“Viéndose Jesús rodeado de mucha gente, mandó pasar al
otro lado. Y vino un escriba y le dijo: Maestro, te seguiré adondequiera que
vayas. Jesús le dijo: Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos;
mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar su cabeza. Otro de sus
discípulos le dijo: Señor, permíteme que vaya primero y entierre a mi padre.
Jesús le dijo: Sígueme; deja que los muertos entierren a sus muertos”.
|
Mateo 8:18-22
Ahora Mateo nos
introduce a un relato que rompe el esquema que ha traído donde ha presentado
una campaña de milagros que nuestro Señor Jesús ha realizado, para establecer
principios básicos relacionados con el discipulado. Posiblemente esto tenga una
razón mnemotécnica que ayudaría a sus lectores a memorizar de manera fácil lo
presentado en esta sección de milagros, ya que primero presenta tres milagros,
un discurso concerniente al discipulado, otra sección de tres milagros,
seguidos por otro discurso referente al discipulado, para terminar la campaña
de milagros con otros tres y un discurso de la necesidad de obreros calificados
para la obra que Él fundaría. Por otro lado, este relato presenta una conexión
cronológica con los eventos que están ocurriendo. Definitivamente debe tratarse
del siguiente día, acababa de pasar la noche en la casa de Pedro y al verse
rodeado por una gran multitud, decidió atravesar en un bote al otro lado del
mar: Viéndose Jesús rodeado de mucha gente, mandó pasar al otro lado. A lo mejor Él sabía que su
popularidad estaba creciendo, y que los ánimos de la gente estaban muy elevados
y no quería llamar mucho la atención de las autoridades romanas y de los
líderes religiosos en esa región. Sabía que tenía mucho trabajo que hacer, y
aun no había llegado su tiempo, por lo que decide continuar su trabajo al otro
lado del mar de Galilea.
Dos lecciones acerca del discipulado |
El precio del discipulado
“Y vino un escriba y le dijo: Maestro, te seguiré
adondequiera que vayas. Jesús le dijo: Las zorras tienen guaridas, y las aves
del cielo nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar su cabeza”.
Mateo
8:19-20
Juan Carlo Ortiz en su
libro “El discípulo” define la
palabra discípulo de la siguiente manera: “Es un aprendiz, uno que sigue e imita a
Jesucristo, uno que une su destino a su Maestro, uno que se compromete, se casa
con Él, se niega a sí mismos para seguirle. Un discípulo de Jesús se embarca en
el proceso de llegar a ser como Él y hace de los intereses de su Señor los
suyos propios. Si pensamos en Jesús solamente como uno que nos hace el favor de
llevarnos al cielo al morir, tendremos un cristianismo flojo y débil. Llamarnos
cristianos y asistir a una iglesia no significa que somos discípulos del Jesús”. Definitivamente ser discípulo
de Cristo no es algo fácil. Para este momento los ánimos y emociones de las
multitudes que lo seguían estaban encendidos, habían visto su gran poder; pero
Jesús sabía que muchos lo seguían por lo que Él había hecho y por lo que les
podía seguir dando. Nuestro Señor quería ser sincero en cuanto al precio que
debía pagar alguien que le seguía, no debía ser solo por el momento de la
emoción. En primer lugar se le presenta un escriba a decirle que lo seguiría
adondequiera que Él fuera. Posiblemente este escriba había estado presente en
el discurso de Jesús en el Sermón del Monte, y a lo mejor había tenido la
oportunidad de ver los milagros. Por ser escriba era un maestro de la ley y
ahora estaba emocionado por todo lo que había oído y visto a tal punto que
estaba dispuesto a convertirse en un discípulo de Jesús. Sin embargo, el Señor
le da una respuesta que a lo mejor no esperaba: Las zorras tienen guaridas, y las aves del
cielo nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar su cabeza. Con estas palabras Jesús estaba
dando a entender que el evangelio no es un camino de rosas, sino está
acompañado de pruebas, enfermedades, dificultades, negaciones y en general el
sufrimiento. Nuestro Señor no vino a este mundo en una cuna de oro, vivió
siempre dependiendo de la providencia de Dios, sin bienes materiales, murió sin
poseer grandes riqueza, hasta la tumba donde colocaron su cuerpo no le
pertenecía. El ser discípulo de Cristo no es una plataforma para hacerse famoso
y rico, es un camino acompañado por el servicio a los demás. A medida el tiempo
paso en el ministerio de Cristo, Judea lo rechazo (Juan 5:18); Galilea lo
expulso, (Juan 6:66), Gadara le ruega que deje su distrito (Mateo 8:34),
Samaria le niega el hospedaje (Lucas 9:35), Judas lo traiciona por treinta
pizas de planta (Mateo 26:47), sus discípulos lo abandonan cuando es arrestado
por las autoridades judías (Mateo 26:56), Pedro lo negó tres veces (Mateo
26:75), Jerusalén escoge a Barrabas antes que a Él (Mateo 27:21), y finalmente
siente que aun el Padre lo ha abandonado (Mateo 27:46). Así que el escriba o
cualquiera que desee convertirse en un discípulo de Jesús deben considerar el
precio de hacerlo.
