“Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón. Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno. Y si tu mano derecha te es ocasión de caer, córtala, y échala de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno”.
Mateo 5:27-30
Introducción
Después de concluir
con el tema anterior Jesús vuelve a tocar otro relacionado con un mandamiento
que todos conocían muy bien pero una vez más lo llevará a otro nivel. Cuando
Jesús les dice Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio, se refiere al séptimo
mandamiento dado por Moisés en Éxodo 20:14. La palabra que en la Reina Valera
60 se traduce como adulterio es moijeúo (μοιχεύω). El adulterio es el
acto sexual que una persona casada comete con otra persona que no es su
cónyuge. Desde tiempos muy antiguos hasta
los tiempos de Jesús la poligamia era una práctica muy común entre los pueblos,
de allí que Dios decidió regularlo a través de uno de sus mandamientos. Sin
embargo, los judíos creían que el adulterio consistía solamente en consumar el
acto sexual; pero viene Jesús y les dice que con solo mirar y codiciar en su corazón a otra
persona que no es su cónyuge, éste ya adultero.
Jesús y el Adulterio |
El pecado que entra por los ojos
“Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que
cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su
corazón”.
Mateo 5:27-28
Increíblemente
nuestros ojos juegan un papel muy importante en cuanto a la consumación del
pecado. En 1 Juan 2:15-17 el apóstol
Juan nos advierte que uno de los medios por donde somos tentados son los ojos y
lo llama los deseos de los ojos. Fue a causa de los deseos de los ojos que el
rey David cometió el pecado de adulterio y posteriormente el de homicidio (“Y sucedió un día,
al caer la tarde, que se levantó David de su lecho y se paseaba sobre el
terrado de la casa real; y vio desde el terrado a una mujer que se estaba
bañando, la cual era muy hermosa”, 2 Samuel 11:2). También Acán cayó en pecado por los
deseos de los ojos (“Pues vi entre los despojos un manto babilónico muy bueno, y
doscientos siclos de plata, y un lingote de oro de peso de cincuenta siclos, lo
cual codicié y tomé; y he aquí que está escondido bajo tierra en medio de mi
tienda, y el dinero debajo de ello”, Josué 7:21), Eva fue cautivada por el fruto porque veía
que “era agradable a los ojos”,(Génesis 3:6) y
nuestro Señor Jesús nos advierte que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con
ella en su corazón. El apóstol Santiago advierte que
antes que el pecado sea consumado éste es concebido en el corazón de la persona
por su propia concupiscencia y obviamente una forma en la cual la tentación
puede entrar a nuestra vida es por medio de nuestros ojos.
“Sino que cada uno es tentado, cuando de su propia
concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que
ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la
muerte”.
Santiago
1:14-15
El problema con esto no es tanto
ver, sino codiciarlo. Codiciar es el deseo o anhelo de tener, poseer algo que
no tenemos de una manera desmedida y especialmente cuando las cosas que
deseamos pertenecen a otras personas. En el caso específico del texto que
estudiamos es el deseo intenso de estar con alguien para tener contacto sexual.
El problema no está en mirar, uno puede mirar. El problema está en codiciar, en
querer a la otra persona para estar con
ella. Eso para Jesús ya es adulterio, con solo tener un deseo en el corazón ya
es pecado. Finalmente nuestro Señor Jesucristo recalca que el pago para los
tales es el infierno, por tanto, mejor les seria perder un miembro del cuerpo
tan importante como los ojos, las manos o piernas; pero salvarse del castigo
eterno, que irse al infierno con todo su cuerpo.
🙏🙏🙏🙏 Dios le continue bendiciendo grandemente.
ResponderBorrarPero como es el tema nos tenemos que sacar un ojo,cortar una mano,,,o es en sentido figurado explique esa parte qué es la mas importante
ResponderBorrarClaro, yo también vine buscando esa explicación porque no creo que sea literal, yo me pongo a pensar a quizá en amistades que te llevan a tener esos pensamientos alejarte de ellos.
BorrarSi cortatelo jaja, nop es literal SOLO si tu ojo mira, ya no voltees a ver, si tu mano agarra ll que no debe, deja de agarrar. Si tu amante te lleva al infierno, ya cortalas!!!!!
BorrarClaro es en sentido figurado. lo que el versiculo dice es que cortes ese mal que tu piensas
ResponderBorrarMUY BUENA ENSEÑANZA DIOS PREVIENE LA DESTRUCCION MORAL DE LAS PERSONAS POR MEDIO DE SU PALABRA, SUS PALABRAS SON VIDA.
ResponderBorrarGracias
ResponderBorrarEs en sentido figurado, se habla de que debemos cortar con el pecado por muy dificil que este sea, pienso que hay que ir hacia la Raiz del pecado, que es la iniquidad y trabajar en el Espiritualmente y renovando nuestra manera de pensar habituandonos a una vida de Santidad, evitando las tentaciones, es un trabajo que debemos hacer todos .. pienso que la Salvación tiene un riesgo sino nos Santificamos
ResponderBorrarSe trata de cortar la raíz que te lleva al pecado. Si deseas a esa persona corta todo contacto con ella, la amistad, la amistad en redes sociales, el verla, corta todo contacto que te lleve a ella. Y yo sí creo que la codicia entra por los ojos, así que si viste a alguien que sea solo esa primer mirada xq si la volteas a ver una segunda vez ya te puede entrar la codicia. La primer mirada es inevitable, la segunda es pecado. Ej: vas por la calle y ves a alguien y te pareció guapo o guapa, pero luego quieres echarle una segunda mirada para “detallar” a esa persona. Esa segunda mirada es la que es peligrosa, es la que hay que evitar, cortarla.
ResponderBorrar