“Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Mas cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha, para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público”.
Mateo 6:2-4
Introducción
Para los judíos la
limosna estaba clasificada como una de las prácticas más piadosas que un justo
tenía que realizar a tal punto que la palabra que se usaba en griego para
referirse a limosna, eleemosúne (ἐλεημοσύνη), era la misma que se usaba para referirse a justicia.
La palabra limosna también pude traducirse como misericordia ya que se refiere
a la piedad que se realiza hacia los pobres: “Cuando haya en medio de ti menesteroso de
alguno de tus hermanos en alguna de tus ciudades, en la tierra que Jehová tu
Dios te da, no endurecerás tu corazón, ni cerrarás tu mano contra tu hermano
pobre, sino abrirás a él tu mano liberalmente, y en efecto le prestarás lo que
necesite. Guárdate de tener en tu corazón pensamiento perverso, diciendo: Cerca
está el año séptimo, el de la remisión, y mires con malos ojos a tu hermano
menesteroso para no darle; porque él podrá clamar contra ti a Jehová, y se te
contará por pecado”, (Deuteronomio 15:7-9).
Jesús y las Limosnas |
En las Escrituras del Antiguo Testamento la limosna
era una virtud que se alababa: “El hombre de bien tiene misericordia, y presta; gobierna sus
asuntos con juicio… Reparte, da a los pobres; su justicia
permanece para siempre; su poder será exaltado en gloria”, (Salmo 112:5,9). En el Talmud se decía: “El que da
limosna en secreto es mayor que Moisés, nuestro maestro”, y en un
libro post-exilio considerado como literatura apócrifa y por tanto no inspirado
por Dios, dice: “Buena
es la oración con el ayuno, y la limosna con la justicia. Mejor es poco en
justicia que mucho en iniquidad. Mejor es dar limosna que acumular tesoros,
pues la limosna libra de la muerte y limpia de todo pecado. Los que practican
la misericordia y la justicia serán repletos de vida”, (Tobías 12:8-9). Lamentablemente la
interpretación y práctica de la limosna no estaba de acuerdo a los estándares
divinos y Jesús pretende una vez más mostrarla en su justa dimensión.
La manera errada de dar limosna
“Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti,
como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados
por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa”.
Mateo 6:2
Nuestro Señor Jesucristo
nos muestra a través de sus elocuentes palabras la manera errada de dar limosnas.
El utiliza la palabra salpídso (σαλπίζω) que literalmente significa tocar trompeta de manera
que se llame la atención, para referirse a la actitud que los escribas y
fariseos tomaban cuando practicaban su supuesta benevolencia. Ellos gustaban de
hacer notorio a todos los hombres lo buenos que eran para alabanza de su propio
nombre. Se cita una costumbre del antiguo oriente referente al agua que era muy
escasa que ejemplifica bien lo que estamos hablando: “En Oriente, el agua es tan escasa que
algunas veces había que comprarla. Cuando una persona quería hacer una buena
obra, y traer bendición sobre su familia, se dirigía al aguador y en voz bien
alta le encargaba: "¡Dale un trago a los sedientos!" El aguador
llenaba el odre e iba al mercado. "¡Oh, sedientos -gritaba- venid a beber
de gracia!" Y el generoso estaba a su lado y decía: Bendíceme, porque soy
yo el que te ofrezco este trago”, esa era la conducta que Jesús
repudiaba. Jesús los llama a los tales hipócritas, palabra que proviene del
griego jupócrites (ὑποκριτής) que literalmente significa actor de teatro, aludiendo
a la actitud de aquellos que solo fingen un papel de piedad para ser aplaudidos
por su público. Sin embargo, todos los que proceden de esta manera ya tienen su
recompensa: ser alabados por los hombres, y no por Dios.
La manera correcta de dar limosna
“Más cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu
derecha, para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te
recompensará en público”.
Mateo 6:3-4
Jesús utiliza esta hipérbole para aclarar la manera
correcta de dar limosna. El dar limosna no tiene que ser por motivo egoístas de
recibir prestigio, tampoco tiene que practicarse como un deber, sino tiene que
emanar de un corazón generoso que ama la misericordia y cuyo único fin es
ayudar verdaderamente al necesitado. Nuestro mayor ejemplo es Cristo mismo el
cual se dio a si mismo por amor a cada uno de nosotros: “Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor
Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que
vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos”, (2 Corintios 8:9). Por
tanto, la práctica de dar a los necesitados debe nacer de un corazón
misericordia, dispuesto a ser usado por Dios para ayudar a su semejante, y
nunca por motivos de recompensa humana. Sin embargo, nuestro Señor asegura que
los que actúan de esta manera en privado recibirán la recompensa de Dios en
público.
Gracias por compartir este material me ha sido de mucha utilidad, esta muy bien explicado y me ha facilitado el estudio que Dios continue bendiciendolo y de paso mucho seremos bendecido por uds.
ResponderBorrarEstamos viviendo tiempos donde la iglesia imita más a los fariseos que a lo que Jesús nos enseñó. Gracias por el estudio. Bendiciones
ResponderBorrarExcelente explicación, es impotante siempre conocer la cultura del pueblo hebreo, en esos tiempos, para poder entender lo que Jesús nos quiere decir.
ResponderBorrarHe sido bendecida por uds y sigan adelante en ésta obra evangelística.
Excelente
ResponderBorrarExelente bendiciones
ResponderBorrarExelente tema bendiciones
ResponderBorrarHermosa explicación el señor derrame grande bendición sobre ustedes.
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