Por
otro lado las palabras del escriba nos recuerdan a la moabita Ruth que decidió
seguir a su suegra Noemí adondequiera que ella fuera: “Respondió Rut: No me ruegues
que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y
dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios”, (Rut 1:16). Rut presenta un excelente ejemplo
de la actitud que un discípulo de Cristo debe tener si dice que lo seguirá.
Debe estar dispuesto a enfrentar el sufrimiento y perseverar hasta el final, ya
que el camino hacia la victoria en el cristianismo se conquista luchando en
contra de satanás, este mundo y negando nuestra vieja naturaleza. Cualquiera
que decida hacerlo debe considerarlo bien. La historia de Rut nos muestra que a
pesar de las dificultades, nuestra fe nos puede dar la victoria. Jesús se enfrentó
a un sinfín de padecimientos que lo llevaron a la cruz, pero al tercer día
resucito y se le otorgo dominio sobre toda la creación. De manera similar,
nuestros padecimientos no son para siempre, tienen un propósito especial, y
como Job, nos espera al final de cada uno de ellos la recompensa de Dios.
Rut un ejemplo de determinación y lealtad |
Es interesante
también hacer notar que por primera vez el mismo Jesús se hace llamar en este
versículo como el Hijo del Hombre. Este término en sí es usado en la Biblia
para referirse a la fragilidad y condición mortal del hombre, tal y como el
salmista lo recalca en una especie de paralelismo: “Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de
él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites?”, (Salmo 8:4). También es un
título que se le da al profeta Ezequiel más de 90 veces para enfatizar estas
mismas cualidades de fragilidad, falta de poder, bajeza y absoluta dependencia
de Dios (Ezequiel 2:1, 3, 6, 8; 3:1, 3, 4, 10, 17, 25, etc.). Sin embargo,
posiblemente el título Hijo del Hombre está directamente relacionado con la
visión mesiánica de Daniel donde ve a uno semejante al Hijo del Hombre
acercándose al Anciano de días: “Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las
nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de
días, y le hicieron acercarse delante de él”, (Daniel 7:13). De igual forma vemos en este pasaje
de Daniel un gran parecido a las mismas palabra de Jesús referente a su regreso
en las nubes: “Jesús le dijo: Tú lo has dicho; y además os digo, que
desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y
viniendo en las nubes del cielo”, (Mateo 26:64). Por tanto, el titulo Hijo del Hombre,
no solo nos habla de la naturaleza humana de Jesús, sino que también de su
carácter como Mesías.
La decisión que no puede esperar más tiempo
“Otro de sus discípulos le dijo: Señor, permíteme que
vaya primero y entierre a mi padre. Jesús le dijo: Sígueme; deja que los
muertos entierren a sus muertos”.
Mateo
8:21-22
A continuación el texto sagrado nos presenta a
otro de sus discípulos que le pide al Señor que le permita primero enterrar a
su padre. Sin embargo, Jesús le da una respuesta que parecería a simple vista
bastante fuerte: Sígueme; deja que los muertos entierren a sus muertos. ¿A qué se refería exactamente?
