“Por esta
causa también yo, habiendo oído de vuestra fe en el Señor Jesús, y de vuestro
amor para con todos los santos, no ceso
de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones,
para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu
de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, alumbrando los ojos de
vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha
llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y
cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos,
según la operación del poder de su fuerza, la cual operó en Cristo,
resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares
celestiales, sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo
nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero; y
sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las
cosas a la iglesia, la cual es su
cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo”.
Efesios 1:15-23
INTRODUCCIÓN
El Diario “Ya” de
España publico entre sus páginas un artículo titulado: Catalanes famosos orgullosos de ser
españoles. El artículo presentaba el
testimonio de varios deportistas, empresarios, artistas, cantantes y escritores
que se jactaban de ser catalanes. Ellos expresaban su orgullo de pertenecer a
un hermoso país, de hablar su lengua, de sus logros, historia y tradiciones. Muchas personas como estas pueden sentirse
orgullosa por pertenecer a un país o por lo que han alcanzado en la vida.
De igual forma los
cristianos deberíamos sentirnos orgullosos de pertenecer a un pueblo tan
extraordinario cuya ciudadanía es celestial. Lamentablemente algunos cristianos
no reconocen la grandeza de su eterno llamamiento y le dan más énfasis a lo que
pueden lograr en esta tierra. El apóstol Pablo rogaba a Dios para que los
cristianos en Éfeso comprendieran la extraordinaria grandeza de su llamamiento.
La grandeza de nuestro llamamiento |
I. LA GRANDEZA DE NUESTRO LLAMAMIENTO.
“Por esta
causa también yo, habiendo oído de vuestra fe en el Señor Jesús, y de vuestro
amor para con todos los santos”.
Pablo inicia estos versículos expresando su
felicidad al saber de la obra que Dios había hecho en los efesios al
convertirlos de las tinieblas a su luz admirable, su fe era notoria a todos los
hombres que los conocían. En nuestra conversión radica la grandeza de Dios, ya
que solo Él tiene el poder para transformar al ser humano y por tanto es
necesario que los cristianos vivamos a la altura del llamamiento que se nos ha
hecho.
“Yo pues,
preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que
fuisteis llamados”.
Efesios 4:1
Es importante que los cristianos
entendamos y valoremos lo que realmente somos ante Dios y como tales debemos
llevar una vida diferente a la del resto del mundo. El apóstol había oído
acerca de la fe y del amor de los efesios y por ello daba gracias a Dios y
elevaba al mismo tiempo una oración: no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de
vosotros en mis oraciones. Veamos en que consistía esa oración.
II. LA GRANDEZA DE SU CONOCIMIENTO.
“Para que
el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de
sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, alumbrando los ojos de
vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha
llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos”.
En primer lugar Pablo pide que Dios
dé espíritu de sabiduría y revelación en el conocimiento de Él. El deseo de
Dios es que todos lo conozcamos, sin embargo, esto no solo se logra por medios
académicos, la Biblia dice que solo el Espíritu Santo puede hacer esta obra:
“Pero el
hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para
él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir
espiritualmente”.
1 Corintios 2:14
Nuestros ruegos deben estar
dirigidos a Dios para que nos de la capacidad de comprender y conocer su
maravillosa y gloriosa persona por medio de la iluminación del Espíritu Santo. Lamentablemente muy pocos cristianos se esfuerzan por conocerlo a través del
estudio de su palabra. De hecho, en el Antiguo Testamento se alaba al hombre
que verdaderamente lo conozca.
“Así dijo
Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el
valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. Mas alábese en esto el que se
hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago
misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice
Jehová”.
Jeremías 9:23-24
Aparte de ello, el deseo de Dios no
solo es que le conozcamos a Él, sino también todas sus promesas y las riquezas
incalculables que se encuentra en la palabra de Dios: alumbrando los ojos de vuestro entendimiento,
para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las
riquezas de la gloria de su herencia en los santos.
III. LA GRANDEZA DE SU PODER.
“y cuál
la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según
la operación del poder de su fuerza, la cual operó en Cristo, resucitándole de
los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, sobre todo
principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no
sólo en este siglo, sino también en el venidero; y sometió todas las cosas bajo
sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que
todo lo llena en todo”.
En segundo lugar, Pablo oraba a Dios
para que los efesios conocieran: la supereminente grandeza de su poder para con nosotros. Nosotros como cristianos tenemos este gran
poder a favor de nuestras vidas, un poder mucho mayor a cualquiera de esta
tierra a tal punto que el apóstol utiliza el superlativo: supereminente grandeza, para
expresar su grandeza. Este poder es el que provoco la resurrección de Cristo de
entre los muertos, el que le dio autoridad sobre todo principado y autoridad
para darle un nombre sobre todo nombre. Pablo explica que este poder es capaz
de derribar cualquier argumento o fortaleza:
“Porque
las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la
destrucción de fortalezas, derribando
argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y
llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo”.
2 Corintios 10:4-5
Pablo rogaba a Dios que los
cristianos en Éfeso llegaran a comprender la grandeza de este poder el cual
opera en nosotros por obra del Espíritu Santo.
“…No con
ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los
ejércitos”.
Zacarías 4:6
CONCLUSIÓN.
Pablo tenía dos peticiones fuertes
para Dios:
1.
Que
Dios diese espíritu de sabiduría y revelación a los cristianos para que conocieran a Dios y a lo que han
sido llamados.
2. Que conocieran la supereminente
grandeza de su poder.
Muchas gracias por este estudio a sido de mucha bendición a mi vida he aprendido mucho bendiciones que Dios te siga usando un abrazo
ResponderBorrarHa sido de gran ayuda, Dios te bendiga grandemente♡
ResponderBorrarMuchas gracias por la explicación.
ResponderBorrarBendiciones.
Poderosa palabra
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