“Toda la
congregación de los hijos de Israel se reunió en Silo, y erigieron allí el
tabernáculo de reunión, después que la tierra les fue sometida. Pero habían
quedado de los hijos de Israel siete tribus a las cuales aún no habían
repartido su posesión. Y Josué dijo a los hijos de Israel: ¿Hasta cuándo seréis
negligentes para venir a poseer la tierra que os ha dado Jehová el Dios de
vuestros padres?”.
Josué 18:1-3
INTRODUCCIÓN
“Es
duro fracasar en algo, pero es mucho peor no haberlo intentado”. Este dicho nos enseña que
muchas cosas no las logramos en la vida por no intentarlo. Cuantas cosas
podríamos lograr en nuestra vida si tan solo nos decidiéramos intentarlo,
especialmente las que Dios nos ofrece. En este relato Josué amonesta a 7 tribus
de Israel porque no habían decidido tomar posesión de la tierra que Dios les
había prometido dar, a pesar que el resto ya lo había hecho. De igual manera
Dios nos ofrece el regalo de la vida eterna pero son muy pocos los que toman posesión
de esa gran bendición, pero, ¿por qué? Veamos algunas razones de ello.
¿Por qué no recibes la vida eterna? |
I.
PORQUE EL HOMBRE SE DEJA SEDUCIR
POR ESTE MUNDO.
“Entonces
Josué dijo a Acán: Hijo mío, da gloria a Jehová el Dios de Israel, y dale alabanza,
y declárame ahora lo que has hecho; no me lo encubras. Y Acán respondió a Josué
diciendo: Verdaderamente yo he pecado contra Jehová el Dios de Israel, y así y
así he hecho. Pues vi entre los despojos un manto babilónico muy bueno, y
doscientos siclos de plata, y un lingote de oro de peso de cincuenta siclos, lo
cual codicié y tomé; y he aquí que está escondido bajo tierra en medio de mi
tienda, y el dinero debajo de ello”.
Josué 7:19.21
La historia de Acán nos ilustra uno
de los problemas por los cuales el hombre no conquista las bendiciones de Dios,
este es: el amor por las cosas de este mundo. Israel apenas iniciaba su
conquista en las tierras que Dios le había prometido a Abraham, y después de 40
años en el desierto, finalmente Josué comandaba las tropas israelitas iniciando
su conquista con la ciudad de Jericó la cual el Señor había ordenado destruir
totalmente y no tomar nada de esa ciudad. Sin embargo, un hombre desobedeció y
codiciando un
manto babilónico muy bueno, y doscientos siclos de plata, y un lingote de oro
de peso de cincuenta siclos, los escondió para sí y acarreo la ira
de Dios sobre todo Israel. Muchas personas son como Acán, que tienen la
oportunidad de conocer lo que Dios ha preparado, pero son seducidos por los
placeres de este mundo y arrastrados por sus deseos engañosos nunca toman
posesión de la vida eterna.
El deseo de Dios es bendecirnos
abundantemente, pero muchos no las alcanzan porque aman más las cosas de este
mundo, ya que es imposible agradar a Dios si se vive en el pecado.
“¡Oh
almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios?
Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de
Dios”.
Santiago 4:4
La Biblia nos enseñan que es
imposible amar al mundo y a Dios al mismo tiempo y el hombre tiene que elegir,
lamentablemente el que elija los placeres de este mundo es privado de las
bendiciones de la vida eterna que Dios tiene preparado.
II.
PORQUE EL HOMBRE MENOSPRECIA LAS
BENDICIONES DE DIOS.
“Y guisó
Jacob un potaje; y volviendo Esaú del campo, cansado, dijo a Jacob: Te ruego
que me des a comer de ese guiso rojo, pues estoy muy cansado. Por tanto fue
llamado su nombre Edom. Y Jacob respondió: Véndeme en este día tu
primogenitura. Entonces dijo Esaú: He aquí yo me voy a morir; ¿para qué, pues,
me servirá la primogenitura? Y dijo Jacob: Júramelo en este día. Y él le juró,
y vendió a Jacob su primogenitura. Entonces Jacob dio a Esaú pan y del guisado
de las lentejas; y él comió y bebió, y se levantó y se fue. Así menospreció
Esaú la primogenitura”.
Génesis 25:29-34
La segunda razón por la que una
persona no puede alcanzar las bendiciones de la vida eterna es porque las
desprecian y no las valoran. Esaú es el clásico ejemplo de la persona que menosprecio
las promesas de primogenituras que Dios prometió a Abraham por un plato de
lentejas. Muchas personas son como Esaú, impulsivas y cortas de visión
espiritual, piensan que lo más importante es el hoy y no piensan en el futuro y
mucho menos en su eternidad, son impulsivos y lo único que quieren es
satisfacer sus deseos de la carne, ignorando completamente el don de la vida
eterna y por tanto, jamás toman posesión de ella.
La Biblia nos alienta a no tomar la
actitud de Esaú:
“Mirad
bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna
raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados; no sea que
haya algún fornicario, o profano, como Esaú, que por una sola comida vendió su
primogenitura. Porque ya sabéis que aun después, deseando heredar la bendición,
fue desechado, y no hubo oportunidad para el arrepentimiento, aunque la procuró
con lágrimas”.
Hebreos 12:15-17
Muchos no han tomado posesión de la
vida eterna porque como Esaú la menosprecian considerando que hay otras cosas
más importantes que ella y solo piensan en satisfacer sus deseos de la carne
hoy, pero debemos ser responsables y atender inmediatamente el llamado de Dios
antes que sea demasiado tarde.
“Por
tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos
oído, no sea que nos deslicemos. Porque si la palabra dicha por medio de los
ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa
retribución, ¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan
grande?...”
Hebreos 2:1-3
III.
PORQUE EL HOMBRE TEME CONQUISTAR
LAS BENDICIONES DE DIOS.
“Porque
el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos
y les entregó sus bienes. A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno,
a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos. Y el que había
recibido cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros cinco talentos.
Asimismo el que había recibido dos, ganó también otros dos. Pero el que había
recibido uno fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor. Después
de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos.
Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos,
diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros
cinco talentos sobre ellos. Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre
poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.
Llegando también el que había recibido dos talentos, dijo: Señor, dos talentos
me entregaste; aquí tienes, he ganado otros dos talentos sobre ellos. Su señor
le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te
pondré; entra en el gozo de tu señor. Pero llegando también el que había
recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas
donde no sembraste y recoges donde no esparciste; por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu
talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo. Respondiendo su señor, le
dijo: Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré, y que recojo
donde no esparcí. Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al
venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses. Quitadle, pues, el
talento, y dadlo al que tiene diez talentos. Porque al que tiene, le será dado,
y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. Y al siervo
inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de
dientes”.
Mateo 25:14-30
La parábola nos enseña que otra
razón por la cual no podemos tomar posesión de la vida eterna es por el temor,
de hecho muchas personas nunca aceptan la invitación del evangelio por temor a
las pruebas que puedan atravesar; pero la Biblia nos exhorta a ser valientes y
no temer.
“Desde
los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre
violencia, y los violentos lo arrebatan”.
Mateo 11:12
CONCLUSIÓN
Las razones por las cuales una
persona no puede tomar posesión de la vida eterna son: Por amar más las cosas
de este mundo, por menospreciar el don de Dios o por temor a enfrentar las
pruebas que puedan venir. Sin embargo, debemos ser valientes y conquistar el
regalo de la vida eterna que Dios ha preparado para nosotros.
Q Dios los bendiga por el trabajo del reino q realizan para enseñarnos la palabra. Amén
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