¿Significa esto que debía olvidarse de los funerales de su padre y dejarlo en
manos de otras personas? Veamos lo que algunos opinan referente a este pasaje
un tanto difícil de interpretar, pero antes comprendamos la tradición judía en
cuanto al entierro de sus familiares. Según
su tradición, la sepultura se realizaba casi de inmediato y los hijos eran los
responsables de realizar todos los preparativos. Esto lo podemos ver desde el
mismo libro de Génesis, donde Jacob le encomendó a su hijo José donde quería
recibir su sepultura (Génesis 50:5). Lo vemos también cuando José dio orden a
sus descendiente de que cuando Dios los visitara y sacara de Egipto, sus huesos
fueran llevados para ser sepultados en la tierra que se les daría (Génesis
50:25). También podemos leer en este mismo libro que fueron Isaac e Ismael los
que le dieron sepultura a su padre Abraham (Génesis 25:9). Por tanto, era el
deber sagrado de un hijo darle la sepultura a su padre; sin embargo, ahora
viene Jesús y le dice: Sígueme; deja que los muertos entierren a sus muertos. Podemos presentar las diferentes opiniones que
tratan de dar una explicación a las palabras de Jesús que Mateo presenta en
esta sección de la siguiente manera:
1.
Hay algunos que
sugieren que cuando Jesús le dice que dejen que los muertos entierren a sus
muertos, se está refiriendo a que deje el cuerpo de su padre en manos de
sepultureros para que él lo pueda seguir. Los que se apoyan en esta premisa, creen
en el supuesto de una profesión de sepultureros en Israel que tiene su base en
el libro de Ezequiel: “Y pasarán los que irán por el país, y el que vea los
huesos de algún hombre pondrá junto a ellos una señal, hasta que los entierren
los sepultureros en el valle de Hamón-gog”, (Ezequiel 39:15). Sin embargo, esta posición es muy
poco creíble.
2.
En segundo lugar,
están los que dicen que Jesús se refería a los muertos espiritualmente y no
muertos físicamente. Este grupo afirma que Jesús le decía que dejara que los
incrédulos se encargaran de esas cosas y que él buscare el servicio y todo lo
que contribuye con la vida eterna.
3.
William Barclay lo
presenta desde otra perspectiva. El relata en uno de sus famosos comentarios
bíblicos que en Israel existía un refrán que hasta la fecha aún sobrevive donde
las palabra “debo enterrar a mi padre”
cobra un significado peculiar. Barclay nos cuenta la siguiente historia: “Wendt cita un
incidente que le contó un misionero. Este misionero tenía un amigo turco, rico
e inteligente. Le aconsejó que viajara por Europa cuando acabara sus estudios
para completar su educación y ampliar sus perspectivas. El turco le contestó:
«Antes de eso tengo que enterrar a mi padre.» El misionero le dio el pésame y
le expresó su condolencia, creyendo que el padre de su amigo acababa de morir;
pero el joven turco le explicó que su padre estaba vivo y perfectamente de
salud, y que lo que había querido decir era que tenía que cumplir sus
obligaciones con sus padres y familiares antes de poder marcharse en el viaje
sugerido; que, de hecho, no podía marcharse de casa hasta después que muriera
su padre, que podría ser después de muchos años. Si esto fuera así, lo que el
discípulo le estaba realmente diciendo a Jesús es que cuando cumpliera con
todas sus obligaciones con su padre, entonces lo buscaría para unirse a él.
