad:

1.       Poseen inteligencia. Pedro en su primera carta explica los dichosos que los cristianos somos al tener la comprensión de las revelaciones del Antiguo Testamento las cuales los profetas inquirieron en comprender pero no lo lograron porque estaban reservadas para la iglesia, sin embargo, los ángeles lo comprenden y por eso la Escritura dice: “cosas en las cuales anhelan mirar los ángeles”, (1 Pedro 1:12). También en el Antiguo Testamento tenemos una referencia a la inteligencia de los ángeles al comparar la sabiduría de David con la de uno de ellos: “Tu sierva, pues, dice: Sea ahora de consuelo la respuesta de mi señor el rey, pues que mi señor el rey es como un ángel de Dios para discernir entre lo bueno y lo malo. Así Jehová tu Dios sea contigo”, (2 Samuel 14:17).
2.       Poseen emociones. Por ejemplo ellos se alegraron cuando Dios estaba fundando el mundo: “Cuando alababan todas las estrellas del alba, y se regocijaban todos los hijos de Dios…”, (Job 38:7). También se regocijan en el cielo cuando un pecador se arrepiente (Lucas 15:7).
3.       Poseen Moral. Esto se deja ver en el hecho que los ángeles buenos no permiten adoración para sí mismos: “Yo Juan soy el que oyó y vio estas cosas. Y después que las hube oído y visto, me postré para adorar a los pies del ángel que me mostraba estas cosas. Pero él me dijo: Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios”, (Apocalipsis 22:8-9).
4.       Son capaces de entender la divinidad de Cristo. Los demonios fueron capaces de reconocer el señorío de Cristo: “Pero había en la sinagoga de ellos un hombre con espíritu inmundo, que dio voces, diciendo: ¡Ah! ¿qué tienes con nosotros, Jesús nazareno? ¿Has venido para destruirnos? Sé quién eres, el Santo de Dios” (Marcos 1:24).

              Los ángeles tiene un gran poder respecto a los hombre a tal punto que son capaces de ejecutar los juicios de Dios, sin embargo son limitados, tal y como lo podemos ver en Daniel 10:21-23 donde Gabriel no puede estar en dos lugares al mismo tiempo. También lo vemos en el caso de Satanás cuando Dios le autorizo que le quitara todo lo que tenía y le enfermare con una lepra maligna, pero le prohibió que atentara con su vida:

“Y Jehová dijo a Satanás: He aquí, él está en tu mano; mas guarda su vida”.
Job 2:6

Morada de los Ángeles


“Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra”.
Efesios 3:14-15
               
                En su carta a los Efesios el apóstol Pablo alaba al Padre celestial creador de toda familia, tanto en los cielos como en la tierra. Obviamente, la familia de los cielos a la cual se refiere está constituida por ángeles los cuales tienen su principal morada en los cielos. Las referencias bíblicas nos indican este hecho. Por ejemplo, cuando Jesús se refiere a ellos en Marcos 13:32 los llama “los ángeles que están en el cielo”, afirmando que su habitación es el cielo. También el apóstol Pablo escribe “un ángel del cielo”, haciendo referencia a su habitación celestial en Gálatas 1:8, el profeta Miqueas dice que vio a Dios sentado en su trono en los cielos y alrededor de El a todo “el ejercito del cielo”, es decir, los ángeles, (2 Crónicas 18:18). De igual forma Gabriel afirmo que su morada estaba en el cielo cuando dijo: “Yo soy Gabriel, que estoy delante de Dios”, (Lucas 1:19). El Dr. Arno Clemens Gaebelein comento referente a la morada de los ángeles: “En los lugares celestiales, según la Epístola a los Efesios, están los principados y potestades, una compañía de innumerables ángeles. Sus moradas están en esos lugares celestiales. El Dios que los creó, que los hizo espíritus apropiándoles cuerpos conforme a sus naturalezas espirituales, tiene que haberles dado también sus habitaciones”.

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