“Moisés, pues, llamó a todo Israel, y les
dijo: Vosotros habéis visto todo lo que Jehová ha hecho delante de vuestros
ojos en la tierra de Egipto a Faraón y a todos sus siervos, y a toda su tierra,
las grandes pruebas que vieron vuestros ojos, las señales y las grandes
maravillas. Pero hasta hoy Jehová no os ha dado corazón para entender, ni ojos
para ver, ni oídos para oír”.
Deuteronomio 29:2-4
INTRODUCCION
Una de las cosas que nos diferencia
a los humanos de los animales es nuestro raciocinio, la capacidad que tenemos
de razonar y usar nuestro sentido común para bien. Lamentablemente no siempre
desarrollamos esta cualidad en el área espiritual. Muchas veces podemos ser
testigos de las cosas que Dios hace en otras personas pero nuestro
entendimiento no nos permite valorarlas y anhelar alcanzarlas. Eso es lo que le
paso a Israel ya que a pesar de haber presenciado todo el despliegue de su
poder en Egipto y haber gozado de su divina providencia en el desierto, con
todo no desarrollaron una fe fuerte a tal punto que muchos fueron incrédulos y
por tal motivo no entraron a la tierra prometida. Por eso Moisés les dijo: Pero hasta hoy
Jehová no os ha dado corazón para entender, ni ojos para ver, ni oídos para oír.
Muchas personas son incapaces de
entender y valorar las promesas de bendición y vida eterna que Dios les ofrece
ya que su corazón es totalmente insensible a su presencia y por ello todos
debemos pedirle a Dios un corazón entendido.
Pidiendo un corazón entendido |
I.
LA
NATURALEZA INICIAL DEL HOMBRE: UN CORAZÓN INSENSIBLE.
“Pero el hombre natural no percibe las cosas
que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede
entender, porque se han de discernir espiritualmente”.
1 Corintios 2:14
Lamentablemente por causa del pecado
el ser humano en su estado original es incapaz de comprender el llamado de Dios
y su corazón es completamente insensible a su presencia. De acuerdo a la Biblia
su tendencia es de continuo solo el mal:
“Como está escrito: no hay justo, ni aun
uno; no hay quien entienda. No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a
una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.
Sepulcro abierto es su garganta; con su lengua engañan. Veneno de áspides hay
debajo de sus labios; su boca está llena de maldición y de amargura. Sus pies
se apresuran para derramar sangre; quebranto y desventura hay en sus caminos; y
no conocieron camino de paz. No hay temor de Dios delante de sus ojos”.
Romanos 3:10-18
Cuando el corazón del hombre es
malo, todas sus acciones son malas, su pensamiento siempre estará en el pecado
y sus pasos lo conducirán a la maldad y difícilmente se inclinara por obedecer
los preceptos divinos ya que en su actual condición es completamente incapaz de
someterse a Dios.
II.
LAS
CONSECUENCIAS DE UN CORAZÓN INSENSIBLE.
1.
Un corazón insensible no comprende la palabra de Dios.
En primer
lugar, una de las consecuencias de un corazón insensible hacia Dios es que no
es capaz de comprender la importancia del mensaje del evangelio.
“Pero si nuestro evangelio está aún
encubierto, entre los que se pierden está encubierto; en los cuales el dios de este siglo cegó el
entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del
evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios”.
2 Corintios 4:3-4
De
acuerdo a Pablo, esto se debe a una obra demoniaca donde los ojos espirituales
y el entendimiento del ser humano han sido segados para que no logren
comprender la palabra de Dios y estos se salven. De hecho nuestro Señor Jesús
hablo de este tipo de personas en su parábola del sembrador donde dice que hay
personas que tienen un corazón duro y por ello el mensaje no logra su efecto ya
que el diablo les roba la oportunidad de salvarse.
“Y mientras sembraba, parte de la semilla
cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron… Cuando alguno oye la
palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue
sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino”.
Mateo 13:4,19
2.
Un corazón insensible es incapaz de reconocer las
obras de Dios.
