“ Como todas las cosas que pertenecen a la
vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el
conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, por medio de las cuales nos ha dado preciosas
y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la
naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa
de la concupiscencia; vosotros también,
poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la
virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio,
paciencia; a la paciencia, piedad; a la
piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. Porque si estas cosas
están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en
cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. Pero el que no tiene estas
cosas tiene la vista muy corta; es ciego, habiendo olvidado la purificación de
sus antiguos pecados. Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme
vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás”.
2 Pedro 1:3-10
INTRODUCCIÓN
“Un nuevo millonario que no sabe sobre su
fortuna”, este fue el título de una noticia publicada por un periódico de
Bolivia. Un hombre sin hogar que vivía en las calles de Santa Cruz
de la Sierra, Bolivia huyó de la policía, pero lo que no sabía es que le
llevaban noticia de que había heredado 6 millones de dólares. Tomás Martínez,
de 67 años, aparentemente pensó que la policía estaba a punto de arrestarlo por
su vida alcohólica y los hábitos de drogas. El hombre desapareció sin dejar
rastro, entonces los periódicos de ese país empezaron a publicar la noticia
diciendo: "un nuevo millonario que no sabe sobre su fortuna".
De igual manera nuestra nueva vida
en Cristo trae consigo grandes tesoros y riquezas inimaginables, sin embargo,
hay muchos que lo ignoran o la pierden a lo largo de su vida. La Biblia nos
enseña que somos herederos de esta gran fortuna.
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Nuestra herencia en Cristo |
I. DIOS NOS HA HEREDADO GRANDES PROMESAS
El pasaje anterior nos habla de que somos herederos de grandes riquezas.
1. Nuestra
riqueza consiste en llevar una vida lejos de la maldición del pecado y de gran
provecho personal: “Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad
nos han sido dadas por su divino poder…” (2 Pedro 1:3).
2. Nuestra
fortuna está relacionada con la oportunidad de conocer al verdadero Dios:
Jesús: “… mediante
el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia…”
(2 Pedro 1:3).
3. Nuestra
herencia consiste en grandes promesas que son verdaderas: “… por medio de las cuales nos ha dado preciosas
y grandísimas promesas…” (2 Pedro 1:4). Son muchas las promesas que
tenemos: prosperidad, de protección, de sanidad, de respaldo en cualquier
situación, de consuelo y compañía, de éxito y respaldo en nuestras vidas, etc.
4. Nuestro
legado es la nueva naturaleza que se nos ha otorgado: para “… que por ellas llegaseis a ser
participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay
en el mundo a causa de la concupiscencia.” (2 Pedro 1:4).
Sin
embargo, muchas veces podríamos vivir lejos de esta grandísima promesa por
causa del pecado en nuestras vidas, por ello Pedro nos dice habiendo huido de la
corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia. Ahora bien, ¿cómo logramos escapar de la corrupción del
mundo y no ceder a los deseos de nuestra naturaleza pecaminosa? Pedro nos da la
clave a continuación.
II. DIOS NOS EXHORTA A CUIDAR NUESTRO LEGADO
Vosotros también, poniendo toda diligencia…
La Biblia nos exhorta a ser
diligentes en nuestra vida Cristiana ya que de lo contrario nuestra vieja
naturaleza nos arrastrara al pecado y perder lo que Dios nos ha dado. Para ello este pasaje nos da algunos
pasos a seguir:
III. PASOS A SEGUIR PARA NO PERDER NUESTRO LEGADO
1.
… añadid a vuestra fe virtud… nuestra
vida en Cristo comienza con la fe, el elemento esencial en el cristianismo. La
Biblia nos enseña que: “Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la
certeza de lo que no se ve”, (Hebreos 11:1, NVI), Ahora bien, es
necesario añadir a la fe VIRTUD. Virtud es un buen hábito que capacita a la
persona para actuar de acuerdo a la razón recta. Un mal
hábito se llama vicio. La
Biblia nos habla que el creyente tiene que ser una persona virtuosa y para eso
tiene que desarrollar hábitos que contribuyan a su crecimiento espiritual: leer
la Biblia y otra literatura cristiana de provecho, orar, congregarnos con
fidelidad, estar ocupados en su obra, etc. Haciendo esto nuestra vida estará
ocupada como para darle lugar a pensamientos y acciones pecaminosas.