El discipulado es una decisión que no puede esperar mas tiempo |
Sea el caso dos o tres, o cualquier otro, lo que el
discípulo estaba haciendo era posponer la decisión de servirle inmediatamente a
Jesús. Muchos consideran que aún no ha llegado el tiempo de seguir a Cristo, o
de servirle, piensan que primero tienen que arreglar algunas cosas, o esperar
que se cumplan un par de años antes de eso. Pero Jesús es tajante en esto: el
tiempo es ahora, no se trata de una decisión que tenemos que estar posponiendo,
el discipulado necesita determinación y gran compromiso por encima de cualquier
compromiso terrenal que podamos tener en esta tierra, está por arriba de
cualquier lazo familiar de esta tierra, implica completa sujeción a la
soberanía de Dios, y finalmente, considera el hecho que todas nuestras
decisiones o planes giraran alrededor del discipulado de Cristo. Todo esto
significan las palabras de Jesús: Sígueme; deja que los muertos entierren a sus muertos.
muy buena explicación !Dios contigo!
ResponderBorrarMaravilloso comentario, precioso
BorrarExcelente, felicidades!
ResponderBorrarGenial,muy buenos comentarios y análiis!
ResponderBorrarBendiciones que Dios los siga guiando
ResponderBorrarGracias por su explicación tan bien detallada que Dios me los siga bendiciendo grandemente HERMANOS en Cristo
ResponderBorrarPara mi seguir a Cristo es gozo, no sé, a lo mejor mi viaje apenas empieza, pero creo firmemente que nosotros somos débiles y si hiciéramos esto en base a nuestra propia fuerza efectivamente sufriríamos, pero, lo que hagamos lo hacemos con el respaldo de Dios, y yo creo que ese respaldo está lleno de su AMOR entonces creo que Dios puede convertir el "sufrimiento desde una vista humana" a un gozo dado por Dios y guiado por su espíritu.
ResponderBorrarAlgo así como la canción "Paz en medio de la tormenta".
Entonces, acércate a Jesús, experimenta su amor y recibe su paz. Momentos difíciles vendrán, pero, creo que los puedes superar lleno de gozo en Cristo Jesús que nos fortalece.
Amén!
BorrarMuy edificante y mucho para meditar y. Pensar muy bien pido a DIOS que me de sabiduría para no ir a equivocarme siempre tomar la decisión más correcta y siempre haciendo su voluntad siempre su voluntad y no la mía
ResponderBorrarExcelente,una pequeña observación Marcos dice que fue la misma noche en que sano a la suegra de Pedro.(4:35)
ResponderBorrarGracias! Me gusto esa observación
BorrarExcelente, hermano gonzalo, nosotros como crellente en cristo no podemos negar el dolor si a si lo hiciéramos estaríamos negando el sufrimiento de cristo, es en el dolor que sabemos de su poder y amor pues es en en dolor que sentimos su gracia salvadora al depositamos toda nuestra confia en EL, el amor de cristo siempre esta sobre nosotros. Pero el dolor es verdadero eso es nuestro testimonio de su gloria y para su gloria.
ResponderBorrarDios lo bendiga, gracias, ya entendí estos pasaje
ResponderBorrarDlb! Gracias por el comentario de Mateo 8.21-22. Me inquietaba el no poder entenderlo bien. Aunque tenía una muy vaga interpretación, me sacó de duda. ¡Hacia adelante en el Señor!
ResponderBorrarGracias. Muy buena explicación de la palabra de Dios. Dios los bendiga.
ResponderBorrarGracias mi amado por esa esblicacion que sea para. La gloria del Señor Amén y Amén
ResponderBorrarUna explicación NUTRITIVA
ResponderBorrarGloria a Dios.
ResponderBorrarGloria a Dios.
ResponderBorrarGloria a Dios. Ya pude entender lo que Jesús quiso bdecir, gracias. Excelente.
ResponderBorrarHola
ResponderBorrarGloria a Dios
ResponderBorrarMe fue de mucha edificacion!
ResponderBorrarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrarClara explicación, de hecho intimida la posición de Jesús, pero independiente de la condición de sufrimiento si lo seguimos, pienso que en sí vivir es una lucha constante, lo que enseña Jesús es que debemos ser firmes y constantes, con determinismo para afrontar las decisiones que la misma vida nos depara y que seguir con Amor a lo divino nos nutre y nos hace mejores seres humanos, razón por la cual El Creador nos ha Creado con Amor, para ser dadores y amar al prójimo como a mí mismo, otra tarea que se debería afrontar con determinismo, reconociendo que no es fácil.
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