Cuando
vivimos con un corazón insensible nuestra oportunidad de conocer a Dios se
anula y aunque veamos sus obras y se nos realice el llamado a su camino, como
Israel no tendremos la capacidad de responder. La generación que fue liberada
de Egipto tuvo la oportunidad de ver el gran poder que sacudió a toda la
nación, vieron la división del mar rojo
y hasta lo escucharon hablar en el monte Sinaí; pero todo eso no basto para que
confiaran plenamente en Dios y le sirvieran de corazón sincero y por ello
Moisés les dijo: Pero
hasta hoy Jehová no os ha dado corazón para entender, ni ojos para ver, ni
oídos para oír.
Cuantas
personas como Israel tiene la oportunidad de ver en otras personas lo que Dios
ha hecho en sus vidas, reconocen la crueldad del pecado que destruye sus vidas
y conocen cual es el camino para la salvación; pero cuando se les ofrece la
oportunidad para seguir a Cristo, se niegan a hacerlo. Esto es así porque su
corazón es malo e insensible ante Dios.
3.
Un corazón insensible conduce al infierno.
Finalmente,
el hecho de tener un corazón insensible hacia Dios nos arrastra a la
condenación eterna. El amar más a las tinieblas que la luz nos impulsa a pecar,
y el pecado al ser consumado nos aleja de la presencia del Señor y nos conduce
al infierno.
“Y esta es la condenación: que la luz vino
al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras
eran malas. Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la
luz, para que sus obras no sean reprendidas”.
Juan 3:19-20
III.
PEDIR
UN CORAZÓN ENTENDIDO.
“Moisés, pues, llamó a todo Israel, y les
dijo: Vosotros habéis visto todo lo que Jehová ha hecho delante de vuestros
ojos en la tierra de Egipto a Faraón y a todos sus siervos, y a toda su tierra,
las grandes pruebas que vieron vuestros ojos, las señales y las grandes
maravillas. Pero hasta hoy Jehová no os ha dado corazón para entender, ni ojos
para ver, ni oídos para oír”.
El
objetivo de este discurso era hacer un llamado a reflexionar acerca de las
obras que Dios había realizado a lo largo de los cuarenta años en el desierto y
la actitud que sus padres habían tomado. A pesar de haber presenciado las
poderosas y temibles señales que Dios había hecho en Egipto, de su gran
providencia a lo largo de su peregrinación en el desierto al mantener una
columna de nube que los guiaba en el día y otra de fuego en la noche, de su provisión
de mana y el cuidado en todos los aspecto de su vida; Israel no se decidía
creer de corazón a Dios y constantemente se comportaban como rebeldes trayendo
el castigo de divino sobre ellos, hasta que todos murieron en el lapso de 40 años.
Por ello Moisés dijo: Pero hasta hoy Jehová no os ha dado corazón para entender, ni
ojos para ver, ni oídos para oír.
Esto
ocurrió así porque su corazón era malo e insensible delante de Dios. Por ello,
cada uno de nosotros debemos clamar a Dios pidiéndole que nos dé un corazón
sensible a su palabra y que nos permita buscarle sinceramente y alcanzar la
vida eterna. Lo único que necesitamos hacer es reconocer nuestra actual
condición y pedirle que perdone nuestros pecado y nos dé un nuevo corazón.
“Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu
nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os
daré un corazón de carne. Y pondré
dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis
mis preceptos, y los pongáis por obra”.
Ezequiel 36:26-27
CONCLUSIÓN.
Un
corazón insensible hacia Dios nos conduce al pecado, nos hace no valorar el
mensaje del evangelio y sus promesas, siendo incapaces de entender las obras de
Dios en nuestra vida. Por ello necesitamos pedir a Dios la restauración de
nuestro corazón por medio de la redención en Cristo Jesús.
Excelente! Esto es lo que buscaba y respondio a mis dudas.
ResponderBorrarGloria al todopoderoso!!!
ResponderBorrarBendiciones de lo alto!!! Excelente estudio...