2. … a la virtud, conocimiento… A
nuestros buenos hábitos hay que agregarle el conocimiento de la palabra de Dios
y todo lo que nos ayude a edificarnos y ser mejores cada día: “Por lo demás,
hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo
puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si
algo digno de alabanza, en esto pensad”, (Filipenses 4:8). Nuestros
pensamiento y en general nuestra mente tiene que estar influenciada por el
mensaje del evangelio.
3. … al conocimiento, dominio propio… de
nada sirve todo el conocimiento si no tenemos el dominio propio para mantener
nuestros deseos y sentimientos bajo perfecto control. Aunque el cristiano
conozca que algunas acciones son pecado, si no tiene el dominio propio caerá en
ellas.
4. … al dominio propio, paciencia… Un
ingrediente muy importante para perseverar en la vida cristiana es la
paciencia. Es decir, la tolerancia a las pruebas de la vida para mantenernos
constantes en todo tiempo. Esto complementa el dominio propio. En el evangelio
las grandes victorias no se dan de la noche a la mañana, sino antes se tiene
que sufrir y esperan con fe así como lo hicieron aquellos que esperaron en
medio de la prueba y alcanzaron la victoria, como Job, Jacobo, José, Rut, entre
otros.
5. … a la paciencia, piedad… la
NVI traduce esta palabra como “devoción a Dios”.
Es importante que llevamos una vida llena del Espíritu y de adoración a Dios.
La adoración no solo consiste en cantarle himnos a Dios, sino más bien es un
estilo de vida que glorifique su nombre. Nuestras acciones en la iglesia, en el
trabajo, en nuestra familia y en lo personal deben ser un acto de adoración
delante de Dios. “Así
que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros
cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto
racional”, (Romanos 12:1).
6. … a la piedad, afecto fraternal… el
amor entre hermanos es otra cualidad que debe abundar en nuestra vida: “Si alguno dice: Yo
amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su
hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?”,
(1 Juan 4:20). Es nuestra responsabilidad contribuir con la unidad entre los
hermanos de la iglesia a través del vínculo perfecto de la paz.
7. … y al afecto fraternal, amor… El
amor es el cumplimiento de toda la ley y esta basado en un acto de voluntad de
amar aun a nuestros enemigos. “Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye,
Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. Y amarás al Señor tu Dios con
todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus
fuerzas. Este es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a
tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos”,
(Marcos 12:29-31). Generalmente en el mundo se aman a las personas que han
hecho algo bueno por nosotros, pero el amor de Dios está basado en la voluntad
de amar sin esperar nada a cambio. “El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso
ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se
enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad sino que
se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo
lo soporta”, (1 Corintios 13:4-7, NVI).
IV. SI SOMOS DILIGENTES EN ESTOS CONSEJOS JAMÁS CAEREMOS
“Porque si estas cosas están en vosotros, y
abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de
nuestro Señor Jesucristo. Pero el que no tiene estas cosas tiene la vista muy
corta; es ciego, habiendo olvidado la purificación de sus antiguos pecados. Por
lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección;
porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás”.
2 Pedro 1:8-11
El
practicar estas cosas nos mantendrán ocupados y con provecho para no perder por
causa del pecado nuestra herencia en Cristo Jesús.
CONCLUSION
1. Dios
nos ha elegido para vida eterna y para heredar grandes promesas.
2. La
Biblia nos muestra como ocuparnos en nuestra vida para no perder la heredad que
tenemos en el Señor.
Realmente es extraordinario lo que Dios tiene par nosotros les. Invito a conocer a Jesucristo en el hay vida eterna
ResponderBorrarexelente Dios les bendiga
ResponderBorrarmucgas gracias fue de gran ayuda para mi vida espiritual.bendiciones infinitas
ResponderBorrarGRACIAS
ResponderBorrarDios le bendiga hermano, gracias explicarnos esta palabra.
ResponderBorrarBendiciones gracias por la enseñanza.saludos desde oncativo Cordoba Argentina
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